Los funcionarios de Brasil dan un toque de atenci¨®n a Bolsonaro con un paro laboral

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, abri¨® hace unas semanas la caja de los truenos al anunciar una subida salarial para los polic¨ªas federales. Con esa medida, el mandatario se pega un tiro en el pie porque otros colectivos de funcionarios pusieron el grito en el cielo, exigieron un aumento equivalente y este martes han hecho paros laborales para presionar al mandatario, que tiene hasta el viernes para ratificar los presupuestos generales. La iniciativa parti¨® de la ¨¦lite del funcionariado, del sindicato que re¨²ne a categor¨ªas como los auditores o los diplom¨¢ticos.

El descontento entre los trabajadores del sector p¨²blico abre un nuevo frente al presidente brasile?o, que ya est¨¢ bajo presi¨®n por la inflaci¨®n, el desempleo, las reticencias de los inversores internacionales ¡ªuno de los mayores fondos del mundo, Black Rock, ha anunciado que solo volver¨¢ a invertir aqu¨ª si cambia el Gobierno¡ª, y la holgada ventaja de Lula da Silva en las encuestas para los comicios de octubre pr¨®ximo, entre otras cosas.

Tambi¨¦n han parado empleados p¨²blicos del Congreso, del Poder Judicial y del Banco Central. Reclaman subidas superiores al 20% tras a?os sin actualizaci¨®n salarial. El gui?o a los polic¨ªas, combinado con una inflaci¨®n que cerr¨® 2021 con un 10%, ha colmado la paciencia del colectivo. Ha habido algunas peque?as manifestaciones de protesta frente a los ministerios, en Brasilia, pero la principal movilizaci¨®n ha consistido en paros de dos horas o en extremar el celo en los procesos burocr¨¢ticos alargando los tr¨¢mites para llamar la atenci¨®n sobre sus demandas salariales. Queda por ver si su efecto se siente en las fronteras o los aeropuertos.

Antes de Navidad, Bolsonaro prometi¨® a los polic¨ªas federales, los agentes que vigilan las carreteras y los guardas penitenciarios un aumento que supone 1.700 millones de reales (300 millones de d¨®lares, 270 millones de euros) a las arcas p¨²blicas. El presidente quiere tenerles contentos porque son parte de su base electoral m¨¢s fiel. Pero junto a la presi¨®n del resto de los funcionarios para que eviten un agravio comparativo, el mandatario recibe tambi¨¦n presiones para que descarte cualquier incremento de sueldo para no agravar la situaci¨®n de las cuentas p¨²blicas. El Gobierno ha logrado saltarse temporalmente el techo de gasto pero existe el temor entre los m¨¢s liberales de que Bolsonaro se embarque en un dispendio con la vista puesta en los comicios.

¡°Bolsonaro ignora el c¨¢lculo pol¨ªtico b¨¢sico en la telenovela del reajuste (salarial)¡±, escribe el columnista Bruno Boghossian en Folha de S.Paulo al explicar que el empe?o del presidente por asegurarse la fidelidad de su n¨²cleo duro, a falta de grandes logros gubernamentales y con un presupuesto limitado, le ha llevado a que el resto de los empleados p¨²blicos se sienta agraviado.

Los sindicatos han anunciado nuevos paros para la semana que viene y no descartan una huelga general si Bolsonaro no responde a sus exigencias. Mientras, los polic¨ªas tambi¨¦n han advertido al presidente de extrema derecha de que si no cumple lo prometido se considerar¨¢n traicionados.

El Gobierno federal brasile?o tiene 1,2 millones de empleados p¨²blicos. Algunos de ellos cobran salarios envidiables para la media de los brasile?os. Los analistas del Banco Central empiezan su carrera en la instituci¨®n con un sueldo que es 20 veces el salario m¨ªnimo, el de los empleados de Hacienda es 27 veces mayor, seg¨²n datos publicados por el diario O¡¯Globo.

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