T¨²nez, un pa¨ªs hipnotizado por un solo hombre
El presidente Kais Said cuenta con el apoyo popular pese al giro autoritario que emprendi¨® al suspender el Parlamento, disolver el ¨®rgano que nombra a los jueces y concentrar todos los poderes
Hassen Zargouni, el director de Sigma, la principal empresa tunecina de encuestas, pregunta al periodista en su despacho de la capital de T¨²nez:
¨C?Usted ve tensi¨®n en la calle?
?l mismo responde que la calle est¨¢ calmada; que aunque enero y febrero suelen ser ¡°meses calientes¡±, meses donde falta el dinero y abundan las protestas, este a?o apenas ha habido manifestaciones. Y el dinero sigue faltando. Zargouni asegura que el presidente Kais Said, el jurista de 63 a?os que asumi¨® todos los poderes el 25 de julio mediante una interpretaci¨®n muy discutida de un art¨ªculo de la Constituci¨®n, a¨²n goza de la confianza del pueblo. Y que solo ¡°una ¨¦lite¡± piensa que el pa¨ªs se est¨¦ metiendo en la cueva de una dictadura.
Zargouni no ahorra ninguna cr¨ªtica respecto al ¡°populismo¡± de Said. ¡°El presidente ataca a toda la prensa de forma sistem¨¢tica, solo se expresa en Facebook, sin conceder entrevistas. Utiliza un lenguaje de odio contra los partidos y las ¨¦lites que conecta perfectamente con los j¨®venes parados que est¨¢n en el caf¨¦ con el poco dinero que la madre les ha dado a escondidas del padre¡±. Y a pesar de todo, Zargouni cree que Said es el hombre apropiado para sacar al pa¨ªs de la par¨¢lisis en que se encuentra desde 2011, cuando inici¨® la revoluci¨®n de la Primavera ?rabe. ¡°Deber¨ªa estar un a?o m¨¢s o dos en el poder, para limpiar el sistema¡±, argumenta.
Said lleg¨® a la presidencia en 2019 con un rotundo 72,71% de los votos, contra el 27,29% de su rival, el liberal y magnate de medios Nabil Karui. Se present¨® como un hombre ¨ªntegro, que nunca hab¨ªa participado en pol¨ªtica. Abogaba por regenerar el sistema para devolver la democracia al pueblo y combatir la corrupci¨®n. Sin embargo, hab¨ªa un gran obst¨¢culo para abordar esa tarea herc¨²lea: los poderes del presidente estaban limitados a la pol¨ªtica de defensa, relaciones exteriores y seguridad nacional. Y para cualquier reforma constitucional se necesitaba la mayor¨ªa de dos tercios en el Parlamento.
La Constituci¨®n que los tunecinos aprobaron en 2014 estableci¨® un r¨¦gimen parlamentario en el que se trat¨® de evitar que ni el presidente ni el primer ministro se convirtieran en figuras demasiado fuertes, al estilo de los dos grandes aut¨®cratas del pa¨ªs, Habib Burguiba (1956-1987) y Zine el Abidine Ben Al¨ª (1987-2011). Pero Said rompi¨® las ataduras legales de su cargo recurriendo al art¨ªculo 80 de la Constituci¨®n, que permite al presidente tomar ¡°medidas excepcionales¡± ante una situaci¨®n de peligro inminente para el pa¨ªs.
Said suspendi¨® el Parlamento el 25 de julio de 2021 y se convirti¨® en un hombre fuerte. El 76,8% de la poblaci¨®n estaba de acuerdo con la medida del presidente, seg¨²n la compa?¨ªa Sigma. El encuestador Zargouni explica: ¡°Ustedes, los occidentales, no pueden comprenderlo porque creen en las instituciones. Ustedes se llevaron las manos a la cabeza y pensaron que esto iba a ser una dictadura. Sin embargo, los tunecinos sab¨ªamos que el sistema estaba podrido. Y el 80% de la culpa la ten¨ªan los islamistas del partido Ennahda. Ellos hicieron en 10 a?os lo mismo que hab¨ªa hecho Ben Al¨ª: meter a su gente en todas las instituciones¡±.
Zargouni describe como ¡°insostenible¡± la situaci¨®n del pa¨ªs en julio: deterioro econ¨®mico, par¨¢lisis del Parlamento, mala imagen de los diputados con agresiones f¨ªsicas entre ellos, un Gobierno de coalici¨®n que estaba enfrentado al presidente. Y a todo eso se sum¨® la pandemia, con 250 muertos diarios en un pa¨ªs de 11,8 millones de habitantes. ¡°El desacuerdo entre el jefe del Gobierno, Hichem Mechichi, y el presidente fren¨® la llegada masiva de vacunas¡±, a?ade Zargouni. ¡°En cuanto Said asumi¨® todos los poderes el 25 de julio, comenzaron a llegar vacunas¡±.
El polit¨®logo Aziz Krichen, de 75 a?os, sostiene que los islamistas de Ennahda hab¨ªan ¡°colonizado¡± todos los sectores de la Administraci¨®n, desde la justicia a la polic¨ªa. ¡°Los tunecinos sabemos que Ennahda hab¨ªa creado un Estado paralelo. Por eso, aunque Said tiene en el plano formal todos los poderes en sus manos, en realidad no controla ni la justicia, ni los medios ni la Administraci¨®n¡±.
Krichen asume que Said hizo una interpretaci¨®n ¡°arbitraria¡± del art¨ªculo 80 de la Constituci¨®n. Pero cree que era ¡°necesario¡± cerrar el Parlamento. El polit¨®logo tampoco ahorra cr¨ªticas para Said. Dice que usa un discurso populista, pero no ha hecho nada concreto para responder a los deseos de la poblaci¨®n. Y le preocupa la econom¨ªa. ¡°Las libertades son importantes, pero no lo es todo. La gente contin¨²a expres¨¢ndose libremente. Sin embargo, sus condiciones sociales y econ¨®micas se han degradado mucho¡±.
El 22 de septiembre Said comenz¨® a gobernar por decreto y el 7 de febrero disolvi¨® el Consejo Superior de la Magistratura (CSM), el ¨®rgano de 45 magistrados encargado de nombrar los jueces. Mientras la Uni¨®n Europea y Estados Unidos han expresado en varias ocasiones su preocupaci¨®n por el estado de la democracia en T¨²nez, Said sigue su hoja de ruta hacia un nuevo r¨¦gimen refrendado por un refer¨¦ndum en julio y elecciones en diciembre.
Una oposici¨®n fragmentada
La oposici¨®n a Said est¨¢ fragmentada. El grupo m¨¢s activo es el de los seguidores de Ennahda. Hay una parte de la izquierda que se ha unido a los islamistas ¡°contra el golpe¡±; otra que respalda a Said y una parte que dice que nunca se unir¨ªa a la ¡°mafia¡± de Ennahda en ninguna reivindicaci¨®n.
En las calles de T¨²nez es f¨¢cil encontrar a alguien que enseguida acusa a Ennahda de los grandes males que padece el pa¨ªs. En la sede de esta formaci¨®n, el dirigente Noureddine Arbaoui culpa, sin embargo, a Kais Said. ¡°El presidente boicote¨® el trabajo del Parlamento y del Gobierno. En los seis ¨²ltimos meses de Gobierno, de 24 ministerios ten¨ªamos 11 vacantes porque el presidente no aceptaba su nombramiento. Durante la pandemia, el presidente escond¨ªa las vacunas y a partir del 25 de julio aparecieron todas de golpe¡±.
Riadh Chaibi, consejero pol¨ªtico de Ennahda, explica que lo que hizo Said es un golpe de Estado. ¡°No hay democracia en el mundo con el Parlamento cerrado. ?Que un golpe sea apoyado por el pueblo lo convierte en leg¨ªtimo? La mayor¨ªa de los golpes se hacen con el apoyo del pueblo¡±.
En la puerta de la facultad de Derecho de T¨²nez, donde Kais Said impart¨ªa clases, las opiniones reflejan la brecha que se ha abierto en el pa¨ªs en torno a la figura del presidente. Han¨¦n, una estudiante de 21 a?os, dice que Said es un dictador. ¡°Y adem¨¢s es hom¨®fobo¡±. Cuando alguien le objeta que la mayor¨ªa de los dirigentes en el mundo ¨¢rabe son hom¨®fobos, ella replica con una sonrisa: ¡°Pero T¨²nez siempre ha sido la excepci¨®n, ?no?¡±. Ameny, una estudiante de 22 a?os, se confiesa preocupada por que no haya ahora mismo separaci¨®n de poderes en T¨²nez. Pero no teme que el r¨¦gimen pase a ser una dictadura.
Samir, un hombre de 60 a?os, con traje y corbata, que pasa delante de la facultad porque trabaja en una oficina bancaria cercana, se expresa a favor de Kais Said: ¡°No es el jefe de Estado ideal, pero es una persona ¨ªntegra. Y nosotros tenemos que reconstruir ahora lo que se ha destruido en los ¨²ltimos 10 a?os¡±. Samir dice que est¨¢ muy bien colocado en su puesto del banco para saber hasta d¨®nde llega la corrupci¨®n en T¨²nez. ¡°Ustedes los occidentales piensan en todos los logros democr¨¢ticos de T¨²nez. Pero esos logros no sirven de nada cuando las instituciones est¨¢n corrompidas¡±.
La econom¨ªa es lo que m¨¢s preocupa
La mayor¨ªa de los consultados en este reportaje se sienten m¨¢s preocupados por la situaci¨®n econ¨®mica que por la p¨¦rdida de libertades y la concentraci¨®n de poderes en una persona. El economista Radhi Meddeb se?ala que el paro en 2010 era del 13% y ahora es superior al 18%. ¡°Y ya ese 13% era inaceptable. Por eso se levant¨® la gente en 2011¡å. A Meddeb le preocupa hoy en d¨ªa el d¨¦ficit p¨²blico, que en 2010 era del 1% y en 2021 ha sido del 7,8%. ¡°Con un d¨¦ficit as¨ª, el margen de maniobra para luchar contra el paro es muy fr¨¢gil. Y hoy seguimos sin tener claro cu¨¢l es la visi¨®n econ¨®mica del presidente¡±, se?ala.
Meddeb tambi¨¦n cree que la suspensi¨®n del Parlamento el 25 de julio ten¨ªa algo de ¡°salvaci¨®n¡±, que la situaci¨®n era ¡°inaceptable¡±. Pero advierte que una purga, una limpieza de las instituciones, no la puede emprender un solo hombre. ¡°Eso tiene que venir de una transformaci¨®n cultural que puede durar 20 o 30 a?os¡±.
Un observador occidental que solicita el anonimato explica que los tunecinos est¨¢n muy orgullosos de las libertades que han conquistado. Pero, al mismo tiempo, precisa, ¡°tienen culturalmente la necesidad de saber qui¨¦n manda, qui¨¦n es el jefe, a qu¨¦ puerta hay que llamar¡±.
Ahora, ya no hay dudas.
Sigue toda la informaci¨®n internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.