La guerra de cifras entre Rusia y Ucrania: el n¨²mero de muertos como propaganda b¨¦lica
La ONU ha confirmado 406 v¨ªctimas mortales civiles, aunque cree que la cifra real es mucho m¨¢s alta
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El Gobierno de Ucrania elev¨® este domingo a 11.000 el n¨²mero de soldados rusos muertos desde que Mosc¨² comenz¨® la invasi¨®n de la antigua rep¨²blica sovi¨¦tica, el 24 de febrero. La cifra es 22 veces m¨¢s alta que la reconocida hasta ahora por el Kremlin, que solo ha confirmado la muerte de 498 miembros de sus ej¨¦rcitos. Lo hizo el d¨ªa 2 ¡ªy no se ha vuelto a pronunciar al respecto¡ª, el mismo d¨ªa en que Ucrania afirmaba que las bajas entre las filas rusas ascend¨ªan a 5.840, casi 10 veces m¨¢s. Y ninguna de las dos versiones se aproxima al recuento que maneja Estados Unidos, entre 1.500 y 2.000 militares rusos ca¨ªdos en los primeros cuatro d¨ªas del conflicto.
Esta distorsi¨®n en el balance de fallecidos, que tambi¨¦n se extiende al n¨²mero de muertos entre la poblaci¨®n civil y entre los soldados ucranios, evidencia la otra guerra en ciernes: la del relato de lo acontecido. ¡°La propaganda no se dirige solamente hacia el exterior sino tambi¨¦n hacia el interior, tanto hacia la propia poblaci¨®n civil que sostiene el esfuerzo de la guerra como hacia los miembros de los ej¨¦rcitos que la llevan a cabo¡±, analiza Alejandro Pizarroso Quintero, experto en propaganda, en el art¨ªculo Aspectos de propaganda de guerra en los conflictos armados m¨¢s recientes.
Precisamente las diferencias en las cifras de soldados muertos esgrimidas por Kiev y Mosc¨² explican el relato que cada uno de los dos pa¨ªses quiere ofrecer a los suyos. Ucrania, que asegura haber abatido a 11.000 soldados rusos mientras que apenas habla de v¨ªctimas entre sus tropas, alienta a su poblaci¨®n al exaltar el ¨¦xito de la resistencia. Rusia, en cambio, reconoce un n¨²mero relativamente peque?o de fallecidos entre sus filas, al tiempo que habla de unos 2.000 militares ucranios muertos y elude hablar de muertos entre los civiles. Su objetivo principal es fomentar el apoyo de la opini¨®n p¨²blica rusa al ataque ordenado por el presidente Vlad¨ªmir Putin contra el pa¨ªs vecino.
Sin embargo, determinar qu¨¦ datos son los correctos es una tarea ardua, especialmente en un conflicto armado, con un acceso muy limitado, cuando no nulo, de observadores independientes a las zonas de combate. Seg¨²n las ¨²ltimas cifras publicadas por la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas (OHCHR, por sus siglas en ingl¨¦s), desde el inicio del conflicto hasta el domingo han muerto 406 civiles ¡ªde ellos, 15 ni?os¡ª y otros 801 han resultado heridos. El balance incluye 42 muertos y 42 heridos m¨¢s que el ¨²ltimo informe del organismo, publicado un d¨ªa antes, pese al recrudecimiento de los combates y los bombardeos rusos contra zonas civiles. Solo la ¨²ltima actualizaci¨®n del Gobierno ucranio, hecha el d¨ªa 2, ya elevaba el n¨²mero de v¨ªctimas mortales a m¨¢s de 2.000.
¡°Las cifras reales ser¨¢n considerablemente m¨¢s altas, ya que la recepci¨®n de informaci¨®n se retras¨® en algunas localidades donde se han producido intensas hostilidades¡±, ha reconocido la OHCHR, que sigue un riguroso trabajo de verificaci¨®n para certificar el n¨²mero exacto de v¨ªctimas. Es precisamente la labor herc¨²lea de identificar a cada fallecido lo que explica que en dos d¨ªas solo hayan podido certificar 13 nuevas muertes.
Y en mitad de la guerra, en el mejor de los casos, las partes en conflicto recurren con frecuencia a las estimaciones. Ocurri¨® el 28 de febrero, cuando las tropas rusas comenzaron a bombardear la ciudad ucrania de J¨¢rkov. Las primeras informaciones que comenzaron a circular citaban un mensaje publicado en Facebook de Anton Gerashchenko, asesor del Ministerio del Interior ucranio, que aseguraba que ¡°decenas de personas¡± hab¨ªan muerto en los ataques con misiles de las fuerzas rusas. Es decir, una horquilla de entre 21 y 99 civiles, factible por el nivel de destrucci¨®n. La nota fue recogida por decenas de medios de comunicaci¨®n internacionales. Sin embargo, el balance consensuado aquel d¨ªa fue finalmente de 10 v¨ªctimas mortales en esta ciudad ucrania.
El poder de los n¨²meros
¡°Vivimos en un mundo hipernum¨¦rico preocupado por la cuantificaci¨®n. Por lo tanto, medir algo, o al menos pretender hacerlo, es anunciar su existencia y se?alar su importancia y relevancia pol¨ªtica¡±, analizan Peter Andreas y Kelly M. Greenhill en el libro Sex, Drugs and Body Counts (¡±sexo, drogas y recuento de cuerpos¡±, Cornell University Press). Pero, adem¨¢s, los n¨²meros tienen, seg¨²n consideran los expertos, el poder de dar credibilidad a quien los maneja y de impulsar o frenar la toma de decisiones, con independencia de que sean o no ciertos. Seg¨²n recuerda Greenhill, el expresidente estadounidense Bill Clinton ¡°pareci¨® predicar su apoyo a la guerra de Irak sobre la base de una evaluaci¨®n err¨®nea e inflada de lo que provoc¨® la falta de acci¨®n decisiva [por parte de Occidente] en la guerra de Bosnia (1992-1995)¡±, durante un discurso en el Festival de Ideas de Aspen de 2007. El exmandatario dijo entonces que en Bosnia hab¨ªan muerto unas 250.000 personas, una cat¨¢strofe que se deb¨ªa evitar en Irak. Sin embargo, se?ala la investigadora, la cifra parece ¡°m¨¢s pr¨®xima a 97.000¡å, aunque todav¨ªa hoy en d¨ªa se siguen publicando informaciones que aluden al n¨²mero mayor.
Una vez que una cifra penetra en el imaginario colectivo, especialmente si es muy alta, es dif¨ªcil desterrarla por el poder de credibilidad de los n¨²meros del que hablan Andreas y Greenhill. Un ejemplo cl¨¢sico son los resultados de un informe de 1996 de Unicef, seg¨²n el cual, ¡°en la ¨²ltima d¨¦cada, al menos dos millones de ni?os hab¨ªan muerto en conflictos armados¡±. El balance ha seguido apareciendo hasta pocos a?os en distintas publicaciones, pese a que el per¨ªodo al que alud¨ªa el organismo es el comprendido entre 1986 y 1996.
¡°Los datos de v¨ªctimas no son simplemente un conjunto de n¨²meros abstractos, sino que representan seres humanos individuales¡±, insisten fuentes de la OHCHR. Contabilizarlos de manera correcta, a?aden, es ¡°crucial¡± para reclamar responsabilidades posteriores y dignificar a cada una de las v¨ªctimas.
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