La banda presidencial de Gabriel Boric, un trabajo ¡°revolucionario¡± de 16 costureras chilenas
El nuevo Gobierno de Chile le ha encargado el s¨ªmbolo del poder del presidente a un sindicato textil que se cre¨® para visibilizar la precariedad del oficio
A media hora en coche del centro de Santiago est¨¢ la comuna La Reina. Hay all¨ª una humilde casa de familia a la que se entra por un port¨®n de rejas. En el primer piso de esa casa, en una habitaci¨®n min¨²scula, hay una m¨¢quina de coser industrial, retazos de tela, un maniqu¨ª desnudo, tijeras y restos de cintas de colores. De ese espacio poco pretencioso sali¨® algo de un enorme poder simb¨®lico: la banda presidencial que este viernes lucir¨¢ el nuevo presidente de Chile, Gabriel Boric. Trabajaron en ella las 16 mujeres del Sindicato Revolucionario Textil, reunidas en principio para visibilizar la precariedad de las costureras y que sin quererlo se han encontrado ante el trabajo de sus vidas.
Las mujeres del sindicato se conocieron por redes sociales y en octubre de 2019 se sumaron a las revueltas contra el Gobierno de Sebasti¨¢n Pi?era. Dos a?os despu¨¦s, hicieron campa?a por Gabriel Boric y conocieron a gente de su entorno. En enero recibieron un llamado: Boric quer¨ªa lucir una banda presidencial que saliese de su taller. ¡°No lo cre¨ªamos¡±, cuenta Marta Gatica, due?a de la casa de La Reina y vocera del sindicato. ¡°Ca¨ªmos cuando fuimos a La Moneda chica [donde Boric prepar¨® la transici¨®n] a tomar las medidas de Gabriel. Empezamos a medirlo de inmediato, porque ¨¦l estaba atrasado. Y nos dice: ¡®Disculpen, qu¨¦ pasa¡¯. ¡®Nosotros somos las que vamos a hacer la banda¡±. ¡°Ah, superbi¨¦n¡±, nos respondi¨®. Siempre fue muy amoroso con nosotras¡±. Arety Alvarado, a su lado, dice que el presidente electo fue ¡°un modelo agradable y muy humano¡±.
En Chile, la banda no se pasa de mano en mano, sino que es propiedad de cada presidente. Cada uno la encarga a quien quiera, siempre que respete los colores azul, blanco y rojo de la bandera y sirva para portar la piocha, una estrella esmaltada de cinco puntas que perteneci¨® al libertador Bernardo O¡¯Higgins y representa el poder presidencial. Sebasti¨¢n Pi?era encarg¨® su banda a un taller en Francia. Boric quiso que su elecci¨®n fuese tambi¨¦n un gui?o al perfil que dar¨¢ a su Gobierno. ¡°Somos gente com¨²n y corriente que trabajamos en conjunto, desde un local peque?o. Aqu¨ª no hay grandes sastres ni dise?adores. Eso es una muestra de lo que Boric quiere proyectar¡±, dice Gatica.
La banda ha sido el resultado de un trabajo en equipo. Ingrid Albornoz, socia fundadora del sindicato, explica que se gener¨® ¡°una fraternidad¡± entre las socias. ¡°Nos organizamos todas con lo que pod¨ªamos aportar. En cuatro d¨ªas hicimos la confecci¨®n, otros hicieron las compras, otras se ocuparon de la alimentaci¨®n de las compa?eras¡±, explica. El trabajo m¨¢s duro se concentr¨® en dos s¨¢bados ¡°que arrancaron a las ocho de la ma?ana y terminaron a la medianoche¡±, explica Albornoz. La sala de Gatica se vaci¨® esos dos d¨ªas de muebles y all¨ª se juntaron todas las mujeres. Mientras unas cos¨ªan, otras cortaban y un tercer grupo se encargaba de la log¨ªstica. El marido de Gatica sirvi¨® de modelo. Luego hubo que sumar horas fuera de casa: las borlas de hilo de oro que luce la banda demandaron 24 horas cada una, en un trabajo manual agotador. Boric recibir¨¢ su banda en una caja de roble, realizada a mano por otra familia que pidi¨® sumarse a la iniciativa.
Las costureras del sindicato no cobraron por su trabajo y compraron los materiales de su bolsillo. Junto con la banda que Boric lucir¨¢ el viernes entregaron otra de regalo, no oficial y fuera del plan original, bordada con los s¨ªmbolos del Chile que imaginan: los motivos ind¨ªgenas se mezclan con los campos f¨¦rtiles del centro del pa¨ªs, el homenaje a un perro que fue s¨ªmbolo de las revueltas populares y las tijeras que las representa. El conjunto fue, finalmente, un mensaje pol¨ªtico.
¡°Este va a ser un Gobierno de transici¨®n que abrir¨¢ las puertas hacia un cambio; tenemos que sentirnos parte de esto¡±, dice Gatica. Y destaca que ella, con 40 a?os, se cri¨® en dictadura, y por eso arrastra ¡°el miedo al cambio¡± de toda su generaci¨®n y la de sus padres. Boric, dice, es distinto, porque naci¨® en democracia. ¡°Gente como yo, que pas¨¢bamos tranquilos, decimos ahora que no hay que perder m¨¢s tiempo. Por eso debemos empoderar a las mujeres, porque las cosas hay que hacerlas hoy¡±, dice. Albornoz coincide: ¡°No venir con el arraigo de la dictadura le permite a Boric tener otra visi¨®n. Eso le permitir¨¢ reflexionar sobre los cambios¡±, sostiene. Las mujeres del sindicato ver¨¢n el viernes la asunci¨®n de Boric con sus familias, a las que de una forma u otra sumaron al proyecto. Habr¨¢ muchas lagrimas frente al televisor.
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