Antonia Orellana: ¡°Un Gobierno feminista debe reconocer la importancia de la acci¨®n colectiva de las mujeres¡±
La futura ministra de la Mujer y la Equidad de G¨¦nero del nuevo Gobierno de Chile advierte que en su pa¨ªs el acceso de las mujeres ¡°a altos espacios de poder no coincide con las condiciones de la mayor¨ªa¡±
La futura ministra de la Mujer y la Equidad de G¨¦nero chilena, la periodista Antonia Orellana, con 32 a?os liderar¨¢ una cartera de especial relevancia para el primer Gobierno chileno que se declara como feminista, el del izquierdista Gabriel Boric, que este viernes llega a La Moneda con m¨¢s mujeres que hombres en su Gabinete. A pocas horas de asumir, recibe a EL PAIS en una casona del municipio capitalino de Providencia, conocida como La Moneda chica, donde el presidente electo y su equipo se han instalado para elaborar la transici¨®n. Desde entonces, poco a poco el resto de los ministros del primer c¨ªrculo pol¨ªtico ¨Ccomo Izkia Siches o Camila Vallejo¨C se han instalado en otras oficinas. Orellana, sin embargo, se ha quedado en la sede junto Boric, con el que comparten cercan¨ªa y militancia pol¨ªtica en el partido Convergencia Social, una formaci¨®n peque?a que hace menos de un a?o reuni¨® a contrarreloj las 33.000 firmas necesarias para postular a la presidencia.
¡°Siempre compartimos nuestras lecturas y discutimos qu¨¦ leemos. Pero de repente es m¨¢s desde la literatura que solo desde la teor¨ªa r¨ªgida¡±, comenta Orellana en una parte de la entrevista, lo que refleja la complicidad con Boric. A veces lo llama directamente Gabriel y enseguida se corrige: ¡°Presidente¡±. La conversaci¨®n, en alg¨²n momento, se ver¨¢ interrumpida por los gritos que se escuchan desde la calle. La futura ministra explica: ¡°Debe ser ¨¦l, que est¨¢ saliendo del edificio¡±, cuenta sobre la gente que como todos los d¨ªas lo espera al otro lado de la reja para sacarse fotograf¨ªas o, simplemente, pedirle aut¨®grafos. ?l accede en un fen¨®meno bautizado como Boricman¨ªa.
Orellana estudi¨® periodismo en la Universidad de Chile, la p¨²blica de mayor importancia en el pa¨ªs, y tiene en la espalda una intensa militancia como feminista. Realiz¨® por a?os educaci¨®n popular en el terreno y entre 2015 y 2020 trabaj¨® en la Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres. ¡°Me impresion¨® el grado de dureza que una va adquiriendo respecto a la violencia. La situaci¨®n de emergencia es tal que de repente se desestiman cosas que son terribles, pero porque al frente tienes un femicidio con doble parricidio¡±, asegura sobre aquellos a?os. ¡°Cuando ocurri¨® el ataque feminicida contra Nabila Rifo en 2016 [a la que su pareja dej¨® ciega], mucha gente comentaba: ¡®Esto tiene que ser crimen organizado, porque ese nivel de ensa?amiento no es normal¡¯. Yo dec¨ªa, ¡®pucha, existen muchos antecedentes en Chile de ataques oculares, porque es una forma de agresi¨®n s¨²per significativa¡±.
Madre de un ni?o de tres a?os que la acompa?¨® en brazos a la ceremonia de nominaci¨®n del Gabinete en enero, ser¨¢ la ministra de menor edad en el Gabinete de Boric, algo a lo que no le otorga mayor significado. ¡°La juventud puede a veces ser una ventaja y de repente un obst¨¢culo. No tengo una lealtad generacional en particular ni creo que seamos todo. Vengo de la formaci¨®n feminista y mis referentes son sobre todo mujeres mayores¡±, asegura Orellana. Nombra a algunas de sus referentes: la historiadora Sandra Palestro o la coordinadora nacional de la Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres, Soledad Rojas.
¡°A nivel intelectual yo me he formado con mi compa?era Luna Follegati, que es acad¨¦mica¡±, una de las formadoras de Boric en feminismo y que ahora ser¨¢ parte de sus asesoras del Gobierno. ¡°A nivel latinoamericano leo mucho siempre a las argentinas Diana Maff¨ªa y Rita Segato. Seguimos con mucho inter¨¦s lo que hacen las compa?eras brasile?as, a las que les ha tocado un periodo bien duro¡±, cuenta la futura ministra.
En la cartera har¨¢ dupla con la subsecretaria Luz Vidal, una hist¨®rica dirigenta del Sindicato de Trabajadoras de Casa Particular, llamadas popularmente nanas. Fue una nominaci¨®n aplaudida por ciertos sectores y criticada por otros, porque Vidal no cuenta con amplios estudios, como suele suceder con quienes llegan a la primera l¨ªnea de un Gobierno. Orellana asegura que la llegada de Vidal a la subsecretar¨ªa de la Mujer ¡°representa el acceso al poder pol¨ªtico de un sector que no s¨®lo estuvo siempre privado de participaci¨®n pol¨ªtica, sino incluso de reconocimiento legal¡±. Sobre las cr¨ªticas a su preparaci¨®n, asegura que Vidal, en el marco de la pandemia, fue una de las primeras en advertir al Gobierno de Sebasti¨¢n Pi?era que hab¨ªa determinadas pol¨ªticas p¨²blicas erradas, porque dejaban fuera no solo a las trabajadoras de las casas particulares, sino que a todo un sector de independientes. ¡°Lo tuvo que explicar a asesores con muchos t¨ªtulos. Esa mirada de conocimiento de la realidad de muchas mujeres, no creo que sea reemplazable¡±, asegura Orellana en una conversaci¨®n distendida y sin apuros.
A prop¨®sito justamente de la incorporaci¨®n de Vidal, la futura ministra relata pasajes desconocidos de su propia biograf¨ªa. ¡°Fue una se?al muy emocionante para muchas generaciones y yo me incluyo, porque soy nieta de nana¡±.
Su abuela paterna se dedic¨® desde ni?a al trabajo dom¨¦stico y lo hizo con el r¨¦gimen de puertas adentro, es decir, alojada en el hogar donde trabajaba. ¡°Mi familia materna son los Guarello, de clase m¨¢s bien alta, pero mi familia paterna es una familia muy de clase baja. Mi pap¨¢, de hecho, fue el ¨²nico que fue al colegio y lo termin¨® ya de adulto¡±. Falleci¨® de un c¨¢ncer cuando la futura ministra y sus tres hermanas eran peque?as: Antonia ten¨ªa apenas cinco a?os. ?l era poeta. Se llamaba Alfredo Orellana, pero usaba Pedro Araucario como seud¨®nimo. En YouTube se puede ver un v¨ªdeo de un homenaje a su obra donde Jorge Teillier recita uno de sus escritos, Para hablar con los muertos. En el fondo del sonido se escuchan las voces infantiles de sus hijas.
¡°De mi familia paterna solamente nosotras, yo y mis hermanas, accedimos a la educaci¨®n universitaria. Mis primas est¨¢n muy orgullosas del cargo que asumir¨¦ el viernes¡±, contin¨²a Orellana, que relata que creci¨® en un hogar matriarcal, comandado por su madre y su abuela materna, ambas profesoras (una de historia y la otra, de religi¨®n, respectivamente). Eran seis mujeres en una casa, una especie de lugar protegido contra el machismo exterior. ¡°Mis referentes siempre fueron mi mam¨¢ y mi abuela. Siempre tuvimos ese momento de shock desde el espacio dom¨¦stico, donde todas ¨¦ramos mujeres y no hab¨ªa distinciones, hasta lugares donde de repente hab¨ªa cosas que yo no pod¨ªa hacer. No soy muy femenina y en el colegio viv¨ª varios momentos de choque. Cuando era chica me suspendieron por jugar a la pelota, una cosa impensada y que pasaba en Chile hasta hace poquito¡±.
Estudi¨® en un colegio peque?o del municipio de La Florida, en la zona sur de Santiago, pero la secundaria en un liceo p¨²blico, el Tajamar, donde fue parte de la movilizaci¨®n estudiantil de 2006, la primera gran crisis del primer Gobierno de la socialista Michelle Bachelet. En un movimiento conocido como la revoluci¨®n de los ping¨¹inos, demandaban fundamentalmente mejor educaci¨®n p¨²blica. Pero los resultados no fueron los esperados: ¡°Fue una experiencia bien frustrante. Particip¨¦ muy activamente y la respuesta fue un portazo. Ah¨ª yo ten¨ªa una postura bastante m¨¢s radical que la que tengo hoy¡±.
Reci¨¦n comenz¨® a militar en agrupaciones de izquierda como estudiante de la Universidad de Chile. Orellana comenta que lo que la empuj¨® ¡°fue el haber abortado y el haber vivido violencia obst¨¦trica al acudir a urgencia¡±, en una ¨¦poca en que las interrupciones del embarazo estaban penalizadas en todas sus causales. Fue en 2010, cuando ten¨ªa 20 a?os. ¡°Ah¨ª le tom¨¦ el peso a la situaci¨®n actual de las mujeres, pensando en lo que implican las normas, las instituciones. Desde ah¨ª me met¨ª a militar¡±.
Lo que le ocurri¨® entonces lo cont¨® hace meses en un debate en medio de la campa?a para la elecci¨®n de constituyentes, porque Orellana intent¨® sin ¨¦xito conformar el ¨®rgano para redactar una nueva Constituci¨®n. El v¨ªdeo se hizo viral en algunas horas. ¡°El obstetra del sistema p¨²blico me maltrat¨® mucho en urgencias y cuando le reclam¨¦ por el trato me amenaz¨® con denunciarme a Fiscal¨ªa¡±, relata en esta entrevista.
Sobre el diagn¨®stico actual de la situaci¨®n de las mujeres en Chile, reflexiona: ¡°En Chile se vive una profunda contradicci¨®n: hay un discurso y un alcance de las mujeres a altos espacios de poder que no coincide con las condiciones que vive la mayor¨ªa de las mujeres¡±. Y reinvindica el di¨¢logo transgeneracional. ¡°Si hablamos con las abuelas, veamos los cambios que hemos tenido en nuestras vidas. Yo vivo distinto de lo que vivi¨® mi abuela y eso creo que es importante reconocerlo m¨¢s all¨¢ del Gobierno de turno¡±. Y enumera los avances que considera fundamentales desde el retorno a la democracia en 1990: la eliminaci¨®n de los hijos ileg¨ªtimos ¨Ccon un impacto may¨²sculo para las madres, dice¨C, la ley de divorcio, la p¨ªldora del d¨ªa despu¨¦s. ¡°Creo que ah¨ª hay algo que se empez¨® a quebrar. Cierto tab¨² para hablar de la sexualidad de las mujeres¡±.
Destaca, a su vez, la elecci¨®n de Bachelet como la primera mujer en llegar a La Moneda. ¡°No hay nada que vaya a repetir el efecto de mujeres de todas las clases celebrando con una banda presidencial en la Alameda cuando en 2006 lleg¨® al poder. Es un recuerdo que est¨¢ bien firme en la memoria popular¡±, asegura Orellana, que aborda lo que entiende como feminismo. ¡°Una ventana a trav¨¦s de la que las mujeres de muy distintos segmentos sociales, edades, lugares, conectan con la realidad pol¨ªtica del pa¨ªs a trav¨¦s de sus experiencias personales. Para nosotras es muy importante empezar a avanzar en cosas concretas para mostrar que esta politizaci¨®n no es puro malestar, sino que se traduce en cambios¡±.
Desde que Boric result¨® electo en enero han ocurrido episodios de cierta tensi¨®n, como las cr¨ªticas de parte del movimiento feminista a la decisi¨®n de Irina Karamanos, la pareja de presidente electo, de finalmente ocupar el cargo de primera dama, aunque ambos hab¨ªan criticado profundamente ese papel en medio de la campa?a. ¡°Lo que nosotros buscamos es transformar ese papel y creo que Irina, mi compa?era de militancia, asumi¨® una posici¨®n compleja. Podr¨ªa haber sido mucho m¨¢s f¨¢cil para ella decir que no, pero algo que nos caracteriza a las feministas de Convergencia Social es que no decimos ¡®esto no es feminista, no me gusta¡¯, sino que nos arremangamos la camiseta y entramos¡±.
La cuesti¨®n del aborto
Sobre el aborto ¨Cque en Chile se permite en tres supuestos¨C, asegura que los avances estar¨¢n determinados ¡°por la convenci¨®n constitucional¡±, aunque piensa que en el caso de las ni?as violadas el l¨ªmite de 14 semanas de gestaci¨®n parece insuficiente para interrumpir un embarazo porque se tardan m¨¢s que las adultas en darse cuenta de su estado. Son las ni?as las que le preocupan especialmente, comenta en otro pasaje de la conversaci¨®n: ¡°Hay algo bien bonito en el feminismo, donde resuena mucho esa frase de ¡®lo que yo no tuve, que lo tengan ellas¡¯. Nos interesa mucho escucharlas. A las ni?as se les calla mucho. Y hay cuestiones relativas a la educaci¨®n no sexista que creemos que son muy importantes de implementar¡±.
Orellana lider¨¢ una cartera relevante del Gobierno de Boric, cuya dimensi¨®n feminista explica: ¡°Un Gobierno feminista se expresa en una voluntad de reconocer la importancia de la acci¨®n colectiva de las mujeres. No querer cooptar el movimiento de mujeres, sino que reconocerlo como actor en toda su diversidad y dialogar. Tenemos un compromiso y buscamos implementar un enfoque de g¨¦nero y feminista en todas las pol¨ªticas p¨²blicas¡±, aunque se declara conciente de la sostenibilidad fiscal y de la compleja econom¨ªa con la que deber¨¢ convivir la futura Administraci¨®n.
Y el mismo Boric, ?es feminista? Su futura ministra de la Mujer responde que, como dice la argentina Diana Maff¨ªa, ¡°el feminismo como una posici¨®n pol¨ªtica, como idea, puede ser reivindicada por cualquiera. No tiene requisitos y, en ese sentido, el presidente adquiri¨® una conciencia muy grande respecto no solo de la justicia de las demandas feministas, sino de la importancia del movimiento¡±. Finalmente, recuerda antes de la sesi¨®n de fotos que todav¨ªa le resultan extra?as, que fueron las mujeres las que salieron en diciembre a votar y las que le dieron el holgado triunfo en la segunda vuelta presidencial a Boric frente a la derecha extrema de Jos¨¦ Antonio Kast.
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