Polonia se instala en el miedo despu¨¦s del ataque a una base ucrania a 25 kil¨®metros de su frontera
El primer ministro, Mateusz Morawiecki, asegura que el bombardeo ruso busca ¡°generar p¨¢nico¡± entre la poblaci¨®n
El primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, asegur¨® este lunes que el ataque de la v¨ªspera contra una base militar en el oeste de Ucrania ¨Dsituada a apenas 25 kil¨®metros de su pa¨ªs¨D ten¨ªa como objetivo ¡°generar p¨¢nico¡± entre la poblaci¨®n. Una de las personas a las que bien podr¨ªa referirse el pol¨ªtico ultraconservador polaco es Beata Wozoszyn, de 49 a?os, que llenaba el dep¨®sito de su coche en la localidad de Lubaczow, a 13 kil¨®metros de la frontera con Ucrania. Lo hace a diario desde que empez¨® la guerra para escapar lo m¨¢s lejos posible sin necesidad de repostar en caso de que Vlad¨ªmir Putin tambi¨¦n ataque Polonia.
¡°Queremos vivir normal, pero la situaci¨®n es anormal. La gente compra menos estos d¨ªas porque est¨¢ ahorrando. Los precios han subido y nadie sabe lo que pasar¨¢ ma?ana¡±, asegura Wozoszyn en la panader¨ªa en la que trabaja en Lubaczow, donde la edad media de sus alrededor de 12.000 vecinos y las im¨¢genes de Juan Pablo II recuerdan que se trata del sudeste polaco: tradicional, religioso, avejentado y feudo de Ley y Justicia (PiS), el partido ultraconservador en el poder.
Wozoszyn cuenta que tiene ¡°mucho miedo¡± desde el principio del conflicto y que solo una vez antes en sus 49 a?os de vida ¨Dcuando el fin del periodo comunista dispar¨® el desempleo en los a?os noventa¨D hab¨ªa pensado en dejar su pa¨ªs. El bombardeo del domingo, que caus¨® al menos 35 muertos, le ha hecho replantearse por qu¨¦ se queda, m¨¢s a¨²n con sus tres hijos emancipados ya en otras partes de Polonia.
El miedo de Wozoszyn es ¨Da juicio del primer ministro polaco¨D justo lo que Mosc¨² quer¨ªa cuando decidi¨® bombardear tan cerca de un pa¨ªs miembro de la UE y de la OTAN. ¡°Un ataque con misiles a solo 20 kil¨®metros de nuestra frontera muestra c¨®mo opera Rusia. Quiere generar p¨¢nico entre la poblaci¨®n civil¡±, dijo este lunes Morawiecki en una conferencia de prensa conjunta con sus hom¨®logos de Lituania, Ingrida Simonyte, y Ucrania, Denys Shmyhal. Era una reuni¨®n del conocido como Tri¨¢ngulo de Lublin, una alianza regional inspirada en la mancomunidad polaco-lituana creada en el siglo XVI. La conferencia de prensa se convirti¨® en escaparate de la l¨ªnea dura contra Mosc¨² que abandera Polonia.
Morawiecki acus¨® a Rusia de efectuar una ¡°masacre¡± en Ucrania y de emplear los recursos naturales ¡°para chantajear¡± al resto de Europa. Y prometi¨® hacer ¡°todo lo posible¡± para que Ucrania entre en la UE. Hace una semana, el Consejo de la UE dio el visto bueno a la solicitud de Kiev, en una decisi¨®n expr¨¦s que se extiende a Moldavia y Georgia, tambi¨¦n fronterizas con Rusia. El primer ministro ucranio insisti¨® por videoconferencia en que una zona de exclusi¨®n a¨¦rea ¨Dque la OTAN rechaza imponer por temor a que globalice el conflicto¨D ¡°salvar¨ªa miles de vidas¡±.
Un pa¨ªs pol¨ªticamente dividido pero unido contra Putin
En un pa¨ªs tan pol¨ªticamente dividido como Polonia, la guerra en Ucrania ha dado una tregua a la brecha. El miedo a ser la siguiente pieza de Putin (pese a la cl¨¢usula de defensa mutua de la OTAN) y el aluvi¨®n de refugiados (es el pa¨ªs que m¨¢s ha recibido: 1,7 millones de los 2,8 millones) han dejado las divergencias en segundo plano. Tomasz Siemoniak, ministro de Defensa entre 2011 y 2016 y vicepresidente de la principal fuerza opositora, la Plataforma C¨ªvica de Donald Tusk, ha asegurado este lunes que ¡°la situaci¨®n es muy grave cuando se produce un ataque masivo con misiles¡± tan cerca de la frontera polaca. ¡°Es tambi¨¦n una se?al muy fuerte para nosotros¡±, ha agregado en una entrevista con Radio Plus.
Una se?al que los padres de Daniel Argasinski, Waldemar y Monika, no han esperado a recibir. El 25 de febrero, en el segundo d¨ªa de ofensiva rusa, dejaron Lubaczow para instalarse en los Pa¨ªses Bajos, donde Waldemar hab¨ªa trabajado en el pasado. ¡°Mi madre me llama todos los d¨ªas para decirme que me vaya con ellos¡±, afirma. Argasinski tiene 25 a?os y estudia programaci¨®n en Rzeszow, la principal ciudad del sudeste de Polonia. Al marcharse sus padres, pidi¨® y obtuvo un permiso de la universidad para continuar las clases de manera virtual. ¡°Mi hermano y yo nos hemos quedado a proteger la casa, por si alg¨²n ucranio entra a robar¡±, explica.
En este pueblo grande de casas bajas, la vida transcurre estos d¨ªas despacio, pero no apacible. De vez en cuando atraviesa el cielo un helic¨®ptero militar. Los vecinos hablan de falta de productos en los supermercados, en lo que parece una mezcla de desabastecimiento por miedo a un ataque ruso y de ruptura de stock porque los refugiados ucranios (hay un puesto fronterizo a apenas 12 kil¨®metros) tambi¨¦n compran aqu¨ª ahora, en su tr¨¢nsito hacia otras partes de Europa. ¡°Los primeros tres d¨ªas de la guerra era imposible repostar en todas las gasolineras. Ahora el combustible est¨¢ caro, pero hay¡±, asegura Stanislav mientras introduce el surtidor en su moto, justo a la salida de la localidad.
Polonia es uno de los pocos pa¨ªses de la UE que no ha cambiado su moneda, el esloti, por el euro. El empleado de una casa de cambios, que no se quiere identificar, asegura que la demanda de euros y d¨®lares por los lugare?os ha aumentado entre dos y tres veces desde que empez¨® la guerra. ¡°No es un problema, porque a los pocos minutos suelen llegar ucranios a cambiar su moneda por eslotis y entonces se compensa lo que tengo¡±, se?ala este trabajador.
Calma
En las conversaciones que se escuchan estos d¨ªas en Lubaczow, es normal o¨ªr la expresi¨®n ¡°cuando Putin ataque Polonia¡±, en vez de ¡°si Putin ataca Polonia¡±, pero el alcalde, Krzysztof Szpyt, llama a la calma y se muestra m¨¢s preocupado por el ¡°riesgo de imprecisi¨®n¡± que conlleva todo bombardeo en el pa¨ªs vecino que por un ¡°ataque directo¡±. ¡°En la guerra moderna, la verdad, no cambia tanto un bombardeo a 10 kil¨®metros o a 50 [¡] La OTAN nos da sensaci¨®n de seguridad y no queremos extender el p¨¢nico¡±, a?ade Szpyt, del PiS, en su despacho del Ayuntamiento.
A Jan, en cambio, el paraguas de la Alianza Atl¨¢ntica no le da mucha confianza. ¡°Nuestro pa¨ªs tiene la experiencia de dos guerras mundiales en las que Europa dijo que nos ayudar¨ªa y en el momento de la verdad se qued¨® de brazos cruzados¡±, afirma este polic¨ªa de 53 a?os tras ojear las esquelas en el tabl¨®n de la iglesia. Tampoco a Stanislav, que no quiere dejar de nuevo su pa¨ªs tras 14 de sus 55 a?os como trabajador de la construcci¨®n en Noruega. Menos ahora, que le gusta ¡°mucho¡± el Gobierno ultranacionalista. Considera que el principal problema de Polonia en esta crisis es que carece de armamento nuclear y que ¡°Putin ve d¨¦bil a Europa por culpa de la izquierda¡±, que ¡°ha hecho creer que dos o tres hombres, o dos o tres mujeres, son una familia, y no solo amigos¡±.
Como buen lugar de frontera, las conexiones del pasado con Ucrania llegan al presente. Czestawa Polinska tiene 86 a?os y hace la se?al de la cruz mientras recuerda c¨®mo bajaba de ni?a a los b¨²nkeres y se ocultaba en los bosques con sus padres durante la II Guerra Mundial. ¡°La gente de Rusia trat¨® de matarnos, a m¨ª y a mi familia¡±, dice sobre la invasi¨®n sovi¨¦tica de esa zona, acordada con los nazis en el pacto Ribbentrop-Molotov, el acuerdo de no agresi¨®n que firmaron Alemania y la URSS nueve d¨ªas antes del estallido de la II Guerra Mundial. Desde que empez¨® la guerra en Ucrania reza cada d¨ªa en las anexas concatedral de San Estanislao e Iglesia del M¨¢rtir ¡°para que Dios proteja a Polonia¡±.
Si un lugar tan peque?o tiene una concatedral, cuya cruz se observa sobre el resto de edificios en el centro hist¨®rico, es porque all¨ª fue trasladada en 1946 la sede del arzobispado despu¨¦s de que Lviv, que era parte de Polonia, quedase encuadrada en la URSS. Es justo la ciudad ucrania m¨¢s cercana al bombardeo del domingo. El papa Karol Wojtyla (1920-2005) visit¨® cinco veces la iglesia de Lubaczow, la ¨²ltima en 1991, ya como Juan Pablo II. En su interior est¨¢n expuestos el solideo, anillo y rosario que regal¨® al templo. Cuesta ver iglesias en los alrededores sin im¨¢genes o esculturas del fallecido papa polaco.
Aunque los polacos se han volcado con los refugiados ucranios, algunos habitantes de la zona no los ayudan porque el Ej¨¦rcito Insurgente Ucranio asesin¨® en esta zona y en la Galicia oriental durante la II Guerra Mundial a decenas de miles de sus antepasados. Un anuncio de Tax Free en un supermercado Lidl recuerda que, hace apenas tres semanas, bastantes ucranios cruzaban a comprar porque, tras la devoluci¨®n de una parte del IVA, les sal¨ªa a cuenta. Tal es la conexi¨®n que, a Argasinski, sus amigos en Rzeszow le dicen, a modo de burla, que vive en Ucrania.
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