El oligarca Mija¨ªl Fridman: ¡°Tengo que comer en casa y pr¨¢cticamente me encuentro bajo arresto domiciliario¡±
El accionista de los supermercados Dia, en la lista negra de la UE por la guerra de Ucrania, considera ¡°contraproducentes¡± las sanciones contra Mosc¨²: ¡°Empujan a los empresarios a volver a Rusia¡±.
El oligarca Mija¨ªl Fridman (ciudadano de Rusia e Israel nacido hace 57 a?os en la ciudad ucrania de Lviv) se muestra esc¨¦ptico sobre la utilidad de las sanciones que Occidente ha impuesto al empresariado ruso, entre ellos ¨¦l mismo, como respuesta a la invasi¨®n de Ucrania. ¡°El populismo es muy atractivo, pero desde el punto de vista pr¨¢ctico las sanciones son contraproducentes porque empujan a estos empresarios a volver a Rusia, puesto que no pueden ir a otra parte¡±, se?ala en una conversaci¨®n con este peri¨®dico desde Londres, donde reside desde 2015.
Fridman se siente confinado. El magnate ha dejado sus cargos en empresas, incluido el consejo de administraci¨®n de LetterOne, grupo de inversi¨®n en el que ¨¦l y su socio Petr Aven controlan algo menos del 50%. LetterOne posee el 77% de la cadena de supermercados Dia. Sus tarjetas de cr¨¦dito han sido bloqueadas y no puede desplazarse a pa¨ªses de la Uni¨®n Europea. ¡°Las autoridades de Gran Breta?a deben asignarme una determinada suma para que pueda ir en taxi y comprar comida, pero ser¨¢ una cantidad muy limitada en relaci¨®n al coste de la vida en Londres. No s¨¦ a¨²n si me bastar¨¢ para vivir normalmente, sin excesos. Ni siquiera puedo invitar en un restaurante. Tengo que comer en casa y pr¨¢cticamente me encuentro bajo arresto domiciliario¡±, dice.
Cuenta el empresario que no sabe a¨²n si podr¨¢ seguir manteniendo la casa que compr¨® y restaur¨® cuando se traslad¨® a la capital brit¨¢nica junto con su familia en una ¨¦poca en la que ya hab¨ªa comenzado el clima de inestabilidad para las inversiones en Rusia. Uno de los fines de su mudanza a Londres era diversificar los activos que hab¨ªa obtenido en la venta (a la empresa estatal Rosneft) de su participaci¨®n en el gran consorcio petrolero privado TNK-BP. ¡°No est¨¢ claro que pueda seguir viviendo en Londres o si me ver¨¦ obligado a irme, algo que ahora no puedo y no quiero hacer por muchas causas¡±, se?ala.
¡°A Occidente no le ir¨¢ mejor si obliga a muchos brillantes e interesantes empresarios a marcharse a Rusia, en lugar de integrarlos m¨¢s e intentar que adopten alguna posici¨®n, aunque es evidente que el empresariado privado tiene una influencia nula sobre [Vlad¨ªmir] Putin¡±, afirma.
Fridman califica de ¡°idiotez¡± la opini¨®n seg¨²n la cual los oligarcas pueden obligar al presidente ruso a interrumpir la guerra, una palabra que elude, ya que prefiere referirse a esta realidad sangrienta con eufemismos y expresiones tales como ¡°cat¨¢strofe¡± o ¡°lo que sucede (en Ucrania)¡±.
¡°No estoy dispuesto a que corran riesgos las numerosas personas que dependen de m¨ª¡±, dice, refiri¨¦ndose al contingente de 400.000 a 500.000 empleados que, seg¨²n ¨¦l, trabajan o est¨¢n relacionados con sus compa?¨ªas en Rusia.
Opina Fridman que, si bien los empresarios privados no pueden influir sobre Putin, s¨ª podr¨ªan, en cambio, ¡°intentar trasmitir su punto de vista si tuvieran m¨¢s libertad de elecci¨®n¡±. En las actuales condiciones ¡°los sancionados tendr¨¢n que volver a Rusia, donde no les quedar¨¢ m¨¢s salida que ser absolutamente leales, y donde seguir¨¢n trabajando, porque son gentes en¨¦rgicas, brillantes y con talento, y fundar¨¢n negocios y crear¨¢n puestos de trabajo¡±, se?ala.
La conversaci¨®n se asemeja a un paseo por la cuerda floja, en el que cualquier p¨¦rdida del equilibrio ¡ªen este caso verbal¡ª puede tener graves consecuencias, sea cual sea la direcci¨®n de la ca¨ªda. En Occidente, las sanciones; en Rusia, la reacci¨®n de sus irascibles dirigentes. Fuentes moscovitas afirman que el personal de diversos empresarios rusos residentes en Occidente ha comenzado a ser interpelado por los servicios de seguridad, interesados en saber si sus patrones tienen intenci¨®n de regresar a la patria.
¡°Nunca quisimos acercarnos al poder¡±
Insiste el oligarca en la necesidad de que Occidente comprenda que ¡°existen distintos rusos y que no se puede castigar a todos¡±. ¡°Occidente debe ser m¨¢s inteligente, porque castigar a los rusos solo por el hecho de ser rusos incrementa la confrontaci¨®n y tambi¨¦n el n¨²mero de partidarios de la pol¨ªtica antioccidental en Rusia¡±.
¡°Llevo ocho a?os en Londres, he invertido miles de millones de d¨®lares en Gran Breta?a y otros pa¨ªses europeos y la respuesta a esto es que me lo confiscan todo y me echan¡±, se queja. Los oligarcas no est¨¢n unidos por un sentido gremial. ¡°No existe un club de oligarcas. Todos somos gente diferente. Para tener una iniciativa hay que hablar con alguien y lo m¨¢s horrible es que nadie aqu¨ª habla con nosotros¡±, exclama Fridman.
¡°Nos dedic¨¢bamos exclusivamente a los negocios y nunca quisimos acercarnos al poder, siempre intent¨¢bamos mantenernos a distancia y no particip¨¢bamos en ninguna discusi¨®n que no se refiriera directamente a las condiciones de gesti¨®n del negocio. Nos propusimos mantener una relaci¨®n constructiva con las autoridades y no entrar en ning¨²n conflicto con ellas. Putin no admit¨ªa ninguna discusi¨®n sobre pol¨ªtica interior¡±, explica sobre sus actividades empresariales en Rusia.
En 2003, cuando Putin marc¨® los l¨ªmites al oligarca Mija¨ªl Jodorkovski (que acab¨® encarcelado), qued¨® claro que ¡°cualquier participaci¨®n en la vida pol¨ªtica era inaceptable¡±. ¡°A partir de entonces no apoyamos a ning¨²n pol¨ªtico, porque consider¨¢bamos que hubiera sido una transgresi¨®n del marco que el Kremlin exig¨ªa del empresariado¡±, contin¨²a.
Aunque asegura no haber financiado a partidos pol¨ªticos, Fridman afirma haber hecho una excepci¨®n con Boris Nemtsov, de la Uni¨®n de las Fuerzas de Derechas (SPS, en su abreviatura rusa) cuando esta formaci¨®n estaba a¨²n representada en la Duma Estatal (C¨¢mara baja del Parlamento). Lo hizo, dice, ¡°porque esta fuerza estaba orientada a la empresa privada¡±. Y por un segundo motivo: ¡°Nemtsov era muy buen amigo m¨ªo, un verdadero pol¨ªtico, absolutamente honrado, incorruptible y abierto¡±. El pol¨ªtico fue asesinado al lado del Kremlin en febrero de 2015.
El oligarca admite que ¡°algunas sanciones econ¨®micas pueden ser eficaces, porque presionan sobre la econom¨ªa rusa y en consecuencia influyen en la opini¨®n de los l¨ªderes del pa¨ªs. ¡°Pero las sanciones contra empresarios privados no tienen sentido, porque la mayor¨ªa de ellos han hecho su negocio gracias a su talento, esfuerzo y cualidades personales¡±, contin¨²a.
Despu¨¦s de que Bruselas incluyera a Fridman en su lista negra de empresarios sancionados por su supuesta vinculaci¨®n con Putin, el oligarca ha abandonado todos los cargos que detentaba, tanto en sus empresas como en entidades culturales en las que participaba. Esto incluye el consejo de administraci¨®n del conglomerado LetterOne, (inversor en la cadena de supermercados D¨ªa en Espa?a y de Alfa Bank, el primer banco privado de Rusia). El empresario, varios de cuyos antepasados perecieron en el Holocausto, se retir¨® tambi¨¦n del consejo de supervisi¨®n del Centro Conmemorativo del Holocausto Babi Yar, un proyecto inaugurado en octubre de 2021, en presencia del presidente de Ucrania, Volod¨ªmir Zelenski. El memorial se encuentra en el lugar cercano a Kiev donde los ocupantes nazis exterminaron a cerca de 100.000 jud¨ªos de 1941 a 1943.
En enero, Fridman asisti¨® en Madrid a una proyecci¨®n de la pel¨ªcula Babi Yar. Contexto, del ucranio Sergu¨¦i Loznitsa, organizada por la Fundaci¨®n Hispano Jud¨ªa. Entre los proyectos que el oligarca estaba dispuesto a cofinanciar poco antes de ser afectado por las sanciones, est¨¢ una exposici¨®n de material gr¨¢fico in¨¦dito de la Guerra Civil Espa?ola, planeada por la Asociaci¨®n de Aviadores de la Rep¨²blica espa?ola (ADAR).
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