Mar¨ªa Jimena Duz¨¢n: ¡°Aspiro a que no me maten, con eso estoy contenta¡±
La investigadora presenta un ¡®podcast¡¯ de ¨¦xito en Colombia despu¨¦s de una vida dedicada a los medios tradicionales
Mar¨ªa Jimena no usa guion en sus programas, me confiesa la gente de su equipo mientras observamos por la ventana una cl¨¢sica tarde de lluvia bogotana. En ese momento, vemos a Mar¨ªa Jimena Duz¨¢n (Bogot¨¢, 1960) bajarse de un coche en la calle y correr a toda prisa hacia el edificio para no mojarse. En unos minutos descubrir¨¦ por qu¨¦ no necesita libreto. La periodista e investigadora, sentada en el sof¨¢ de su oficina, suelta un torbellino de ideas y conceptos que podr¨ªan alimentar el caos existencial en el que vivimos, pero resulta que, m¨¢gicamente, todo adquiere un sentido preciso. Mientras hace el podcast su equipo verifica en tiempo real fechas, nombres, hitos. Rara vez se equivoca, me dicen. Duz¨¢n tiene Colombia en la cabeza.
Pregunta. ?Hered¨® una columna cuando solo ten¨ªa 16 a?os!
Respuesta. Mi pap¨¢ trabajaba en el peri¨®dico El Espectador y yo la continu¨¦. Fue una verg¨¹enza, tengo que reconocerlo. Para superarlo le ped¨ª expresamente al director, Guillermo Cano, que me ense?ara a hacer periodismo. Quise ser una reportera total.
P. Pablo Escobar asesin¨® a Cano por revelar que era un narcotraficante, algo que hizo la unidad de investigaci¨®n que usted integraba.
R. Eso le quit¨® la dignidad a Escobar como congresista. Poco despu¨¦s se fug¨® y empez¨® una guerra sangrienta que nunca imaginamos. Eramos chiquitos y no nos d¨¢bamos cuenta de lo que nos ven¨ªa. Mataron a Cano y despu¨¦s pusieron una bomba en la sede del peri¨®dico. Nos toc¨® a todos irnos del pa¨ªs, todo se desmantel¨®.
P. Por esa ¨¦poca tambi¨¦n mataron a su hermana.
R. Se llamaba Silvia Duz¨¢n, la mataron mientras hacia un documental. Hay una generaci¨®n entera de Colombia que fue desaparecida en esta guerra. Todos contra todos. Las guerrillas amenazaban un establecimiento feudal y este se arm¨® y as¨ª nacieron los paramilitares. Nunca imaginamos que el monstruo iba a ser tan grande.
P. Una de sus tesis como investigadora es que Escobar cambi¨® las ¨¦lites del pa¨ªs.
R. Lleg¨® al Congreso, es decir, los narcos entraron en pol¨ªtica. Muchos de los que entraron con ¨¦l ah¨ª siguen. Han cambiado su pasado, sus nombres e intentan limpiar sus fortunas, pero son ellos. Por eso digo que Colombia es una mafiocracia. El problema no es el narcotr¨¢fico, como se cree habitualmente, sino la acumulaci¨®n de capital que este hizo hace 30 a?os en las regiones y que cre¨® las ¨¦lites que ahora controlan el pa¨ªs.
P. Muchas de sus investigaciones se dirigen contra los Char, una familia de Barranquilla, ciudad de la costa famosa por su carnaval.
R. Eran lavadores de un cartel, seg¨²n una investigaci¨®n, y ahora est¨¢n en pol¨ªtica. Escobar consideraba que el poder del narco ten¨ªa que democratizar la burgues¨ªa colombiana, hacer que nuevos ricos ocuparan el poder. Ha ocurrido.
P. Odia la palabra reinventarse. Se la repiten ahora que empez¨® a hacer podcasts.
R. Me hart¨¦ de escuchar que los periodistas, por la crisis de los medios, tenemos que reinventarnos. Me mama. El periodismo sigue siendo el mismo, solo que hay diferentes plataformas para contar las historias. Esto es un desaf¨ªo. A m¨ª me parece lo m¨¢ximo.
P. ?La realidad puede ser mejorada por las consecuencias del trabajo period¨ªstico?
R. Trato de ser optimista, pero me cuesta serlo. Conoces tanto el monstruo que te preguntas para qu¨¦ sirve esta vaina. Aunque cuando veo a ?lex Char (fue precandidato presidencial sin ¨¦xito) sacar una votaci¨®n tan mala me emociona. Con eso me basta, no quiero tumbar ministros. Lo que aspiro es a que no me maten, con eso estoy contenta. Y aspiro a construir cierta cultura y cierta reflexi¨®n en la sociedad.
P. Fue la sombra en Chile durante tres d¨ªas del candidato de izquierdas, Gustavo Petro, el favorito a presidir Colombia este a?o. Despu¨¦s escribi¨® un reportaje. ?Qui¨¦n es este hombre tan expuesto y a la vez tan misterioso?
R. Es un personaje herm¨¦tico, al que le gusta bailar salsa. En la cr¨®nica cont¨¦ que, mientras los pol¨ªticos que rodeaban a Boric iban en tenis y muy informales, Petro llevaba unos zapatos Ferragamo y un cintur¨®n Gucci. ?l era m¨¢s radical en lo econ¨®mico que ellos. Titul¨¦ ese reportaje Petro ya no es mamerto, como se le dice aqu¨ª a los izquierdistas. Hasta hace poco ser de izquierdas era como ser lesbiana, la misma cr¨ªtica feroz. Si gana, va a ser el primer presidente de izquierdas desde que Sim¨®n Bol¨ªvar se independiz¨® de Espa?a. Y eso es un gran historia que contar.
P. D¨ªgame, ?por qu¨¦ en Colombia, a pesar de todo esto que hemos hablado, se puede vivir sabroso?
R. Por el baile y por su diversidad. Por la guerra, los colombianos no conocen bien su territorio. Conocen m¨¢s Miami que el Vichada. Ahora, despu¨¦s del acuerdo de paz, se puede viajar m¨¢s. Ya era hora, carajo. Antes al sur solo iba con la guerrilla o el ej¨¦rcito. Ahora voy sola, a conocer y a entender. Y por la m¨²sica, que me fascina. Para nosotros una manera de descansar es salir a bailar. Pens¨¦ que era as¨ª en todo el mundo, pero no. ?Solo aqu¨ª!
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