La participaci¨®n en Francia cae cuatro puntos respecto a 2017
La ausencia de una verdadera campa?a electoral con debates y la sensaci¨®n de que todo est¨¢ ya decidido de antemano crea un fuerte ambiente de indecisi¨®n y hasta desidia de unos ciudadanos cansados de votar por descarte
El sol luc¨ªa radiante, por fin tras interminables d¨ªas de lluvia, en pr¨¢cticamente toda Francia este domingo de elecciones presidenciales en el que casi 49 millones de franceses est¨¢n llamados a votar. Pero ni el espl¨¦ndido cielo azul pudo evitar que la sombra de la abstenci¨®n se cerniera, amenazadora, sobre un proceso democr¨¢tico que ha estado marcado por un alto desinter¨¦s social entre los coletazos de la pandemia de coronavirus y la guerra de Ucrania y una campa?a electoral casi invisible. A ello se un¨ªa la sensaci¨®n generalizada de que todo estaba decidido de antemano, que los finalistas de 2017, el presidente saliente, Emmanuel Macron, y la l¨ªder de extrema derecha Marine Le Pen, repetir¨ªan la jugada y se enfrentar¨¢n nuevamente dentro de dos semanas en la ronda definitiva, como finalmente ha sucedido.
Como cada domingo, Simon agitaba el peri¨®dico comunista L¡¯Humanit¨¦ desde una esquina del mercado de la plaza de Saint-Denis, en la otra punta de la bas¨ªlica donde est¨¢n enterrados todos los reyes de Francia hasta 1789, en esta localidad de la empobrecida periferia parisina. Desde la medianoche del viernes al s¨¢bado estaba prohibido hacer campa?a electoral, pero nada le imped¨ªa mostrar la portada con la foto del candidato del Partido Comunista, Fabien Roussel, y entablar conversaci¨®n con quien quisiera escuchar. Reconoc¨ªa que la jornada electoral era rara, con poco ambiente tras una campa?a tambi¨¦n at¨ªpicamente desangelada. ¡°Parece un domingo cualquiera¡±, dec¨ªa. Desde luego, el mercadillo y la iglesia estaban este domingo m¨¢s abarrotados que los centros electorales de esta ciudad de la banlieue parisina, que tradicionalmente registra una de las tasas de abstenci¨®n m¨¢s altas de toda Francia. ¡°El desaf¨ªo ya no es solo que la gente vote comunista, sino que siquiera vaya a votar hoy¡±, admit¨ªa este militante comunista.
El ¨²ltimo recuento oficial, a dos horas del cierre de los primeros colegios electorales, confirmaba la tendencia detectada desde la ma?ana de una participaci¨®n m¨¢s baja que cinco a?os atr¨¢s. Seg¨²n el Ministerio del Interior, a las cinco de la tarde, el porcentaje de votaci¨®n era del 65%, frente al 69,42% de 2017. Solo en el a?o al que ahora todos miran con aprensi¨®n, 2002, cuando la extrema derecha se clasific¨® por primera vez para la segunda vuelta, el nivel fue a¨²n m¨¢s bajo, del 58,45 %. Las estimaciones tras el cierre de urnas confirmaban que la abstenci¨®n, de 26,2% seg¨²n el instituto Ifop, era m¨¢s fuerte que en 2017, pero no ha batido el r¨¦cord de hace dos d¨¦cadas, cuando lleg¨® al 28,4%.
A la cola del autob¨²s para regresar a la vecina localidad de Stains, donde vive y trabaja como funcionaria municipal, Sandrine, una francesa de origen marroqu¨ª en la cincuentena, reconoc¨ªa que segu¨ªa sin saber a qui¨¦n votar¨ªa. Normalmente, habr¨ªa votado a primera hora de la ma?ana. Esta vez, prefiri¨® darse algo m¨¢s de tiempo. ¡°Es la primera vez que dudo de verdad. No s¨¦ bien a qui¨¦n votar, tengo la sensaci¨®n de que se podr¨ªa meter a todos los candidatos en el mismo saco¡±, suspiraba.
S¨¦bastien, un vecino de Saint-Denis de 40 a?os, acababa de emitir su voto, pero tampoco se sent¨ªa satisfecho. ¡°No hay un candidato que me entusiasme¡±, reconoci¨®. Si se hab¨ªa decidido a acudir hasta su colegio electoral era para evitar lo que advierten analistas y sondeos desde hace tiempo: que la extrema derecha no solo llegue, como est¨¢ previsto, a la segunda vuelta, sino que incluso gane o pierda por un margen m¨ªnimo de votos. ¡°Es terrible tener que hacer un voto estrat¨¦gico, no por adhesi¨®n o convicci¨®n¡±, lamentaba este votante ¡°de izquierdas¡±, como se define.
Si la abstenci¨®n estaba en la mente ¡ªy los temores¡ª de muchos analistas y responsables pol¨ªticos es porque se tem¨ªa que esta pudiera llegar hasta la cota nunca vista en unas presidenciales del 30%, seg¨²n llegaron a alertar las encuestas. Finalmente, las estimaciones la sit¨²an en unos cuatro puntos m¨¢s que en 2017, pero por debajo del r¨¦cord de 28,4% de una fecha que estos d¨ªas tambi¨¦n trae muchos (malos) recuerdos: el 21 de abril de 2002, hace ahora casi 20 a?os, la extrema derecha logr¨® pasar a la segunda vuelta de la mano de Jean-Marie Le Pen, l¨ªder del Frente Nacional y padre de Marine Le Pen. La hoy candidata est¨¢ al frente del mismo partido rebautizado como Reagrupamiento Nacional (RN), con un ideario de base ¡ªnacionalista, antiinmigrantes, proteccionista¡ª matizado, pero a¨²n similar. Tambi¨¦n entonces, como hoy, muchos franceses pensaron que la primera vuelta estaba ya decidida (pasar¨ªan el favorito, el socialista Lionel Jospin, y el conservador Jacques Chirac) y que no pasaba nada si no iban a votar, que ya lo har¨ªan en la segunda ronda.
El hecho de que las encuestas lleven semanas diciendo que el duelo presidencial se resolver¨¢ entre Macron y Le Pen podr¨ªa desincentivar a muchos electores a acercarse este domingo a las urnas. Con el peligro de que el avance del RN ahora no es un accidente circunstancial, sino una progresi¨®n estable ¡ªLe Pen ya logr¨® pasar a la segunda vuelta en 2017 y su partido ha mantenido durante a?os una base de voto estable¡ª y que, por primera vez, algunos sondeos y an¨¢lisis se?alan que no ser¨ªa imposible tener a una Le Pen presidenta, con las consecuencias nacionales e internacionales que ello tendr¨ªa.
En un intento de dar ejemplo, candidatos y pol¨ªticos se dejaron ver pronto este domingo en sus colegios electorales. La socialista y alcaldesa de Par¨ªs, Anne Hidalgo, fue la primera de los 12 candidatos presidenciales en emitir su voto, en el distrito 15 de la capital, poco antes de las nueve de la ma?ana. Fue su ¨²nico primer puesto en una jornada que se ha confirmado catastr¨®fica para el Partido Socialista, que no llegaba ni al 2% de los votos, por detr¨¢s no solo del candidato comunista Fabien Roussel, que tambi¨¦n vot¨® temprano, sino hasta del candidato ruralista y casi anecd¨®tico Jean Lasalle.
El ¨²nico candidato de izquierdas que logr¨® despegar, aunque sin lograr pasar a segunda vuelta, fue el populista Jean-Luc M¨¦lenchon, que confirm¨® su tercer lugar con m¨¢s de 21% de los votos, tras Macron y Le Pen. Ning¨²n otro postulante de izquierdas llegaba siquiera al 5%. Todos los intentos de presentar una candidatura ¨²nica de izquierdas han fracasado estrepitosamente desde la gran debacle de la izquierda en 2017. ¡°Es deplorable¡±, se indignaba S¨¦bastien en Saint Denis. ¡°Luego vendr¨¢n a llorar porque avanza la extrema derecha¡±.
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