La propuesta de un grupo de intelectuales de levantar las sanciones al chavismo gana adeptos entre la oposici¨®n
Los cr¨ªticos acusan a sus promotores de buscar una apertura econ¨®mica en detrimento de un cambio democr¨¢tico en Venezuela
Un influyente grupo de economistas, acad¨¦micos, activistas de derechos humanos, empresarios y periodistas vinculados a la oposici¨®n de l¨ªnea moderada en Venezuela envi¨® hace pocos d¨ªas una carta abierta al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, solicit¨¢ndole modificar la pol¨ªtica vigente de sanciones internacionales en contra del r¨¦gimen de Nicol¨¢s Maduro.
La iniciativa toma una importante distancia sobre el que, hasta el momento, ha sido uno de los elementos constitutivos de la oposici¨®n venezolana en su enfrentamiento con Maduro, y que se expresa pol¨ªticamente en el liderazgo de Juan Guaid¨®, hoy lastimado y cuestionado luego de un agotador e infructuoso pulso de tres a?os. Al afirmar que ¡°las sanciones econ¨®micas y la pol¨ªticas de m¨¢xima presi¨®n no lograron sus objetivos¡±, los firmantes proponen reactivar con urgencia el di¨¢logo pol¨ªtico para lograr mejoras econ¨®micas y estabilidad institucional. Aunque ha generado muchas cr¨ªticas, la propuesta comienza a ganar adeptos entre la oposici¨®n venezolana.
Los promotores de la misiva afirman que ¡°si bien las sanciones econ¨®micas no son la ra¨ªz de la emergencia humanitaria en Venezuela, han exacerbado gravemente las condiciones para el venezolano promedio. La gran mayor¨ªa del pueblo vive en la pobreza, con inseguridad alimentaria y expuesta a severas deficiencias de salud. La electricidad, el saneamiento y la calidad del agua presentan un estado de profundo deterioro. Las negociaciones deben colocar los temas humanitarios al centro y avanzar en su soluci¨®n con la urgencia que ameritan¡±. El pronunciamiento hace un ¨¦nfasis particular para que el acercamiento permita a la naci¨®n reactivar su producci¨®n petrolera con el objeto de recuperar el terreno perdido en estos a?os.
Aunque el comunicado ha sido muy criticado y rebatido en el debate cotidiano de las redes sociales, el contenido de esta propuesta parece ganar espacio en el campo de la disidencia democr¨¢tica, apurada por producir mejoras en el entorno econ¨®mico, recuperar el salario y el empleo y encontrar un punto m¨ªnimo de coincidencias con el estamento gobernante que hagan posible la soluci¨®n de problemas urgentes.
¡°Detr¨¢s de esta iniciativa hay intereses promoviendo una agenda que es mucho m¨¢s peligrosa¡±, ha afirmado Freddy Guevara, cr¨ªtico del documento y cercano colaborador de Juan Guaid¨®. ¡°Hay gente que no le importa que nos resignemos a vivir en una dictadura a cambio de una apertura econ¨®mica¡±, ha agregado.
¡°Las sanciones planteadas como un fin en s¨ª mismo y no como un mecanismo para obtener alg¨²n cambio est¨¢n condenadas al fracaso¡±, se?ala por su parte Maryhen Jim¨¦nez, acad¨¦mica de la Universidad de Oxford. En su opini¨®n, el planteamiento de la carta es una invitaci¨®n a destrabar el statu quo.
Jim¨¦nez plantea que las m¨²ltiples interpretaciones que ha tenido la carta abierta a la Administraci¨®n de Biden indican que no todo qued¨® claro en la misiva y que hay todav¨ªa aspectos por dilucidar en esta nueva ruta. ¡°Los reg¨ªmenes autoritarios siempre condicionan la democracia¡±, apunta la polit¨®loga. ¡°Pero el actual estancamiento tiene un alto costo para la oposici¨®n. Mientras m¨¢s tiempo pase, la sociedad se va a adaptando a estos mecanismos de ajuste que se est¨¢n viviendo. Ahora el que tiene dinero puede, y el que no, queda fuera. A medida que las perspectivas de cambio pol¨ªtico se alejan, se impone el instinto de supervivencia. La oposici¨®n tiene el deber de reconectar el ideal del bienestar con la causa de la democracia¡±.
Michael Penfold, acad¨¦mico y polit¨®logo, ha escrito en Twitter que ¡°a estas alturas cualquier cambio pol¨ªtico en Venezuela, para que sea efectivo, requiere de una ruta institucional y electoral que sea negociada con respaldo internacional¡±. Penfold, uno de los promotores de este pronunciamiento, argumenta que ¡°flexibilizar sanciones quiere decir que as¨ª como se relajan se pueden cerrar. Si las sanciones no son utilizadas como incentivos sino como castigo permanente (nunca se quitan) solo producen m¨¢s de lo mismo, y con m¨¢s cohesi¨®n del r¨¦gimen y una oposici¨®n cada vez m¨¢s debilitada.¡±
¡°Estamos en una dictadura¡±, afirma por su parte Marino Alvarado, director de la ONG Provea, una de las m¨¢s activas en el pa¨ªs en materia de derechos humanos y una de las que se ha enfrentado m¨¢s abiertamente a Nicol¨¢s Maduro. ¡°Por lo tanto la negociaci¨®n no debe ser adelantada para reforzar la dictadura sino para que rescatemos la democracia. Adem¨¢s, se han cometido cr¨ªmenes de lesa humanidad desde el Gobierno de Maduro. Los responsables no deben gozar de impunidad. La negociaci¨®n no debe dar la espalda a las v¨ªctimas y sus exigencias de justicia¡±.
En medio del enjambre de cr¨ªticas, el desglose de algunos puntos de vista ha hecho posible que se produzcan algunos intercambios entre activistas opositores de signo opuesto. Hace poco, la compa?¨ªa de servicios financieros Barclays emiti¨® un an¨¢lisis evaluando la crisis venezolana, en el que afirma que es poco probable que la administraci¨®n Biden acepte flexibilizar su postura ante Venezuela en el corto plazo, salvo quiz¨¢s en el sector petrolero, teniendo ante s¨ª el complejo panorama pol¨ªtico que debe enfrentar en las elecciones legislativas de su pa¨ªs.
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