El problema de Jair Bolsonaro con las mujeres (que votar¨¢n en octubre)
El presidente de Brasil, que tiene un escaso respaldo entre el electorado femenino, se apoya en su esposa y en una pastora evang¨¦lica que fue ministra para revertir la tendencia
Los exabruptos mis¨®ginos fueron parte de la artiller¨ªa de declaraciones escandalosas con las que Jair Bolsonaro logr¨® ser un pol¨ªtico conocido en todos los rincones de un pa¨ªs enorme como Brasil. Cuando era diputado le espet¨® a una parlamentaria izquierdista, en el pleno de la C¨¢mara: ¡°Nunca la violar¨¦ porque usted no se lo merece¡±. El presidente brasile?o tiene un problema grave con las mujeres, un obst¨¢culo en su deseo de ser reelecto y un dique de contenci¨®n para quienes desean verlo lejos del poder. A seis meses de los comicios, las encuestas m¨¢s recientes indican que solo un 25% de las electoras est¨¢ dispuesta a votarle, 22 puntos menos que los hombres. Brasil nunca hab¨ªa tenido un candidato con un apoyo tan dispar entre ambos g¨¦neros hasta que el militar retirado lleg¨® a primera l¨ªnea de la pol¨ªtica. Incluso en la elecci¨®n de Dilma Rousseff unas y otros votaron similar.
¡°La primera vez que me llamaron mis¨®gino no sab¨ªa lo que era, tuve que buscar en Google¡±, cont¨® Bolsonaro en una entrevista al poco de llegar a la Presidencia. A?os antes fue el ¨²nico diputado que vot¨® contra la ampliaci¨®n de los derechos laborales para las empleadas dom¨¦sticas.
A menudo se destaca que los evang¨¦licos impulsaron la victoria de Bolsonaro en 2018 porque ocho de cada diez vot¨® por ¨¦l. Es mucho menos recordado otro dato contundente: dos de cada tres varones brasile?os marc¨® el n¨²mero del militar en la urna electr¨®nica.
Bolsonaro y su equipo son conscientes del problema ¡ªque ya tuvo en 2018 aunque en el ¨²ltimo minuto revirti¨® la tendencia¡ª y han empezado a tomar medidas para ganarse al p¨²blico femenino, como implicar m¨¢s a la primera dama, Michelle, y apoyarse en la pastora evang¨¦lica Damares Alves, hasta hace nada ministra de Mujer, Familia y Derechos Humanos. Ha dejado el cargo para concurrir a las pr¨®ximas elecciones.
Y el presidente abri¨® un hueco a las brasile?as en los directos semanales que difunde en Facebook. ¡°Este mes de marzo, todos los jueves, vendr¨¢ una ministra a hablar de 10 a 12 minutos m¨¢ximo y comentar pol¨ªticas para las mujeres¡±, anunci¨®. Y as¨ª fue. Desde ese espacio en el que rara vez le acompa?a una mujer que no sea la traductora del lenguaje de signos, ellas y varias secretarias de Estado desgranaron las acciones gubernamentales centradas en las brasile?as.
Pese al precedente de Rousseff y a que existen cuotas para las candidaturas, la presencia de mujeres en la pol¨ªtica brasile?a es escas¨ªsima si se compara con el resto del mundo. Este Gobierno siempre ha tenido muchos m¨¢s ministros militares que ministras. Solo hay una gobernadora, y parlamentarias, alcaldesas y concejalas rondan el 15%.
Como les ocurre a otros l¨ªderes internacionales de extrema derecha, la animadversi¨®n femenina hacia Bolsonaro empieza por su estilo. La soci¨®loga Esther Solano explica que el mandatario brasile?o ¡°representa ese modelo de macho en el que la agresividad es un elemento intr¨ªnseco de su manera de hacer pol¨ªtica¡±. A esos modos que le acompa?an durante su larga carrera pol¨ªtica, se a?aden otros que han aflorado desde que es presidente. ¡°Muchas brasile?as son madres solas y consideran los cuidados muy importantes. Para ellas, ver c¨®mo se burlaba de los muertos de la covid ha sido muy agresivo. Tambi¨¦n les resulta frustrante que se presente como defensor de las familias y en la pandemia incumpliera su promesa de cuidarlas¡±.
Aunque Brasil es uno de los pa¨ªses que ha registrado m¨¢s muertos por la covid, Bolsonaro rechaza las evidencias cient¨ªficas y se ha mofado reiteradamente de los muertos con respuestas como ¡°me llamo Messias pero no hago milagros¡± o ¡°no soy enterrador¡± cuando la prensa le preguntaba sobre los muertos, que superan los 660.000.
A?ade la especialista que adem¨¢s, millones de ellas son cabezas de familia que sienten la grave crisis econ¨®mica, esa especie de soga al cuello que cada d¨ªa aprieta m¨¢s. Y, aunque Bolsonaro proclama constantemente su defensa de valores ultraconservadores y ha nombrado un juez abiertamente evang¨¦lico para el Tribunal Supremo, las evang¨¦licas en concreto discrepan de ¨¦l en otro tema bien candente: las armas. Las medidas aprobadas para flexibilizar la compra de pistolas y fusiles preocupan mucho a ese segmento que es mayor¨ªa entre los fieles de las iglesias m¨¢s pujantes. Para estas mujeres pobres, negras o mestizas, que viven en barriadas de la periferia, la proliferaci¨®n de armas significa m¨¢s violencia. Y los que mueren son sus hijos, recalca la soci¨®loga de la Universidad Federal de S?o Paulo.
La se?ora Bolsonaro y la pastora Damares protagonizaron junto a Bolsonaro los actos del 8 de marzo. Los discursos de ambas est¨¢n hechos a la medida de las mujeres conservadoras con la familia tradicional como pilar sin olvidar la promoci¨®n del emprendedurismo o la lucha contra los feminicidios.
Un mes antes de las ¨²ltimas presidenciales miles de mujeres marcharon en decenas de ciudades al grito ¡°ele n?o¡± (¨¦l, no). Aquel multitudinario clamor contra Bolsonaro hizo so?ar a muchos progresistas, pero el candidato de extrema derecha y nost¨¢lgico de la dictadura qued¨® cerca de ganar en primera vuelta.
Su impopularidad entre las mujeres se redujo en la recta final y finalmente el 53% de las brasile?as le votaron. En O Brasil dobrou a dereita (Brasil gir¨® a la derecha), Jairo Nicolau analiza en detalle esta singular elecci¨®n y sus resultados. Apunta dos motivos para la remontada entre las mujeres (porque Bolsonaro siempre tuvo un apoyo mayoritario entre los varones): indecisas que se inclinaron por el capit¨¢n y la influencia de los l¨ªderes evang¨¦licos que pidieron el voto para ¨¦l (y contra el Partido de los Trabajadores de Lula).
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