Lula necesita ganar las elecciones en Brasil por goleada
El expresidente sabe que, de arrebatarle la presidencia a Bolsonaro, este har¨¢ hasta lo imposible para intentar anularlas
Faltan poco m¨¢s de nueve meses para las elecciones presidenciales de Brasil que, seg¨²n todos los analistas pol¨ªticos, se anuncian como las m¨¢s dram¨¢ticas y con mayores inc¨®gnitas desde la dictadura. Ya en el primer sondeo de este a?o, el de Quaest Genial, el expresidente Lula da Silva aparece con un 45% de los votos contra el 23% de Bolsonaro. Le sigue solo el exjuez de la Lava Jato, S¨¦rgio Moro, con un 9%.
El presidente de extrema derecha ha sentido el golpe y enseguida ha reaccionado. ¡°Quieren elegir al corrupto¡±, dijo Jair Bolsonaro con sarcasmo, y volvi¨® a atacar a los magistrados del Supremo que, seg¨²n ¨¦l, ya han decidido que gana el pleito Lula. Como Bolsonaro no est¨¢ dispuesto a aceptar la derrota, conf¨ªa en que si gana Lula, tendr¨¢ a los suyos. El grupo m¨¢s fan¨¢tico que corresponde a un 15% del electorado, junto con algunas de las fuerzas policiales y hasta del Ej¨¦rcito, estar¨ªan a su lado en caso de una sublevaci¨®n que ¨¦l est¨¢ ya alimentando.
La primera se?al ha sido el anuncio de un aumento de sueldo a los cuerpos policiales, lo que ha provocado desde ya la amenaza de una huelga general de las otras categor¨ªas de funcionarios p¨²blicos en un momento cr¨ªtico en el que se ha disparado la inflaci¨®n y ha aumentado el paro.
Todo ello explica el silencio de Lula, que por ahora ve los toros desde la barrera y ni siquiera ha anunciado su candidatura oficialmente, a pesar de que todos los sondeos ¨Csin excepci¨®n¨C le otorgan la victoria con gran margen de diferencia.
Lula, en efecto, a¨²n no ha aparecido en p¨²blico en ninguna de las manifestaciones contra Bolsonaro, y est¨¢ trabajando en la sombra para preparar su programa de gobierno y las alianzas que necesitar¨¢ para poder contar con los votos suficientes en el Congreso. Por ello est¨¢ intentando lanzar puentes con los pol¨ªticos no solo con la izquierda, sino tambi¨¦n con el centro, incluso contra la voluntad de algunos de los l¨ªderes m¨¢s radicales de su partido. Algunos dentro del PT no ven esa maniobra con buenos ojos y preferir¨ªan un gobierno exclusivamente con las fuerzas de izquierda.
Conociendo, sin embargo, los juegos de la pol¨ªtica como pocos, Lula est¨¢ demostrando ser consciente de las dificultades que conlleva hacerle frente a Bolsonaro. Y camina con pies de plomo. Ya antes necesit¨® apoyarse en partidos conservadores para tener mayor¨ªa en el Congreso.
Lula sabe muy bien que, a¨²n ganando las elecciones, el presidente har¨¢ hasta lo imposible para intentar anularlas sirvi¨¦ndose si es necesario de una sublevaci¨®n Sigue en pie la inc¨®gnita de los militares, que aunque parecen divididos frente a ¨¦l, tampoco quieren que gane Lula. No se puede olvidar que Bolsonaro ha colocado en el Gobierno y en las instituciones del Estado a m¨¢s de 6.000 militares.
De ah¨ª su letan¨ªa de que las urnas (que se usan en Brasil desde hace a?os sin que nunca nadie haya impugnado los resultados de las elecciones) no son confiables y su pretenci¨®n de volver al voto escrito, algo que hasta el Congreso le ha negado.
Lula sabe que, dado como est¨¢ el ambiente pol¨ªtico, no le bastar¨¢ ganar las elecciones por un margen razonable. Necesitar¨¢, incluso frente al exterior, ganar por goleada, zanjar el pleito en la primera vuelta como anuncian varios sondeos. As¨ª, cualquier tentativa de intentar impugnar las elecciones ser¨¢ m¨¢s dif¨ªcil. Lula est¨¢ obligado a no pisar el acelerador antes de tiempo y a prever todas las posibles maniobras, l¨ªcitas o il¨ªcitas, de un presidente que no dudar¨¢ en hacer lo imposible para permanecer en el poder. Cuidando cada paso, se dice que Lula ya estar¨ªa dialogando con las Fuerzas Armadas para tranquilizarlas en el caso de que vuelva al poder.
Bolsonaro ha entendido que est¨¢ perdiendo votos en la medida en que se dispara la inflaci¨®n y se debilita la econom¨ªa, y ha vuelto a la carga contra gobernadores y alcaldes en sus charlas matutinas con un pu?ado de fieles. El presidente les echa la culpa de la crisis econ¨®mica porque, durante la pandemia y apoyados por el Supremo, tomaron medidas para impedir la difusi¨®n del virus. Seg¨²n Bolsonaro esto quebr¨® la econom¨ªa del pa¨ªs. ¡°Cobardes y maricas¡±, llam¨® a quienes obedecieron a la ciencia y a las normas de prevenci¨®n contra la pandemia que ya ha dejado 630.000 v¨ªctimas mortales en el pa¨ªs.
Otro ejemplo de que estamos ante unas elecciones in¨¦ditas es el hecho de que el PT act¨²a prudentemente con las salidas de su l¨ªder. Creo que temen un posible atentado contra su vida, sobre todo en las ciudades del bolsonarismo. Al mismo tiempo, ha resucitado la turbia historia del fracasado atentado a Bolsonaro en plena campa?a de 2018, lo que le evit¨® enfrentarse a los debates con los otros candidatos y a crearle una aureola, sobre todo por parte de los evang¨¦licos, de que Dios le hab¨ªa salvado la vida lo que contribuy¨® a su mitificaci¨®n y a su victoria.
El asunto hab¨ªa quedado archivado porque la investigaci¨®n revel¨® que la cuchillada a Bolsonaro durante un mitin en la calle fue obra de un hombre que sufr¨ªa trastornos mentales que acab¨® absuelto e internado en un manicomio. Ahora Bolsonaro ha querido, sin embargo, desempolvar aquel atentado fracasado abriendo una nueva investigaci¨®n policial y hasta ha revelado a los suyos que podr¨ªa ¡°aparecer alg¨²n personaje importante¡± detr¨¢s del atentado, aludiendo en que pudo ser la izquierda la mandante del crimen.
Todo hace prever, en efecto, que estamos ante unas elecciones at¨ªpicas cuyo final es dif¨ªcil adivinar, ya que Bolsonaro no parece resignado a dejar el poder y menos en manos de su gran enemigo. No se debe olvidar que Bolsonaro siempre ha defendido la dictadura militar y se queja de que no hubieran matado entonces por lo menos ¡°a 30.000 personas m¨¢s¡±. Lleg¨® a decir que no vali¨® la pena perder tiempo en torturar a los izquierdistas, sino que hubiera sido preferible matarles sin m¨¢s.
Con todos estos preliminares, el miedo de los economistas es que el clima de violencia pol¨ªtica que se cierne sobre las elecciones pueda agravar a¨²n m¨¢s si cabe a las clases m¨¢s sacrificadas a quienes la inflaci¨®n disparada, sobre todo de los alimentos y combustibles, hace crecer el descr¨¦dito de la pol¨ªtica como un todo.
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