Todas las m¨¢scaras de Marine Le Pen
La l¨ªder del Reagrupamiento Nacional ha conseguido vender una imagen de mujer afable y defensora del pueblo contra ¡°la casta¡± pese a la dureza de su programa pol¨ªtico de extrema derecha
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
Hay quienes se sienten predestinados para liderar un partido, o hasta un pa¨ªs. Y luego est¨¢n los que ni siquiera tuvieron que plantearse esos designios, porque lo vivieron desde la cuna. Marine Le Pen (Neuilly-sur-Seine, 53 a?os) que este domingo intentar¨¢ por tercera vez conquistar la presidencia francesa, se crio en el Frente Nacional. Porque ser una Le Pen no es solamente pertenecer a una familia. Es ser carne de un partido indisociable de su familia y que, en las ¨²ltimas d¨¦cadas, ha obligado a Francia a mirarse en el espejo m¨¢s extremo, el de las exacerbaciones nacionalistas e identitarias, el del odio al de fuera (al inmigrante, al musulm¨¢n) como el origen de todos los problemas, el de una naci¨®n fracturada y de clases irreconciliables.
El mayor m¨¦rito de Marine Le Pen es que el reflejo que da ese turbio espejo sea, una d¨¦cada despu¨¦s de asumir las riendas de un partido que provocaba un rechazo desde todos los sectores sociales y pol¨ªticos del pa¨ªs, el de una mujer afable, sonriente, familiar (?amante de los gatos!), cercana al ¡°pueblo¡± y a sus preocupaciones (pese a que creci¨® en una de las zonas m¨¢s ricas de Par¨ªs y hasta su propio padre la llamaba la peque?a burguesa) y, para cada vez m¨¢s franceses, ¡°presidenciable¡±. Una extrema derecha, en fin, que ya no da miedo.
Pero, ?qui¨¦n es Marine Le Pen? ?Es esa dirigente curtida en la pol¨ªtica m¨¢s dura y extrema desde la cuna, la pol¨ªtica que hace temblar a los migrantes con un programa que podr¨ªa verlos expulsados del pa¨ªs o relegados a la cola de la sociedad? ?O es esa trabajadora infatigable, esa mujer afable, madre de tres hijos que casi ha criado sola tras sus dos divorcios (con miembros del FN, hoy Reagrupamiento Nacional) y que ahora comparte casa con otra mujer, una amiga de la infancia, afirman ambas, y su media docena de gatos?
Steeve Briois es vicepresidente del Reagrupamiento Nacional y alcalde de H¨¦nin Beaumont, la localidad en el norte?o departamento de Pas-de-Calais que se ha convertido en el feudo de Le Pen y que ella representa como diputada en la Asamblea Nacional. ¡°En Francia, durante a?os, Marine ha sido injustamente demonizada. Los franceses no conocen a la verdadera Marine Le Pen, no saben que es una mujer de coraz¨®n y que de verdad tiene empat¨ªa por los franceses, y no saben que es valiente, que tiene ambiciones por el pa¨ªs, no para ella. Tiene ganas de luchar por el pa¨ªs y sobre todo por los franceses¡±, asegura a EL PA?S. David Rachline, alcalde de RN de la sure?a Fr¨¦jus y en su momento el senador m¨¢s joven de Francia, destaca la ¡°dulzura y honestidad¡± de su jefa. Claro que Rachline, como Briois o el portavoz Sebastien Chenu (ambos gais), son figuras clave de esa nueva imagen del RN que busca proyectar Le Pen, un partido que ha querido rejuvenecerse y desembarazarse de etiquetas como la de hom¨®fobo o antisemita que lastraron su avance durante d¨¦cadas.
Esa nueva cara no es m¨¢s que una farsa, seg¨²n sus oponentes. Le Pen ¡°es la candidata de un clan, la heredera de una aventura familiar, la en¨¦sima Le Pen que se presenta ante los franceses en una campa?a. No es realmente la candidatura del pueblo¡±, alert¨® su rival en las urnas, el presidente saliente Emmanuel Macron, en su ¨²ltima entrevista televisada antes de la votaci¨®n de este domingo.
Lo fascinante de Le Pen, que cuenta con biograf¨ªas enteras (no autorizadas) dedicadas a intentar desenmascarar su verdadera personalidad, es que puede ser todo lo que se dice de ella al mismo tiempo, se?ala Rapha?l Llorca, experto en extrema derecha de la fundaci¨®n Jean-Jaur¨¨s.
¡°Esa imagen de Le Pen como una mujer trabajadora, a la que le gustan los gatos, es verdad. No sirve de nada perder el tiempo intentando demostrar que son falsos esos elementos¡±, se?ala en conversaci¨®n telef¨®nica. Dicho lo cual, puntualiza: ¡°Sin ser falsos, esos elementos est¨¢n puestos al servicio de una estrategia m¨¢s global que busca borrar y disimular la etiqueta de extrema derecha. No creo que sean dos ideas contradictorias, sino que lo uno est¨¢ al servicio de lo otro¡±, agrega el autor de Las m¨¢scaras de la extrema derecha, que analiza la estrategia de desdiabolizaci¨®n de Le Pen para mostrarse m¨¢s presidenciable.
Un proceso acelerado durante el quinquenio de Macron, pero que comenz¨® en cuanto Marine Le Pen tom¨® las riendas del Frente Nacional, en 2011. El toque definitivo lo dio en 2018, cuando cambi¨® a Reagrupamiento Nacional el nombre del partido que hab¨ªa heredado de su padre y fundador, Jean-Marie Le Pen. De ¨¦l ya se hab¨ªa deshecho en 2015, al expulsarlo de la formaci¨®n, tras el en¨¦simo comentario filonazi de m¨¢s. Desde entonces, incluso ha borrado en la propaganda electoral el apellido maldito ¡ªotro gran lastre¡ª present¨¢ndose a los votantes, sencillamente, como Marine. Aunque ni siquiera sea su nombre verdadero.

Marion Anne Perrine naci¨® el 5 de agosto de 1968 en Neuilly-sur-Seine, una de las zonas m¨¢s ricas de Par¨ªs, como la tercera y ¨²ltima hija de Jean-Marie Le Pen y Pierrette Lalanne. Cuatro a?os y dos meses m¨¢s tarde, su padre ocupaba la presidencia del Frente Nacional, fundado junto con veteranos de la guerra de Argelia, nost¨¢lgicos del r¨¦gimen de Vichy o cat¨®licos tradicionalistas, entre otros.
Que la pol¨ªtica no es un camino f¨¢cil, sobre todo si se camina por los extremos, lo descubri¨® Marine cuando era a¨²n Marion o Marinou, como llamaban en casa a la peque?a del clan. En la madrugada del 2 de noviembre de 1976, una bomba destruy¨® el apartamento en el acomodado distrito 15 de Par¨ªs, donde viv¨ªan los Le Pen. Para Marine fue el despertar, a tan temprana edad, sobre lo que significaba ser una Le Pen. ¡°A partir de esa noche, ya no lo puedo ignorar. Entro de lleno en la pol¨ªtica, y por su faceta m¨¢s violenta, la m¨¢s cruel, la m¨¢s brutal¡±, relataba en 2006 en su autobiograf¨ªa ? contre flots (A contracorriente).
¡°Peque?a burguesa¡±
Lo que cuenta con menos detalle, o m¨¢s maquillado, fue la puerta a una vida de ¡°peque?a burguesa¡± que le abri¨® esa misma noche de horror: los Le Pen se instalaron en la mansi¨®n que les cedi¨® un empresario amigo de la familia en Saint-Cloud, otra de las localidades m¨¢s ricas de la periferia parisina donde, seg¨²n cuenta el periodista Renaud D¨¦ly en la biograf¨ªa no autorizada La verdadera Marine Le Pen, una burguesa progre entre los fachas, ¡°creci¨® en el lujo, entre champ¨¢n y fiestas, gastando las suelas en las pistas de baile de los locales de moda¡±. Ah¨ª sigue residiendo hasta hoy Le Pen padre, convenientemente alejado ¡ªo acallado¡ª de la pol¨ªtica y de las redes sociales a la que es tan aficionado, al menos hasta que acabe el proceso electoral en el que su hija se lo juega todo.
No siempre fue as¨ª. Aunque se hizo miembro del FN nada m¨¢s cumplir la mayor¨ªa de edad y empez¨® a trabajar en el partido poco despu¨¦s de licenciarse en derecho, Marine no iba a ser la heredera pol¨ªtica de Le Pen. La delf¨ªn designada era su hermana mayor, Marie-Caroline. Pero en 1998, en el momento en que el FN estuvo al borde de la escisi¨®n, Marie-Caroline y su marido, Philippe Olivier (hoy mano derecha de Marine), apostaron por el rival de Le Pen padre, Bruno M¨¦gret, abriendo una herida familiar que tardar¨ªa a?os en sanar. No ser¨ªa la ¨²ltima ni tampoco fue la primera: a?os antes, en 1984 y en pleno divorcio de Jean-Marie, la matriarca Pierrette se hab¨ªa vengado de su exmarido posando desnuda para la revista Playboy, lo que llev¨® a que su hija Marine no le dirigiera la palabra durante 15 a?os. Tras la traici¨®n de su hija mayor, Jean-Marie design¨® entonces como su heredera pol¨ªtica a la menor del clan. Para entonces, Marine, que acababa de dar a luz a Jehanne, la primera de sus tres hijos ¡ªlos gemelos Louis y Mathilde nacieron apenas 11 meses m¨¢s tarde¡ª con su primer marido, Franck Chauffroy, ya daba sus primeros pasos pol¨ªticos como consejera regional.

El salto a la esfera nacional lo dio en 2002, cuando su padre logr¨® por primera vez clasificar al FN a la segunda vuelta presidencial. La noche de la votaci¨®n final, el FN no sabe a qui¨¦n enviar al plat¨® de televisi¨®n a hacer balance de lo que acabar¨ªa siendo una aplastante derrota ante Jacques Chirac (que se llev¨® el 82% de los votos). ¡°Que vaya Marine¡±, dice el padre. Una joven de pelo largo y rubio, f¨ªsicamente muy parecida al patriarca Le Pen¡ª ¡°es un clon de su padre¡±, dec¨ªa su madre Pierrette, no solo por el parecido f¨ªsico¡ª y de voz fuerte y dura sale a dar la cara. ¡°Pero, ?qui¨¦n es esta?¡±, se preguntaba otro invitado de la emisi¨®n y hasta hoy tambi¨¦n protagonista de primera l¨ªnea de la pol¨ªtica francesa: el entonces senador socialista Jean-Luc M¨¦lenchon.
Esa noche naci¨® ¡ªo al menos descubri¨® su verdadero ser¡ª un animal pol¨ªtico que desde entonces no ha parado de escalar puestos en el FN y en la pol¨ªtica francesa: desde eurodiputada en 2004 y 2009 a una primera candidatura al El¨ªseo en 2012. Diez a?os m¨¢s tarde, est¨¢ m¨¢s cerca que nunca de conseguirlo. Pese a ello, su liderazgo no ha sido incontestado ni ha estado exento de luchas internas y hasta traiciones familiares, algo quiz¨¢s ineludible en una familia pol¨ªtica como es el clan Le Pen.
¡°?Parricidio!¡±, exclam¨® Le Pen padre cuando su hija lo excluy¨® del partido en 2015. ¡°Es brutal, violento¡±, reaccion¨® Le Pen hija siete a?os despu¨¦s, cuando fue ella la traicionada por su sobrina ¡ªy peligrosa rival pol¨ªtica¡ª Marion Mar¨¦chal, que se uni¨® en febrero a las filas de quien durante un momento de la campa?a amenaz¨® el liderazgo por la derecha de Marine Le Pen, el m¨¢s ultra a¨²n (al menos en las formas) ?ric Zemmour. Mar¨¦chal, que tambi¨¦n se quit¨® el apellido Le Pen, ya la hab¨ªa traicionado una primera vez tras la derrota de 2017, al abandonar la pol¨ªtica y criticar a su t¨ªa. ¡°La traici¨®n es una costumbre en la pol¨ªtica¡±, suele repetir Le Pen no sin cierto regodeo, pese a que en los ¨²ltimos tiempos ha vuelto a apoyar p¨²blicamente a su hija. ?Seguir¨¢ haci¨¦ndolo si vuelve a fracasar este domingo? ?Tirar¨¢ ella la toalla en ese caso?
Aunque lo digan a media voz, no pocos en el RN se preparan para un futuro sin un Le Pen al frente. Lo que no quiere decir, subraya Briois, que la carrera pol¨ªtica de Marine est¨¦ acabada, como tantos han proclamado en tantas ocasiones. ¡°Claro que continuar¨¢ la batalla pol¨ªtica. No va a parar. La pol¨ªtica es un virus que uno contrae. Ser cantante, pintor, es una verdadera pasi¨®n. La pasi¨®n de Marine Le Pen es defender a otros por la v¨ªa de la pol¨ªtica. Es algo que seguir¨¢ haciendo, sean cuales sean las circunstancias y los resultados¡±, asegura su mano (muy) derecha. La verdad solo la conoce, una vez m¨¢s, la propia Marine Le Pen.
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