Rusia lanza ataques feroces en Lugansk y bombardea una escuela en la que se refugiaban decenas de personas
Zelenski confirma la muerte de los 60 civiles atrapados en la escuela de Bilohorivka tras un bombardeo del ej¨¦rcito de Putin
El estruendo de la artiller¨ªa es constante. Una columna de humo negro y denso emerge de la ciudad de Bilohorivka, bajo ataques constantes desde hace semanas. Un bombardeo a¨¦reo ruso arras¨® el s¨¢bado por la noche una escuela en esta localidad de la regi¨®n de Lugansk, en cuyos s¨®tanos se refugiaban decenas de las pocas personas que permanec¨ªan en una zona en el punto de mira principal de los ataques de las tropas de Vlad¨ªmir Putin. El s¨¢bado por la noche, los equipos de emergencia lograron sacar a 27 supervivientes de la parte superior del colegio, pr¨¢cticamente derruido, seg¨²n las autoridades. Despu¨¦s, los intensos ataques contra Bilohorivka obligaron a suspender las labores de rescate. Zelenski ha confirmado la muerte de los 60 civiles atrapados en la escuela tras un bombardeo ruso.
El ¨¢rea est¨¢ muy tocada, afirma el gobernador de Lugansk, Serhii Haidai, que muestra por videoconferencia im¨¢genes de un enorme cr¨¢ter en llamas sobre lo que antes era el s¨®tano de colegio. Las fuerzas rusas, que avanzan por varios flancos, lograron el s¨¢bado construir un puente flotante a trav¨¦s de un r¨ªo cercano para acercar tropas de infanter¨ªa y ahora est¨¢n a un paso de la peque?a localidad. Hay luchas a sangre y fuego en las cercan¨ªas del enclave. Toda la zona est¨¢ bajo asedio.
La regi¨®n de Lugansk, otrora prominente ¨¢rea minera y desde 2014 muy castigada por la guerra entre el ej¨¦rcito ucranio y los separatistas prorrusos manejados por el Kremlin, centra algunos de los ataques m¨¢s furiosos de la segunda fase de la guerra de Rusia contra Ucrania. El presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin, aspira a controlar todo Donb¨¢s, en el este de Ucrania. Y tras semanas estancado y con avances renqueantes ante unas tropas ucranias muy preparadas, bien posicionadas y equipadas con armas suministradas por Occidente, ha puesto en marcha una estrategia brutal en la que los bombardeos a¨¦reos tienen cada vez m¨¢s peso.
Las fuerzas rusas tratan de rodear a las ucranias en varios puntos de Donb¨¢s. Y la zona de Bilohorivka est¨¢ en el camino para estrechar ese cerco. Tambi¨¦n, las v¨ªas que conducen a Severodonetsk, centro administrativo de la regi¨®n, y la cercana localidad de Lisichansk. La carretera que lleva hacia las localidades industriales est¨¢ bajo ataque constante, llena de socavones causados por los proyectiles y sembrada de restos de artiller¨ªa. El sonido de las explosiones es persistente. Tambi¨¦n la respuesta ucrania y de las defensas antia¨¦reas. La entrada a la ciudad ya no es segura.
Los ataques son a¨²n m¨¢s violentos contra la refiner¨ªa de Lisichansk, a las afueras de la ciudad en la que antes de la invasi¨®n viv¨ªan unos 350.000 habitantes y que lleva sin agua semanas. La enorme planta est¨¢ parada desde hace varios a?os, recalca el gobernador Haidai. Sin embargo, volarla no solo contribuir¨ªa a bloquear la arteria terrestre clave que tiene a uno de sus costados, sino que provocar¨ªa un humo t¨®xico, fruto de los restos de fueloil ¡ªun residuo del petr¨®leo¡ª que quedan en el fondo de sus grandes dep¨®sitos.
En su plan de conquista de Donb¨¢s, Putin ha logrado en los ¨²ltimos d¨ªas avances m¨¢s significativos en la regi¨®n de Lugansk, ahora mayoritariamente bajo control ruso. Mosc¨² ha enviado refuerzos al este de Ucrania y analistas militares y la inteligencia ucrania afirman que se ha ayudado en varias zonas de mercenarios de la compa?¨ªa Wagner ¡ªel brazo de la guerra secreta el Kremlin, que ya us¨® en Siria, Libia y en el conflicto ucranio de 2013¡ª.
El s¨¢bado, en su avance hacia Severodonetsk ¡ªen cuyos alrededores hay ya feroces combates¡ª, las fuerzas del Kremlin y los contratistas militares se hicieron con el control de la ciudad de Popasna, estrat¨¦gicamente construida sobre una colina que domina el ¨¢rea y que ahora ofrece a las fuerzas rusas un punto de apoyo para dirigir el fuego de artiller¨ªa. El siguiente paso, seg¨²n los analistas del Instituto para el Estudio de la Guerra, es avanzar desde all¨ª hacia el oeste.
A¨²n hay batalla calle a calle en Popasna, pero la situaci¨®n es ¡°cr¨ªtica¡±, admite Yara, una param¨¦dica militar que ha evacuado heridos de la localidad en los ¨²ltimos d¨ªas. Su veh¨ªculo a¨²n muestra las se?ales. Cicatrices de metralla y fuego de artiller¨ªa decoran ahora la carrocer¨ªa.
La localidad y sus alrededores han estado bajo el fuego de las fuerzas rusas desde hace semanas. El s¨¢bado por la noche, las tropas ucranias abandonaron sus posiciones fijas en la ciudad. ¡°Popasna est¨¢ en ruinas, ya no queda nada que recuperar all¨ª. Est¨¢n tratando de eliminar del mapa Lugansk¡±, incide el gobernador, que teme ¡°grandes provocaciones¡± de las fuerzas del Kremlin y la intensificaci¨®n de los ataques este lunes 9 de mayo, cuado Rusia conmemora la victoria del Ej¨¦rcito rojo contra la Alemania nazi y hay previstos grandes desfiles militares en varias ciudades de toda Rusia.
En Bajmut, en uno de los hospitales que recibe heridos civiles y del frente de Lugansk, el goteo de soldados es sustancial. Mientras, el Gobierno ucranio sigue reforzando la zona, ya muy militarizada desde la guerra de Donb¨¢s ¡ªque comprende las regiones orientales de Donetsk y Lugansk¡ª de 2014. Mosc¨² ha repensado su t¨¢ctica, ante la estrategia ucrania de emplear puestos militares m¨®viles y asegurar las zonas hasta que quedan pocos civiles o infraestructuras intactas, para luego retirarse de forma t¨¢ctica para evitar la captura. Putin apuesta ahora por bombardeos cada vez m¨¢s salvajes, a veces en grupos de tres aviones volando muy bajo y que est¨¢n abriendo enormes cr¨¢teres en zonas civiles.
Como en Bilohorivka. Una estrategia de tierra quemada que obliga a los civiles a huir y a quienes se quedan a vivir aterrados y en condiciones extremadamente precarias. Otro ataque el domingo dej¨® a gran parte de la regi¨®n sin agua y sin electricidad. Lugansk ten¨ªa 2,3 millones de habitantes antes de la guerra de 2014. Con el ¨¦xodo masivo provocado por ese conflicto, quedaron en la zona controlada por Ucrania unos 850.000, seg¨²n dato de Haiday. Tras la invasi¨®n iniciada el pasado 24 de febrero, solo permanecen unos 45.000, seg¨²n las autoridades.
En Berestove, una peque?a localidad rural de la regi¨®n de Donetsk pero muy cerca del l¨ªmite con Lugansk, se ha marchado el 60% de la poblaci¨®n, explica Yuri Fedorenko. Su tienda es la ¨²ltima abierta en el camino a Severodonetsk y despacha a buen ritmo. Es ¨¦l mismo y su hijo, Mikola, quienes se acercan a comprar suministro a Bajmut, o a la ciudad de Kramatorsk. Ya no llegan camiones de reparto a Berestove.
En el pueblo se han acostumbrado a vivir bajo el sonido constante de las explosiones, explican Oxana y Liza, que trabajan en el huerto, en medio de un paisaje primaveral, y aparentemente ajenas al estruendo. Oxana es profesora y sigue dando clases por videoconferencia. Es su parte de ¡°activismo¡±, dice, mantener el sistema engrasado. Liza estudiaba Derecho y so?aba con ser polic¨ªa. ¡°Ya vivimos aqu¨ª la guerra de 2014, pero esto es peor. Y cada d¨ªa m¨¢s horrible¡±, dice la joven, que ha aparcado todos sus planes. Creen que el ej¨¦rcito ucranio ganar¨¢ a las fuerzas rusas y reh¨²san dejar su casa, pero observan con terror el avance de los soldados de Mosc¨² y las noticias que llegan desde Bilohorivka y Popasna: ¡°No podr¨ªamos vivir sin libertad¡±, dice Oxana, ¡°si llegan los ocupantes rusos, dejar¨ªamos todo y nos machar¨ªamos¡±.
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