Marcos J¨²nior, el hijo del dictador que recuper¨® el poder en Filipinas
Pese a su falta de carisma y formaci¨®n, ¡®Bongbong¡¯ centr¨® su campa?a en las redes sociales y ha obtenido la victoria so?ada por su madre, Imelda
Ferdinand Bongbong no destaca por su elocuencia o carisma. Tampoco por ser un tecn¨®crata graduado en una universidad prestigiosa. De hecho, nunca se licenci¨®. Pero en Filipinas, una naci¨®n donde la vida pol¨ªtica est¨¢ dominada por clanes familiares, presume de tener uno de los apellidos m¨¢s prominentes ¡ªy controvertidos¡ª, Marcos.
El hombre que fue elegido el lunes como presidente de Filipinas con una mayor¨ªa aplastante es el hijo de Ferdinand Marcos, el dictador cuyo r¨¦gimen cleptocr¨¢tico hundi¨® al pa¨ªs en una profunda crisis econ¨®mica. Despu¨¦s de d¨¦cadas en las que se ha extendido un discurso edulcorado del pasado dictatorial, en las que se ha blanqueado una de las etapas m¨¢s oscuras del sureste asi¨¢tico como una era de prosperidad, Marcos J¨²nior y su s¨¦quito han visto coronados sus esfuerzos. Volver¨¢n a ser inquilinos del Palacio de Malaca?¨¢n, el mismo del que huyeron en 1986.
Con m¨¢s de un 95% de los votos escrutados este martes, Ferdinand Bongbong Marcos es el claro vencedor de las elecciones de Filipinas, con m¨¢s de 31 millones de votos, m¨¢s del doble de los 14 que obtuvo su rival m¨¢s cercana, la actual vicepresidenta Leni Robredo. A pesar de no contar con un programa pol¨ªtico definido, su mensaje centrado exclusivamente en la unidad tras la pandemia ha calado entre el electorado m¨¢s nost¨¢lgico y aquellos que esperan que contin¨²e el legado de Rodrigo Duterte, el presidente saliente quien a pesar de su sangrienta guerra contra las drogas goza de un 67% de popularidad.
Aunque cercano a Duterte (Marcos gobernar¨¢ con su hija, Sara-Duterte Carpio, como vicepresidenta), Bongbong no ha proyectado esa imagen de ¡°hombre fuerte¡±. El propio Rodrigo, conocido por sus m¨¢s que pol¨¦micos comentarios, le ha tachado en alguna ocasi¨®n de ¡°ni?o mimado¡± y ¡°mal l¨ªder¡±.
Marcos Jr., que ha evitado participar en debates durante la carrera electoral que pudieran exponer sus debilidades, ha apostado por hacer campa?a a trav¨¦s de internet. En sus redes sociales aparece a menudo con su esposa, Louise Araneta, y sus tres hijos, con el fin de mostrarse como una persona familiar y cercana, con deseos de reconducir Filipinas hacia una ¨¦poca de bonanza como la que, asegura, ciment¨® su padre. El futuro dirigente suma m¨¢s de 1,2 millones de seguidores en TikTok; 5,3 millones en Facebook; y dos millones de suscriptores en YouTube.
Lujo y saqueo familiar
¡°Mis padres siempre nos recordaban que todos los privilegios que ten¨ªamos eran gracias al pueblo¡±, expres¨® Bongbong en una reciente entrevista. Que el ¨²nico var¨®n del matrimonio de Ferdinand e Imelda creci¨® rodeado de lujo con sus tres hermanas no es un secreto.
Cuando en 1986 los ciudadanos entraron en el Palacio de Malaca?¨¢n tras la huida de los Marcos hallaron una enorme cantidad de art¨ªculos de lujo, obras de arte y joyas valoradas en millones de d¨®lares. Pero aquello no fue m¨¢s que un peque?o adelanto de las pruebas del verdadero saqueo que acometi¨® el dictador. Se calcula que ¨¦l y su esposa expoliaron hasta 10.000 millones de d¨®lares de las arcas p¨²blicas entre 1965 y 1986 ¡ªuna cifra que, teniendo en cuenta la inflaci¨®n, equivaldr¨ªa a unos 26.200 millones de d¨®lares actuales, unos 24.800 millones de euros¡ª, de los cuales se han recuperado unos 5.000 millones de d¨®lares.
Marcos Jr. comenz¨® su andadura en pol¨ªtica en 1980 en Ilocos Norte, el feudo familiar, sin poder presumir de un buen curr¨ªculum acad¨¦mico: se matricul¨® en la Universidad de Oxford para estudiar Filosof¨ªa, Econom¨ªa y Pol¨ªtica, pero no lleg¨® a graduarse; tampoco lo hizo de un m¨¢ster de Negocios en Estados Unidos. En ese tiempo, prioriz¨® el disfrute de los placeres terrenales que pod¨ªa costear con su fortuna y se granje¨® fama de organizar las mejores fiestas de Manila. Con tan solo 23 a?os, asumi¨® el cargo de vicegobernador de la provincia y, con 26, el de gobernador, hasta que se vio obligado a refugiarse en Haw¨¢i, Estados Unidos, tras el derrocamiento de su padre.
Gracias a sus innumerables conexiones con los c¨ªrculos de poder, desde que regresaron del exilio en 1991, los Marcos comenzaron a blanquear su imagen y a recuperar influencia. Entre 1992 y 2010, Bongbong ocup¨® varios puestos de liderazgo a nivel regional, hasta que dio el salto a la pol¨ªtica nacional como senador. En 2016 se present¨® a la vicepresidencia, unos comicios que perdi¨® por un estrecho margen frente a Leni Robredo.
M¨²ltiples analistas opinan que quien ha movido los hilos en la sombra durante todos estos a?os ha sido la viuda de Ferdinand Marcos. La ex primera dama, quien se autodenomina ¡°la madre de todos los filipinos¡± nunca ha escondido sus fervientes deseos de volver a influir en la naci¨®n. Tras presentarse ella misma a la jefatura del Estado en dos ocasiones, sin ¨¦xito, y ostentar varios cargos como diputada despu¨¦s, la matriarca habr¨ªa concentrado todas sus energ¨ªas en que Bongbong asumiera la direcci¨®n de Filipinas. Y en que ayudara a su madre a proteger su fortuna, cuyo origen se sigue hoy investigando, con m¨¢s de 40 causas abiertas. El propio Bongbong fue condenado a prisi¨®n por evasi¨®n fiscal en 1995, aunque no lleg¨® a cumplir sentencia y siempre ha defendido su inocencia.
Leal a su familia, en estas tres ¨²ltimas d¨¦cadas como figura p¨²blica, Marcos Jr. no se ha disculpado por las violaciones de los derechos humanos y la corrupci¨®n que caracterizaron el r¨¦gimen de su padre, argumentando que la historia deber¨ªa quedar en manos de profesores. ¡°Lo que la oposici¨®n cuenta de ¨¦l es una tergiversaci¨®n. Yo le conoc¨ª. Era el presidente, pero tambi¨¦n mi padre y mi amigo. Esa demonizaci¨®n que se ha hecho no concuerda con la buena persona que realmente era¡±, sostiene. Esa narrativa le ha granjeado el favor de millones de votantes desilusionados con el rumbo del pa¨ªs y la incapacidad de las autoridades para abordar las necesidades b¨¢sicas de los ciudadanos.
Sigue toda la informaci¨®n internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.