Hezbol¨¢ echa el resto para consolidar su dominio electoral en L¨ªbano
El partido-milicia proiran¨ª moviliza al electorado chi¨ª frente a la apat¨ªa de los votantes sun¨ªes y cristianos, pero la abstenci¨®n ronda el 59%
En L¨ªbano apenas funcionan los ascensores por falta de electricidad, salvo en la sede de Hezbol¨¢ en Dahiye, feudo del partido-milicia proiran¨ª en los distritos chi¨ªes del sur de Beirut. La maquinaria electoral de la organizaci¨®n ha echado el resto en las elecciones legislativas de este domingo, las primeras a las que han sido convocados los libaneses tras el estallido de una crisis que ha situado al heterog¨¦neo pa¨ªs del Mediterr¨¢neo oriental al borde del abismo de un Estado fallido desde hace tres a?os. ¡°Los votantes dir¨¢n la ¨²ltima palabra¡±, replicaba complacido al mediod¨ªa de la jornada de votaciones el candidato Al¨ª Ammar en el colegio electoral Grandan, en Dahiye, donde las decenas de electores agrupados en colas separadas de hombres y mujeres le aclamaban. Muchos le ped¨ªan que se hiciera una foto con ellos para dar cuenta de su lealtad a las ense?as amarillas de Hezbol¨¢.
¡°No s¨¦ para qu¨¦ votamos aqu¨ª. Esto no es m¨¢s que un plebiscito, es una encuesta para comprobar que Hezbol¨¢ obtiene m¨¢s del 90% de los votos, como de costumbre¡±, ironizaba Mohamed al Khanan, de 47 a?os. ¡°Yo tambi¨¦n les voy a votar, pero me temo que no va a cambiar nada¡±, confesaba en la concurrida fila de una mesa electoral este comerciante expatriado en Indonesia ¡°por la compleja situaci¨®n de seguridad de L¨ªbano¡±, de paso en Beirut para visitar a familiares.
El paseo triunfal de Al¨ª Ammar entre los votantes del basti¨®n chi¨ª de Dahiye era interrumpido de tanto en tanto por arrobadas madres que le presentaban a sus hijos. ¡°Ha votado por primera vez, y ha votado por ti, que Al¨¢ te bendiga¡±, le jaleaba una de ellas. Decenas de voluntarios uniformados con camisetas amarillas del partido-milicia dirig¨ªan el ca¨®tico tr¨¢fico de los electores por los pasillos del colegio electoral y trasladaban en camillas, en sillas o en volandas a los ancianos escaleras arriba para que no se perdiera ni un solo voto. ¡°Esperamos que la participaci¨®n ser¨¢ m¨¢s alta que en los ¨²ltimos comicios, Insha Al¨¢! (Dios mediante)¡±, se despidi¨® el candidato camino de otro centro de votaciones de su distrito.
En una de las mesas, la participaci¨®n rondaba el 30%, cinco horas antes del cierre de las urnas, a las siete de la tarde. Las abigarradas filas de los pasillos contrastaban con la parsimonia del ritual de voto, en el que los electores iban pasando uno por uno ante las mesas en el interior de las aulas. A esa misma hora, el Ministerio del Interior liban¨¦s informaba de una tasa de afluencia media de electores del 25%. En el colegio Laure Megaishel, en el distrito beirut¨ª preponderantemente cristiano de Ashrafiye, apenas hab¨ªan depositado su sufragio un 15% de los censados a las tres de la tarde en una mesa situada en el interior de una tienda de campa?a de la Cruz Roja plantada en el patio del centro.
¡°Es indignante. Est¨¢n comprando votos en todas partes¡±, tronaba la exdiputada y candidata independiente Paula Yakoubian, cristiana de origen armenio, durante su visita al colegio de Ashrafiye. ¡°?Qui¨¦nes? Los de siempre¡±, contestaba sin dar m¨¢s detalles. Yakoubian, de 46 a?os, dimiti¨® como parlamentaria tras la explosi¨®n que devast¨® el puerto de Beirut en 2020. Los partidos tradicionales que se reparten el poder en un sistema sectario entre musulmanes chi¨ªes y sun¨ªes y cristianos maronitas han bloqueado hasta ahora la investigaci¨®n sobre una tragedia que caus¨® m¨¢s de 200 muertos y provoc¨® da?os por un monto de 5.000 millones de euros.
La participaci¨®n se vio limitada al 49% en los anteriores comicios legislativos, en 2018, cuando Hezbol¨¢ acapar¨®, junto con aliados cristianos como el presidente de la naci¨®n, Michel Aoun, y chi¨ªes, como el partido Amal, 71 de los 128 esca?os del Parlamento. Una estimaci¨®n preliminar del Ministerio del Interior la sit¨²a ahora en torno al 41%, seg¨²n informa Reuters. El fantasma de la abstenci¨®n planea en estas elecciones sobre la comunidad sun¨ª, despu¨¦s de que su principal candidato, el ex primer ministro Saad Hariri, anunciara su retirada de la pol¨ªtica en enero. ¡°Nosotros vamos a plantar cara a Hezbol¨¢ y a evitar que se pierdan los votos de Hariri¡±, aseguraba el candidato Michel Fallah, un abogado de 41 a?os encuadrado en Fuerzas Libanesas, mientras hac¨ªa campa?a en una zona lim¨ªtrofe de Ashrafiye con un distrito sun¨ª. Estaba rodeado de guardaespaldas de la ultraderecha cristiana.
En las urnas de Dahiye, la empresaria F¨¢tima Shaban votaba por primera vez los 23 a?os, en un pa¨ªs que a¨²n eleva hasta los 21 a?os la edad para ejercer el derecho al sufragio. ¡°Voy a votar a Hezbol¨¢, por supuesto, como casi todas las mujeres que estamos en esta fila, pero no creo que sirva de mucho. Los partidos libaneses no se van a poner de acuerdo para resolver nuestros problemas¡±, explicaba esta propietaria de una tienda de ¡°moda hiyab¡± (con velo isl¨¢mico) entre las sonrisas c¨®mplices del resto de las votantes.
Aunque muchos candidatos independientes y de oposici¨®n aspiran a atraer el voto de descontento de los ciudadanos golpeados por la pobreza, la divisi¨®n entre sus filas dificulta que la mayor¨ªa de estas listas reciba al menos un acta parlamentaria en un sistema electoral que prima a los partidos tradicionales confesionales. La crisis de L¨ªbano, la peor desde la guerra civil que ensangrent¨® el pa¨ªs entre 1975 y 1990, ha sumido al 80% de sus 4,5 millones de habitantes y casi todos los refugiados ¡ªm¨¢s de un mill¨®n de sirios y cerca de 300.000 palestinos¡ª bajo el umbral de la pobreza extrema. La libra, la moneda nacional, ha perdido el 90% de su valor frente al d¨®lar en los tres ¨²ltimos a?os y la inflaci¨®n ha superado el 200%.
El n¨²mero dos de Hezbol¨¢, Naim Qasem, anunciaba antes del cierre de los colegios electorales que tender¨¢ la mano a todos los grupos pol¨ªticos y aceptar¨¢ los resultados sin cuestionarlos, en un claro anticipo de que daba por descontada su victoria.
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