Macron nombra primera ministra a la socialdem¨®crata ?lisabeth Borne
La anticipada marcha de Jean Castex como jefe del Gobierno franc¨¦s propicia la llegada al cargo de la primera mujer en 30 a?os
Emmanuel Macron prometi¨®, tras su reelecci¨®n en abril a la presidencia de Francia, que ser¨ªa un hombre nuevo en su segundo quinquenio y que gobernar¨ªa con un nuevo estilo. M¨¢s conciliador, menos arrogante. M¨¢s ecol¨®gico y social. El primer gesto que permitir¨¢ comprobar si las promesas van en serio fue el nombramiento, el lunes, de ?lisabeth Borne, hasta ahora titular de la cartera de Trabajo, como primera ministra en sustituci¨®n de Jean Castex.
Borne (Par¨ªs, 61 a?os), experimentada tecn¨®crata e identificada con la corriente socialdem¨®crata del macronismo, es la segunda mujer al frente del Gobierno en la historia de Francia, y la primera en 30 a?os tras el breve mandato, menos de un a?o, de la socialista Edith Cresson.
El centrista Macron env¨ªa con el nombramiento un mensaje de cambio y otro de continuidad. El cambio: despu¨¦s de gobernar con primeros ministros de centroderecha, esta vez se inclina al centroizquierda. Y la continuidad: Borne es miembro desde el principio del n¨²cleo duro del macronismo. Dif¨ªcilmente se?ala una renovaci¨®n.
La misi¨®n de Borne es doble. Primero: encabezar la campa?a para una nueva mayor¨ªa en las legislativas el 12 y el 19 de junio. Su permanencia en el cargo est¨¢ supeditada a la victoria. Y segundo: dirigir el Gobierno que en los pr¨®ximos meses deber¨¢ afrontar la subida de precios y perfilar una reforma de las pensiones que ya ha puesto en pie de guerra a sindicatos y oposici¨®n.
¡°Comienza una nueva temporada de maltrato social y ecol¨®gico¡±, reaccion¨® en la red social Twitter el l¨ªder de la izquierda, Jean-Luc M¨¦lenchon. ¡°?lisabeth Borne encarna la continuidad de la pol¨ªtica del presidente. Es una de las figuras m¨¢s duras del maltrato social macronista¡±. Para Marine Le Pen, jefa de la extrema derecha, el nombramiento de Borne demuestra ¡°la voluntad [de Macron] de continuar con su pol¨ªtica de desprecio, de desmontaje del Estado, de saqueo social, de chantaje fiscal y de laxismo¡±.
La dimisi¨®n por voluntad propia de Castex, un alto funcionario eficaz y sin tentaci¨®n alguna de hacer sombra a Macron, abri¨® a media tarde del lunes la milimetrada coreograf¨ªa de la sucesi¨®n en el palacete de Matignon, sede de la jefatura del Gobierno. Tras presentar en persona esta tarde la dimisi¨®n a Macron en el palacio del El¨ªseo, sede de la presidencia, se anunci¨® la sucesora. Despu¨¦s, el traspaso de poderes en el jard¨ªn frontal de Matignon.
El presidente buscaba a una primera ministra con sensibilidad ecol¨®gica y social. El conocimiento de los engranajes del Estado era otra exigencia. Y la lealtad: no quiere que le hagan sombra. Borne cumple los requisitos.
Como Castex, es una alta funcionaria m¨¢s que una pol¨ªtica mitinera. Su ideolog¨ªa, pese a la sensibilidad socialdem¨®crata de Borne y la conservadora de su antecesor, es el Estado. Es una ventaja: ofrece una imagen de fiabilidad y no asusta a los conservadores moderados, base electoral necesaria para Macron. Una de sus carencias es que nunca ha ostentado un cargo electo.
Borne es de los pocos ministros que se ha mantenido en el Gobierno durante todo el primer mandato de Macron. Adem¨¢s del Ministerio de Trabajo, ha dirigido durante este quinquenio los de Transportes y Ecolog¨ªa. Formada en la prestigiosa Escuela Polit¨¦cnica, trabaj¨® en distintos rangos de la Administraci¨®n y en ministerios junto a pesos pesados del Partido Socialista, como el ex primer ministro Lionel Jospin, y la candidata en 2007 a las presidenciales, S¨¦gol¨¨ne Royal.
¡°Soy una mujer de izquierdas, y la justicia social y la igualdad de oportunidades son el coraz¨®n de mis combates¡±, declar¨® Borne en febrero a la cadena BFM-TV. La nueva primera ministra est¨¢ adscrita al peque?o partido Territorios de Progreso, que incluye a varios ministros socialdem¨®cratas.
Los anteriores primeros ministros de Macron, Castex desde 2020 y ?douard Philippe entre 2017 y 2020, proced¨ªan de Los Republicanos, el partido hist¨®rico de la derecha. Borne viene de la ¨®rbita del Partido Socialista, hoy bajo m¨ªnimos e integrado en una alianza para las legislativas bajo el liderazgo de M¨¦lenchon, dirigente hist¨®rico de la izquierda anticapitalista y euroesc¨¦ptica.
En el sistema de la V Rep¨²blica francesa, el primer ministro tiene un papel ambiguo. Seg¨²n la Constituci¨®n de 1958, ¡°dirige la acci¨®n del Gobierno¡±, es ¡°responsable de la defensa nacional¡± y ¡°garantiza la ejecuci¨®n de las leyes¡±. Tambi¨¦n comparte con el Parlamento la iniciativa de las leyes. El presidente de la Rep¨²blica, por su parte, es ¡°el garante de la independencia nacional, de la integridad del territorio y del respeto de los tratados¡±.
Al contrario que el presidente, el primer ministro no es elegido por sufragio universal: su ¨²nico elector es el propio presidente. De ah¨ª que su legitimidad sea menor. Y su margen de maniobra, m¨¢s reducido que el de un primer ministro al estilo brit¨¢nico, un canciller alem¨¢n o un presidente del Gobierno espa?ol. En Francia, cada vez m¨¢s el primer ministro es el encargado de poner en pr¨¢ctica la visi¨®n del jefe del Estado.
Castex, como primer ministro, ha aplicado a rajatabla las iniciativas de Macron. No ha sido un dirigente con l¨ªnea aut¨®noma sino un gestor. Con una larga trayectoria en la alta administraci¨®n y en gobiernos conservadores, combinaba un conocimiento profundo de los engranajes del Estado con un arraigo en la Francia rural como alcalde, entre 2008 y 2020, del municipio de Prada, al pie de los Pirineos catalanes.
En Matignon, ha tenido que gestionar los confinamientos por la pandemia y la campa?a de vacunaci¨®n, adem¨¢s de los planes de recuperaci¨®n econ¨®mica y las ayudas para paliar la inflaci¨®n. Deja Francia con una tasa de desempleo del 7,4%, el nivel m¨¢s bajo en 15 a?os, pero una inflaci¨®n del 5,5% y un crecimiento del 0,25% en el segundo trimestre. En 2021, la deuda p¨²blica se elevaba al 112,9% del PIB, y el d¨¦ficit presupuestario, al 6,5%.
Una ventaja del primer ministro saliente era su nula ambici¨®n pol¨ªtica. A diferencia de otros primeros ministros, al mirarse al espejo cada ma?ana, Castex no ve¨ªa a un futuro presidente. Formado en la elitista Escuela Nacional de Administraci¨®n, se ve¨ªa m¨¢s bien como un servidor del Estado que como un competidor del jefe del Estado. Exactamente como su sucesora.
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