?lisabeth Borne, la tecn¨®crata que cumple (casi) todos los requisitos para ser primera ministra de Francia
La pol¨ªtica, puro producto de la meritocracia republicana y con una trayectoria amplia en Administraciones socialistas, debe encarnar la nueva sensibilidad del presidente Macron
¡°Cumple muchos requisitos¡±. ?lisabeth Borne lleva a?os escuchando esta expresi¨®n. Ya aparec¨ªa en un perfil que le dedic¨® el diario Lib¨¦ration en 2015, cuando el presidente socialista Fran?ois Hollande la eligi¨® para dirigir la RATP, el gigante de los transportes p¨²blicos en la regi¨®n de Par¨ªs. Ahora el centrista Emmanuel Macron, que promete gobernar con un nuevo estilo y sensibilidad, la ha elegido como primera ministra, y pol¨ªticos y comentaristas que buscaban una explicaci¨®n repitieron este lunes la misma frase: ¡°Cumple muchos requisitos¡±.
Y as¨ª es. El primero de estos requisitos no deber¨ªa ser noticia en 2022, pero en Francia lo es: ?lisabeth Borne es mujer. No hab¨ªa habido otra mujer en el cargo desde que Fran?ois Mitterrand nombrara a ?dith Cresson en 1991. Dur¨® 10 meses. No es una sorpresa que Borne recordase a Cresson durante la ceremonia de traspaso de poder con el primer ministro saliente, Jean Castex, en el palacio de Matignon. Y a?adi¨®: ¡°Querr¨ªa dedicar esta nominaci¨®n a todas las ni?as dici¨¦ndoles: ¡®Id hasta el final de vuestros sue?os¡±.
La dedicatoria recordaba al discurso de Kamala Harris tras ser elegida vicepresidenta de Estados Unidos en 2020. Y, si hubiese sido estadounidense, Borne hubiera contado la historia de su padre, un jud¨ªo de origen ruso cuya familia se refugi¨® en Francia en 1939, como recordaba el citado art¨ªculo de Lib¨¦ration. Joseph Borne perteneci¨® a la resistencia a la ocupaci¨®n nazi. Fue deportado. Ap¨¢trida, no obtuvo la nacionalidad francesa hasta 1950. Siendo ya ministra, con Macron, cont¨® en el popular programa televisivo Touche pas ¨¤ mon poste que, al morir Joseph en 1972, su madre, ella y sus tres hermanos se quedaron sin recursos, y que pudo estudiar gracias a las becas del Estado como hija de un resistente.
Pero Borne no suele prodigarse con esta historia, porque es francesa y m¨¢s a¨²n: alta funcionaria francesa, miembro de la ¨¦lite que maneja la Administraci¨®n, y un puro producto de esta meritocracia, cada vez m¨¢s cuestionada e ineficaz. Ella estudi¨® en la muy selectiva Escuela Polit¨¦cnica y se gradu¨® como ingeniera de Caminos y Puentes. A partir de ah¨ª, encarril¨® una carrera s¨®lida en el servicio p¨²blico: desde los gabinetes de ministros y un primer ministro socialista, a varias prefecturas, pasando por la direcci¨®n de la RATP.
As¨ª que el segundo requisito ¨Del ¨ªntimo conocimiento de la Administraci¨®n francesa¨D lo cumple con creces. La nueva primera ministra nunca ha sido militante ni se ha presentado a ninguna elecci¨®n, pero siempre ha trabajado en Gobiernos socialistas. Ideol¨®gicamente, pertenec¨ªa a las ¨¦lites francesas en la ¨®rbita socialdem¨®crata que, en 2017, se sumaron al movimiento de Macron.
Su paso a ministra del joven presidente Macron fue l¨®gico. Como titular de Transportes pilot¨® con ¨¦xito la controvertida reforma de la SNCF, la compa?¨ªa p¨²blica de ferrocarriles. Pas¨® sin mucho ruido por el Ministerio de Transici¨®n Ecol¨®gica. Y termin¨® con la cartera de Trabajo y la delicada reforma de las pensiones, la que promete ser m¨¢s explosiva en el segundo quinquenio.
El tercer requisito, la sensibilidad social, se pondr¨¢ a prueba cuando se presenten las primeras reformas. Antes, afrontar¨¢ un examen preliminar: la campa?a de las legislativas de junio. Est¨¢ por ver si servir¨¢ a Macron para seducir a los socialistas que rechazan el acuerdo electoral de su partido con el l¨ªder de la izquierda populista, Jean-Luc M¨¦lenchon.
¡°Cumple muchos requisitos¡±, se dice estos d¨ªas de ?lisabeth Borne. Que los cumpl¨ªa para ser nombrada, no hay duda. Que sean suficiente para saldar con ¨¦xito el quinquenio, ser¨¢ otra cosa.
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