Ucrania cifra en m¨¢s de 500.000 millones de euros el impacto econ¨®mico de la guerra en su territorio
Kiev reclama a Mosc¨² da?os en infraestructuras superiores a 90.000 millones
Ucrania empieza a medir el impacto econ¨®mico que le ha provocado la invasi¨®n de Rusia desde finales de febrero. Consciente de que los organismos internacionales ¡ªy en particular la Uni¨®n Europea¡ª comienzan a habilitar partidas para la reconstrucci¨®n del pa¨ªs, aun con el conflicto abierto, el Gobierno de Ucrania esboza ya sus primeros n¨²meros. Una estimaci¨®n del Ministerio de Econom¨ªa, junto a la prestigiosa Kyiv School of Economics, arroja un coste de entre 532.000 y 566.000 millones de euros en estos casi tres meses de guerra. El c¨¢lculo recoge da?os generados tanto de manera directa como indirecta, ya que se ha estimado la disminuci¨®n del Producto Interior Bruto (PIB), el cese de las inversiones, la salida de mano de obra o el sobrecoste en materia de Defensa o en el sector social. Esas p¨¦rdidas suponen unas tres veces y media el PIB de Ucrania, que es de 155.000 millones de euros, y casi la mitad del de Espa?a, que es de unos 1,2 billones de euros. Las cantidades aprobadas hasta el momento por las conferencias de donantes que se han celebrado a favor de Ucrania palidecen en comparaci¨®n con el Plan Marshall que reclama el presidente de Ucrania, Volod¨ªmir Zelenski.
A pie de calle, los ciudadanos bregan con la cruda realidad de estas cifras mientras tratan de recuperar su vida anterior. En la plaza del Ayuntamiento de Borodianka, a 50 kil¨®metros de Kiev, medio centenar de personas bailan al son de la m¨²sica en directo en medio del ondear de banderas nacionales. Muchos de los asistentes van ataviados con las tradicionales camisas locales bordadas con hilos de muchos colores. Es la t¨¦cnica conocida como vishivanka, que cada 19 de mayo celebra su d¨ªa. Mientras, otro medio centenar de vecinos compra en un mercadillo instalado en el mismo lugar. Los vendedores, invitados por el alcalde en un intento de resucitar cuanto antes la econom¨ªa, se ven obligados a montar sus tenderetes dejando a veces un espacio por las oquedades de los proyectiles en el suelo, que recuerdan los intensos combates de hace semanas.
En el puesto de Sergu¨¦i, de 32 a?os, protegido del sol con una tela con los colores azul y amarillo de la bandera ucrania, se puede comprar casi de todo. Desde conservas a productos de higiene. ¡°Tenemos m¨¢s clientes que antes de la guerra porque los comercios est¨¢n cerrados, pero los que vienen a comprar se llevan menos cosas¡±, explica.
Paralelamente a las estimaciones de las p¨¦rdidas globales en el ¨¢mbito econ¨®mico ¡ªy que se dejan sentir en las calles ucranias¡ª, las autoridades mantienen abierto el bautizado como proyecto Rusia pagar¨¢. Gracias a ello calculan, desde las primeras horas de la invasi¨®n en la madrugada del 24 de febrero, los da?os en las infraestructuras que la contienda va dejando a lo largo y ancho de la exrep¨²blica sovi¨¦tica. La ¨²ltima actualizaci¨®n, con fecha de este jueves, se eleva a 91.000 millones de euros. Un tercio corresponde a los 31.000 millones de euros de p¨¦rdidas detectadas en edificios residenciales, 28.000 millones en carreteras (24.000 kil¨®metros da?ados), y 10.000 millones en 219 industrias y f¨¢bricas.
Los destrozos en las viviendas bombardeadas se extienden por un total de 38,6 millones de metros cuadrados. En cuanto a las ciudades, Mariupol, que esta semana ha ca¨ªdo tras un largo asedio en manos rusas, destaca sobre todas las dem¨¢s. Los estragos de la guerra dejan p¨¦rdidas por valor de 9.400 millones de euros en esta urbe a orillas del mar de Azov. En este caso, ante la imposibilidad de recabar informaci¨®n in situ, el m¨¦todo de c¨¢lculo esencialmente se basa en el an¨¢lisis c¨¢lculos de im¨¢genes de sat¨¦lite, explica Max Nefiodov, cojefe del programa Rusia pagar¨¢, ex viceministro de Econom¨ªa y antiguo jefe de las aduanas de Ucrania. A Mariupol le siguen en da?os J¨¢rkov (6.600), Chernihiv (4.000), y Sumi (1.450). Lista abajo, tras aeropuertos, puertos, iglesias, estaciones de tren, hospitales, colegios, guarder¨ªas¡ aparece uno de los buques insignia del orgullo patrio: el avi¨®n Antonov, la mayor aeronave de carga del mundo, cuyo valor asciende a unos 284 millones de euros. Sus restos bombardeados yacen en un aer¨®dromo militar en Gostomel, a las afueras de Kiev.
M¨¢s all¨¢ de posibles cr¨ªmenes de guerra o violaciones de los derechos humanos, la informaci¨®n y los datos que se est¨¢n aglutinando van a servir para reclamar a Mosc¨² la factura, como bien se?ala el nombre del programa. ¡°Estamos seguros de que, aunque no vaya a ser un proceso r¨¢pido, Rusia va a pagar¡±, afirma Nefiodov en una entrevista realizada a trav¨¦s de la aplicaci¨®n Zoom. Ucrania, a?ade, va a seguir el modelo de la reclamaci¨®n hecha tras la invasi¨®n de Kuwait por parte de Irak en 1990 y cuya cuant¨ªa de 50.000 millones de euros no se ha terminado de abonar hasta enero de este mismo a?o. El proyecto Rusia pagar¨¢ persigue tres objetivos, detalla el ex viceministro. Primero, que en todo momento tanto el Gobierno como los ciudadanos, donantes o inversores sepan c¨®mo est¨¢ el pa¨ªs. Segundo, agilizar la recuperaci¨®n con el reparto de fondos necesarios seg¨²n vayan haciendo falta en cada regi¨®n. Y tercero, litigar para conseguir recuperar lo perdido.
C¨¢lculo indirecto
En los c¨¢lculos participan, adem¨¢s de la Kyiv School of Economics, la oficina del presidente, el Ministerio de Econom¨ªa, el de Infraestructuras, el de Comunidades y Territorios en Desarrollo y otro nacido en 2016 a ra¨ªz de la guerra que se libra desde 2014 en la regi¨®n de Donb¨¢s, el Ministerio de Reintegraci¨®n de Territorios Ocupados Temporalmente. Cuando no tienen acceso directo a zonas afectadas porque est¨¢n en combate o bajo control ruso, Nefiodov explica que emplean m¨¦todos de an¨¢lisis indirectos, como extrapolar los da?os en carreteras o puentes de zonas donde s¨ª pueden evaluarlos.
Las fuentes de las que obtienen la informaci¨®n son muy diversas: medios de comunicaci¨®n, el propio Gobierno, Ayuntamientos, autoridades regionales, testigos, p¨¢ginas de internet, grupos de la red social Telegram o im¨¢genes de sat¨¦lite y drones. Las cifras son aproximadas, reconocen, porque las circunstancias actuales impiden una evaluaci¨®n m¨¢s exhaustiva. Pese a todo, explica Nefiodov, nunca difieren m¨¢s de un 10% de las estimaciones que lleva a cabo el Banco Mundial.
El mercadillo se ha retomado hace tres semanas en la plaza de Borodianka. En esta localidad de unos 13.000 vecinos, los da?os en viviendas evaluados ascienden a 285 millones de euros. Ocupa el puesto 14 de la dolorosa clasificaci¨®n que encabeza Mariupol. Al principio, la gente ten¨ªa miedo de acudir a comprar a los puestos porque no estaban seguros de que la zona hubiera sido desminada o estuviera libre de explosivos, comenta Sergu¨¦i, el vendedor.
A su lado, m¨¢s pesimista, Svletana, de 35 a?os, deja de atender al reportero en cuanto ve que un cliente se acerca a preguntar el precio de unos quesos. ¡°Es duro trabajar aqu¨ª¡±, dice la mujer, se?alando con el rostro compungido al bloque de viviendas de nueve plantas segado en dos por un bombazo. Al preguntarle c¨®mo va el negocio, responde que ¡°regular¡±. Es verdad que muchos compradores no est¨¢n, porque en Borodianka y otras localidades de los alrededores de Kiev que estuvieron ocupadas durante un mes por las tropas rusas, la mayor¨ªa de la poblaci¨®n sigue sin regresar. Testigo mudo de cuanto sucede en el ¨¢gora, al igual que esos edificios destruidos, sigue el busto en bronce cabizbajo del insigne poeta ucranio Taras Shevchenko. El aparentemente certero disparo que luce de recuerdo en la sien izquierda no es el ¨²nico.
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