La guerra de Putin en Ucrania agita el avispero nuclear global
La invasi¨®n da argumentos a quienes ven el arma at¨®mica como garant¨ªa en un mundo convulso y complica las perspectivas de acuerdos armament¨ªsticos entre potencias
Entre la multitud de dram¨¢ticas consecuencias de la invasi¨®n de Ucrania por parte de las fuerzas militares rusas, ocupa un lugar prominente la agitaci¨®n del avispero nuclear. M¨¢s all¨¢ de las abiertas amenazas de recurso al uso de armas at¨®micas por parte del Kremlin, el mero hecho de este brutal ataque con fuerzas convencionales espolea din¨¢micas que perfilan el contorno de una carrera armament¨ªstica acelerada, desordenada y muy peligrosa.
El ataque generalizado, con invasi¨®n terrestre, de una potencia nuclear a un pa¨ªs sin arma at¨®mica ¡ªdel que adem¨¢s ten¨ªa el compromiso de garantizar su seguridad¡ª ofrece nuevos argumentos a quienes, en pa¨ªses con una posici¨®n internacional inestable, defienden la opci¨®n de dotarse del arma nuclear, o quedarse a un paso de ella, como garant¨ªa. La guerra en Ucrania ha producido un escenario global m¨¢s polarizado, con fricciones que aumentan el riesgo de conflictividad, e incluso aquellos pa¨ªses que gozan de v¨ªnculos de seguridad con grandes potencias ¡ªpero sin la fuerza expl¨ªcita del art¨ªculo 5 de la OTAN¡ª est¨¢n considerando hasta qu¨¦ punto pueden confiar en obtener ayuda en caso de ataque de una naci¨®n nuclear a la vista de c¨®mo las fuerzas occidentales est¨¢n midiendo sus gestos de apoyo a Ucrania frente a Rusia.
La regi¨®n del Golfo, con el programa nuclear iran¨ª y los consiguientes riesgos de proliferaci¨®n reactiva en la zona, y el este asi¨¢tico ¡ªcon la sombra china que se proyecta inquietante sobre Taiw¨¢n y la dictadura norcoreana¡ª son las dos ¨¢reas donde estas consideraciones adquieren un papel relevante. S¨ªntomas negativos se acumulan en ambos frentes.
Ir¨¢n ha cortado recientemente la se?al de las c¨¢maras a trav¨¦s de las cuales la Agencia Internacional de la Energ¨ªa At¨®mica vigilaba sus centros nucleares. Teher¨¢n desarrolla profund¨ªsimos t¨²neles cerca de esas instalaciones y, seg¨²n la gran mayor¨ªa de expertos, se halla m¨¢s cerca que nunca de la bomba. Corea del Norte, seg¨²n evidencian im¨¢genes satelitales y denuncian Washington y Se¨²l, ha completado los trabajos de preparaci¨®n para un nuevo ensayo nuclear que se dispondr¨ªa, seg¨²n ellos, a realizar pronto.
Pero la invasi¨®n rusa tambi¨¦n complica el escenario de interacci¨®n de las grandes potencias nucleares. Por un lado, ha descarrilado toda clase de di¨¢logo en materia de control de armamento entre EEUU y Rusia, que ya se hallaba en fase de desmoronamiento. Por el otro, el escenario de tensi¨®n global hace a¨²n m¨¢s improbable que China se avenga en alg¨²n momento a sentarse a cualquier mesa negociadora de car¨¢cter armament¨ªstico, lo que reh¨²ye, en sustancia, con el argumento de que tiene derecho a adecuar su fuerza militar a la altura de la de EEUU y Rusia y de lo que corresponde a su peso econ¨®mico.
Estas nuevas din¨¢micas vinculadas a la guerra en Ucrania se suman a una tendencia ya consolidada por la que las 9 potencias nucleares del mundo se hallan inmersas en considerables esfuerzos para modernizar o ampliar sus arsenales. En su informe anual sobre fuerzas nucleares, publicado esta semana, el Instituto Internacional de Investigaciones para la Paz de Estocolmo concluy¨® que este escenario apunta a que, tras un largo periodo de declive, la pr¨®xima d¨¦cada registrar¨¢ un aumento de las armas at¨®micas.
Es en ese contexto, se avecinan dos citas internacionales relevantes. La primera, a partir del martes en Viena, reunir¨¢ a impulsores y observadores del Tratado sobre la Prohibici¨®n de las Armas Nucleares (TPAN), aprobado en la ONU con 122 votos a favor en 2017 y en vigor desde enero del a?o pasado. Ha sido ratificado por m¨¢s de 60 pa¨ªses. La segunda, de mayor envergadura pol¨ªtica, es la sesi¨®n quinquenal de revisi¨®n del Tratado de no Proliferaci¨®n de Armas Nucleares (TNP), que se celebrar¨¢ finalmente en agosto en Nueva York, tras dos a?os de retrasos a causa de la pandemia.
¡°Por un lado, el ataque ruso sobre Ucrania ha creado un estado de shock en Europa y ha fortalecido las visiones m¨¢s duras en relaci¨®n con la seguridad, con m¨¢s gasto militar, m¨¢s armas, etc.¡±, dice Jordi Armadans, director de la Fundipau, organizaci¨®n con sede en Barcelona activa en la campa?a para lograr la prohibici¨®n de las armas nucleares. ¡°Por otro lado¡±, prosigue, ¡°ha mostrado que la situaci¨®n actual ¡ªcasi 13.000 armas nucleares existentes despu¨¦s de m¨¢s de 30 a?os del fin de la Guerra Fr¨ªa¡ª es un peligro que no podemos permitirnos. Por eso, la Primera Conferencia del TPAN viene en un buen momento: hay m¨¢s conciencia del problema para la seguridad global que suponen las armas nucleares. Viena puede ser un buen punto de partida para analizar colectivamente qu¨¦ hemos hecho y estamos haciendo y qu¨¦ deber¨ªamos hacer para desactivar seriamente el peligro nuclear¡±.
Las din¨¢micas de carrera armament¨ªsticas ser¨¢n muy dif¨ªciles de revertir, pero la reuni¨®n de Viena puede ayudar a configurar tanto el posicionamiento de las opiniones p¨²blicas como la coordinaci¨®n de los Estados no nucleares que rechazan el actual curso de los acontecimientos de cara a la sesi¨®n de revisi¨®n del TNP, del que son firmantes casi todos los Estados del mundo. Significativamente, al menos dos pa¨ªses OTAN ¡ªAlemania y Noruega¡ª han decidido participar como observadores en la cita de Viena. Berl¨ªn ha anunciado recientemente la compra de 35 aviones de combate F-35, esenciales para el desempe?o de su papel dentro del paraguas at¨®mico de la Alianza.
La reuni¨®n de Nueva York estar¨¢ marcada por dos grandes l¨ªneas pol¨ªticas. Una, entre Rusia y el bloque occidental, que activamente se opone a su guerra; la otra, entre los nucleares ¡ªque, seg¨²n las previsiones del TNP, tienen el compromiso de avanzar hacia el desarme nuclear¡ª y muchos de los dem¨¢s, que consideran que se est¨¢ incumpliendo el esp¨ªritu y la letra del Tratado. EEUU y Rusia han ido reduciendo sus arsenales en las ¨²ltimas d¨¦cadas, pero siguen moderniz¨¢ndolos y haci¨¦ndolos m¨¢s amenazantes, mientras otros directamente los ampl¨ªan.
¡°La invasi¨®n de Ucrania ¡ªpa¨ªs que ten¨ªa armas nucleares y las entreg¨® a cambio de garant¨ªas que se han incumplido¡ª revive ciertas preguntas. Pa¨ªses que dependen de acuerdos de seguridad sin duda se plantean ciertas cuestiones. Espero que esto no llegue a respuestas proliferatorias equivocadas¡±, dice William Alberque, que fue director del centro de control de armamento de la OTAN y ahora dirige el departamento de Estrategia, Tecnolog¨ªa y Control de Armas en el Instituto Internacional de Estudios Estrat¨¦gicos.
Por otra parte, la propia carrera armament¨ªstica de quienes ya tienen armas nucleares plantea otras preguntas. ¡°Rusia y China¡±, contin¨²a Alberque, ¡°han estado desarrollando y desplegando nuevo armamento dise?ado para superar las defensas de EEUU. Algunas, honestamente, parecen casi invenciones de una mala novela de la Guerra Fr¨ªa, pero no, se est¨¢ desarrollando realmente. No creo que cambien el fondo de los equilibrios estrat¨¦gicos, porque el potencial destructivo acumulado con las armas tradicionales es enorme, pero por supuesto las nuevas armas plantean preguntas acerca de cu¨¢les son las intenciones subyacentes¡±.
La ubicaci¨®n de las armas tambi¨¦n tiene efectos desestabilizadores. En otro desarrollo vinculado a la guerra, Bielorrusia se abri¨® en febrero a la perspectiva de acoger bombas nucleares rusas.
Esas preguntas, sobre todo cuando no median pactos de control armament¨ªsticos, suelen conducir como respuesta al desarrollo de nuevas armas y defensas. En definitiva, una carrera, que se sabe como empieza, pero no como termina.
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