El mundo se asoma a una ¨¦poca de gran rearme
La agresi¨®n de Rusia a Ucrania y la tensi¨®n en el este asi¨¢tico impulsan nuevas inversiones en un gasto militar global que ya estaba en una senda ascendente
El mundo emite crecientes se?ales de la conformaci¨®n de una gran ola de inversiones militares. La agresi¨®n rusa en Ucrania est¨¢ espoleando una firme reacci¨®n de los aliados atl¨¢nticos, con expl¨ªcitos anuncios de incremento de gasto en Defensa de muchos pa¨ªses europeos y un clima pol¨ªtico muy propenso a ello en el Capitolio de Washington. En paralelo, el constante auge econ¨®mico-militar de China y su actitud provocan significativos movimientos de rearme de democracias de la regi¨®n indopac¨ªfica. Las dos ¨¢reas m¨¢s pujantes del planeta prestan una creciente atenci¨®n a la defensa.
El gasto militar global ya se hallaba en una din¨¢mica ascendente antes de la invasi¨®n rusa. Tras un periodo de contracci¨®n en el primer quinquenio de la d¨¦cada pasada, en el segundo registr¨® un paulatino avance de la inversi¨®n en defensa. ¡°2020 marc¨® el nivel m¨¢s alto desde que tenemos registros comparables, en 1988¡å, dice Diego Lopes da Silva, investigador del programa de gasto militar y producci¨®n de armas del Instituto Internacional de Investigaciones para la Paz de Estocolmo (SIPRI). El total de 2020 roz¨® los dos billones de d¨®lares (alrededor de 1,8 billones de euros), m¨¢s que el PIB de Espa?a y un 2,4% del PIB mundial. El respetado instituto tiene previsto publicar los datos de 2021 a finales del pr¨®ximo mes de abril.
Sea cual sea el resultado de 2021 ¡ªa?o presupuestario afectado por el estallido de la pandemia en 2020¡ª, recientes anuncios y medidas concretas de gran calado se acumulan y refuerzan la expectativa de un intenso rearme global en el futuro pr¨®ximo. En Europa, el canciller alem¨¢n, Olaf Scholz, ha impulsado un hist¨®rico giro en la pol¨ªtica exterior y de defensa, anunciando un paquete de gasto militar especial de 100.000 millones de euros (equivalente al PIB anual de Ecuador) y su determinaci¨®n a alcanzar una inversi¨®n en el sector equivalente al 2% del PIB, de acuerdo con el compromiso adquirido por los miembros de la OTAN en 2014 pero no perseguido con aut¨¦ntica voluntad por muchos pa¨ªses hasta ahora. Otros gobiernos europeos han dado pasos en esa direcci¨®n, entre ellos Espa?a.
En Estados Unidos, la agresi¨®n rusa ha modificado claramente la posici¨®n de congresistas dem¨®cratas hasta hace poco partidarios de una contenci¨®n del gasto militar. La relaci¨®n con China, su gran rival, tampoco atraviesa momentos serenos, como ha evidenciado la conversaci¨®n telef¨®nica entre los presidentes Joe Biden y Xi Jinping del viernes. ¡°EE UU ya tiene el mayor presupuesto militar del mundo. Entiendo que se seguir¨¢ reforzando¡±, apunta Rose Gottemoeller, que fue secretaria general adjunta de la OTAN, l¨ªder del equipo de EE UU que negoci¨® el tratado nuclear START con Rusia y colabora en la actualidad con la Universidad de Stanford. ¡°La cuesti¨®n ahora es interpretar cu¨¢les son las nuevas capacidades que es necesario adquirir a la luz de esta guerra. Por ejemplo, es evidente que para los aliados de la OTAN va a ser muy importante la cuesti¨®n de la defensa antimisiles. Creo que EE UU ponderar¨¢ con mucha atenci¨®n si hay defensas antimisiles adecuadas en Europa y tambi¨¦n para proteger a sus aliados asi¨¢ticos¡±, prosigue Gottemoeller.
En el flanco indopac¨ªfico, China anunci¨® a principios de marzo un incremento del gasto militar para el pr¨®ximo presupuesto anual del 7,1%, algo mayor que el aumento del a?o anterior (6,8%) y bastante superior a la previsi¨®n de crecimiento del PIB (5,5%). Australia ha puesto en marcha un programa para comprar a Estados Unidos submarinos de propulsi¨®n nuclear por un valor que podr¨ªa alcanzar, seg¨²n un estudio de un instituto del pa¨ªs oce¨¢nico, los 170.000 millones de d¨®lares. Los gobiernos de Jap¨®n y Corea del Sur anunciaron en diciembre presupuestos militares con claros incrementos, y el de la India tambi¨¦n, en febrero.
En cuanto a Rusia, poca duda cabe del deseo de sus l¨ªderes de incrementar en el futuro su capacidad militar, que est¨¢ mostrando serios l¨ªmites en la guerra de Ucrania, pero est¨¢ por ver si tendr¨¢ la capacidad econ¨®mica para sostener ese anhelo.
Ante esta aparente disposici¨®n a una mayor inversi¨®n en defensa de gran parte de los principales actores militares del mundo, lo fundamental ser¨¢ ver en qu¨¦ direcciones se dirigir¨¢ el gasto, qu¨¦ nivel de transparencia tendr¨¢n los desarrollos y, en definitiva, c¨®mo este movimiento alterar¨¢ los equilibrios estrat¨¦gicos y si ser¨¢ posible embridarlo en nuevos acuerdos de control de armamento tras una fase de desmorone de varios pactos entre EE UU y Rusia. A continuaci¨®n, algunas claves para interpretar las perspectivas en los vectores de mayor importancia en un mundo especialmente convulso.
Europa
La invasi¨®n de Ucrania ha sido una brutal sacudida en el tablero europeo. Muchos pa¨ªses, no solo miembros de la OTAN, han anunciado fuertes incrementos en el gasto militar. Dos grandes retos destacan en todo el proceso en marcha. Por un lado, acertar en una reorientaci¨®n estrat¨¦gica y de capacidades imprescindible tras el ataque ruso; por el otro, comprobar hasta d¨®nde este nuevo esfuerzo podr¨¢ impulsar una mayor integraci¨®n de la defensa en la UE.
¡°En los ¨²ltimos 30 o 40 a?os, el paradigma de pol¨ªtica de defensa en Europa ha sido el de las operaciones fuera de ¨¢rea, de baja y media intensidad militar. No contra grandes potencias sino contra competidores, por as¨ª decirlo, de segunda divisi¨®n. Ese es el marco referencial¡±, comenta Luis Sim¨®n, director de la Oficina del Real Instituto Elcano en Bruselas, con respecto al reto estrat¨¦gico. ¡°Si ahora el ¨¦nfasis est¨¢ en la disuasi¨®n y defensa frente a rivales pares, el tipo de estructuras militares, de capacidades, de procesos que se necesitan es radicalmente distinto de lo que hace falta para actuar en ?frica o en los Balcanes. Har¨¢ falta un proceso de transformaci¨®n institucional y mental¡±, dice el experto.
Tanto Gottemoeller como Sim¨®n coinciden en que en la reconfiguraci¨®n de la defensa europea tras la agresi¨®n rusa en Ucrania tiene una importancia central la cuesti¨®n de las defensas misil¨ªsticas, con el despliegue de modelos de alcance intermedio ¡ªde 500 a 5.500 kil¨®metros, anteriormente limitados por un pacto entre Rusia y EE UU que se ha desmoronado¡ª como pieza clave. ¡°Son imprescindibles en un contexto de disuasi¨®n¡±, apunta Sim¨®n. Se trata de un debate de inter¨¦s para Espa?a, cuya base de Rota es la referencia de los buques de EE UU que son el epicentro del modelo de defensa actual. El cambio a un modelo de mayor implantaci¨®n terrestre podr¨ªa modificar su papel.
Otra cuesti¨®n de peso es la posible integraci¨®n en la OTAN de Suecia y Finlandia, que han sido expl¨ªcitamente amenazados por el Kremlin caso de que decidieran emprender ese camino. El reto, en su caso, ser¨ªa implementar una adhesi¨®n que no deje un tiempo de desprotecci¨®n entre la decisi¨®n y la integraci¨®n formal, que es el momento en el que entrar¨ªa en vigor la cl¨¢usula de defensa mutua.
En cuanto al reto de la integraci¨®n de la defensa comunitaria, las dificultades son considerables. Sim¨®n apunta a dos tipos de problemas. En primer lugar, ¡°la divergencia que hay entre Francia y Alemania en cultura estrat¨¦gica. Francia hace uso proactivo de la fuerza, mientras que para los alemanes es de ¨²ltimo recurso. Es un choque no solo filos¨®fico; se proyecta sobre toda esta materia, en el desarrollo de capacidades, los despliegues¡±. En segundo lugar, porque ¡°hay pa¨ªses, especialmente en el este, que tienen un especial apego a la centralidad del OTAN¡±. Las actuales circunstancias han reforzado ese sentimiento.
El encaje de los esfuerzos comunitarios con la OTAN no es simple, pero tampoco imposible. Gottemoeller se pronuncia favorablemente. ¡°Creo realmente que si la UE decide invertir m¨¢s recursos en la defensa, eso es algo positivo. La cuesti¨®n principal es que no deber¨ªa de ninguna manera competir con la OTAN, por ejemplo fijando est¨¢ndares o requerimientos diferentes¡±.
Tras a?os de proyectos comunitarios de peque?o cabotaje en esta materia, la ambici¨®n ha ido creciendo, por ejemplo con la constituci¨®n de un fondo de defensa europeo. Hay un evidente inter¨¦s en reforzar la capacidad industrial europea, incrementar la interoperabilidad de las capacidades, reducir redundancias.
El proyecto FCAS (Futuro Sistema A¨¦reo de Combate) impulsado por Alemania, Francia y Espa?a y que involucra a empresas como Dassault, Airbus e Indra, ilustra a la vez las renovadas ambiciones y dificultades de este esfuerzo. Se trata de un programa de envergadura, significativo, que busca ser el epicentro de las capacidades a¨¦reas del futuro. Hay un compromiso pol¨ªtico importante detr¨¢s de ello, pero persisten las tensiones sobre el liderazgo y la direcci¨®n del mismo. El reciente anuncio por parte de Berl¨ªn de la intenci¨®n de comprar 35 aviones de combate F-35 estadounidenses ha despertado algunas suspicacias. Aunque responda a necesidades espec¨ªficas y urgentes que el FCAS no puede todav¨ªa satisfacer, la inc¨®gnita es si la compra representa un primer paso en una m¨¢s decidida apuesta por el modelo de la estadounidense Lockheed Martin que puede reducir parcialmente el proyecto europeo diluyendo su inter¨¦s.
Estados Unidos
Es la primera potencia militar mundial con diferencia. Su gasto en el sector represent¨® en 2020 un 39% del total global. Junto con los aliados OTAN, el conjunto alcanza un 56%. Su posici¨®n de primac¨ªa es indiscutida, y por eso todos sus movimientos repercuten con fuerza en el tablero internacional. Si Washington decidiera pisar el acelerador, sin duda Pek¨ªn tomar¨ªa nota.
¡°Tenemos claras indicaciones de que el gasto militar se incrementar¨¢ en varios pa¨ªses en Europa y Am¨¦rica del Norte, especialmente en EE UU, donde algunas resistencias que hab¨ªa en el Congreso se est¨¢n disolviendo a causa del cambio de la situaci¨®n¡±, comenta Lopes da Silva, del SIPRI.
El experto se?ala entre las principales l¨ªneas de acci¨®n estadounidense el esfuerzo en marcha para modernizar su arsenal nuclear ¡ªque supondr¨¢ un gasto de 634.000 millones de d¨®lares entre 2021 y 2030 (equivalente al PIB anual de Polonia), seg¨²n estimaciones de la Oficina Presupuestaria del Congreso¡ª y en general para impulsar la investigaci¨®n y desarrollo.
Muy importantes son los avances en materia de defensa antimisiles, que constituyen el detonante del desarrollo por parte de China y Rusia de armamento de vanguardia dise?ado para superar esa capacidad de neutralizaci¨®n. Es en esa ¨®ptica que debe leerse el trabajo alrededor de misiles hipers¨®nicos que ambos pa¨ªses desarrollan, en el caso chino con caracter¨ªsticas mostradas en pruebas realizadas el a?o pasado que han sorprendido a los estadounidenses.
Washington persigue desde hace tiempo una reorientaci¨®n estrat¨¦gica hacia China, que considera su aut¨¦ntico rival sist¨¦mico, pero esta se ha visto frenada por prolongadas exigencias de las guerras de Afganist¨¢n e Irak, primero, y ahora por el desaf¨ªo ruso en Europa. En ese marco conceptual, EEUU trata de ir m¨¢s all¨¢ de sus tradicionales relaciones bilaterales en la regi¨®n y conformar lazos de peque?as alianzas ad hoc claramente orientadas a hacer frente a los riesgos asociados al auge de Pek¨ªn. El Aukus (con Australia y el Reino Unido, y en cuyo marco se inscribe el gran contrato para el suministro de submarinos con propulsi¨®n nuclear) es un ejemplo evidente; el QUAAD (con India, Jap¨®n y tambi¨¦n Australia) es otro.
China
China avanza con paso firme hacia el objetivo fijado por sus l¨ªderes de asentarse como superpotencia en 2049, centenario de la proclamaci¨®n de la Rep¨²blica Popular de China. ¡°Ese objetivo requiere naturalmente tener unas fuerzas armadas acordes al estatus perseguido¡±, comenta Helena Legarda, analista del Instituto Mercator para Estudios sobre China especializada en su pol¨ªtica Exterior y de Defensa. Esto, sustancialmente, significa la ambici¨®n de estar en condiciones de competir con y vencer a EE UU. Pek¨ªn trabaja a 360 grados para recortar la distancia de Washington con un esfuerzo constante. El incremento del 7,1% del gasto militar es el ¨²ltimo de una larga serie.
Aunque el desarrollo militar chino est¨¦ envuelto en la opacidad, hay elementos muy evidentes. ¡°Sus ambiciones y sus percepciones de amenaza se?alan hacia donde van a ir las cosas¡±, dice Legarda. Un ¨¢rea de gran desarrollo es la Armada. Pek¨ªn impulsa un programa de desarrollo de medios y capacidades que debe sostener su voluntad de proyectar influencia en la regi¨®n, unos de sus principales objetivos. El Pent¨¢gono calcula que en 2021 las fuerzas navales chinas dispon¨ªan de 355 buques y submarinos, y su plan es alcanzar los 420 en 2025 y 460 en 2030.
Los mencionados misiles hipers¨®nicos son otra ¨¢rea de importante desarrollo. ¡°Pek¨ªn tiene claro que en las fuerzas convencionales es dif¨ªcil competir con EE UU, y busca dar el salto en algunos sectores clave, con capacidades m¨¢s avanzadas, para adquirir ventajas asim¨¦tricas en caso de conflicto¡±, comenta Legarda.
Otra ¨¢rea relevante es el arsenal nuclear. En noviembre, el Pent¨¢gono elev¨® sus proyecciones anteriores y apunt¨® que China podr¨ªa disponer de 1.000 cabezas at¨®micas en 2030, frente a las alrededor de 200/300 que se estiman en la actualidad.
¡°Espero que, viendo las amenazas actuales, el ruido de sables nuclear en Rusia, China decida en cambio desempe?ar un papel responsable en la prevenci¨®n del desarrollo de amenazas nucleares y en la mayor transparencia acerca de su programa de modernizaci¨®n del arsenal at¨®mico¡±, comenta Gottemoeller. ¡°Querr¨ªa se?alar que, si bien coincido con el Pent¨¢gono en que la modernizaci¨®n de ese arsenal es preocupante, no obstante este es mucho m¨¢s reducido que el de EE UU y Rusia. Incluso si lo quintuplicaran para 2030, como apunta el Pent¨¢gono, seguir¨ªan por debajo de EE UU y Rusia. Tenemos que estar pendientes, pero no hay motivos para el p¨¢nico. El punto clave es que necesitamos abrir negociaciones tambi¨¦n con ellos en la dimensi¨®n nuclear¡±.
China es parte de diferentes acuerdos de control armament¨ªsticos multilaterales, pero no se ha vinculado en ninguno bilateral como hicieron en su momento EE UU y URSS/Rusia. Su argumento es que sus arsenales son inferiores al de las dos superpotencias tradicionales. Pero esto est¨¢ cambiando a un paso muy r¨¢pido.
¡°No veo a China aceptando pactos que limiten capacidades que considera esenciales para perseguir sus ambiciones o atenuar sus temores. Pero s¨ª son posibles algunos pasos intermedios, algunas medidas de construcci¨®n de confianza¡±, apunta Legarda. Gottemoeller apunta como ¨¢rea interesante de negociaci¨®n los misiles de rango intermedio. ¡°China tiene desplegados un n¨²mero significativo de ellos, y hay cierto nivel de igualdad con EE UU en t¨¦rminos de capacidades misil¨ªsticas. Es muy importante tener negociaciones en ¨¢reas donde hay cierta igualdad¡±.
Por otra parte, sin duda China est¨¢ observando con detenimiento la reacci¨®n occidental a la invasi¨®n rusa en Ucrania. La unidad de los Gobiernos de Occidente, la rapidez y la envergadura de las sanciones, el suministro de armas a Kiev. Todo ello est¨¢ entrando ahora en el c¨¢lculo estrat¨¦gico de Pek¨ªn, en sus consideraciones acerca de Taiw¨¢n. Est¨¢ por ver c¨®mo se reflejar¨¢ en materia militar. Pero lo que es evidente es que todas las principales democracias de la regi¨®n se han embarcado en una ruta de incremento del gasto ante el auge de un vecino del que no se f¨ªan.
Rusia
El futuro de Rusia es especialmente imprevisible. Poca duda cabe de que el Kremlin tendr¨¢ una enorme motivaci¨®n para invertir dinero en Defensa a la vista de las p¨¦rdidas que est¨¢ sufriendo en Ucrania y de las deficiencias demostradas en la operaci¨®n pese a varios lustros de ingentes gastos para modernizar sus fuerzas armadas. Pero el colapso de su econom¨ªa por las sanciones y el veto a exportaciones tecnol¨®gicas clave para su industria militar proyectan espesas sombras sobre su capacidad de mantener el ritmo de las potencias m¨¢s pujantes.
¡°Rusia depende para la manufactura militar de tecnolog¨ªas, componentes y elementos industriales importados. Las sanciones y la devaluaci¨®n del rublo har¨¢n imposible o dif¨ªcil la producci¨®n en ciertas ¨¢reas, por ejemplo aviones y sat¨¦lites¡±, considera Pavel Luzin, experto ruso en materia de Defensa que colabor¨® con la campa?a presidencial de Navalni en 2017-2018.
Sin duda Rusia intentar¨¢ recibir ayuda de China, pero es un camino repleto de inc¨®gnitas. ¡°En el pasado, Rusia era quien suministraba armas o tecnolog¨ªa a China. Pek¨ªn no ha entregado nada significativo. Puede que pronto decidir¨¢ dar algo a cambio de petr¨®leo y gas, pero no estoy seguro de que esta cooperaci¨®n permitir¨¢ a Rusia mantener sus capacidades militares¡±, argumenta Luzin.
Un elemento importante de esta situaci¨®n es su impacto en las exportaciones armament¨ªsticas de Rusia. Mosc¨² ha sido tradicionalmente un gran exportador, con pa¨ªses como India, China, Venezuela o Argelia como grandes clientes. Sus ventas ya estaban en marcado declive desde hace a?os ¨Cun 26% menos en el quinquenio 2017-21 con respecto al anterior, seg¨²n datos del SIPRI- pese a fuertes esfuerzos del Kremlin, que ha llegado a ofrecer condiciones muy propicia a los compradores. Las nuevas dificultades sin duda afectar¨¢n esta dimensi¨®n militar, y los lazos pol¨ªticos internacionales que de ella dependen.
Otros factores
Al margen de las principales potencias, hay otros focos de tensi¨®n que pueden consolidar la tendencia al rearme. Uno de ellos es obviamente Oriente Pr¨®ximo, donde se concentran tres pa¨ªses con importante proyecci¨®n militar ¡ªArabia Saud¨ª, Israel e Ir¨¢n, los tres entre los primeros 20 del mundo por gasto seg¨²n el SIPRI¡ª. Aunque se lograse reactivar el pacto nuclear con Ir¨¢n, es dudoso que sus adversarios cambiaran por ello su c¨¢lculo estrat¨¦gico a corto y medio plazo.
Por otra parte, a medida en la que el mundo va superando la pandemia, la reactivaci¨®n de las econom¨ªas y la liberaci¨®n de recursos p¨²blicos destinados en los ¨²ltimos dos a?os a paliar los estragos de la misma constituyen un entorno m¨¢s propicio para inversiones en Defensa. El tiempo dir¨¢, pero las convulsiones geopol¨ªticas que sacuden el mundo apuntan a una creciente atenci¨®n a dotarse de elementos de fuerza militar.
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