Kaliningrado no teme a la OTAN
Las autoridades del enclave ruso rodeado por Lituania y Polonia aseguran que cuentan con v¨ªas de suministro frente a un bloqueo por las sanciones a Mosc¨²
Apenas han pasado las 11.00 cuando el inequ¨ªvoco ruido de un avi¨®n militar rasga el aire sobre Kaliningrado. La ciudad rusa, un enclave separado del resto del pa¨ªs y rodeado por Polonia y Lituania frente al mar B¨¢ltico, permanece tranquila, ajena al supuesto ¡°bloqueo¡± que el Kremlin achaca a la OTAN. Una palabra, bloqueo, que lleva al imaginario ruso las tragedias de guerras pasadas y azuza la sensaci¨®n de tensi¨®n, de ser acorralados po...
Apenas han pasado las 11.00 cuando el inequ¨ªvoco ruido de un avi¨®n militar rasga el aire sobre Kaliningrado. La ciudad rusa, un enclave separado del resto del pa¨ªs y rodeado por Polonia y Lituania frente al mar B¨¢ltico, permanece tranquila, ajena al supuesto ¡°bloqueo¡± que el Kremlin achaca a la OTAN. Una palabra, bloqueo, que lleva al imaginario ruso las tragedias de guerras pasadas y azuza la sensaci¨®n de tensi¨®n, de ser acorralados por el enemigo. A mediados de junio, Lituania comenz¨® a restringir el paso de mercanc¨ªas al territorio ruso (de algo m¨¢s de un mill¨®n de habitantes) por las sanciones europeas a Mosc¨² tras la ofensiva desatada contra Ucrania. Una escalada de la tensi¨®n a la que se ha sumado el anuncio del presidente estadounidense, Joe Biden, durante la cumbre de la OTAN en Madrid esta pasada semana, del refuerzo de tropas en los pa¨ªses b¨¢lticos para defenderlos. Sin embargo, ni la Gobernaci¨®n del oblast (regi¨®n, en ruso) de Kaliningrado ni su poblaci¨®n se muestran preocupadas: conf¨ªan en el enorme ej¨¦rcito de Rusia y en un despliegue log¨ªstico sin precedentes.
¡°Kaliningrado es desde hace mucho tiempo una ciudad rusa. Queda parte del estilo arquitect¨®nico alem¨¢n, pero este es nuestro trofeo, del que estamos muy orgullosos y no lo entregaremos a nadie¡±, proclama en la cafeter¨ªa de la sede de la Gobernaci¨®n Dmitri Lyskov, portavoz del gobernador de la regi¨®n, Ant¨®n Alij¨¢nov.
Dos d¨ªas antes, el 27 de junio, los medios rusos hab¨ªan replicado a bombo y platillo las declaraciones de un antiguo exministro del Interior let¨®n, Maris Gulbis, quien afirm¨® que la Uni¨®n Europea ha enviado una se?al a Mosc¨² con las restricciones al paso de mercanc¨ªas rusas hacia el enclave: ¡°Si se envalentonan, recuperaremos Kaliningrado¡±. Por su parte, el diputado lituano responsable del comit¨¦ parlamentario para Taiw¨¢n y la Rusia democr¨¢tica, Matas Maldeikis, propuso de broma en Twitter recuperar ¡°las tierras hist¨®ricas de Smolensk¡±, ahora rusas y que se disputaban en los siglos XIV y XV el Gran Ducado de Lituania y el Principado de Mosc¨², con la imagen de un corredor que se estiraba por todo el mapa, incluso hasta Mosc¨².
Kaliningrado ¨Dla antigua K?nigsberg prusiana¨D fue anexionada por la URSS en 1945. La Uni¨®n Europea, y en especial Alemania y Polonia, reconocen la soberan¨ªa rusa y han renunciado a cualquier reclamaci¨®n territorial. Su importancia estrat¨¦gica reside en que es el ¨²nico puerto occidental de Rusia donde no se hiela el mar en invierno. El enclave es uno de los principales focos de tensi¨®n con la OTAN. Sin embargo, Lyskov es tajante al responder que no ven una amenaza en la presencia militar de la Alianza en los pa¨ªses b¨¢lticos. ¡°Para nada. Est¨¢n aumentando las formaciones de combate, pero nuestra protecci¨®n es fiable. En Kaliningrado est¨¢ la base de la Flota del B¨¢ltico, la tercera del pa¨ªs por volumen naval¡±, afirma el representante del gobernador antes de subrayar que cuentan con un ¡°enorme despliegue¡± de tropas, aviones, barcos y agrupaciones de misiles rusos que no detalla. ¡°No estamos preocupados¡±, asegura.
?Y armas nucleares? El portavoz se r¨ªe al preguntarle por la afirmaci¨®n del ministro de Defensa lituano, Arvydas Anusauskas, de que es un secreto a voces. ¡°No s¨¦ nada, no va conmigo. Solo s¨¦ que Rusia es una potencia nuclear y en el caso de los misiles bal¨ªsticos no importa desde d¨®nde vuelan; si desde Kaliningrado, Smolensk o Pskov¡±, afirma.
El museo mar¨ªtimo es una de las grandes atracciones de la ciudad. Ni?os vestidos de paracaidistas visitan un submarino sovi¨¦tico acompa?ados por tutores que muestran orgullosamente sus solapas con la ¡°Z¡±, la insignia de quienes apoyan abiertamente la ofensiva sobre Ucrania. Cerca, otra letra gigante con los colores de la orden imperial de San Jorge cubre la fachada del centro deportivo Juventud. En la regi¨®n militar de Kaliningrado es f¨¢cil ver c¨®mo germina la nueva ¡°generaci¨®n Z¡±.
¡°Confiamos en nuestro pa¨ªs, en nuestro ej¨¦rcito, la victoria estar¨¢ de nuestra parte¡±, proclama una mujer mayor cerca del puerto. Presume de haber nacido en Kaliningrado, pero prefiere mantener su nombre en el anonimato. ¡°Antes [de su entrada en la OTAN] ten¨ªamos una relaci¨®n amistosa. La culpa es de EE UU y del Reino Unido, que tomaron Polonia, Lituania, Estonia y Letonia¡±, dice tras escuchar el vuelo de un caza: ¡°Nuestros aviones les vigilan [a los de la OTAN], es necesario estar alerta¡±.
La sensaci¨®n de ser el objetivo de un asedio ha calado en todas las generaciones. ¡°Es in¨²til invadir Kaliningrado, est¨¢ muy bien defendida¡±, aduce Arsen Azaryan, un joven taxista que protesta porque el conflicto de Ucrania ha subido el coste de la vida y el precio del peaje para llegar al aeropuerto.
Lituania suspendi¨® el 18 de junio el tr¨¢nsito por su territorio de las mercanc¨ªas que est¨¢n bajo sanciones. Ello no ha afectado a los comercios, abastecidos aunque con precios prohibitivos. ¡°Todo sigue como antes. Hay alimentos, otros productos... Tenemos muchas f¨¢bricas propias¡±, afirma el taxista. Una opini¨®n compartida por la mujer mayor que prefiere no dar su nombre: ¡°Tranquilidad absoluta. Tenemos de todo y las obras de construcci¨®n siguen¡±.
El portavoz del gobernador explica que muchos buques estaban varados por las sanciones, y ahora reforzar¨¢n con hasta cinco grandes transbordadores la ruta que les une con la regi¨®n de Leningrado (cuya capital es San Petersburgo). ¡°Sus puertos operan todo el a?o. En invierno puede haber peque?os retrasos con las entregas, pero no hablamos de semanas¡±, afirma Lyskov, quien destaca que la provincia goza de independencia energ¨¦tica plena y, en cualquier caso, recibir¨¢ ayudas del presupuesto estatal para costear cualquier sobrecoste log¨ªstico o el¨¦ctrico. ¡°La situaci¨®n es que tenemos muchos barcos, nos subsidian las tarifas y el tiempo de transporte no se alarga. No tenemos ning¨²n problema¡±, presume.
En un momento de la conversaci¨®n, Lyskov recibe un mensaje en el m¨®vil. Seg¨²n la agencia Reuters, Lituania podr¨ªa permitir el paso de mercanc¨ªas por su territorio hacia el enclave pr¨®ximamente. La UE busca rebajar la tensi¨®n generada por los controles lituanos. ¡°Ha sido una tonter¨ªa [el bloqueo]. Para nosotros solo es una molestia, nada catastr¨®fico, pero para el ferrocarril lituano no habr¨¢ ning¨²n horizonte¡±, avisa Lyskov, y recalca que las tarifas al transporte de la ruta a Kaliningrado suponen un 70% de lo que ingresa la red de trenes del pa¨ªs b¨¢ltico.
En cualquier caso, si el bloqueo continuase, las autoridades rusas prepararan ¡°medidas dolorosas¡± para Lituania, como vetar la importaci¨®n de alcohol, lo que implica unos 300 millones de euros anuales. ¡°Hablamos de iniciativas econ¨®micas, nadie habla de nada m¨¢s¡±, puntualiza el portavoz.
Hace a?os, el expresidente Boris Yeltsin intent¨® hacer de Kaliningrado y su puerto una regi¨®n econ¨®mica especial. Apenas prosper¨®, pero esta semana su sucesor, Vlad¨ªmir Putin, firm¨® un decreto que legaliza lo que denomina ¡°importaciones paralelas¡±, un eufemismo del contrabando de ciertas mercanc¨ªas extranjeras. ¡°Es interesante, es t¨¦cnicamente posible, pero para qu¨¦ importar dispositivos electr¨®nicos a Kaliningrado y luego transportarlos por mar [a Rusia] cuando pueden llevarlos directamente al resto del territorio¡±, plantea Lyskov.
El oblast hab¨ªa simplificado sus visados para visitantes extranjeros poco antes de la irrupci¨®n del coronavirus, lo que hubiera sido un aliciente para este floreciente sector. Aunque Apple, Sony y Samsung, como muchas otras firmas extranjeras, han abandonado el mercado ruso por las sanciones, sus productos se siguen vendiendo en algunas tiendas, como en las del centro comercial Europa. En la avenida de Mariscal Vasileksi hacen abstracci¨®n de las sanciones e intentan exhibir normalidad. Una tienda que vend¨ªa art¨ªculos de Nike, ahora anuncia ¡°ropa europea para toda la familia¡±, aunque no ofrezca ninguna marca occidental conocida. El conflicto, no obstante, se hace presente en un edificio donde comparten espacio un punto de reclutamiento militar y una funeraria.
¡°Hay muchos menos turistas que el a?o pasado. Alemanes, b¨¢lticos, europeos en general¡±, lamenta Alex¨¦i Lisin, quien vive desde los cinco a?os en Kaliningrado y ahora tiene casi 70. Marinero e hijo de marino, pasea a los visitantes por los canales de la ciudad. ¡°Antes tuvimos la pandemia, ahora el temor al bloqueo¡±, afirma. ¡°Lo importante es no resignarse¡±, a?ade al reflexionar sobre estos malos tiempos.
Kant, el "fil¨®sofo ruso"
Los lazos de la ciudad con los tiempos anteriores a la Segunda Guerra Mundial cada vez son más tenues. Esta pasada semana se retiró una placa en memoria del escritor lituano Vidunas para ser sustituida por la dedicada a un húsar ruso de las guerras napoleónicas, Denis Davídov. “El monumento había sido alzado ilegalmente. Un grupo de ciudadanos pidió desmontarlo, los diputados vieron la solicitud, y no había un motivo formal para rechazarlo. No lo han destruido”, defiende el portavoz del gobernador de Kaliningrado.
La huella del pasado prusiano también se borra en el caso del filósofo Immanuel Kant (1724-1804), que nació y falleció en la entonces Königsberg. En 2018 se decidió rebautizar el aeropuerto de la región y en la votación online se impuso de lejos la zarina Isabel I frente al “traidor” germano, como le llamó el vicealmirante ruso que emprendió una campaña contra la memoria del pensador. En la única ciudad que conserva el nombre en honor a un dirigente soviético (Mijaíl Kalinin), el maestro de la filosofía universal suscita suspicacias. Y el aeropuerto no lo homenajea pese a tener un autoservicio que presume de “calidad alemana” (en cirílico).
Es conocido que los habitantes de la ciudad juraron lealtad a Moscú tras su conquista en 1758 y que Kant pidió a Isabel I de Rusia una plaza de profesor en la universidad. Sin embargo, en 1763 volvió a ser prusiana. “Kant murió siendo súbdito del Imperio ruso”, opina Lyskov. Y va más lejos: “Cuando las tropas rusas ocuparon Königsberg, durante la Guerra de los Siete Años (1756-1763), Kant juró lealtad a (Isabel) Románova. Cuando Pablo I retiró las tropas de aquí y este territorio volvió a ser prusiano, siguió siendo súbdito de la corona rusa hasta su muerte. Formalmente, Kant es el gran filósofo ruso”.
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