Un esc¨¢ndalo con esp¨ªas, una granja de lujo y un robo millonario envuelven al presidente de Sud¨¢frica
Cyril Ramaphosa brega contra acusaciones de soborno, secuestro y blanqueo de dinero por no denunciar la sustracci¨®n de cuatro millones de d¨®lares
Una lujosa granja aislada en las llanuras de la provincia nororiental de Limpopo, un antiguo esp¨ªa ofuscado, unos ladrones poco h¨¢biles y, lo m¨¢s importante: cuatro millones de d¨®lares desaparecidos. En el centro de la historia, el presidente de un pa¨ªs. Estos son los ingredientes del esc¨¢ndalo que envuelve al m¨¢ximo dirigente de Sud¨¢frica, Cyril Ramaphosa, desde que a primeros de junio saliera a la luz una informaci¨®n relacionada con un robo perpetrado en una de sus propiedades rurales hace dos a?os. La raz¨®n del alboroto es que el perjudicado, Ramaphosa, no denunci¨® a la polic¨ªa el delito ni lo hizo p¨²blico. Y ahora no acaba de ofrecer una explicaci¨®n convincente a sus rivales pol¨ªticos quienes, escandalizados, han pedido su dimisi¨®n e incluso han pedido ayuda al FBI estadounidense.
Los detalles de esta trama, propia de una superproducci¨®n de Hollywood, fueron revelados por Arthur Fraser, exjefe del servicio de inteligencia del pa¨ªs, el pasado 1 de junio, cuando acudi¨® a una comisar¨ªa de polic¨ªa de Johannesburgo y denunci¨® al presidente del Gobierno por lavado de dinero, soborno y secuestro.
Los hechos se remontan a la noche del 9 de febrero de 2020, cuando una banda de cinco ladrones traspas¨® la verja de seguridad de la finca Phala Phala Wildlife, una propiedad de Ramaphosa de unos 4.500 hect¨¢reas en la provincia de Limpopo, en el norte del pa¨ªs, y destinada a la cr¨ªa de animales de caza como impalas, ?us y ant¨ªlopes. Los bandidos accedieron a la vivienda por una ventana y all¨ª se hicieron con un bot¨ªn oculto en varios muebles: entre cuatro y ocho millones de d¨®lares (de 3,8 a 7,8 millones de euros), seg¨²n los c¨¢lculos del exjefe del servicio de inteligencia.
En una declaraci¨®n jurada de 11 p¨¢ginas, Fraser detall¨® que fue el ama de llaves quien descubri¨® el dinero y se lo cont¨® a su hermano, el cual conoc¨ªa a una banda de su mismo barrio que pod¨ªa aceptar el encargo. Los ladrones, supuestamente cuatro namibios y un sudafricano, fueron grabados por una c¨¢mara de seguridad y se les puede ver en una cinta que se adjunta en la denuncia con varias fotograf¨ªas y documentos.
Rampahosa asist¨ªa en aquel momento a una cumbre de la Uni¨®n Africana en Etiop¨ªa, y cuando fue informado del incidente decidi¨® no denunciar. En su lugar, orden¨® a la Unidad de Protecci¨®n Presidencial que encontrara a los autores del robo. Un equipo de polic¨ªas retirados y miembros de la unidad de inteligencia criminal recuper¨® parte del bot¨ªn, pero tambi¨¦n retuvieron a los delincuentes, les interrogaron y finalmente, les pagaron 10.000 d¨®lares para que guardaran silencio.
Se da la circunstancia de que Fraser es aliado del anterior presidente, Jacob Zuma, quien tuvo que dimitir en 2018, acorralado por acusaciones de corrupci¨®n. El propio exesp¨ªa tambi¨¦n est¨¢ relacionado con delitos similares durante su etapa como jefe de seguridad.
Explicaciones poco convincentes
Pocos d¨ªas despu¨¦s de que se hiciera p¨²blica la denuncia, Ramaphosa dio por fin explicaciones sobre su proceder, aunque sin aclarar la mayor¨ªa de los interrogantes, como la raz¨®n por la que no utiliz¨® los cauces legales y habituales cuando se es v¨ªctima de un delito, es decir, denunciarlo a la polic¨ªa. Reconoci¨® que s¨ª sufri¨® el robo y que lo dej¨® en manos de la unidad de protecci¨®n presidencial. Insisti¨® en que no ha infringido ninguna ley y asegur¨® que la cantidad sustra¨ªda es mucho menor, aunque no aclaro cu¨¢nto. Igualmente, rest¨® importancia al hecho de que tener tanto efectivo guardado, recordando que ¨¦l es un hombre de negocios y que ese dinero era el producto de la caza vendida de su finca.
Lejos de quitarse el problema, el haber admitido los hechos ha concedido m¨¢s credibilidad a Fraser, a juicio de Karam Singh, director ejecutivo de la organizaci¨®n Corruption Watch. ¡°La Presidencia lo ha reconocido, as¨ª que sabemos que el n¨²cleo de la historia es cierto. Hay elementos que podr¨ªan ser falsos, pero a falta de una declaraci¨®n clara del presidente, tenemos que esperar y ver¡±, opina.
Las formaciones pol¨ªticas rivales mencionan, sobre todo, un posible delito de blanqueo de capitales, porque se preguntan de d¨®nde sali¨® semejante cantidad de efectivo, si esta se introdujo en Sud¨¢frica de forma leg¨ªtima y si estaba declarada a las autoridades. De hecho, la Alianza Democr¨¢tica, principal partido de la oposici¨®n, ha pedido por escrito al Bur¨® Federal de Investigaciones de Estados Unidos (FBI) que investigue las denuncias y tambi¨¦n ha solicitado al Parlamento la creaci¨®n antes del mes de agosto de una comisi¨®n ad hoc para indagar sobre los hechos. ¡°Son unas acusaciones graves que seguir¨¢n causando un da?o enorme a nuestra econom¨ªa y nuestras perspectivas de atraer inversiones y crear empleos, as¨ª como a la credibilidad de la Presidencia, la Polic¨ªa y el sistema judicial¡±, ha indicado la formaci¨®n en un comunicado.
Los rivales pol¨ªticos de Ramaphosa se preguntan de d¨®nde salieron los cuatro millones de d¨®lares, si estos se introdujeron en Sud¨¢frica de forma leg¨ªtima y si estaban declarados a las autoridades
Ramaphosa, de 69 a?os, fue un l¨ªder sindical antes del fin del apartheid, y en los a?os noventa, como dirigente del Congreso Nacional Africano (ANC), negoci¨® la instauraci¨®n de la democracia en Sud¨¢frica. Aunque se dice de ¨¦l que era el sucesor preferido de Nelson Mandela, en el 97 perdi¨® las primarias de su partido y cambi¨® de tercio: se dedic¨® a los negocios y se ha convertido en uno de los 50 hombres m¨¢s ricos de ?frica, con una fortuna valorada en 425 millones de euros, seg¨²n Forbes. En 2012 volvi¨® a la esfera pol¨ªtica como vicepresidente de la ANC, partido en el poder desde el fin del r¨¦gimen racista.
Que ahora existan dudas sobre su honorabilidad, y precisamente por corrupci¨®n, resulta muy conveniente para sus adversarios, pues cuando sucedi¨® a Zuma a finales de 2017, prometi¨® que iba a realizar una limpieza exhaustiva para librar de corrupci¨®n a las instituciones p¨²blicas. ¡°Los que quieren verlo destituido tratar¨¢n de sacar provecho de esto; es un asunto pol¨ªtico, aunque eso no le absuelve de dar una explicaci¨®n completa¡±, opina Singh. Tras su nombramiento, puso en marcha la Comisi¨®n Zondo para investigar las alegaciones de corrupci¨®n y fraude en el sector p¨²blico.
Adem¨¢s, estas acusaciones no son ¨²tiles solo para los partidos de la oposici¨®n, sino que resultan muy suculentas para los adversarios dentro de la ANC, pues las elecciones a presidir el partido se van a celebrar, previsiblemente, en diciembre. ¡°La consecuencia de todo esto podr¨ªa ser que perdiera la Presidencia y que eso fuera utilizado contra ¨¦l por las fuerzas internas de su partido, o que fuera imputado tras la investigaci¨®n policial. El da?o podr¨ªa ser grave¡±, afirma Singh.
La conexi¨®n namibia
Dos semanas despu¨¦s del inicio del esc¨¢ndalo, que se conoce como Farmgate, las explicaciones del presidente no han bastado y los ¨¢nimos no se han calmado. Ha intervenido hasta la polic¨ªa namibia para desmentir acusaciones contra ellos. Uno de los presuntos criminales, Imanuwela David, acus¨® a agentes del Cuerpo de detenerlo y torturarlo, algo que han negado desde aquel pa¨ªs. ¡°Refutamos las acusaciones de tortura y secuestro del sospechoso, el se?or Imanuwela David¡±, informa en un comunicado el jefe de Polic¨ªa, Sebastian Ndeitunga, y en el que tambi¨¦n rechaza haber hecho ¡°el trabajo sucio en nombre del presidente Ramaphosa¡±.
La Polic¨ªa tambi¨¦n confirm¨® que se produjo una reuni¨®n con sus hom¨®logos sudafricanos en junio de 2020 para compartir informaci¨®n sobre el robo y que acordaron investigarlo, cada uno en sus jurisdicciones, pero acabaron por cerrar el caso tras no recibir respuestas desde el Ministerio de Justicia de Sud¨¢frica.
En los ¨²ltimos d¨ªas, la atenci¨®n hacia este caso se ha desviado ligeramente a causa de los ¨²ltimos problemas de inter¨¦s nacional que sacuden Sud¨¢frica, como los graves cortes de electricidad que sufre el pa¨ªs entero y la reciente publicaci¨®n del ¨²ltimo y definitivo informe sobre la captura del Estado, como se conoce a la trama de corrupci¨®n masiva orquestada por dos empresarios de origen indio, los hermanos Gupta, con la colaboraci¨®n del entonces presidente Jacob Zuma, entre 2009 y 2018. De hecho, el juez Zondo, al frente de esa investigaci¨®n, ha criticado a Ramaphosa por no haber hecho m¨¢s por evitar la corrupci¨®n en ese per¨ªodo, en el que ejerci¨® como vicepresidente del pa¨ªs.
Mientras, el presidente sigue sin dar una justificaci¨®n convincente. ¡°Tal vez no tenga una buena historia que contar y quiera mantenerla en secreto todo el tiempo que pueda...¡±, elucubra Singh. Lo que s¨ª ha declarado Ramaphosa es que est¨¢ dispuesto a presentarse ante el comit¨¦ de rendici¨®n de cuentas de su partido. Cuando se le pregunta, se escuda en unas declaraciones que ha repetido como un mantra dentro y fuera del Parlamento: ¡°Estoy dispuesto a cooperar con cualquier investigaci¨®n sobre este asunto y responder¨¦ a cualquier pregunta que me hagan los investigadores. Hay que dejar que la ley siga su curso y hay que seguir el debido proceso¡±, insiste.
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