La corrupci¨®n resquebraja el partido de Mandela

El caricaturista Brandan Reynolds publicaba recientemente en el peri¨®dico sudafricano Sunday Times a un afanado Cyril Ramaphosa, presidente de Sud¨¢frica, dibujando con el dedo ¡°la l¨ªnea que el CNA [Congreso Nacional Africano] ha marcado en la arena sobre la corrupci¨®n¡±, y detr¨¢s de ¨¦l, un confiado Ace Magashule, secretario general del partido suspendido por un posible caso de corrupci¨®n, sosteniendo un saco de arena que la iba cubriendo. Durante este mes de mayo, los sudafricanos han mantenido debates encendidos en la televisi¨®n, lanzado mensajes acalorados en la radio y hecho bromas en alusi¨®n al juego de palabras al que invita el t¨¦rmino ¡°Ace¡±, que es tanto el nombre del exjefe del partido, acusado de varios delitos de fraude, como la palabra ¡°as¡± en ingl¨¦s.

La norma contra la corrupci¨®n ¡°hacerse a un lado¡± (step aside rule), que invita ?a dejar todos los cargos oficiales en caso de ser imputado, promovida por Ramaphosa al ser elegido presidente del CNA en 2017, empieza a dar sus frutos. M¨¢s de 60 cargos del partido, sin contar los de las regiones de Gauteng (donde se encuentran Pretoria y Johannesburgo) y Free State, est¨¢n acusados de corrupci¨®n, malversaci¨®n de fondos, fraude o de otros cr¨ªmenes graves. Muchos de ellos han cumplido ya con la norma.

Ocho a?os despu¨¦s de la muerte de Nelson Mandela, la lacra de la corrupci¨®n que empez¨® a extenderse en 2007, abarca a la mayor parte de las provincias del pa¨ªs, siendo los pol¨ªticos del CNA, su partido y que gobierna desde 1994, los mayoritariamente implicados. De hecho, este lunes, la Corte Suprema de Pietermaritzburg reanud¨® el juicio por fraude, crimen organizado, corrupci¨®n y lavado de dinero ¨Cen total, 16 acusaciones¨C contra el expresidente Jacob Zuma, que gobern¨® el pa¨ªs de 2009-2018. Se trata de la figura m¨¢s relevante en el CNA, cuyo liderazgo ejerci¨® entre 2007 y 2017, que se sienta en el banquillo de los acusados, y lo hace 15 a?os despu¨¦s de que fuera procesado por primera vez. Es el tercer intento de la justicia sudafricana contra el exmandatario, quien logr¨® que se retiraran los cargos en dos ocasiones alegando ¡°motivaciones pol¨ªticas¡± en su contra.

Zuma ha mantenido en las ¨²ltimas semanas un perfil bajo mientras Ace Magashule acaparaba todo el protagonismo. Durante el juicio contra Zuma, el Estado llamar¨¢ a declarar a 200 testigos para analizar los presuntos casos de corrupci¨®n y soborno en los que tambi¨¦n se incluir¨¢n las relaciones con empresas extranjeras como la armament¨ªstica francesa Thales, con cuyo contrato en 1999, cuando era vicepresidente, presuntamente se benefici¨® de cuatro millones de rands (250.000 euros).

¡°El peque?o margen con el que el presidente Ramaphosa gan¨® la conferencia [del partido] de 2017 es la raz¨®n por la que su gesti¨®n es tan cuestionada. Y lo que estamos viviendo ahora es la ejecuci¨®n de la promesa clara que hizo al llegar a la presidencia de la rep¨²blica en 2019¡±, explica Oscar van Heerden, miembro del CNA y autor de Two minutes to midnight. Will Ramaphosa?s ANC survive. ¡°Dijo: ¡®Voy a limpiar, a asegurarme de poner fin a la corrupci¨®n¡¯. Y para eso tiene que aislar a ciertas personas de su propio partido y asegurarse de que son llevados ante la justicia¡±, a?ade.

Ace Magashule, elegido en el congreso del CNA de 2017 como secretario general, uno de los seis cargos de la c¨²pula del partido, ha sido convocado para comparecer ante un tribunal en agosto de este a?o tras ser acusado de corrupci¨®n en su etapa como primer ministro en la provincia de Free State. La fiscal¨ªa considera que cometi¨® varios fraudes, entre ellos haber recibido dos millones de rands (125.000 euros) para cambiar los tejados de amianto de viviendas de protecci¨®n social, que nunca fueron sustituidos. En aplicaci¨®n de la norma ¡°hacerse a un lado¡±, Magashule fue invitado a dejar el cargo hasta que se celebre su juicio, pero se neg¨® a hacerlo de forma voluntaria y el Comit¨¦ Nacional Ejecutivo le comunic¨® su suspensi¨®n.

La reacci¨®n inmediata del a¨²n secretario general del CNA fue enviar una carta en la que, a su vez, suspend¨ªa al presidente Ramaphosa de su cargo en el partido, asegurando que hay alegaciones por corrupci¨®n tambi¨¦n en su contra. ¡°La norma se aplica a los que han sido acusados y deben rendir cuentas ante la justicia, no a los que han podido recibir alegaciones, que son muchos, y a los que el Comit¨¦ Disciplinario del partido deber¨¢ evaluar en su momento. Ese es el error de c¨¢lculo de Magashule que le puede costar incluso la expulsi¨®n del partido¡±, explica Van Heerden. La semana pasada, Ramaphosa dio 48 horas a Magashule para que se disculpase ante el CNA, un plazo que se cumpli¨® sin que se retractara, por lo que fue sustituido en el cargo por su vicepresidenta, Jessie Duarte.

A principios de mayo los sudafricanos pudieron seguir en directo la declaraci¨®n de su presidente ante el juez Raymond Zondo, al mando de una investigaci¨®n p¨²blica creada por el expresidente Zuma en enero de 2018, para investigar las denuncias de captura estatal, corrupci¨®n y fraude en el sector p¨²blico. Ramaphosa ocupaba en ese momento el cargo de secretario general del CNA, y en esa condici¨®n fue llamado a declarar. ¡°Envi¨® dos mensajes: que la CNA y el presidente apoyan a la Comisi¨®n Zondo, y que, aunque haya cad¨¢veres en el armario, el CNA est¨¢ preparado para hablar y debatir sobre el tema¡±, a?adi¨® Van Heerden.

Para Jakkie Cilliers, analista y fundador del Instituto de Estudios de Seguridad (ISS, en sus siglas en ingl¨¦s) el CNA vive ¡°una intensa batalla de facciones que por ahora est¨¢ ganando Ramaphosa¡±. Considera que la prudencia con la que el actual presidente est¨¢ dando pasos en el partido, har¨¢ que sean otros los que le sugieran la expulsi¨®n definitiva de Magashule, sin tener que enfrentarse a ninguna facci¨®n. ¡°Los partidarios de Zuma, con el que se relaciona a Magashule, no forman parte de una estructura unificada en el CNA, aunque s¨ª que es una confrontaci¨®n muy importante que a¨²n no ha concluido¡±, explica Cilliers.

Destaca adem¨¢s que el apoyo amplio tanto por parte de la ciudadan¨ªa como en el partido protegen a Ramaphosa, quien est¨¢ teniendo que gestionar que la formaci¨®n m¨¢s antigua de ?frica haya pasado de ser de base no racial a una dominada por l¨ªderes tradicionales.