El arma millonaria de Bolsonaro para arrancar votos a Lula: una paga para pobres
El presidente logra 7.500 millones de d¨®lares para subir un 50% las ayudas a los m¨¢s necesitados hasta despu¨¦s de las elecciones


La brasile?a Camila Reis, de 34 a?os, ha llegado hasta aqu¨ª antes de las siete de la ma?ana con el ¨²ltimo dinero que le quedaba. Cinco reales, menos de un d¨®lar. Y en el autob¨²s que la ha tra¨ªdo hasta esta plaza donde hace cola frente a una sucursal bancaria le han robado. No ha sido un asalto, sino el conductor, que se ha quedado con los 10 centavos de la vuelta. ¡°No me queda nada, espero que el dinero est¨¦, por la gloria de Dios¡±, dice la se?ora Reis bajo el sol inclemente de mediod¨ªa en Periperi, una barriada de la periferia de Salvador de Bah¨ªa. Con la paciencia de los pobres y la fe renovada, conf¨ªa en que la cola avance, los tr¨¢mites est¨¦n en orden y reciba la paga mensual del Gobierno brasile?o para los pobres. Deriva de la famosa y eficaz Bolsa familia, que el presidente Jair Bolsonaro rebautiz¨® como Auxilio Brasil para devincularla del Partido de los Trabajadores de Lula da Silva. Con la vista puesta en las elecciones, ha logrado aumentar la cuant¨ªa en un 50%.
Gracias a una maniobra legislativa y contable, el mandatario ha conseguido 7.500 millones de d¨®lares de las arcas p¨²blicas que ya ha empezado a repartir entre tres colectivos: los pobres, con la esperanza de que parte de ellos de la espalda a Luiz In¨¢cio Lula da Silva, y los taxistas y camioneros, entre los que espera afianzar el apoyo que ya le dan. A los primeros, la inflaci¨®n les golpea dur¨ªsimo; a los segundos, la subida de los combustibles.
Bah¨ªa, parte del Brasil m¨¢s negro y necesitado, es territorio Lula. Aqu¨ª el expresidente era un ¨ªdolo de masas incluso en sus peores tiempos.
Esta ma?ana de martes, la cola frente a la Caixa Econ¨®mica da la vuelta a la manzana. Reis viene a cobrar el Auxilio Brasil. Necesita la ayuda para mantener a sus cinco hijos, construirse una chabola y, lo primero, para el billete de regreso a su barrio. Hace ya ocho meses que esta mujer delgada y su prole viven de la caridad de otros fieles de la Iglesia Pentecostal. ¡°Estoy sin gas, sin frigor¨ªfico¡±, dice. Nada excepcional en un pa¨ªs donde 33 millones de personas pasan hambre.

Cuenta que los dos hijos peque?os se han quedado al cuidado del de 12 a?os, Uedison, que ¡°es m¨¢s responsable que muchos hombres¡±, dispara. Enjuta, los tatuajes que luce en los brazos contrastan con la falda por debajo de la rodilla y el mo?o prieto; indican que no siempre fue evang¨¦lica. Se cri¨® en la fe, se desvi¨® del camino, su novio estuvo en la c¨¢rcel y, cuando recuper¨® la libertad, la traicion¨® con otra y se apropi¨® de su chabola. Ante semejante catarata de calamidades, regres¨® a la iglesia. Es parte de la minor¨ªa de indecisos ante estas elecciones. Su prioridad ahora mismo es la paga.
Esta mujer cabeza de familia es parte de los 20 millones de familias brasile?as que en los ¨²ltimos d¨ªas han empezado a recibir los 600 reales mensuales (115 d¨®lares) del Auxilio Brasil. Si Bolsa Familia rondaba los 190 reales, Bolsonaro lo subi¨® a 400 despu¨¦s de la pandemia y ahora a 600. La paga es su principal arma para dar la vuelta a las encuestas, que colocan a Lula 15 puntos por delante, seg¨²n Datafolha, el sondeo m¨¢s fiable. Este indica que entre los que cobran el Auxilio Brasil, el 56% votar¨¢ al expresidente y un 28% al actual mandatario.
Arrancarle votos en Bah¨ªa a Lula es todo un desaf¨ªo porque los estados de la costa nordeste de Brasil son el granero tradicional de voto del expresidente y del PT. Durante sus dos mandatos estas gentes humildes prosperaron como nunca gracias a la bonanza derivada del boom de las materias primas y a la redistribuci¨®n de la riqueza.
Tres cifras dan idea de lo vitales que son aqui ahora las ayudas sociales. Bah¨ªa tiene 16 millones de habitantes, 1,8 millones de empleos formales y 2,2 millones de familias que dependen de la paga del Auxilio Brasil. Una situaci¨®n que se repite con mayor o menor intensidad en un tercio de los estados.
Hace ya muchos a?os que Edeleusa Pereira, de 55 a?os, est¨¢ desempleada despu¨¦s de toda una vida como empleada del hogar a d¨ªas sueltos, sin cotizar. Est¨¢ contenta de que la ayuda haya aumentado, pero dice que ni por esas le llega para pagar todas las facturas. ¡°A veces me quedan cuentas pendientes, las tengo que pagar con la tarjeta o a plazos¡±, explica esta admiradora ferviente de Lula. Agradece la ayuda pero no tiene ninguna intenci¨®n de votar por Bolsonaro, al que considera nefasto, un gobernante de los peores. Toda la confianza de la se?ora Pereira est¨¢ depositada en una victoria del PT.
Porque, aunque ella no acaba de cre¨¦rselo, la cuant¨ªa de la paga vencer¨¢ a fin de a?o, justo antes de que el pr¨®ximo presidente tome posesi¨®n. ¡°Siguen diciendo que los 600 reales son hasta diciembre, pero Lula la va a mantener. Tengo fe en ¨¦l¡±.
Inmediatamente recuerda que la primera vuelta es el 2 de octubre y que, ¡°si hace falta, habr¨¢ una segunda el 30 de octubre¡±. Y si gana Lula, ?cu¨¢l deber¨ªa ser su primera decisi¨®n? ¡°Lo primero, bajar el precio de las cosas porque todo est¨¢ car¨ªsimo. Ya me est¨¢n saliendo alas de tanto pollo. Antes, con Lula, hac¨ªamos churrasco¡±, recuerda.

Las colas para cobrar la paga que dan la vuelta a la manzana no son el ¨²nico problema recalca la arquitecta Wila Carvalho, de 28 a?os y activista de Salvador Invis¨ªvel. Los tr¨¢mites por Internet que tanto agradecen los que viven conectados son una muralla insalvable para personas como Adailton Andrade, de 43 a?os, reciclador de cart¨®n. ¡°Para solicitar la ayuda hab¨ªa que pedir cita por Internet. Lo intent¨¦ con mi hija, con su m¨®vil, intentamos una y otra vez, pero no lo conseguimos¡±, explica resignado. La activista participa en un consejo asesor de las autoridades donde ha propuesto cursos mensuales para preparar a los usuarios para enfrentarse con ¨¦xito a la burocracia digital.
Albanise Santos, de 37 a?os y tambi¨¦n vecina de Periperi, cobra la paga desde que naci¨® su segundo hijo hace ya tres a?os. Antes era secretaria de un diputado del PT. Aunque lleva tiempo dejando curr¨ªculos aqu¨ª y all¨¢, nadie le llama para ofrecerle un empleo m¨¢s all¨¢ de sus antiguos jefes, que quieren que se implique en la campa?a electoral. Dice que solo aceptar¨¢ si a cambio le ofrecen un empleo fijo.
Los 600 reales complementan el salario de su marido. Siempre y cuando no haya un imprevisto este hogar donde los cr¨ªos cenan una sopa y los adultos pan y caf¨¦, logran llegar a fin de mes. ¡°En junio se enfermaron los dos ni?os al mismo tiempo y fueran locura. Solo la factura de la farmacia fue de 400 reales¡ Pagamos la mitad y la otra mitad, a cr¨¦dito¡±, cuenta a las puertas de la casa donde conviven siete adultos y tres ni?os.
La se?ora Santos est¨¢ decidida a votar por Lula. Y coincide con los analistas en que los comicios van a estar muy re?idos ¡°Por aqu¨ª hay mucho que no son del PT pero van a votar a Lula, a ver si echamos a Bolsonaro y las cosas mejoran un poco¡±. Inmensas son las expectativas levantadas por el izquierdista entre los brasile?os m¨¢s vulnerables. Los dos favoritos han prometido que si ganan la paga del Auxilio Brasil continuar¨¢. Queda por ver de cu¨¢nto ser¨¢.
En cualquier caso, la se?ora Reis es cautelosa: ¡°No puedo confiar solo en la ayuda. Necesito encontrar otra fuente fija de ingresos¡±, recalca mientras intenta buscar una sombra sin perder su sitio en la cola del banco.
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