R¨¦quiem por Bolsa Familia, el programa de Lula contra la pobreza
Bolsonaro cancela la ayuda emblema del PT, considerada eficaz y barata, para sustituirla por otra de mayor cuant¨ªa pero solo hasta despu¨¦s de las elecciones de 2022


El fin de semana largo en que los brasile?os conmemoraron el D¨ªa de las Brujas y el de los Difuntos tambi¨¦n despidieron a Bolsa Familia, el programa contra la pobreza que revolucion¨® la vida y sac¨® de la pobreza a millones de personas necesitadas de lo m¨¢s b¨¢sico. 14 millones de familias, incluida la de Rozenilda, est¨¢n sumidas en la incertidumbre porque ya no recibir¨¢n el vital subsidio, que va a ser sustituido por otro rodeado a¨²n de mucha inc¨®gnita. Con 28 a?os y un hijo de dos, es un mar de dudas. ¡°Me han contado que [la nueva ayuda] durar¨¢ hasta 2022. Me genera inseguridad pensar que tal vez en 2022 ya no la recibamos¡±, explica desde Jo?o Alfredo, en el interior de Pernambuco, en un mensaje telef¨®nico. Ella destina los 170 reales mensuales (26 euros, 30 d¨®lares) que recibe desde hace siete a?os a pagar las cuentas, como muchos en esa regi¨®n pobre.
La ¨²ltima transferencia de Bolsa Familia, que fue el gran emblema del Partido de los Trabajadores, entr¨® el viernes 29 en las cuentas bancarias de los beneficiarios, pendientes ahora de unas enrevesadas negociaciones parlamentarias. El plan del Gobierno de Bolsonaro es crear otro programa que ya tiene nombre y promesa de cuant¨ªa pero carece de los fondos necesarios. Y algo crucial, durar¨ªa solo hasta despu¨¦s de las elecciones presidenciales.
Rozenilda tambi¨¦n desconoce si para cobrar tendr¨¢ que inscribirse en un registro diferente. La burocracia brasile?a est¨¢ digitalizada hasta niveles insospechados, pero es barroca. Supone un verdadero infierno para quien tiene poca formaci¨®n y una mala conexi¨®n a internet. Rozenilda preferir¨ªa que las cosas siguieran como hasta ahora: ¡°Yo creo que Bolsa Familia deber¨ªa continuar porque est¨¢ funcionando bien hace a?os¡±.
Bolsonaro siempre tuvo la marca Bolsa Familia en el punto de mira; quer¨ªa cambiarle el nombre como fuera. Antes de la pandemia, cercen¨® el subsidio. Creado hace 18 a?os por Lula da Silva al poco de asumir la presidencia, era uno de los mayores programas de transferencia de renta del mundo. Y concita un raro consenso en este Brasil tan polarizado. Los economistas lo consideran eficaz y barato.
Impresiona repasar lo logrado en estas casi dos d¨¦cadas con un gasto del 0,5% del PIB: sac¨® a millones la pobreza extrema y de la pobreza a secas (solo en 2017 a 3,4 millones y a 3,2 millones respectivamente, seg¨²n un estudio), mitig¨® la inseguridad alimentaria y la desigualdad, aumento la escolarizaci¨®n, redujo los embarazos juveniles, mejor¨® la salud, cre¨® empleos, etc¨¦tera. ¡°Es una maravillosa inversi¨®n, la sociedad gana multiplicado lo que invierte con el programa¡±, escrib¨ªa estos d¨ªas el economista Rodrigo Zeidan tras enumerar estudios acad¨¦micos que avalan esos logros.
Bolsa Familia era un pago directo en dinero pero con requisitos, incluido llevar a los hijos a la escuela y tenerlos vacunados. Y prioriz¨® que las mujeres gestionaran el subsidio familiar. Ese legado ha sobrevivido al lastre que los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n han supuesto al partido de Lula y de Dilma Rousseff.
Est¨¢ decidido hace meses que el nuevo subsidio se llamar¨¢ Auxilio Brasil pero los enormes esfuerzos para conseguir los fondos extras requeridos todav¨ªa no han fructificado pese a que los efectos de cualquier par¨®n en los pagos ser¨ªan devastadores para millones que viven en la miseria.
El plan del presidente es duplicar a 400 reales la cuant¨ªa actual (189 reales mensuales de media), pero solo hasta diciembre de 2022. El tinte electoralista es evidente porque para entonces Brasil ya deber¨ªa haber elegido a su pr¨®ximo presidente. Lo m¨¢s probable es que sea un mano a mano entre Lula y ¨¦l. Se desconoce qu¨¦ ocurrir¨ªa entonces con las acuciantes necesidades de los brasile?os m¨¢s miserables.
Durante sus muchos a?os como diputado, Bolsonaro fue muy cr¨ªtico con Bolsa Familia. Lo consideraba una m¨¢quina formidable de compra de votos. ¡°Tenemos que acabar, hacer una transici¨®n [para terminar] con Bolsa Familia porque, cada vez m¨¢s a menudo, la gente pobre, ignorante, se convierte en un votante comprado por el PT¡±, proclam¨® en 2011 en el Congreso. Pese a esa postura y a que lleg¨® al Gobierno con un programa ultraliberal en pol¨ªtica econ¨®mica, su primera reacci¨®n ante la pandemia fue implantar un monumental programa de ayudas directas para quienes perdieron su renta, que tambi¨¦n benefici¨® a quienes recib¨ªan Bolsa Familia. Para los extremadamente pobres, supuso un dineral. Dispar¨® la popularidad de Bolsonaro y por unos meses la pobreza disminuy¨®, pero ha vuelto con fuerza. Tambi¨¦n el hambre.
En pleno a?o electoral, y para animar su menguante popularidad, Bolsonaro asume algo que era anatema hasta hace nada. Para financiar el Auxilio Brasil, el Ejecutivo tendr¨¢ que saltarse temporalmente el techo de gasto, paso que su ministro de Econom¨ªa, Paulo Guedes, respalda. Pero ahora falta que el Ejecutivo y los grupos parlamentarios que lo apoyan den con la f¨®rmula exacta. Todo parece indicar que ser¨¢ filigrana. La subsistencia de millones de familias desde Amazonia, hasta el interior del nordeste o las periferias de las grandes capitales depende en los pr¨®ximos d¨ªas y semanas de lo que decidan en Brasilia.
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