La sombra de los militares brasile?os se cierne sobre el sistema de votaci¨®n
Las Fuerzas Armadas tienen un protagonismo in¨¦dito en la supervisi¨®n de las urnas electr¨®nicas, que Bolsonaro cuestiona aunque Brasil las usa hace 25 a?os
Cuando los brasile?os vayan a votar, el pr¨®ximo 2 de octubre, no colocar¨¢n ning¨²n sobre en ninguna urna. No tocar¨¢n un solo papel. Desde hace m¨¢s de 25 a?os se usan unas urnas electr¨®nicas que hacen que un pa¨ªs de tama?o continental, con 156 millones de electores, consiga terminar el recuento en pocos minutos. Hasta hace relativamente poco, estas m¨¢quinas eran motivo de orgullo nacional, pero el presidente Jair Bolsonaro las cuestiona con fuerza desde hace meses, y se ha esforzado para que las Fuerzas Armadas tengan un protagonismo sin precedentes en la preparaci¨®n de estos comicios.
Hasta ahora, el papel de los militares se limitaba a la log¨ªstica: un elogiado trabajo para llevar las urnas hasta el ¨²ltimo rinc¨®n del pa¨ªs, incluyendo helic¨®pteros o lanchas para alcanzar la aldea ind¨ªgena m¨¢s remota de la Amazon¨ªa. Pero ante los crecientes ataques de Bolsonaro al sistema, y para intentar calmar los ¨¢nimos, el presidente del m¨¢ximo tribunal electoral, que organiza los comicios, cre¨® una comisi¨®n de transparencia formada por varios representantes de la sociedad civil. Tambi¨¦n invit¨® a las Fuerzas Armadas.
Ya involucrados del proceso electoral, algo nunca visto hasta la fecha, los militares, a trav¨¦s del Ministerio de Defensa, han hecho sugerencias para mejorar la seguridad de las urnas, muchas de ellas aceptadas por el tribunal. Pero esa in¨¦dita relaci¨®n ha estado marcada por algunos ruidos y desconfianza. Hace unos meses, Defensa exigi¨® a toda prisa que el tribunal hiciera p¨²blicos sus cuestionamientos, y se quej¨® de falta de atenci¨®n. Poco despu¨¦s, la justicia electoral apartaba de la comisi¨®n al coronel Ricardo Sant¡¯ana, al descubrirse que en sus redes sociales divulgaba desinformaci¨®n y mentiras sobre el sistema electr¨®nico de votaci¨®n.
Con este clima enrarecido y con la alargada sombra de los militares como tel¨®n de fondo, los t¨¦cnicos del Tribunal Superior Electoral (TSE) se esfuerzan en explicar que no habr¨¢ ning¨²n recuento paralelo por parte de los uniformados, al contrario de lo que divulgaron algunos medios brasile?os en los ¨²ltimos d¨ªas, lo que hizo saltar las alarmas hasta de observadores internacionales.
En conversaci¨®n telef¨®nica, el coordinador de Tecnolog¨ªa Electoral del TSE, Rafael Azevedo, agradece que despu¨¦s de a?os ignorando el sistema los militares se hayan interesado: ¡°Nos parece interesante, porque hicimos el sistema para que sea auditado. Todas las sugerencias, sean de las Fuerzas Armadas o de cualquier otra entidad, se eval¨²an con criterio, con calma, para verificar si son factibles¡±, dice. Muchas de esas propuestas se incorporaron, como el uso de biometr¨ªa en algunos de los tests que se hacen el mismo d¨ªa de la votaci¨®n para comprobar que las urnas funcionan correctamente.
Los bolsonaristas m¨¢s radicales, espoleados por el presidente, suelen clamar que las urnas no son seguras porque no son auditables. ¡°Los que dicen eso desconocen todos los sistemas de auditor¨ªa que tenemos¡±, replica el t¨¦cnico. El m¨¢s evidente de todos ellos consiste en prestar atenci¨®n al ticket que imprime cada m¨¢quina al finalizar la jornada electoral, donde aparecen los votos para cada candidato. Verificando en detalle los 577.000 boletines que se imprimir¨¢n (uno por cada urna) cualquiera podr¨¢ contrastar los votos con el resultado que divulgue la justicia electoral. Adem¨¢s, este a?o, para facilitar a¨²n m¨¢s las cosas, todos estar¨¢n disponibles en internet.
Bolsonaro querr¨ªa que cada votante obtuviera un comprobante en papel tras votar, una posibilidad que ya rechaz¨® el Congreso antes de la campa?a.
¡°T¨¦cnicamente siempre estuvimos tranquilos y continuamos estando tranquilos. Las elecciones se han planeado muy bien, y estamos tranquilos con el sistema de funcionamiento. Sobre otras cuestiones prefiero no opinar¡±, zanja Azevedo, visiblemente cansado de toda la polvareda formada alrededor de un trabajo que hasta hace poco pasaba desapercibido.
Para muchos pol¨ªticos y analistas, el juez Luis Roberto Barroso, actu¨® de buena fe al invitar a los militares, pero fue ingenuo. ?l mismo parec¨ªa arrepentirse meses despu¨¦s, apuntando de forma velada a Bolsonaro: ¡°Ahora se pretende usar a las Fuerzas Armadas para atacar. Fueron cordialmente invitadas a participar y est¨¢n siendo orientadas a atacar el proceso e intentar desacreditarlo¡±, lamentaba a finales de abril.
En julio, Bolsonaro convoc¨® en su residencia oficial a 40 embajadores para insistir, de nuevo sin pruebas, en que el sistema de votaci¨®n (el mismo con el que ¨¦l fue elegido presidente y antes diputado en cinco ocasiones) no es seguro. En repetidas entrevistas ha dicho que s¨®lo aceptar¨¢ el resultado de las urnas ¡°si las elecciones son limpias¡±. Casi nadie duda en Brasil de que las teor¨ªas de la conspiraci¨®n que difunde Bolsonaro buscan crear un terreno f¨¦rtil para poder contestar una derrota, como hizo Donald Trump en EEUU. Por el momento, todas las encuestas dan como ganador a Lula da Silva.
Como cada a?o, los brasile?os tendr¨¢n que teclear cinco conjuntos de n¨²meros, uno para cada candidato (a presidente, diputado federal, senador, diputado estadual y gobernador de estado). Tras el n¨²mero, en la pantalla aparece la imagen del candidato y el elector teclea un bot¨®n verde para confirmar su elecci¨®n. El sistema se ide¨® as¨ª en parte para facilitarles la vida a los millones de electores analfabetos.
Aunque son electr¨®nicas, las urnas funcionan de forma aislada, no pueden conectarse a Internet, lo que las blinda de ataques remotos de hackers, otro de los temores falsos que abundan en los c¨ªrculos bolsonaristas. El ¨²nico cable que tienen es el de la luz, pero si hubiera un apag¨®n en todo el pa¨ªs tampoco hay problema: tienen una bater¨ªa que dura m¨¢s de diez horas. Cuando cierran los colegios electorales, los datos se env¨ªan por sat¨¦lite desde cada rinc¨®n del pa¨ªs a Brasilia, desde donde se divulga el resultado final.
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