Netanyahu trata de rentabilizar en las urnas su rechazo al acuerdo del gas con L¨ªbano
El l¨ªder de la oposici¨®n derechista de Israel califica el pacto de ¡°rendici¨®n hist¨®rica¡± ante Hezbol¨¢, a tres semanas de las elecciones. Solo le faltar¨ªa un diputado para formar una coalici¨®n de Gobierno, seg¨²n los sondeos
A tres semanas de las elecciones, el ex primer ministro israel¨ª y l¨ªder de la oposici¨®n derechista, Benjam¨ªn Netanyahu, ha encontrado en el acuerdo con L¨ªbano sobre la frontera para la explotaci¨®n de gas en el Mediterr¨¢neo la bala en la rec¨¢mara que buscaba para ara?ar el diputado que le faltar¨ªa para formar Gobierno, seg¨²n los sondeos.
El pacto con L¨ªbano, anunciado este martes por el jefe de Gobierno israel¨ª, Yair Lapid, tras dos a?os de negociaciones, cuenta con la bendici¨®n del aliado estadounidense, que ejerci¨® como mediador (Joe Biden lo ha calificado de ¡°hist¨®rico¡±). Tambi¨¦n de la c¨²pula militar, que considera que evita un potencial conflicto con Hezbol¨¢ (con quien Israel libr¨® una guerra en 2006), salvaguarda los intereses de seguridad del pa¨ªs y promueve una fuente de ingresos que reducir¨¢ la influencia de Ir¨¢n en el vecino en crisis. Adem¨¢s, no supone ceder territorio, va acompa?ado de una carta de garant¨ªas de Washington e incluye el pago a Israel del 17% de los beneficios que genere un yacimiento a ambos lados de la l¨ªnea acordada, seg¨²n precis¨® este martes Lapid en una rueda de prensa en Jerusal¨¦n.
Netanyahu, sin embargo, ha apostado por cargar contra el pacto proyectando una imagen de fortaleza que suele granjear votos en el pa¨ªs. ¡°Este no es un acuerdo hist¨®rico, es una rendici¨®n hist¨®rica¡±, escribi¨® en redes sociales este martes el dirigente israel¨ª que m¨¢s a?os (15) ha estado en el poder, del que fue apeado en 2021 por una variopinta coalici¨®n que se desintegr¨®. ¡°Durante m¨¢s de una d¨¦cada, los gobiernos que lider¨¦ nunca se plegaron a las amenazas de [Hasan] Nasrala [l¨ªder de Hezbol¨¢]. Nunca hubo guerra. Hasta que lleg¨® Lapid. En tres semanas, se rindi¨® completamente a las peticiones de Hezbol¨¢. El d¨ªa que entr¨® en la oficina del primer ministro, Nasrala mand¨® drones contra la plataforma de gas [Karish] en nuestro territorio, algo que nunca se atrevi¨® a hacer cuando yo lideraba el Gobierno. Le amenaz¨®, y Lapid se asust¨® y se rindi¨®¡±.
En un mensaje de tono electoralista, Netanyahu apunt¨® asimismo que el Estado jud¨ªo ¡°no puede permitirse un primer ministro d¨¦bil y sin experiencia¡± en un momento de incertidumbre global y se comprometi¨® a traer de vuelta ¡°un liderazgo fuerte, con experiencia y responsable¡±.
D¨ªas antes, Bibi [como se conoce a Netanyahu] hab¨ªa acusado a Lapid en un mitin de ¡°correr a extraer gas [¡] para d¨¢rselo a Nasrala y Hezbol¨¢¡±. ¡°Y, ?qu¨¦ har¨¢ Nasrala con ese dinero?¡±, pregunt¨® a los asistentes. ¡°?Construir barrios? ?Asentamientos? ?No! Comprar¨¢ misiles y se armar¨¢ con cohetes [¡]. ?Es vuestro dinero! ?Es vuestro gas!¡±. Su partido, el conservador Likud, ha difundido este martes en Twitter una vi?eta en la misma l¨ªnea, acompa?ada de la frase ¡°Lapid nos vende a Hezbol¨¢¡±. Muestra un coche con el dirigente israel¨ª al volante mientras Nasrala le apunta con una pistola desde el asiento trasero y le ordena que acelere hacia un precipicio.
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— ?????? (@Likud_Party) October 11, 2022
No obstante, Netanyahu dio marcha atr¨¢s este martes en lo m¨¢s importante: su intenci¨®n de denunciar el acuerdo si regresa al poder, de mano de formaciones ultranacionalistas y del juda¨ªsmo ultraortodoxo. Dijo que lo gestionar¨¢ de forma ¡°responsable y decidida¡±, como hizo con ¡°otros terribles acuerdos¡± que hered¨® de ¡°anteriores gobiernos izquierdistas¡±. Cuando a¨²n se estaba negociando, hab¨ªa advertido de que no se sentir¨ªa ¡°comprometido¡± a mantenerlo.
Itamar Ben Gvir, n¨²mero dos de la lista que aglutina a la ultraderecha religiosa m¨¢s radical y que las encuestas sit¨²an como tercera fuerza, ha anunciado que pedir¨¢ de urgencia al Tribunal Supremo el bloqueo del pacto. Una ley aprobada en 2014 exige un refer¨¦ndum o el apoyo de dos tercios de la Knesset ¨Duna quimera para Lapid¨D para cualquier acuerdo que implique la entrega de territorio soberano israel¨ª. No es el caso, pero Ben Gvir lo tacha de ¡°robo¡± e ¡°ilegal¡± porque s¨ª la considera una cesi¨®n de tierras.
Por el contrario, socios de la coalici¨®n de Gobierno como el Partido Laborista o el izquierdista Meretz han salido en defensa del acuerdo. La l¨ªder del primero, Merav Mijaeli, ha pedido a Netanyahu ¡°responsabilidad por el bien de la seguridad de Israel¡± y la del segundo, Zehava Gal-On, ha aplaudido a Lapid por ¡°no ceder ante los belicistas¡± y dar ¡°un primer paso hacia la paz¡±.
Parte de la pol¨¦mica tiene que ver con la cuesti¨®n de si un Gobierno interino tiene legitimidad para aprobar un texto as¨ª en sus ¨²ltimos d¨ªas. Y con su decisi¨®n de no someterlo a sufragio parlamentario. No estaba legalmente obligado a ello, pero habr¨ªa sido lo preferible, en opini¨®n de la fiscal general, Gali Baharav-Miara. Tampoco en L¨ªbano el texto se someter¨¢ al Parlamento.
Una carrera contra el reloj
Puede que el Gobierno haya lanzado las campanas al vuelo demasiado pronto. Los plazos para la aprobación del acuerdo son tan ajustados que pueden hundirlo, incluso en un país acostumbrado a maniobras y negociaciones políticas de último minuto. Este mediodía lo ha aprobado en Consejo de Ministros, con el único voto en contra de la titular de Interior, la derechista Ayelet Shaked, en plena lucha por llegar al 3,25% de votos necesarios para mantener la representación, cambiar de bando y apoyar a Netanyahu.
Luego ha sido enviado a la Knesset para que todos los diputados lo estudien, sin votarlo. Es muy inusual convocar un pleno en medio de la sucesión de fiestas judías que concluye el próximo martes. Pero como el texto tiene que permanecer dos semanas en el Parlamento antes de que el Gobierno pueda ratificarlo, haber esperado al fin de las fiestas habría retrasado la ratificación hasta al menos el día 31, es decir, justo la víspera de los comicios y el día que concluye el mandato del presidente libanés, Michel Aoun. El Supremo ha rechazado la petición de una ONG de derechas para paralizar el acuerdo temporalmente, pero cualquier otro retraso legal podría ser clave.
Someter a voto el pacto evitaría esta carrera contra el reloj, pero el Ejecutivo, en minoría, no quiere arriesgarse. Menos en un momento en el que los partidos piensan más en las urnas que en la estabilidad del país.
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