La huelga sindical en Francia altera parte del transporte p¨²blico, pero no logra paralizar el pa¨ªs
Las movilizaciones registran poco seguimiento en la educaci¨®n, mientras sigue el bloqueo en las refiner¨ªas de petr¨®leo
La huelga interprofesional convocada para este martes por varios sindicatos en demanda de mejoras salariales para contrarrestar la inflaci¨®n no ha logrado paralizar Francia. Siguen los bloqueos en las refiner¨ªas de petr¨®leo y las colas en las gasolineras no se reducen, pero la movilizaci¨®n est¨¢ muy lejos de ampliarse al resto de la econom¨ªa. El transporte de cercan¨ªas y en autob¨²s se ha visto perturbado por los paros. El llamamiento sindical, sin embargo, ha tenido un seguimiento discreto en la educaci¨®n, y en ciudades como Par¨ªs, el metro funcionaba como un d¨ªa cualquiera.
El objetivo de los cuatro sindicatos que convocaron la huelga ¨Dentre ellos, la CGT, pero no el primero en Francia, la moderada CFDT¨D era extender a todos los sectores econ¨®micos la protesta que se inici¨® a finales de septiembre en las refiner¨ªas de petr¨®leo. El intento, visiblemente, ha resultado fallido.
Unas 150 concentraciones se han convocado por toda Francia, en las que participaron 107.000, seg¨²n el Ministerio del Interior, y 300.000, seg¨²n el sindicato CGT. En Par¨ªs, los manifestantes han marchado desde las dos de la tarde entre la plaza de Italia y los Inv¨¢lidos, donde est¨¢ enterrado Napole¨®n. La manifestaci¨®n termin¨® con unos 200 encapuchados rompiendo escaparates y enfrent¨¢ndose con la polic¨ªa.
Los violentos eran una minor¨ªa entre miles de sindicalistas, estudiantes y pol¨ªticos como Mathilde Panot, presidenta del grupo de La Francia Insumisa (LFI) en la Asamblea Nacional, el primero en la izquierda. Mientras caminaba entre los manifestantes, Panot se?alaba que la huelga del martes pod¨ªa ser el inicio de un movimiento m¨¢s amplio, como sucedi¨® durante la revuelta de 1968.
¡°Entonces hubo huelgas hist¨®ricas y ahora las huelgas se extienden como manchas de aceite en muchos sectores¡±, dijo Panot. ¡°Hay motivos para que el Gobierno tenga miedo. La correlaci¨®n de fuerzas est¨¢ cambiando¡±.
Era la segunda manifestaci¨®n en tres d¨ªas de Panot y de su partido, que lidera el anticapitalista y euroesc¨¦ptico Jean-Luc M¨¦lenchon. El domingo, LFI y sus aliados de izquierdas ¡ªcomunistas, socialistas y ecologistas¡ª sacaron a decenas de miles de personas a las calles de Par¨ªs. M¨¦lenchon llam¨® a la ¡°huelga general¡± y a un ¡°nuevo Frente Popular¡± destinado a conquistar el poder.
El combate contra el Gobierno, en la calle
Es significativo ver a uno de los principales partidos de la oposici¨®n, solo cinco meses despu¨¦s de multiplicar su presencia parlamentaria en las elecciones legislativas, sacar a la calle el combate contra el Gobierno. Panot, jefa de LFI en la Asamblea Nacional, explic¨®: ¡°Estamos en el hemiciclo y una parte del grupo est¨¢ aqu¨ª. Un pie dentro y un pie fuera¡±.
A media jornada, y seg¨²n las cifras del Ministerio de la Educaci¨®n Nacional, el paro hab¨ªa tenido un seguimiento de poco m¨¢s del 6% en este sector. En los liceos (institutos) era algo mayor: cerraron decenas de establecimientos.
La Gare de Lyon, una de las principales estaciones de tren de Par¨ªs, estaba menos concurrida que de costumbre. El impacto de la huelga fue considerable en los trenes de cercan¨ªas, fundamentales para los trabajadores que se desplazan del extrarradio a la ciudad y viceversa. Los paneles informativos indicaban que en algunas l¨ªneas circulaba uno de cada tres trenes; en otras, uno de cada dos, y en otras, dos de cada tres. Los trenes de largo recorrido funcionaban con normalidad.
Ante la falta de trenes de cercan¨ªas y la carest¨ªa de gasolina en las estaciones de servicio, muchos franceses optaron por el teletrabajo. El temor del Gobierno, m¨¢s que la huelga de este martes, es que se repitan en los pr¨®ximos d¨ªas los paros en el transporte y que, sumados a la movilizaci¨®n de las refiner¨ªas, arruinen los desplazamientos previstos para las vacaciones escolares de oto?o, que empiezan este fin de semana.
La huelga conecta con una preocupaci¨®n en Francia sobre los salarios, la merma del poder adquisitivo y la inflaci¨®n, la m¨¢s baja en la UE con un 6,2%. Pero los sondeos indican que no goza de un apoyo mayoritario. Un 49% de los franceses estaba en contra del paro y un 38%, a favor, seg¨²n el instituto Elabe. La cifra de partidarios de la huelga es 20 puntos inferior a la de los que defend¨ªan las huelgas del invierno de 2019 contra la reforma de pensiones, seg¨²n explic¨® en la cadena BFM-TV el director de Elabe, Bernard Senanes.
En la manifestaci¨®n de Par¨ªs, Christophe, un ferroviario de 48 a?os y miembro de la CGT, apuntaba las razones del modesto seguimiento de la huelga, incluso en su sector. La primera es que ¡°la gente cuenta el dinero¡±. Es decir, no se puede permitir perder los ingresos por los d¨ªas de huelga. La segunda: ¡°Hay gente que ya no cree que hacer huelga sirva para nada¡±. Y la tercera, la fuerza de sindicatos moderados como la CFDT, ¡°piedras en los zapatos que impiden avanzar y ganar¡±.
Es una inc¨®gnita si esta huelga anticipa una inflamaci¨®n del conflicto social en los pr¨®ximos d¨ªas y semanas ¡ªel nuevo Mayo del 68 con el que sue?an los m¨¦lenchonistas¡ª o si, despu¨¦s de un par¨¦ntesis de casi tres a?os marcados por la pandemia y las pol¨ªticas de gasto del presidente Emmanuel Macron, simplemente certifica el regreso a la costumbre de huelgas peri¨®dicas en Francia. ¡°El momento es interesante¡±, escribe la columnista de Le Monde Fran?oise Fressoz, ¡°porque marca de manera espectacular el retorno a una especie de normalidad francesa despu¨¦s del par¨¦ntesis estatista en el que vivi¨® el pa¨ªs desde marzo de 2020¡å.
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