Rishi Sunak, un pol¨ªtico de origen indio destinado a evitar el hundimiento de los ¡®tories¡¯
El exministro de Econom¨ªa, defensor del Brexit y de la ortodoxia econ¨®mica, ha conquistado al ala derecha de su partido
El 26 de febrero de 2016, cinco d¨ªas despu¨¦s de que lo hiciera Boris Johnson, el entonces diputado conservador por la circunscripci¨®n de Richmond, Rishi Sunak (Southampton, 42 a?os) anunciaba su apoyo al Brexit. Se desmarcaba de la l¨ªnea oficial del Gobierno de David Cameron, y explicaba a sus votantes que ¡°aunque la salida de la UE traer¨¢ algo de incertidumbre, la naci¨®n ser¨¢ m¨¢s libre, m¨¢s justa y m¨¢s pr¨®spera. Podremos decidir nuestra propia pol¨ªtica de inmigraci¨®n, asegurarnos de que...
El 26 de febrero de 2016, cinco d¨ªas despu¨¦s de que lo hiciera Boris Johnson, el entonces diputado conservador por la circunscripci¨®n de Richmond, Rishi Sunak (Southampton, 42 a?os) anunciaba su apoyo al Brexit. Se desmarcaba de la l¨ªnea oficial del Gobierno de David Cameron, y explicaba a sus votantes que ¡°aunque la salida de la UE traer¨¢ algo de incertidumbre, la naci¨®n ser¨¢ m¨¢s libre, m¨¢s justa y m¨¢s pr¨®spera. Podremos decidir nuestra propia pol¨ªtica de inmigraci¨®n, asegurarnos de que nuestras leyes y nuestros tribunales sean soberanos, y agrandar nuestra posici¨®n como una econom¨ªa din¨¢mica¡±. Johnson fue el motor de una brillante campa?a que logr¨® la victoria en el refer¨¦ndum de aquel a?o, pero nadie en el Partido Conservador duda de que Sunak es un ¡°brexitero¡± de primera hora.
Sus credenciales econ¨®micas, tanto las que logr¨® como ministro de Econom¨ªa de Johnson con sus medidas para hacer frente a la pandemia, como las obtenidas al ratificarse en el tiempo todos los desastres que vaticinaba si Liz Truss llegaba al poder, han hecho que una mayor¨ªa de los diputados conf¨ªen en darle el tim¨®n de la nave en momentos de clara incertidumbre en el Reino Unido. Pero ha sido sobre todo su inmaculado compromiso con la causa euroesc¨¦ptica lo que ha hecho que pesos pesados del ala dura del partido ¡ªDavid Davis, David Frost, Steve Baker, Suella Braverman¡¡ª se hayan inclinado por Sunak, y hayan dado definitivamente la espalda a la apuesta de alto riesgo que supon¨ªa Johnson.
Criado en la localidad de Southampton, hijo de un m¨¦dico y una farmac¨¦utica hind¨²es que realizaron un esfuerzo econ¨®mico para enviarle al prestigioso colegio privado de Winchester ¡ªunos 54.000 euros anuales, al cambio actual¡ª, acab¨® realizando estudios universitarios en Oxford, y m¨¢s tarde en Stanford (Estados Unidos). Durante sus a?os en California, puso en marcha aventuras empresariales de ¨¦xito. Pero su tranquilidad financiera viene sobre todo de su matrimonio con Akshata Murty, la hija del multimillonario indio fundador de la empresa de servicios Infosys. A principios de a?o, el futuro pol¨ªtico de Sunak entr¨® en terreno movedizo cuando la prensa revel¨® que su esposa segu¨ªa acogida a la condici¨®n de no residente para pagar muchos menos impuestos de los que le hubieran correspondido. Poco despu¨¦s, Murty anunci¨® que pagar¨ªa como cualquier otro residente en el Reino Unido.
Cuando en febrero de 2020, el entonces ministro de Econom¨ªa, Sajid Javid, dimiti¨® de su puesto, harto de las intromisiones en su departamento del, en ese momento, asesor estrella de Johnson, Dominic Cummings, el primer ministro y ¨¦l acordaron colocar en el puesto al joven Sunak. Apenas hab¨ªan pasado dos meses de la victoria arrolladora de los conservadores en las elecciones generales. El Gobierno reci¨¦n estrenado ten¨ªa ambiciosos planes de gasto por todo el pa¨ªs, y el nuevo ministro se presentaba como el candidato perfecto para bailar al mismo ritmo que sus jefes.
Johnson se aferr¨® a la complicidad de Sunak durante la pandemia para gastar cientos de millones de libras en aliviar las penurias de los brit¨¢nicos, con un esquema de retenci¨®n de empleo que era una copia de los ERTE (Expediente de Regulaci¨®n Temporal de Empleo) del resto de Europa, subvenciones y ayudas fiscales. El conflicto surgi¨® cuando, al comenzar a salir de la crisis sanitaria, el primer ministro quer¨ªa seguir gastando alegremente para recuperar fuelle electoral y superar su propio problema de popularidad, agobiado ya por los sucesivos esc¨¢ndalos. Sunak, guardi¨¢n cl¨¢sico de la ortodoxia fiscal que impusieron en el partido los a?os de Margaret Thatcher, se resisti¨® a la bajada de impuestos que reclamaban no solo Johnson, sino muchos diputados conservadores que ve¨ªan peligrar sus esca?os.
No fue el primero en dimitir, pero la salida de Sunak del Gobierno de Johnson, en julio, fue el golpe definitivo que aceler¨® el hundimiento. Por eso muchos afiliados del Partido Conservador, irritados por la renuncia forzada de quien ha sido, sin duda, el pol¨ªtico brit¨¢nico m¨¢s popular de las ¨²ltimas d¨¦cadas, vieron al ministro de Econom¨ªa como el principal traidor y part¨ªcipe de la conjura. Ese estigma, junto a su negativa a bajar impuestos hasta que la inflaci¨®n estuviera controlada ¡ª¡±el verdadero ladr¨®n en la noche¡±, le gustaba definirla en sus actos con los afiliados¡ª propiciaron su fracaso frente a Liz Truss en las primarias de septiembre. Hab¨ªa sido entonces el favorito entre sus compa?eros diputados, pero las bases del partido, siempre m¨¢s radicales que los parlamentarios, cayeron en los cantos de sirena de la que todav¨ªa era ministra de Exteriores. Truss les promet¨ªa una nueva revoluci¨®n thatcheriana de bajos impuestos y mucho orgullo patri¨®tico. Gan¨®, pero no arras¨®. M¨¢s de un 40% de los afiliados hab¨ªan decidido respaldar a ese pol¨ªtico de or¨ªgenes familiares indios, que demostraba un conocimiento de la realidad econ¨®mica y una soltura a la hora de comunicarlo notablemente superior al discurso acartonado de su rival.
Hay tambi¨¦n un regocijo interno entre muchos conservadores ante la idea de que el hijo de unos inmigrantes indios de clase media ocupe el puesto de primer ministro. ¡°La familia lo es todo para m¨ª, y mi familia me dio oportunidades con las que ellos apenas so?aron. Pero fue el Reino Unido, nuestro pa¨ªs, el que les dio a ellos, y a millones como ellos, la oportunidad de un futuro mejor¡±, dec¨ªa Sunak en un v¨ªdeo delicadamente elaborado y producido para su campa?a de las pasadas primarias, en el que combinaba fotos de su pasado familiar, universitario y pol¨ªtico.
Sunak bromea a menudo ¡ªposiblemente como mecanismo de autodefensa¡ª con lo mucho que se asombran los militantes conservadores cuando, al conocerlo en persona, comprueban lo peque?o que es. Espigado y atl¨¦tico, es el ¨²nico candidato que se puede permitir unos trajes entallados en los que no cabr¨ªa el resto de los mortales. A partir de este lunes, deber¨¢ vestir el traje de primer ministro, en un momento econ¨®mico extraordinariamente delicado. Con unos mercados nada dispuestos a permitir m¨¢s errores, despu¨¦s de las seis semanas desastrosas de Truss, Sunak tendr¨¢ poco tiempo para demostrar que el nuevo traje no le viene grande.
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