Las dudas entre dem¨®cratas y republicanos sobre la ayuda a Ucrania agitan la campa?a electoral en EE UU
Un grupo de legisladores progresistas retira tras las cr¨ªticas una carta a la Casa Blanca en la que ped¨ªa m¨¢s apoyo a una soluci¨®n negociada; la oposici¨®n expresa reticencias a los paquetes de ayuda a Kiev
La guerra en Ucrania ha entrado en la batalla de las elecciones legislativas estadounidenses del 8 de noviembre. A dos semanas de una cita con las urnas en la que est¨¢ en juego la mayor¨ªa en el Congreso ¨Dy, con ella, el apoyo de las C¨¢maras a la pol¨ªtica de la Casa Blanca de soporte econ¨®mico y militar a Kiev¨D, las grietas en las posturas en torno a la guerra en Ucrania se han hecho evidentes, para preocupaci¨®n de los aliados europeos. Las diferencias no son ¨²nicamente las previsibles entre dem¨®cratas y republicanos; tambi¨¦n han surgido dentro del propio partido del presidente Joe Biden. Mientras, desde el campo de la oposici¨®n republicana se lanzan advertencias de que no habr¨¢ un cheque en blanco para Kiev si ganan las elecciones.
Treinta de los 100 miembros del caucus progresista dem¨®crata en la C¨¢mara de Representantes enviaron una carta a la Casa Blanca, dada a conocer este lunes, en la que ped¨ªan un giro de la pol¨ªtica hacia Ucrania, para propiciar m¨¢s una soluci¨®n negociada y favorecer el di¨¢logo directo del Gobierno estadounidense con Mosc¨². La misiva se retir¨® horas despu¨¦s, con el argumento de que se hab¨ªa entregado por error, despu¨¦s de que generase un fuerte debate interno. ¡°La carta se redact¨® hace varios meses, pero desgraciadamente fue enviada por empleados sin que se hubiera dado el visto bueno¡±, afirm¨® la presidenta del caucus, Pramila Jayapal.
La misiva del ala m¨¢s izquierdista del partido reclamaba a Biden que acometiera ¡°esfuerzos diplom¨¢ticos vigorosos¡± para un ¡°acuerdo negociado y alto el fuego¡± en Ucrania, al considerar que el fin ¡°r¨¢pido¡± de la guerra deb¨ªa ser la gran prioridad para Washington. Argumentaba ¡°los altos precios del combustible y de los alimentos¡± en Estados Unidos y el aumento de la pobreza y el hambre en todo el mundo como resultado del conflicto. Y suger¨ªa proponer ¡°incentivos para poner fin a las hostilidades, incluido alg¨²n tipo de alivio a las sanciones¡± impuestas a Rusia desde que ese pa¨ªs lanz¨® su invasi¨®n a Ucrania en febrero.
El documento, suscrito por congresistas como Alexandria Ocasio-Cortez o Ilham Omar, recibi¨® de inmediato cr¨ªticas de su propio partido, incluidas las de miembros del propio caucus progresista. En Twitter, el legislador de Arizona Rub¨¦n Gallego ¨Dque no figura entre los firmantes¨D escrib¨ªa: ¡°?El modo de poner fin a una guerra? Ganarla r¨¢pido. ?C¨®mo se gana r¨¢pido? D¨¢ndole a Ucrania las armas para derrotar a Rusia¡±.
Otros congresistas que s¨ª suscribieron la carta indicaron que lo hicieron hace mucho tiempo y ahora se trataba de un ¡°mal momento¡± para hacerla p¨²blica: en v¨ªsperas de la cita electoral y unas encuestas que auguran p¨¦simos resultados para los dem¨®cratas, y cuando Ucrania trata de consolidar los avances que ha logrado en su contraofensiva de los ¨²ltimos dos meses en el sur y en el este antes de la llegada del invierno.
En sus declaraciones, Jayapal trataba de resaltar la unidad entre los dem¨®cratas, para evitar enviar a Putin el mensaje de que existen divisiones que Mosc¨² puede intentar aprovechar. ¡°Estamos unidos como dem¨®cratas en nuestro compromiso inequ¨ªvoco para apoyar a Ucrania en la lucha por su democracia y libertad frente a la invasi¨®n ilegal e inadmisible de Rusia, y nada en el contenido de la carta defiende un cambio en ese apoyo¡±, insist¨ªa.
Pero, aunque la carta ha quedado retirada y el momento de hacerla p¨²blica ha recibido cr¨ªticas, sus firmantes no han indicado que est¨¦n en desacuerdo con su contenido. El representante por California Ro Khanna declaraba, tras puntualizar que ha votado a favor de cada propuesta de ayuda militar a Ucrania, que ¡°pedir que se exploren todas las v¨ªas diplom¨¢ticas para evitar una guerra nuclear y buscar un alto el fuego al tiempo que se defiende la soberan¨ªa de Ucrania es lo que quieren muchos votantes. Nuestro pa¨ªs nunca deber¨ªa silenciar o acallar el debate¡±.
Desde que comenz¨® la invasi¨®n, el Gobierno dem¨®crata se ha puesto del lado de Kiev de modo inequ¨ªvoco. Los env¨ªos de ayuda militar y econ¨®mica aprobados por el Congreso alcanzan ya los 66.000 millones de d¨®lares [unos 65.425 millones de euros] desde febrero. El presidente, Joe Biden, y su Administraci¨®n insisten una y otra vez en que el respaldo a Ucrania continuar¨¢ ¡°todo el tiempo que haga falta¡±, y el secretario de Estado, Antony Blinken, visit¨® por sorpresa Kiev a comienzos de septiembre para mostrar su apoyo. Pero a medida que la guerra se ha ido alargando y las cifras de la asistencia militar se han ido elevando, las dudas entre la bancada dem¨®crata comenzaron a insinuarse despu¨¦s del verano.
Ya en septiembre, cuando la Administraci¨®n de Biden solicit¨® al Congreso 13.700 millones de d¨®lares adicionales para ayudar a Ucrania y para responder a las disrupciones en los suministros de energ¨ªa, el Gobierno se vio sometido a una avalancha de preguntas de los legisladores de su partido antes de recibir el visto bueno.
En parte, y como apuntaba Khanna, estas dudas reflejan las de los propios votantes: no es infrecuente que en las conversaciones en las que la guerra sale a relucir, ciudadanos que declaran su apoyo a Ucrania maticen que parte de los fondos que se destinan al pa¨ªs podr¨ªan tener un mejor uso en la guerra contra la inflaci¨®n ¨Dun 8,2% en septiembre¨D y las ayudas a quienes pasan apuros en EE UU para llegar a fin de mes debido a los altos precios de la energ¨ªa y la alimentaci¨®n.
Entre los republicanos, las dudas son a¨²n mayores; y al menos en una parte de la formaci¨®n ¨Dla m¨¢s cercana ideol¨®gicamente al expresidente Donald Trump¨D se convierten en pura y simple oposici¨®n. En mayo, el Congreso aprob¨® lo que hasta ahora ha sido el principal paquete de asistencia para Ucrania, por 40.000 millones de d¨®lares, con el no de 11 senadores y 57 legisladores republicanos. Los contrarios a esa ayuda reclamaban un mayor escrutinio sobre el destino final de los fondos y medidas de rastreo para el armamento que se env¨ªa a los campos de batalla. Legisladores como Rand Paul insisten en que ¡°no se puede salvar a Ucrania condenando la econom¨ªa estadounidense¡±.
Aunque la mayor¨ªa de los republicanos, especialmente aquellos de la vieja guardia, respaldan continuar la asistencia a Ucrania, es posible que las elecciones del 8 de noviembre aumenten de manera significativa el n¨²mero de congresistas de ideolog¨ªa m¨¢s trumpiana. Y, con ello, la resistencia a sufragar nuevos paquetes de ayuda a Kiev. Una perspectiva que preocupa en las capitales europeas: una ruptura del consenso en EE UU, el pa¨ªs que ha liderado el socorro al Gobierno de Volod¨ªmir Zelenski, puede tener un grave impacto negativo en el respaldo, a su vez, de otros Ejecutivos m¨¢s vulnerables a la escalada de precios de productos b¨¢sicos y la escasez de energ¨ªa.
La semana pasada, el l¨ªder de la minor¨ªa republicana en la C¨¢mara de Representantes, Kevin McCarthy, promet¨ªa que no permitir¨¢ el mismo ritmo de gasto a favor de Kiev si ¨Dcomo espera y apuntan los sondeos¨D se convierte en presidente de la instituci¨®n y n¨²mero tres en la l¨ªnea de sucesi¨®n presidencial. ¡°Ucrania es importante, pero no puede ser lo ¨²nico que se haga, y no puede ser un cheque en blanco¡±, advirti¨®.
El hasta ahora ¨²ltimo paquete de asistencia estadounidense se anunciaba el 16 de octubre. Un total de 725 millones de d¨®lares que incluyen veh¨ªculos blindados, armas antitanque y munici¨®n de artiller¨ªa, adem¨¢s de sistemas de cohetes Himars de alta movilidad.
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