La Casa Blanca se convierte en una fiesta con la firma de la ley del matrimonio entre homosexuales

Los jardines de la Casa Blanca se han convertido este mi¨¦rcoles en una fiesta para celebrar un momento hist¨®rico. La cantautora Joy Oladokun ha dado un peque?o concierto, luego ha actuado un coro gay. Despu¨¦s, Sam Smith ha interpretado Stay with me y Cindy Lauper, True Colors ante una nutrida audiencia, animada pese a las g¨¦lidas temperaturas. Gina y Heidi Nortonsmith, una pareja de lesbianas pionera en litigar para poder casarse, han recordado las dificultades que vivieron antes de ver reconocidos sus derechos y han agradecido al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, su apoyo, poco antes de que este firmase la nueva Ley de Respeto al Matrimonio, que reconoce expresamente los derechos federales para los matrimonios entre homosexuales y entre personas de diferentes razas.

La vicepresidenta, Kamala Harris, ha declarado la nueva ley ¡°una victoria¡± y ha loado la defensa de Biden de los derechos LGTBIQ ante un p¨²blico entregado como pocas veces. La Casa Blanca ha cifrado la asistencia en 5.300 personas. Biden, con sus habituales gafas de sol para actos al aire libre, se ha mostrado en¨¦rgico, aunque con algo de tos: ¡°Hoy es un buen d¨ªa. Hoy Am¨¦rica da un paso definitivo hacia la igualdad para la libertad y la justicia, no solo para algunos, sino para todos, todos hacia una naci¨®n donde la decencia, la dignidad y el amor sean reconocidos, honrados y protegidos¡±, ha dicho el presidente.

¡°Hoy he firmado la Ley de Respeto al Matrimonio. Decidir si casarse y con qui¨¦n casarse es una de las decisiones m¨¢s trascendentales que una persona puede tomar¡±, ha continuado, exponiendo que la cuesti¨®n del matrimonio es para ¨¦l sencilla: ¡°?A qui¨¦n amas? ?Y ser¨¢s leal a esa persona que amas? No es m¨¢s complicado que eso. La ley reconoce que todo el mundo debe tener derecho a responder a esas preguntas por s¨ª mismo sin la interferencia del Gobierno¡±. Biden ha usado las mismas preguntas que en 2012, en una entrevista televisiva, cuando siendo vicepresidente se convirti¨® en el cargo de mayor rango en apoyar el matrimonio entre homosexuales. El presidente ha reconocido que Estados Unidos ha fallado durante la mayor parte de su historia en reconocer la misma dignidad y derechos a las parejas del mismo sexo o las interraciales.

Biden ha subrayado que ¡°el Congreso ha dicho alto y claro que el amor es el amor. Lo correcto es lo correcto. La justicia es la justicia. Estas cosas son cosas fundamentales que Am¨¦rica cree que importan¡±, y ha dicho que si ha sido necesario aprobar la ley es por un ¡°Tribunal Supremo extremista¡± que derog¨® en junio pasado el aborto como derecho constitucional y en el que uno de sus miembros, el juez Clarence Thomas, sugiri¨® que hab¨ªa que revisar tambi¨¦n el derecho al matrimonio igualitario y al acceso a anticonceptivos.

La nueva norma

Los derechos de los matrimonios entre homosexuales est¨¢n desde hoy m¨¢s protegidos, pues la nueva ley los blinda ante un eventual cambio de criterio por parte el Tribunal Supremo, de mayor¨ªa conservadora. El matrimonio entre personas del mismo sexo est¨¢ reconocido como derecho en Estados Unidos, precisamente gracias a una sentencia de 2015 del Supremo, entonces con mayor¨ªa progresista: el fallo del caso Obergefell contra Hodges, que anul¨® leyes de M¨ªchigan, Kentucky, Ohio y Tennessee que solo permit¨ªan la uni¨®n entre un hombre y una mujer. Un total de 37 de los 50 Estados (m¨¢s la capital federal, Washington) hab¨ªan aprobado antes leyes al efecto, pero el resto se negaron a reconocerlo hasta ese fallo del Alto Tribunal. El Congreso federal nunca lo hab¨ªa regulado y las anteriores leyes, declaradas inconstitucionales por el Supremo, lo que hac¨ªan era definir como ¨²nico matrimonio el celebrado entre un hombre y una mujer.

El peligro de que el Supremo cambiase de criterio y diese validez a esas leyes llev¨® a los dem¨®cratas a plantear una nueva regulaci¨®n federal. La ley reci¨¦n firmada por Biden no llega a establecer el matrimonio entre personas del mismo sexo como un derecho en todo el pa¨ªs. Si el Supremo fuese contra sus precedentes, algunos Estados podr¨¢n volver a prohibir que se celebren bodas entre homosexuales en su territorio, pero la nueva norma obliga a reconocer en todo el pa¨ªs los realizados en cualquier Estado, con igualdad de derechos.

El texto ha contado no solo con el apoyo de los congresistas dem¨®cratas, sino tambi¨¦n con el de 12 senadores y 39 representantes republicanos.

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