El ¡®Qatargate¡¯ pone en el punto de mira la injerencia extranjera en las instituciones europeas
Adem¨¢s de Qatar, las investigaciones apuntan al menos a un segundo pa¨ªs, Marruecos, en la trama de presuntos sobornos en el Parlamento Europeo. La l¨ªnea entre el cabildeo y el soborno se cruza demasiado a menudo, denuncian diversas fuentes europeas
La investigaci¨®n sobre los presuntos sobornos de Qatar a miembros del Parlamento Europeo, entre ellos la ya exvicepresidenta Eva Kaili, extiende poco a poco sus tent¨¢culos para demostrar que la vor¨¢gine de detenciones y registros en oficinas y domicilios de diputados y asistentes parlamentarios no es m¨¢s que la punta del iceberg de un problema mucho m¨¢s extenso. El nombre de Marruecos llevaba varios d¨ªas aflorando en la boca de fuentes europeas que apuntan a este pa¨ªs como uno de los lobistas tradicionalmente m¨¢s agresivos en Bruselas y que ahora aparece citado en la vertiente italiana de la investigaci¨®n del Qatargate. Tanto organizaciones internacionales como muchos eurodiputados advierten de que son varios los pa¨ªses que llevan a?os cruzando los l¨ªmites de lo que es un cabildeo leg¨ªtimo y reclaman reglas m¨¢s claras de transparencia de todas las partes.
A veces es un regalo caro, no siempre en el l¨ªmite de los 150 euros que un funcionario europeo puede recibir sin tener que declararlo. Otras es un viaje, quiz¨¢s camuflado de invitaci¨®n de trabajo ¡ªuna visita a un centro, una conferencia¡ª pero que incluye gastos pagados para estancias de lujo de varios d¨ªas, en ocasiones incluso con la familia o varios invitados. Y aunque pocas, a veces, como ha demostrado la investigaci¨®n del Qatargate, son maletas y bolsas llenas de dinero en efectivo incautadas en las casas de eurodiputados y antiguos parlamentarios y presentadas a la prensa como si fueran un alijo del narcotr¨¢fico.
Del Qatargate han sorprendido la dimensi¨®n de los sobornos y el alto perfil de los ya oficialmente inculpados por corrupci¨®n y lavado de dinero en el caso: adem¨¢s de la destituida vicepresidenta Kaili, su pareja y asesor parlamentario, Francesco Giorgi, el exeurodiputado Pier Antonio Panzeri y un dirigente de una ONG italiana, Niccolo Figa-Talamanca.
Lo que en Bruselas no ha sorprendido a nadie es el hecho de que un Estado extranjero (o varios) haya intentado influir en eurodiputados ¡ªen este caso¡ª para conseguir una pol¨ªtica favorable a sus intereses o, en muchos otros casos, que ciertos temas, como cuestiones de violaciones de derechos humanos, no se toquen en los m¨²ltiples debates de la Euroc¨¢mara.
¡°Desde que llegu¨¦ al Parlamento en 2004, siempre trabaj¨¦ en el asunto del S¨¢hara Occidental y siempre me enfrent¨¦ a un lobby promarroqu¨ª muy poderoso¡±, recuerda la exeurotiputada socialista portuguesa Ana Gomes, que coincidi¨® en la legislatura con Panzeri. ¡°Vi a colegas que cambiaron de posici¨®n porque lo hac¨ªan sus Gobiernos. Pero Panzeri [que presidi¨® el comit¨¦ de derechos humanos] siempre estuvo boicoteando [resoluciones favorables al S¨¢hara Occidental]¡±, apunta, y sospecha que fue porque Marruecos estaba detr¨¢s.
¡°Siempre se ha sospechado que Rabat compra eurodiputados¡±, corrobora un parlamentario europeo en activo bajo condici¨®n de anonimato, que lamenta que, durante a?os, se hayan silenciado los intentos de llevar cuestiones de derechos humanos en este pa¨ªs a la Euroc¨¢mara.
¡°Hace 10 a?os hubo un esc¨¢ndalo cuando varios periodistas se hicieron pasar por lobistas¡± y varios parlamentarios aceptaron dinero por presentar enmiendas, recuerda por su parte Raphael Kergueno, de Transparencia Internacional Europa, para quien la Euroc¨¢mara tiene un problema con la laxitud de sus normas. ¡°Lo que se ha hecho desde entonces no es suficiente¡±. Lo del Qatargate ¡°es un caso mucho m¨¢s grande¡±, a?ade, recordando que ahora se sospecha que los corruptores son terceros Estados.
Muchos, adem¨¢s, dudan de que los intentos de soborno como los de Qatar se limiten a eurodiputados y creen que en la investigaci¨®n en marcha saldr¨¢n nombres de otras instituciones. ¡°Si yo fuera un pa¨ªs con tanto dinero como Qatar, no me centrar¨ªa solo en el Parlamento Europeo y en personas que tampoco tienen tanta influencia¡±, dice un eurodiputado que estuvo implicado en las negociaciones de la liberalizaci¨®n de visados para Qatar paralizada tras el esc¨¢ndalo de sobornos.
¡°Va a ser una caja de Pandora¡±, vaticina otra eurodiputada que asegura que a ella tambi¨¦n han intentado agasajarla diversos lobbies con regalos dejados en su oficina que se ha visto obligada a devolver. Otra parlamentaria apunta a la paradoja de que, a veces, ni siquiera es posible devolver el regalo porque, al estar por debajo del tope de 150 euros, ni siquiera hay un mecanismo oficial para hacerlo.
¡°Compran a las ¨¦lites europeas¡±
El eurodiputado progresista franc¨¦s Rapha?l Glucksmann, que preside el comit¨¦ especial sobre interferencias extranjeras en los procesos democr¨¢ticos de la UE, advert¨ªa esta semana en los pasillos de la Euroc¨¢mara en Estrasburgo de que lleva dos a?os alertando de la mano larga de varias potencias for¨¢neas que ¡°distribuyen dinero y se compran a las ¨¦lites europeas¡±.
¡°Tenemos reg¨ªmenes autocr¨¢ticos que hacen sus compras entre las ¨¦lites europeas (¡), la penetraci¨®n extranjera y la corrupci¨®n tocan a todos los pa¨ªses y todos los partidos¡±, dijo el franc¨¦s, quien en el pasado tambi¨¦n ha se?alado a Rusia por su apoyo econ¨®mico a grupos de extrema derecha como el Reagrupamiento Nacional de Marine Le Pen. El diario The Guardian ha revelado por su parte un viaje no declarado la pasada primavera a Bahr¨¦in del eurodiputado conservador checo Tomas Zdechovsky.
Este jueves, la Euroc¨¢mara se dispone a votar una resoluci¨®n sobre el activista bahrein¨ª Abdulhadi al Jawaja, condenado a cadena perpetua en su pa¨ªs. Zdechovsky ha liderado las negociaciones sobre la resoluci¨®n en nombre del Partido Popular Europeo (PPE) que, seg¨²n destaca el rotativo brit¨¢nico, ha causado estupor por no pedir la liberaci¨®n del activista en un texto alternativo de la resoluci¨®n en la que, por el contrario, se le describe como ¡°opositor pol¨ªtico¡± y se asume la versi¨®n oficial de Bahr¨¦in sobre su trasfondo terrorista.
Tanto la presidenta de la Comisi¨®n Europea, Ursula von der Leyen, como la de la Euroc¨¢mara, Roberta Metsola, han prometido medidas contundentes para mejorar la transparencia en las instituciones europeas y evitar nuevos bochornos como el que estos d¨ªas sacude a Bruselas.
Para la eurodiputada Sira Rego (IU) es importante que se mire el esc¨¢ndalo de sobornos catar¨ªes no como un problema de individuos, como han se?alado los jefes de algunos grupos pol¨ªticos, sino como una cuesti¨®n ¡°estructural¡±. ¡°No es acertado plantear que esto es un problema de individualidades. Evidentemente, es un problema de las personas implicadas, pero tambi¨¦n hay un marco institucional que favorece este tipo de cosas, hay un problema estructural en las normas que rigen la vida del Parlamento Europeo¡±, analiza.
Transparencia Internacional ha presentado un dec¨¢logo de demandas para acabar con la opacidad institucional europea entre las que figura introducir ¡°sanciones efectivas¡± cuando se produzcan comportamientos irregulares, o que haya un mayor control de los gastos de los eurodiputados. Al respecto, Kergueno recuerda que solo una persona revisa las declaraciones de patrimonio de los 705 parlamentarios. Adem¨¢s, lamenta, la comisi¨®n de cinco parlamentarios que asesora a la presidenta sobre el c¨®digo de conducta, en 2021 solo analiz¨® dos posibles casos: uno acab¨® en nada y el otro en sanci¨®n.
Tambi¨¦n Ana Gomes cree que hay que fortalecer los controles sobre los parlamentarios y pone como ejemplo que ella, ¡°junto a otros compa?eros de otros pa¨ªses y partidos¡±, hac¨ªa una declaraci¨®n mensual de actividades, con toda su agenda de encuentros y reuniones. ¡°Deber¨ªan saltar las alarmas cuando alguien como Kaili hace un discurso como el que hizo [sobre Qatar]¡±, a?ade en referencia a sus declaraciones en el pleno de noviembre que Qatar est¨¢ ¡°a la vanguardia¡± de los derechos laborales.
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