Las grietas de la Euroc¨¢mara salen a la luz
El ¡®Qatargate¡¯ demuestra que las instituciones europeas tienen que aumentar el control sobre las actividades de lobistas y terceros pa¨ªses autoritarios, como ya apuntaba un informe anterior al esc¨¢ndalo
Un par de maletas llenas de fajos de billetes y una investigaci¨®n de las autoridades belgas por sobornos a cambio de un trato mucho m¨¢s dulcificado en el Parlamento Europeo hacia dos reg¨ªmenes autocr¨¢ticos, Marruecos y Qatar, con amplios bolsillos para pagar influencias, ha sacado a la luz las grietas en la Euroc¨¢mara. El esc¨¢ndalo del Qatargate ¨Dque ha se?alado a la eurodiputada Eva Kaili, una de las 14 vicepresidentas de la instituci¨®n, a su pareja que se desempe?aba como asesor parlamentario, as¨ª como al exeurodiputado Pier Antonio Panzieri¨D ha sacudido Bruselas hasta la m¨¦dula y ha derivado en un examen de c¨®mo la C¨¢mara y el resto de las entidades comunitarias, est¨¢n bajo una presi¨®n constante no solo de aquellos que buscan influir con los m¨¦todos tradicionales, sino tambi¨¦n de esos otros con carteras abultadas y conciencias menos escrupulosas.
El Qatargate ha puesto de relieve tambi¨¦n c¨®mo este tipo de acciones se pueden emplear como un ataque a la democracia europea en un momento en el que la UE se ha convertido en un actor geoestrat¨¦gico clave. Ahora, cuando el esc¨¢ndalo de los sobornos y las sospechas de que podr¨ªa haber m¨¢s implicados a¨²n reverbera, crecen las voces que se?alan esas grietas en el sistema de control de la Euroc¨¢mara, mal equipada para enfrentar el desaf¨ªo de un mundo en ebullici¨®n por las guerras h¨ªbridas y con cada vez m¨¢s actores.
Ya en febrero de este a?o, un informe de la Comisi¨®n Parlamentaria de Injerencias Pol¨ªticas de la propia Euroc¨¢mara apuntaba que hab¨ªa fallos en el sistema de contrataci¨®n y tambi¨¦n agitaba la sospecha de infiltrados. Los controles y los registros son insuficientes, se?alan los expertos y Transparencia Internacional: no hay un r¨¦gimen de incompatibilidades de las ocupaciones que pueden desempe?ar los eurodiputados ni control exhaustivo sobre los viajes que hacen; el registro de los lobbies precisa refuerzo (hay unos12.000 lobistas registrados, pero tambi¨¦n estudios que apuntan a que la cifra pod¨ªa ser del doble porque no todos los que hacen cabildeo se ponen la etiqueta); y las puertas giratorias apenas tienen control.
¡°Hay una grave carencia de normas jur¨ªdicamente vinculantes y de aplicaci¨®n del registro de representantes de intereses de la Uni¨®n¡±, dec¨ªa el informe de febrero, ¡°lo que hace imposible que se pueda rastrear la representaci¨®n de intereses procedente de fuera de la Uni¨®n¡±. El documento, incluso, apuntaba a qui¨¦n pod¨ªa colarse por esas rendijas de falta de control en una instituci¨®n con 705 legisladores y miles de asistentes: ¡°Pa¨ªses como China y Rusia, pero tambi¨¦n Qatar, Emiratos ?rabes y Turqu¨ªa han realizado enormes inversiones en la representaci¨®n de intereses en Bruselas¡±.
El Parlamento Europeo es la ¨²nica instituci¨®n comunitaria elegida directamente. No tiene demasiado poder, pero ha terminado por alzarse como una br¨²jula moral y las resoluciones de sus eurodiputados tienen impacto en la reputaci¨®n de los implicados: sirva como ejemplo Hungr¨ªa, a cuyo Gobierno defini¨® como ¡°autocracia electoral¡±. De ah¨ª que este esc¨¢ndalo pueda da?ar el prestigio de la UE.
La presidenta de la Euroc¨¢mara, Roberta Metsola, ha prometido endurecer los controles y el registro de lobbies, poner coto a las puertas giratorias o establecer un mayor escrutinio sobre las reuniones con representantes de pa¨ªses de fuera de la UE y los llamados ¡°grupos de amistad¡± con terceros pa¨ªses. Transparencia Internacional, que ha analizado a fondo el tema, se?ala tambi¨¦n la necesidad de incrementar el nivel de protecci¨®n que deber¨ªan tener las denuncias internas.
Para Alberto Alemanno, profesor de Derecho en la Escuela de Altos Estudios de Par¨ªs, especializado en asuntos europeos, el r¨¦gimen de incompatibilidades es una grieta estructural: ¡°Los parlamentarios pueden mantener una segunda actividad y solo tienen la obligaci¨®n de declararla¡±. Un anuncio que no debe ser aprobado por ninguna comisi¨®n. ¡°Hay legisladores que ejercen de consultores o abogados, y apenas hay control sobre eso. Y el poco que hay, es pol¨ªtico: una comisi¨®n de cinco parlamentarios. Es decir, colegas que controlan a colegas. Adem¨¢s, no tienen la posibilidad de investigar, salvo que lo pida la presidenta¡±, explica.
Como Alemanno, Emilia Korkea-aho, profesora de Derecho en la Universidad del Este de Finlandia e investigadora de grupos de presi¨®n, defienden la actividad del cabildeo como necesaria y legal. ¡°En los ¨²ltimos a?os, compa?¨ªas estadounidenses como Facebook, Google o Microsoft han hecho lobby en la UE. Esto es normal. La UE tiene un papel de regulador global que ha crecido en la ¨²ltima d¨¦cada y es natural que las industrias afectadas intenten hacerse o¨ªr¡±, dice Korkea-aho.
La experta se?ala que es leg¨ªtimo y que el derecho internacional ampara que lo hagan terceros pa¨ªses para defender a sus empresas. Eso s¨ª, advierte, los grupos de presi¨®n tambi¨¦n pueden ser ¡°perjudiciales¡±. ¡°El Parlamento Europeo ha publicado un informe en el que afirma que la UE deber¨ªa estar preocupada por las estrategias integradas de grupos de presi¨®n que combinan intereses industriales y objetivos pol¨ªticos exteriores, en particular cuando favorecen los intereses de un Estado autoritario¡¡±, incide Korkea-aho.
Con su vehemencia habitual, el eurodiputado Juan Fernando L¨®pez Aguilar, del grupo de Socialistas y Dem¨®cratas (S&D), el m¨¢s tocado por el esc¨¢ndalo de los sobornos y al que pertenec¨ªa la eurodiputada Eva Kaili, comparte esa visi¨®n. ¡°No se le puede reprochar a un parlamentario que reciba a un embajador. Es nuestro trabajo¡±, se?ala L¨®pez Aguilar, que preside la Comisi¨®n de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos Internos. ¡°Ahora¡ si surge un malet¨ªn¡¡±, agrega. El pol¨ªtico remarca que la reacci¨®n de la UE ha sido ¡°contundente¡± a la vez que defiende ¡°la r¨¢pida respuesta de la presidenta Metsola¡±.
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