El ¡®Qatargate¡¯ revela el lado oscuro de la capital europea del cabildeo
El Parlamento Europeo prev¨¦ reformas para una mayor transparencia en el trato con grupos de presi¨®n y otras organizaciones con acceso a las instituciones europeas tras el esc¨¢ndalo de los sobornos
En Washington se les conoce por la calle en la que se sit¨²an la mayor¨ªa de las oficinas o institutos dedicados a hacer lobby, K Street. En Bruselas no tienen sobrenombre, pero s¨ª m¨²sculo: m¨¢s de 12.000 lobistas registrados ¡ªcifra que, seg¨²n algunos estudios, podr¨ªa ser el doble, ya que no todos los que hacen cabildeo se ponen la etiqueta¡ª se mezclan en la capital belga con los funcionarios europeos, en un intento de promover pol¨ªticas favorables a los intereses que representan: una causa, como el medio ambiente o los derechos humanos; pero tambi¨¦n poderosas empresas o, como se ha visto ahora con el Qatargate, los intereses de pa¨ªses de fuera del club comunitario. Y no siempre lo hacen respetando las normas, como demuestra tambi¨¦n el esc¨¢ndalo de presuntos sobornos a eurodiputados y altos responsables por parte de Qatar y Marruecos.
Desde que hace justo una semana se produjeron los primeros arrestos y registros de lo que ya se considera el mayor esc¨¢ndalo de corrupci¨®n en la Euroc¨¢mara, la trama del Qatargate ha girado en torno a una supuesta ONG, Fight Impunity. Su fundador, el exeurodiputado italiano Pier Antonio Panzeri, es el principal sospechoso y permanece en prisi¨®n preventiva acusado de corrupci¨®n, blanqueo de dinero y pertenencia a organizaci¨®n criminal.
A primera vista, la organizaci¨®n de nombre irreprochable (?qui¨¦n no quiere combatir la impunidad?) ten¨ªa unas cartas de presentaci¨®n no menos impecables: su sede est¨¢ en la calle de Ducale, una de las m¨¢s elegantes del centro de Bruselas, en la misma manzana que la Embajada de Estados Unidos y la residencia del primer ministro belga, Alexander de Croo. Y est¨¢ a dos pasos del denominado barrio europeo donde tienen su sede las instituciones comunitarias en las que se sospecha trat¨® de influir con dinero de Estados ajenos a la Uni¨®n.
Adem¨¢s, como miembros honor¨ªficos de su junta figuran nombres archiconocidos como el ex primer ministro socialista franc¨¦s Bernard Cazeneuve, el premio Nobel de la Paz de 2018, Denis Mukwege, o destacadas antiguas figuras de la UE como la anterior alta representante para Pol¨ªtica Exterior Federica Mogherini, la tambi¨¦n italiana Emma Bonino, o el excomisario griego de Inmigraci¨®n Dimitris Avramopoulos.
Desde que estall¨® el esc¨¢ndalo, uno tras otro se han apresurado a desvincularse. ¡°No conozco a Panzeri, no lo he visto en mi vida¡±, asegur¨® Cazeneuve a la emisora Franceinfo. ¡°Acept¨¦ ese papel honor¨ªfico hace dos o tres a?os, pero jam¨¢s o¨ª hablar de ellos despu¨¦s. He pedido que se retire mi nombre¡±, agreg¨® el pol¨ªtico franc¨¦s, cuyos deseos no se han visto cumplidos: se han borrado nombres, s¨ª, pero no el suyo, sino los de la lista de trabajadores en la que figuraba otro de los imputados en el Qatargate, Francesco Giorgi, la pareja de la tambi¨¦n detenida Eva Kaili, hasta esta semana vicepresidenta del Parlamento Europeo, y tambi¨¦n en prisi¨®n preventiva, como su compa?ero y como Panzeri. Entre los detenidos, aunque ya liberados bajo vigilancia, figura tambi¨¦n el secretario general de la Confederaci¨®n Sindical Internacional (CIS), Luca Visentini.
En los ¨²ltimos d¨ªas, tambi¨¦n ha desaparecido la placa de Fight Impunity del portal donde ten¨ªa la sede junto a otras 15 ONG, entre ellas, No Peace Without Justice, dirigida hasta esta misma semana por otro imputado en la trama, Niccolo Figa-Talamanca. Este italiano, el cuarto acusado, en libertad vigilada desde el mi¨¦rcoles, figura en varias de las juntas de las otras organizaciones con las que compart¨ªan sede y que esta semana permanec¨ªa cerrada a cal y canto.
Seg¨²n el diario belga Le Soir, que destap¨® el esc¨¢ndalo, salvo su acta de constituci¨®n como sociedad sin ¨¢nimo de lucro en septiembre de 2019 ¡ªjusto despu¨¦s de que Panzeri dejara su cargo como eurodiputado¡ª, de Fight Impunity no hay rastro en los registros oficiales belgas. Tampoco se encuentra su nombre en el registro de transparencia creado por la Comisi¨®n Europea, donde s¨ª aparecen ONG como Oxfam o Human Rights Watch.
Pese a esta opacidad, nada impidi¨® que la ONG de Panzeri recibiera fondos del Parlamento Europeo: seg¨²n Le Soir, al menos dos eurodiputadas del grupo Socialistas y Dem¨®cratas (S&D), que preside la espa?ola Iratxe Garc¨ªa, apoyaron una petici¨®n de fondos de 175.000 euros, de la que al menos recibieron 43.750 el a?o pasado. Se trata de la belga Marie Arena, apartada de sus funciones en S&D por su presunta implicaci¨®n en el caso (aunque no ha sido imputada de momento) y la portuguesa Isabel Santos, otro miembro honorario de Fight Impunity.
La fachada funcionaba, al menos hasta el golpe policial del viernes pasado, en el que se registr¨® su sede y se detuvo a sus principales responsables. Entre las actividades que organizaron este mismo a?o, figura una ¡°Conferencia internacional sobre el futuro de los derechos humanos¡± celebrada a mediados de junio en la Euroc¨¢mara que fue presentada por Panzeri y Figa-Talamanca y que tuvo como oradores destacados a la presidenta del Parlamento Europeo, la conservadora Roberta Metsola, o al congole?o Mukwege. En las sesiones participaron adem¨¢s como ponentes figuras destacadas de los movimientos de derechos humanos y fueron moderadas por eurodiputados de diverso signo.
Fight Impunity, que se cree que fue usada como pantalla para los supuestos trapicheos de Panzeri para influir en ¡°las decisiones econ¨®micas y pol¨ªticas del Parlamento Europeo¡±, como dijo la Fiscal¨ªa belga al revelar la operaci¨®n, se ha aprovechado visiblemente de un ambiente favorable como es el de Bruselas a la presencia de lobistas, que al menos hasta ahora se paseaban tranquilamente por los pasillos de las instituciones europeas.
Uno de los problemas denunciados desde bastante antes del Qatargate es su gran n¨²mero y su opacidad. En el ¨²ltimo registro de transparencia de la Comisi¨®n abierto en las redes figuran 12.411 lobbies, pero se estima que son al menos el doble las que realmente act¨²an, seg¨²n denunciaba ya en 2016 Transparencia Internacional, que cifraba el n¨²mero de lobistas que trabaja para esas organizaciones en Bruselas en 91.000 personas, toda una peque?a ciudad. De ellas, m¨¢s de 6.000 contaban con un pase para entrar en las instituciones europeas, al igual que Panzeri que, como antiguo eurodiputado, se paseaba tranquilamente por la Euroc¨¢mara hasta que fue detenido. A partir de 2016, la curva de crecimiento de lobbies en Bruselas se dispar¨®, seg¨²n datos de la Comisi¨®n Europea.
Significativo es tambi¨¦n el origen de los que tratan de influir de alguna manera ¡ªen su gran mayor¨ªa por las v¨ªas legales del cabildeo profesional¡ª en los responsables de la UE: solo una cuarta parte (3.483) de los inscritos en el registro de transparencia son organizaciones no gubernamentales o plataformas ciudadanas. Les siguen muy de cerca las ¡°empresas y grupos¡± (3.026) y las asociaciones comerciales y empresariales (2.619). Llama la atenci¨®n el escaso n¨²mero de ¡°entidades, oficinas o redes establecidas por terceros pa¨ªses¡± registradas, apenas cinco. Cada vez hay m¨¢s indicios de que no solo Qatar, sino tambi¨¦n Marruecos, estaban detr¨¢s de la trama presuntamente dirigida por Panzeri y su ONG.
Son muchas las organizaciones que en los ¨²ltimos d¨ªas han reclamado medidas contundentes para que Bruselas deje de ser un pantano ¡ªpalabra favorita de Donald Trump para definir a la otra capital mundial de los lobbies, Washington¡ª y aumente la transparencia de sus interacciones con intereses p¨²blicos y privados. Entre los principales reclamos figura hacer obligatoria la inscripci¨®n, hasta ahora voluntaria, en el registro de transparencia de la Comisi¨®n, y que este sea usado en todas las instituciones, tambi¨¦n el Parlamento Europeo, que prepara medidas para evitar nuevos esc¨¢ndalos.
El eurodiputado conservador alem¨¢n Dennis Radtke ha reclamado, adem¨¢s, que las ONG sean sometidas ¡°a las mismas reglas que los partidos pol¨ªticos, el Parlamento y otras instituciones¡±, con una revelaci¨®n de sus fondos y donaciones porque, si no, ¡°seguir¨¢n siendo un portal para organizaciones dudosas o hasta Estados que quieren comprar decisiones pol¨ªticas, como estamos viendo ahora¡±, ha se?alado.
Los grupos de izquierda del Parlamento Europeo han sido los m¨¢s contundentes a la hora de reclamar transparencia del mundo del lobby. Pero, a la vez, piden precauci¨®n y no hacer que paguen justos por pecadores. La copresidenta de La Izquierda, la francesa Manon Aubry, recordaba esta semana que ella misma trabaj¨® en una ONG muy activa en la UE, Oxfam, antes de acceder a su esca?o. ¡°Pregunte a cualquier ONG verdadera y no tendr¨¢ problema en mostrar los medios y entrevistas que mantienen (en el Parlamento Europeo), porque son cosas que muestran p¨²blicamente¡±, dijo Aubry a una pregunta de este diario.
¡°Sabemos que en el mundo de las influencias todo vale para servir a los intereses, y que, a veces, las potencias extranjeras pueden utilizar falsas ONG, pero no hay que meterlas a todas en el mismo saco, porque son las propias ONG las que han presionado para una mayor transparencia, como Transparency International¡±, record¨®.
Sigue toda la informaci¨®n internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.