La guerra de Ucrania es terrible. Estas otras tambi¨¦n
Radiograf¨ªa del estado de conflictos que siguen golpeando a decenas de millones de personas, mientras la invasi¨®n rusa copa la atenci¨®n pol¨ªtico-medi¨¢tica
La invasi¨®n rusa de Ucrania, con el dram¨¢tico sufrimiento infligido a los civiles de ese pa¨ªs y las graves repercusiones internacionales, ha copado la atenci¨®n pol¨ªtica y medi¨¢tica global a lo largo de 2022. En el cono de sombra proyectado por esa guerra con caracter¨ªsticas inauditas en d¨¦cadas, sin embargo, decenas de millones de personas siguen viviendo ¡ªen much¨ªsimos casos, sobreviviendo en condiciones terribles¡ªpendientes del devenir de otros conflictos que no involucran de lleno a una potencia nuclear, pero cuyo impacto es igualmente brutal.
Los pa¨ªses occidentales han comprometido ¡ªy en buena medida ya desembolsado¡ª m¨¢s de 100.000 millones de euros de apoyo financiero, militar y humanitario a Ucrania a lo largo de este a?o, seg¨²n datos recopilados por el instituto Kiel. Europa ha abierto de par en par las puertas a los refugiados procedentes de ese pa¨ªs. El contraste con la atenci¨®n dedicada a otros conflictos y a quienes huyen de ellos es abismal.
El peso de la guerra en Ucrania repercute de varias maneras en otras guerras. De entrada, absorbiendo cuotas de atenci¨®n pol¨ªtica y medi¨¢tica, que no son infinitas. ¡°Cualquier comparaci¨®n con Ucrania es odiosa. Hay frustraci¨®n con Occidente¡±, comenta Pacifique Afuka, congole?o de 36 a?os que trabaja para una ONG local. Despu¨¦s, acentuando el sufrimiento de los civiles mediante el aumento del coste de la vida. ¡°La subida de precios ha sido terrible¡±, dice Kirubel Tesfaye, m¨¦dico et¨ªope de 29 a?os.
Adem¨¢s, el encono de las relaciones entre potencias vinculado a Ucrania puede salpicar a otras crisis donde estas tienen un protagonismo, como en el caso de Siria o del Sahel, donde Rusia es un actor de peso. El balance de lo ocurrido en los conflictos en zona de sombra desde el inicio de la invasi¨®n rusa contempla algunas buenas noticias y varios giros inquietantes.
En Etiop¨ªa, el Gobierno y el Frente de Liberaci¨®n del Pueblo de Tigray firmaron a principios de noviembre un alto el fuego permanente en una guerra que en dos a?os ha causado cientos de miles de muertos y millones de desplazados. En las ¨²ltimas semanas, sin embargo, se han registrado alarmantes episodios de violencia en otra regi¨®n del pa¨ªs, la de Oromia.
En Yemen, una tregua sellada en abril fue extendida dos veces, permitiendo el periodo de mayor calma desde el estallido de la guerra en 2014, pero el acuerdo expir¨® en octubre y no se ha renovado, abriendo un periodo de tensi¨®n en un pa¨ªs con una poblaci¨®n extenuada por la mayor crisis humanitaria del mundo, seg¨²n Naciones Unidas. De los cerca de 400.000 muertos, un 60% lo son por hambre o falta de agua potable o de cuidados m¨¦dicos.
En Siria, recientes bombardeos a¨¦reos de Turqu¨ªa, Israel y Rusia recuerdan que se trata de un conflicto todav¨ªa irresuelto y profundamente internacionalizado; en Congo, se ha registrado un rebrote de la guerra que asuela el pa¨ªs y la regi¨®n desde hace d¨¦cadas; en el Sahel, la retirada de las fuerzas francesas desplegadas en Mal¨ª marca un profundo giro en la din¨¢mica de una regi¨®n muy inestable; en Sud¨¢n del Sur, nuevas violencias han provocado la en¨¦sima ola de miles de desplazados en diciembre, as¨ª como en Somalia, donde siguen los combates entre fuerzas gubernamentales y el grupo yihadista Al Shabaab; un carguero vietnamita rescat¨® en alta mar el d¨ªa 9 a otros 150 rohiny¨¢s que huyen de la violencia que les persigue en Myanmar. Son solo algunos episodios de un mundo profundamente conflictivo.
El a?o 2021 termin¨® con unos 90 millones de refugiados y desplazados, seg¨²n datos de ACNUR. El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados proyecta que la cifra superar¨¢ los 100 millones en el recuento de este a?o. Ucrania es una crisis de enormes dimensiones, pero no es la ¨²nica. A continuaci¨®n, un repaso al estado de algunos de los principales conflictos que azotan el planeta.
Etiop¨ªa
El mundo observa en vilo c¨®mo las fuerzas rusas destruyen infraestructuras en Ucrania y el sufrimiento de los civiles en ese pa¨ªs por el corte del suministro el¨¦ctrico y de otros servicios. No son los ¨²nicos civiles que han aguantado penalidades de ese tipo. A principios de diciembre se reanud¨®, despu¨¦s de un a?o, la conexi¨®n el¨¦ctrica en Mekele, la capital de Tigray, regi¨®n del norte de Etiop¨ªa que es el epicentro de un terrible conflicto. La an¨¦cdota es uno de los frutos del alto el fuego sellado un mes antes entre el Gobierno y el Frente de Liberaci¨®n del Pueblo de Tigray (TPLF, por sus siglas en ingl¨¦s).
Mar
Rojo
ERITREA
SUD?N
TIGRAY
YEMEN
Mekele
YIBUTI
AMHARA
SOMALIA
Adis Abeba
OROM?A
ETIOP?A
SUD?N
DEL SUR
500 km
KENIA
Fuente: elaboraci¨®n propia.
EL PA?S
Mar
Rojo
ERITREA
SUD?N
TIGRAY
YEMEN
Mekele
YIBUTI
AMHARA
SOMALIA
Adis Abeba
OROM?A
ETIOP?A
SUD?N
DEL SUR
500 km
KENIA
Fuente: elaboraci¨®n propia.
EL PA?S
Mar
Rojo
Jartum
YEMEN
ERITREA
San¨¢
SUD?N
TIGRAY
Mekele
Golfo de Ad¨¦n
YIBUTI
AMHARA
Yibuti
SOMALIA
Adis Abeba
OROM?A
SUD?N
DEL SUR
ETIOP?A
500 km
Yuba
UGANDA
KENIA
Fuente: elaboraci¨®n propia.
EL PA?S
La guerra estall¨® a principios de noviembre de 2020 despu¨¦s de que el TPLF atacara varias bases militares en Mekele. Previamente, los l¨ªderes tigrayanos, que gobiernan en su regi¨®n, hab¨ªan desafiado al Gobierno federal celebrando elecciones regionales sin autorizaci¨®n. Desde la llegada al poder del primer ministro Abiy Ahmed en 2018 se hab¨ªa producido un incremento de la tensi¨®n. El TPLF hab¨ªa dominado la escena pol¨ªtica et¨ªope durante tres d¨¦cadas y vio perder su influencia a consecuencia de las reformas introducidas por Ahmed. En marzo las partes hab¨ªan firmado una tregua, pero a los cinco meses los combates volvieron a estallar.
El nuevo alto al fuego genera grandes esperanzas en medio tambi¨¦n de grandes cautelas. ¡°Puede haber un alto el fuego en el norte, pero el conflicto et¨ªope est¨¢ ah¨ª todav¨ªa¡±, asegura el m¨¦dico Kirubel Tesfaye, de 29 a?os. ¡°El gran elefante en la habitaci¨®n es la pugna entre nacionalistas, ya sean tigrayanos, oromos o de otras regiones, y federalistas. Es un aut¨¦ntico problema de construcci¨®n de la identidad nacional y no est¨¢ resuelto en absoluto¡±, contin¨²a. Nacido en Ad¨ªs Abeba, ejerce su profesi¨®n en un hospital p¨²blico de Jima, donde de vez en cuando llegan heridos por el conflicto que, seg¨²n la Universidad de Gante (B¨¦lgica), ha causado entre 380.000 y 600.000 muertos.
Una de las inc¨®gnitas para el mantenimiento de la paz en Tigray es la actitud de Eritrea, cuyas fuerzas se han implicado en el conflicto. Portavoces del TPLF acusan a los militares eritreos de seguir ¡°arrasando¡± en el territorio.
Mientras la guerra en Tigray se apaga de momento, el fuego se aviva en Orom¨ªa. ¡°Cientos de personas han sido asesinadas, pero no se habla mucho, hay una p¨¦rdida de sensibilidad en la sociedad¡±, a?ade. Orom¨ªa es la mayor regi¨®n de Etiop¨ªa, donde desde hace semanas crecen tensiones y conflictos entre la etnia oromo ¡ªla m¨¢s numerosa del pa¨ªs, con quejas hist¨®ricas de infrarrepresentaci¨®n¡ª y la amhara, la segunda. Es dif¨ªcil obtener datos precisos acerca de lo que est¨¢ ocurriendo, pero la Comisi¨®n et¨ªope de Derechos Humanos asegura que hay ya cientos de muertos y 100.000 desplazados por combates entre fuerzas oromo, amhara y gubernamentales que luchan unas contra otras. El potencial de desestabilizaci¨®n es elevado.
Los dos a?os de guerra en el norte han sido duros para todo el pa¨ªs. ¡°La subida de precios ha sido terrible, creo que es algo que pas¨® en todo el mundo, pero en Etiop¨ªa fue dram¨¢tico. A eso hay que sumar la limitaci¨®n de la movilidad, pues era muy dif¨ªcil ir de una ciudad a otra. El tercer impacto, que todav¨ªa perdura, es el miedo. La enorme tensi¨®n entre distintos grupos ¨¦tnicos puede conducirnos a un conflicto abierto y generalizado¡±, a?ade el doctor Tesfaye. Uno de los peores momentos fue cuando los rebeldes tigrayanos lograron situar el frente de guerra a decenas de kil¨®metros de la capital. ¡°No sab¨ªamos bien qu¨¦ estaba pasando, la informaci¨®n ha circulado con dificultad durante toda esta guerra¡±, comenta.
Precisamente el control de la comunicaci¨®n por el Gobierno et¨ªope y por los rebeldes tigrayanos en conflicto provoc¨® que, en ocasiones, la propaganda ganara la batalla a las noticias, lo que, a juicio de Tesfaye, se vio suplido por las redes sociales. ¡°Es verdad que en los medios internacionales era dif¨ªcil encontrar informaci¨®n y que, dentro de Etiop¨ªa, dependiendo de qu¨¦ medio, ofrec¨ªan una versi¨®n u otra, pero en redes como Telegram los v¨ªdeos de matanzas han circulado de manera descarnada. Para muchos ha pasado a ser una fuente [de informaci¨®n] fundamental¡±, explica.
Yemen
Un alto el fuego firmado en abril y posteriormente renovado dos veces ha abierto este a?o una ventana de esperanza en el brutal conflicto yemen¨ª, con unos 23 millones de ciudadanos que dependen de ayuda para sobrevivir sobre una poblaci¨®n de unos 30 millones, seg¨²n datos de la ONU, que reclama 50.000 millones de euros de financiaci¨®n internacional para atenuar la crisis en 2023. Sin embargo, al expirar a principios de octubre, la tregua no ha sido renovada, precipitando una fase de mayores inc¨®gnitas para gente como Intisar Al Salami, que admite con incomodidad desde la capital, Sana, su dependencia de la ayuda para comer, tras haber vendido el oro familiar para alimentar a sus hijos y buscar a su esposo, al que un grupo de hombres se llev¨® de su lugar de trabajo cuando comenz¨® la guerra. Su casa ha sido cerrada a cal y canto y su coche, incendiado, se?ala mientras env¨ªa fotograf¨ªas de ambos.
Gobierno
Consejo de Trans. del Sur
Al Qaeda en la pen. ar¨¢biga
Huthi y aliados
ARABIA SAUD?
YEMEN
San¨¢
Mareb
Al Mukalla
Hodeida
Taiz
Shuqra
ERITREA
Golfo
de Ad¨¦n
Ad¨¦n
YIBUTI
250 km
Fuente: elaboraci¨®n propia.
EL PA?S
Gobierno
Consejo de Trans. del Sur
Al Qaeda en la pen. ar¨¢biga
Huthi y aliados
ARABIA SAUD?
YEMEN
San¨¢
Mareb
Al Mukalla
Hodeida
Taiz
Shuqra
ERITREA
Golfo
de Ad¨¦n
Ad¨¦n
YIBUTI
250 km
Fuente: elaboraci¨®n propia.
EL PA?S
Gobierno internacionalmente reconocido
Consejo de Transici¨®n del Sur
Al Qaeda en la pen¨ªnsula ar¨¢biga
Huthi y aliados
OM?N
ARABIA SAUD?
Al Gaydah
YEMEN
San¨¢
Mar
Rojo
Mareb
Hodeida
Al Mukalla
Taiz
Shuqra
ERITREA
Isla de Socotra
Golfo
de Ad¨¦n
Ad¨¦n
YIBUTI
250 km
SOMALIA
Fuente: elaboraci¨®n propia.
EL PA?S
El fin de la tregua no ha supuesto la reanudaci¨®n de los combates abiertos, pero a mediados de noviembre los rebeldes huthis, el grupo asentado en el norte y apoyado por Ir¨¢n, lanzaron una ofensiva sobre una base militar en Taiz, una ciudad del suroeste del pa¨ªs en la que Abdulrahman al Dobai ha visto morir a varios de sus vecinos durante los siete a?os que lleva bloqueada. ¡°La guerra lo ha arruinado todo. Antes hab¨ªa bombardeos y muertos; ahora, las enfermedades est¨¢n generalizadas y todo es car¨ªsimo [¡]. La mayor¨ªa de la gente es pobre y algunas familias no pueden encontrar comida, ni casa, ni ropa¡±, asegura desde Taiz a trav¨¦s de mensajes de texto. Al Dobai, estudiante universitario de 20 a?os, admite que la situaci¨®n ha mejorado con la tregua, pero la califica de ¡°broma¡± porque ha alternado ¡°¨¦pocas de bombardeos con ¨¦pocas de calma¡±. Desde la ofensiva de noviembre, la ciudad no ha sido bombardeada, se?ala.
Los huthis s¨ª atacaron, en cambio, d¨ªas m¨¢s tarde una terminal petrolera en territorio controlado por el Gobierno reconocido internacionalmente y respaldado por Arabia Saud¨ª. El Banco Central ha respondido con medidas para congelar activos y comercio con entidades que exportan combustible al norte, seg¨²n informa la agencia Reuters. Los golpes econ¨®micos tienen potencial de exacerbar la tensi¨®n.
La comunicaci¨®n entre las partes sigue fluyendo, pero la situaci¨®n no es estable. Los huthis, grupo pol¨ªtico-militar que se proclama defensor de la minor¨ªa chi¨ª zayd¨ª, no parecen mostrar gran disposici¨®n a hacer concesiones. Controlan menos territorio, pero es el m¨¢s poblado, y ven sus acciones como un pu?etazo en la mesa frente a la corrupci¨®n y los intereses de Occidente y de su aliada Riad. Por otra parte, como subraya la experta Helen Lackner en un informe publicado por el Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, Arabia Saud¨ª y Emiratos ?rabes Unidos (EAU) ¡°est¨¢n buscando reducir su implicaci¨®n¡± en el pa¨ªs. Ambos se emplearon para combatir a los huthis ¡ªaliados de su gran enemigo, Ir¨¢n¡ª con cierto apoyo desde Estados Unidos. Este ¨²ltimo ha ido menguando con el tiempo, y ahora las relaciones entre Washington y Riad son especialmente fr¨ªas.
Lackner se?ala que la menor implicaci¨®n de esos dos pa¨ªses ¡ªEAU retir¨® sus tropas en 2019, pero mantiene fuertes lazos con milicias antihuthis¡ª puede provocar un cambio en varios elementos del conflicto, incluso en la propia zona controlada por los huthis, que no es un monolito, y en la que el paso atr¨¢s de los actores exteriores puede modificar posiciones en los mil fragmentos que componen la sociedad yemen¨ª.
Siria
Aunque los enfrentamientos armados en Siria son mucho m¨¢s reducidos con respecto al largo apogeo de las hostilidades hace unos a?os, el pa¨ªs se halla muy lejos de la pacificaci¨®n. Una serie de bombardeos ocurridos en las ¨²ltimas semanas lo ejemplifica bien.
Las fuerzas armadas turcas atacaron en noviembre diferentes objetivos kurdos en el norte del pa¨ªs y en Irak como respuesta a un atentado perpetrado en Estambul, del que culpan a grupos armados kurdos. Estos niegan su participaci¨®n. Los bombardeos fueron ¡°solo el principio¡±, advirti¨® d¨ªas m¨¢s tarde el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, quien anunci¨® que ir¨¢n acompa?ados ¡°en el momento conveniente¡± de una operaci¨®n terrestre. El objetivo: completar una franja de seguridad de 30 kil¨®metros de ancho en la parte controlada por las Fuerzas Democr¨¢ticas de Siria, una alianza opositora que vertebra la milicia kurda Unidades de Protecci¨®n Popular, aliada de Estados Unidos y clave en la derrota del Estado Isl¨¢mico. Desde la ciudad de Qamishli, situada en ese territorio, la kurda Eylul, de 28 a?os, se?ala que los bombardeos no cesan, pero se han reducido en los ¨²ltimos d¨ªas. ¡°S¨ª, tenemos miedo de otra operaci¨®n turca. Llevamos 11 a?os en estado de guerra e inestabilidad¡±, apunta por correo electr¨®nico.
R¨¦gimen sirio y aliados
Fuerzas kurdas
Fuerzas con apoyo turco
Zonas de actuaci¨®n de c¨¦lulas del ISIS
Milicias rebeldes y grupos yihadistas
TURQU?A
Qamishli
Manbij
Hasaka
Alepo
Raqa
Idlib
Deir Ezzor
SIRIA
l¨ªbano
IRAK
Damasco
Deraa
JORDANIA
100 km
Fuente: Liveuamap y elaboraci¨®n propia.
EL PA?S
R¨¦gimen sirio y aliados
Fuerzas kurdas
Fuerzas con apoyo turco
Zonas de actuaci¨®n de c¨¦lulas del ISIS
Milicias rebeldes y grupos yihadistas
TURQU?A
Qamishli
Manbij
Hasaka
Alepo
Raqa
Idlib
Deir Ezzor
SIRIA
l¨ªbano
IRAK
Damasco
Deraa
JORDANIA
100 km
Fuente: Liveuamap y elaboraci¨®n propia.
EL PA?S
R¨¦gimen sirio y aliados
Fuerzas con apoyo turco
Fuerzas kurdas
Zonas de actuaci¨®n de c¨¦lulas del ISIS
Milicias rebeldes y grupos yihadistas
TURQU?A
Qamishli
Tel Tamer
Manbij
Hasaka
Alepo
Raqa
Idlib
Deir Ezzor
SIRIA
Mar
Mediterr¨¢neo
Abu
Kamal
l¨ªbano
IRAK
Damasco
Zona desmilitarizada y
base
de EEUU
ISRAEL
Deraa
JORDANIA
100 km
Fuente: Liveuamap y elaboraci¨®n propia.
EL PA?S
Adem¨¢s, las fuerzas israel¨ªes atacan con regularidad en el pa¨ªs vecino objetivos vinculados a la presencia iran¨ª en el territorio. Teher¨¢n es uno de los grandes respaldos del presidente Bachar el Asad. El liderazgo israel¨ª suele hablar con ambig¨¹edad (sin confirmar ni desmentir) de estos ataques, pero su jefe del Estado mayor, Aviv Kojavi, se sali¨® de la norma el pasado mi¨¦rcoles al confirmar uno contra un cargamento de armas en la frontera con Irak, aparentemente para recordar al enemigo sus ¡°avanzadas capacidades¡± militares. Kojavi subray¨® que Israel sab¨ªa que las armas iban justo en el octavo cami¨®n de 25 y que sus cazas evitaron 70 proyectiles lanzados por las defensas antia¨¦reas.
A su vez, el r¨¦gimen sirio y su aliado ruso golpean con regularidad la zona de Idlib, en manos rebeldes, donde malviven unos cuatro millones de personas que solo pueden sobrevivir con ayuda internacional, seg¨²n datos de la ONU. Estados Unidos tambi¨¦n lleva a cabo ataques puntuales contra objetivos yihadistas o grupos combatientes vinculados a Ir¨¢n.
La dimensi¨®n internacional del conflicto sigue pues completamente vigente, como lo est¨¢ el sufrimiento de millones de ciudadanos. La ONU calcula que unos 15 millones de personas necesitan ayuda humanitaria, m¨¢s de la mitad de la poblaci¨®n. Unos 12 millones tienen dificultades para acceder a alimentos. En las ¨²ltimas semanas, la gran escasez y carest¨ªa de los combustibles ¨Dprovocada entre otras cosas por la retirada de subsidios por parte de un Estado pr¨¢cticamente en quiebra¨D aboca a muchos sirios a pasar fr¨ªo y tener graves dificultades de movilidad.
Congo
El terrible conflicto que azota el este de Congo desde hace d¨¦cadas con amplias implicaciones internacionales ha dado inquietantes se?ales de rebrote este a?o. En un episodio reciente, la ONU considera que la guerrilla del M23 ha ejecutado a al menos 130 civiles. La milicia tutsi, seg¨²n expertos de la ONU y el Gobierno de Congo, recibe apoyo de Ruanda, que niega su implicaci¨®n. Las hostilidades han rebrotado con intensidad en marzo y a lo largo del a?o el M23 ha conquistado varias localidades cerca de las fronteras con, precisamente, Ruanda, y con Uganda. La violencia ha causado cientos de miles de desplazados.
R¨ªo Congo
Milicia M-23
REP.
CONGO
Rutshuru
Goma
REP?BLICA
DEMOCR?TICA
DEL CONGO
RUA.
BUR.
Kinshasa
300 km
ANGOLA
ZAMBIA
Fuente: elaboraci¨®n propia.
EL PA?S
R¨ªo Congo
Milicia M-23
REP.
CONGO
Rutshuru
Goma
REP?BLICA
DEMOCR?TICA
DEL CONGO
RUA.
BUR.
Kinshasa
300 km
ANGOLA
ZAMBIA
Fuente: elaboraci¨®n propia.
EL PA?S
CAMER?N
R¨ªo Congo
UGANDA
Milicia M-23
REP?BLICA
DEL CONGO
KENIA
Lago
Victoria
GAB?N
Rutshuru
Goma
REP?BLICA
DEMOCR?TICA
DEL CONGO
RUANDA
BURUNDI
Kinshasa
TANZANIA
ANGOLA
300 km
ZAMBIA
Fuente: elaboraci¨®n propia.
EL PA?S
Pacifique Afuka vive en Goma, una ciudad que vuelve a sentir el aliento de la guerra. ¡°Las tropas del M23 no est¨¢n lejos. Los relatos de los desplazados que han llegado huyendo de los asesinatos y las violaciones son terribles y a ello se suma el recuerdo fresco de la invasi¨®n de la ciudad por los rebeldes en 2012. Hay una aut¨¦ntica psicosis, incluso p¨¢nico, pensamos que en cualquier momento los enfrentamientos se van a reanudar y nos van a alcanzar¡±, asegura este licenciado en Comunicaci¨®n Digital que trabaja promoviendo el empleo juvenil para una ONG local. ¡°Organizaciones internacionales ya se han trasladado cerca de la frontera con Ruanda por si hay que salir corriendo¡±, a?ade.
Afuka, de 36 a?os, se lamenta de lo que llama ¡°la doble vara de medir¡± de la comunidad internacional. ¡°La Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo (RDC) es un pa¨ªs agredido por otro, Ruanda, tal y como han reconocido Estados Unidos y la propia Uni¨®n Europea. Sin embargo, Occidente sigue apoyando a Ruanda y nosotros estamos bajo embargo. Cualquier comparaci¨®n con Ucrania es odiosa. Normal que haya protestas contra la ONU, nadie se f¨ªa. En esas manifestaciones han aparecido banderas rusas y carteles con el rostro de [Vlad¨ªmir] Putin, ese es el resultado de la frustraci¨®n cada vez menos oculta que sentimos con Occidente. China y Rusia emergen como alternativas¡±, comenta.
Su trabajo tambi¨¦n consiste en excavar pozos y fomentar la agricultura urbana para que Goma dependa menos del exterior, pero en un contexto b¨¦lico como el actual todo se hace cuesta arriba. ¡°La fruta y la verdura proceden de Rutshuru, nuestro granero, pero esa zona est¨¢ ahora ocupada por los rebeldes. Igual pasa con el carb¨®n, la principal fuente de energ¨ªa de la mayor parte de la poblaci¨®n. Un saco de carb¨®n cuesta ahora 50 d¨®lares, que puede ser el salario de una familia humilde. Todos los precios se han multiplicado por cuatro o por cinco. La vida se ha vuelto imposible¡±, explica, ¡°existe una enorme incertidumbre¡±.
Sahel
La regi¨®n del Sahel sigue sumida en una preocupante inestabilidad. El principal desarrollo del a?o es la retirada de las fuerzas francesas desplegadas en Mal¨ª hace una d¨¦cada, cuando la insurgencia tuareg y una ofensiva islamista desataron todas las alarmas. Otras fuerzas europeas se hallan en fase de repliegue y reorganizaci¨®n. Los grupos islamistas radicales siguen operativos y el conflicto tiene envergadura regional. Adem¨¢s de Mal¨ª, Burkina Faso y N¨ªger son los pa¨ªses m¨¢s afectados de una crisis que ha provocado hasta ahora unos 50.000 muertos y m¨¢s de 3,5 millones de refugiados y desplazados. La amenaza islamista se ha extendido, preocupando de forma creciente a pa¨ªses costeros.
ARGELIA
El Sahel
MAL?
MAURITANIA
Gao
Tombuct¨²
N?GER
SENEGAL
BURKINA
FASO
NIGERIA
COSTA
DE MARFIL
BEN?N
1.000 km
Fuente: elaboraci¨®n propia.
EL PA?S
ARGELIA
El Sahel
MAL?
MAURITANIA
Gao
Tombuct¨²
N?GER
SENEGAL
BURKINA
FASO
NIGERIA
COSTA
DE MARFIL
BEN?N
1.000 km
Fuente: elaboraci¨®n propia.
EL PA?S
ARGELIA
LIBIA
EGIPTO
El Sahel
MAL?
MAURITANIA
Gao
Tombuct¨²
N?GER
CHAD
SUD?N
SENEGAL
BURKINA
FASO
ETIOP?A
NIGERIA
SUD?N
DEL SUR
COSTA
DE MARFIL
BEN?N
1.000 km
Fuente: elaboraci¨®n propia.
EL PA?S
Cuando los yihadistas ocuparon la ciudad de Tombuct¨² en 2012, Fatouma Harber, profesora de Secundaria de 44 a?os, tuvo que huir a toda prisa e instalarse en Bamako. Pese a su regreso un a?o m¨¢s tarde, tras la intervenci¨®n militar francesa, nada volver¨ªa a ser igual. ¡°Antes me levantaba, iba a mi trabajo y volv¨ªa con total despreocupaci¨®n. Ahora tengo que estar pendiente todo el tiempo de mi seguridad personal porque hay atentados dentro de la propia ciudad, contra los cuarteles de la Minusma [misi¨®n de la ONU] y del Ej¨¦rcito, pero tambi¨¦n contra individuos concretos¡±, revela.
Todos los funcionarios p¨²blicos, pero especialmente el sector educativo, son un objetivo para los grupos terroristas. ¡°Cuando viajo, lo hago camuflada como ama de casa y madre de familia. Si descubren que soy un agente del Estado, me arriesgo a ser secuestrada¡±, comenta. En el caso de Harber el temor est¨¢ a¨²n m¨¢s fundado pues ella se ha significado en la defensa de los derechos de las mujeres a trav¨¦s de un blog en el que publica regularmente. La alternativa para poder salir y entrar a Tombuct¨² es el avi¨®n, pero la Minusma ha recortado estos trayectos internos, lo que pr¨¢cticamente confina a Fatouma Harber y otros activistas en su propia ciudad.
¡°Los profesores y maestros hemos sufrido much¨ªsimo con esta guerra¡±, a?ade Harber. Seg¨²n el Consejo Noruego de los Refugiados, a finales de 2021 el conflicto del Sahel hab¨ªa provocado el cierre de unas 5.500 escuelas en Mal¨ª, N¨ªger y Burkina Faso, tanto por ataques directos de los yihadistas como por la inseguridad, que provoca que los maestros huyan de las zonas donde no hay polic¨ªa o militares. Muchos de sus amigos han muerto en estos atentados que se producen por sorpresa. Todav¨ªa recuerda un incidente que ocurri¨® en 2019 cuando un ch¨®fer al que conoc¨ªa bien se neg¨® a detenerse en un control improvisado por un grupo armado. ¡°Ten¨ªan un arma autom¨¢tica y dispararon contra el veh¨ªculo. Fue a menos de 30 kil¨®metros de Tombuct¨². Muri¨® en el acto¡±, asegura.
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