La divisi¨®n de los republicanos marca la apertura del nuevo Congreso de Estados Unidos
Kevin McCarthy se ve obligado a hacer concesiones al ala dura del partido para tratar de ser elegido presidente de la C¨¢mara de Representantes
Los republicanos a¨²n se lamen las heridas de la decepci¨®n de las elecciones legislativas del pasado 8 de noviembre. Como cada mediod¨ªa del 3 de enero de los a?os impares, este martes se constituye el nuevo Congreso salido de las urnas. El Partido Republicano no solo se ha quedado sin conquistar el Senado, sino que adem¨¢s su mayor¨ªa en la C¨¢mara de Representantes es tan precaria (222 a 213 esca?os) que Kevin McCarthy, su candidato a sustituir a Nancy Pelosi como presidente de la C¨¢mara de Representantes, negocia contra reloj con los suyos para asegurarse su elecci¨®n en un ambiente marcado por las divisiones internas. Es solo un aperitivo de la batalla por el control del Partido Republicano en los pr¨®ximos dos a?os, que tendr¨¢, otra vez, a Donald Trump como protagonista.
Desde la Guerra de Secesi¨®n, solo en una ocasi¨®n el speaker, tercera autoridad de Estados Unidos tras el presidente y la vicepresidenta (que preside el Senado), no ha sido elegido en primera votaci¨®n. Y fue hace justo un siglo, en 1923. Un fracaso de McCarthy, por tanto, adquirir¨ªa tintes hist¨®ricos.
El reparto de culpas por el mal resultado electoral pesa en la resistencia de los congresistas del ala derechista del partido (el Freedom Caucus, o Grupo de la Libertad) a apoyar a McCarthy, de 57 a?os, que ha ejercido como l¨ªder de la minor¨ªa republicana en la C¨¢mara de Representantes desde 2019. Frente a quienes responsabilizan a Donald Trump, los republicanos m¨¢s conservadores, partidarios declarados del expresidente, culpan a McCarthy de haber gestionado mal la campa?a.
No se vislumbra, sin embargo, una alternativa a McCarthy. Aunque un peque?o grupo de congresistas del Freedom Caucus constituy¨® una especie de facci¨®n denominada Never Kevin (Nunca Kevin), un grupo m¨¢s amplio de representantes centristas respondi¨® con chapas con el lema O.K., por Only Kevin (Solo Kevin).
Las negociaciones para acercar posturas se han prolongado incluso durante el fin de semana de A?o Nuevo y ya hay una conclusi¨®n clara: incluso si logra la elecci¨®n, McCarthy ser¨¢ un speaker debilitado. El candidato ha tenido que hacer concesiones a los republicanos d¨ªscolos y ni siquiera con eso se ha garantizado a¨²n su apoyo. En principio, McCarthy solo puede permitirse que deserten cuatro de sus congresistas, pero hay muchos m¨¢s que se resisten a apoyarlo.
Concesiones de McCarthy
McCarthy, congresista por California, ha aceptado cambiar reglas procedimentales de la C¨¢mara de Representantes si resulta elegido. Entre ellas hay una que amenaza con convertirle en reh¨¦n del ala dura del partido durante los dos a?os de su hipot¨¦tico mandato: la que permite instar un voto de censura para destituirlo solo con que cinco representantes lo pidan.
Adem¨¢s de admitir esa espada de Damocles, McCarthy ha ofrecido al grupo m¨¢s trumpista de los suyos disolver cuanto antes la comisi¨®n de investigaci¨®n sobre el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021 (lo cual no es ninguna sorpresa) y crear en su lugar otra que investigue la utilizaci¨®n del Gobierno federal como arma pol¨ªtica. Es una forma de atacar a la Administraci¨®n del presidente Joe Biden y de cuestionar decisiones como el registro de la mansi¨®n de Trump de Mar-a-Lago (Florida) por parte de agentes de la Oficina Federal de Investigaci¨®n (FBI) y otras actuaciones del Departamento de Justicia contra el expresidente.
No hay menci¨®n a otra reclamaci¨®n del ala dura del partido: un compromiso para bloquear iniciativas que no cuenten con la mayor¨ªa en el seno del propio grupo republicano. Con ello, tratan de impedir que los dem¨®cratas, que controlan el Senado, logren sacar adelante leyes con el voto de unos pocos diputados de la oposici¨®n en la C¨¢mara de Representantes.
El candidato a presidir la C¨¢mara de Representantes trata de ganarse a los disidentes prohibiendo en el nuevo reglamento de la C¨¢mara el voto telem¨¢tico o la participaci¨®n a distancia en las comisiones o suprimiendo los detectores de metales que orden¨® instalar Pelosi despu¨¦s del asalto al Capitolio para impedir el acceso con armas al hemiciclo. Tambi¨¦n ha propuesto rescatar la norma republicana que obligaba a recortar una partida alternativa cada vez que la C¨¢mara apruebe un nuevo gasto y conceder un m¨ªnimo de 72 horas desde que una proposici¨®n de ley se plantea hasta que se somete al pleno, evitando as¨ª leyes expr¨¦s que algunos representantes se?alaban que mermaban sus derechos como parlamentarios.
Tras exponer esas propuestas el d¨ªa de A?o Nuevo, un grupo de nueve representantes republicanos ¡ªy faltan ah¨ª bastantes contrarios a McCarthy¡ª han difundido una carta en que siguen sin darse por satisfechos. ¡°Nada cambia cuando nada cambia, y eso debe empezar desde arriba. Es hora de hacer el cambio o de quitarse de en medio¡±, ha tuiteado Scott Perry, que encabeza la misiva.
Aunque valoran algunos avances en las propuestas para el reglamento de la C¨¢mara, los firmantes se?alan que los compromisos son demasiado vagos y que llegan tarde. Los republicanos vuelven a poner en la diana la propia candidatura de McCarthy (elegirle ser¨ªa la ¡°continuaci¨®n de los fracasos republicanos pasados y presentes¡±, sostienen) y siguen exigiendo que baste un solo representante para poner en marcha una hipot¨¦tica moci¨®n de censura.
Si McCarthy no sale elegido a la primera, la votaci¨®n se repetir¨¢ tantas veces como sea necesaria. El r¨¦cord est¨¢ fijado en 133 rondas, en 1855. La elecci¨®n del presidente es el paso imprescindible para que la C¨¢mara de Representantes empiece a funcionar. Entre una votaci¨®n y otra, los congresistas pueden intervenir para defender o criticar al candidato, un tiempo que podr¨ªa utilizar para seguir negociando. La C¨¢mara puede votar, levantar la sesi¨®n y darse un tiempo o incluso cambiar la norma que exige una mayor¨ªa absoluta de los que participen en la votaci¨®n y que sea elegido simplemente el m¨¢s votado. Para eso har¨ªa falta a su vez que lo apruebe la mayor¨ªa y es, en todo caso, una operaci¨®n de riesgo que en un improbable caso extremo podr¨ªa acabar dando el cargo a los dem¨®cratas.
El Freedom Caucus ya hizo a principios de diciembre una lista de sus exigencias. La nueva carta no se detiene apenas en las propuestas concretas, pero s¨ª subraya que la propuesta de McCarthy ¡°no aborda en absoluto¡± un punto que consideran crucial: que el l¨ªder republicano de la C¨¢mara de Representantes se abstenga de intervenir en las primarias abiertas.
En las primarias republicanas para las elecciones del pasado 8 de noviembre, Trump y McCarthy han chocado en algunas circunscripciones al apoyar a diferentes candidatos. El expresidente ha tratado de acercar posturas con el candidato y le apoya como l¨ªder, pero algunos de sus ac¨¦rrimos seguidores no comparten ese criterio. Con el expresidente en horas bajas por sus problemas judiciales, su se?alamiento pol¨ªtico por la comisi¨®n del asalto al Capitolio, los malos resultados electorales, la p¨¦rdida de apoyos internos y la irrupci¨®n de alternativas como el gobernador de Florida, Ron DeSantis, de cara a las presidenciales de 2024, los trumpistas quieren evitar que McCarthy juegue a la contra ¡ªde Trump o de los trumpistas¡ª desde su puesto en la que promete ser la gran batalla por el control del Partido Republicano.
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