Meloni tropieza con sus socios europeos a causa de la inmigraci¨®n
La estrategia de la primera ministra de Italia en la Uni¨®n Europea, tras su enfrentamiento con Macron por la acogida de inmigrantes, contrasta con sus encuentros con Biden y Xi Jinping
Una de las principales reglas de la diplomacia consistir¨ªa en evitar poner en aprietos dom¨¦sticos a otro pa¨ªs en medio de una disputa internacional. La pelea no deber¨ªa afectar a los l¨ªos internos, especialmente de car¨¢cter electoral, que cada cual tenga dentro de sus fronteras. El neonato gobierno de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, sin embargo, no tuvo en cuenta ese elemento cuando la semana pasada, sin que hubiese habido ninguna comunicaci¨®n oficial del El¨ªseo, agradeci¨® al Ejecutivo de Francia que supuestamente fuera a acoger uno de los barcos de las ONG con centenares de migrantes a bordo que Italia se negaba a dejar desembarcar. Roma, de este modo, se sacud¨ªa la presi¨®n de varios d¨ªas, mand¨¢ndola directamente a Par¨ªs y desencadenando una tormenta entre ambos pa¨ªses en la que incluso tuvo que intervenir el presidente de la Rep¨²blica de Italia, Sergio Mattarella. La distancia creada, parecida a la brecha abierta con Alemania unos d¨ªas antes por el mismo motivo y a la que no se puso remedio en el encuentro del G-20 en Bali, enrarece el clima entre el Gobierno italiano y sus principales socios europeos.
Italia y Francia hab¨ªan recompuesto su relaci¨®n despu¨¦s de un convulso periodo con los gobiernos populistas de la Liga y el Movimiento 5 Estrellas. Pero varios cap¨ªtulos reventaron la sinton¨ªa entre ambos pa¨ªses: dos episodios fueron especialmente da?inos. Primero se produjo el extravagante viaje de Luigi Di Maio, entonces vicepresidente del Ejecutivo, para encontrarse con un grupo de chalecos amarillos en un momento en que organizaban las protestas callejeras contra Macron. Luego, la tensi¨®n creci¨® agravada con Matteo Salvini, tambi¨¦n vicepresidente y ministro del Interior, a cuenta de la inmigraci¨®n y el cierre de fronteras entre ambos pa¨ªses. Tras un tiempo de ruptura total, el presidente de la Rep¨²blica Italiana, Sergio Mattarella, contribuy¨® a un acercamiento bajo el periodo de Mario Draghi como primer ministro y se firm¨® el conocido como Tratado del Quirinal. Un acuerdo de colaboraci¨®n privilegiada que pon¨ªa fin a a?os de malentendidos y suspicacias. Deb¨ªa ser el inicio de una nueva era. Pero ha durado apenas un a?o.
El polit¨®logo Roberto D¡¯Alimonte cree que Meloni cometi¨® un error de estrategia diplom¨¢tica la semana pasada anunciando que Francia acoger¨ªa el barco de la ONG Ocean Viking. ¡°Quiz¨¢ la reacci¨®n de Francia fue exagerada, pero el modo en que lo hizo no fue el correcto. Meloni no tuvo en cuenta que Macron tiene el mismo debate con sus electores por el tema de la inmigraci¨®n. Y, adem¨¢s, tiene un problema con ella: Meloni recuerda poderosamente a Marine Le Pen, incluso f¨ªsicamente. Y a ¨¦l le molesta y le perjudica internamente aparecer como un l¨ªder d¨¦bil ante ella¡±, apunta. Para D¡¯Alimonte, adem¨¢s, el Ejecutivo italiano est¨¢ exagerando las posiciones antiinmigraci¨®n para compensar el inmovilismo en otras ¨¢reas. ¡°Tienen que dar una impresi¨®n a sus electores de que van a hacer algo m¨¢s que Draghi en esta particular lucha. En los temas econ¨®micos no podr¨¢n y no querr¨¢n hacer mucho. Por eso veo mucha ret¨®rica y pol¨ªtica simb¨®lica en el tema de la inmigraci¨®n y las vacunas. Pero en lo que cuenta, como la econom¨ªa, el acercamiento es muy realista y pragm¨¢tico¡±. Tanto, que la pr¨®xima ley de presupuestos no contendr¨¢ pr¨¢cticamente ninguna de las promesas de la coalici¨®n de derechas en campa?a.
Meloni, que tiene un 51% de apoyo interno en el tema de la inmigraci¨®n, prometi¨® no tocar una coma de la pol¨ªtica internacional de Draghi, pero ha alterado el esquema de alianzas en un solo mes. El entusiasmo con el que el gobernador del BCE recuper¨® la sinton¨ªa con el eje franco-alem¨¢n (qued¨® plasmada en la foto en un vag¨®n de tren rumbo a Kiev el pasado junio con el canciller Olaf Scholz y Macron) contrasta ahora con el silencio diplom¨¢tico que reina entre Roma y las dos principales potencias de la zona euro. Adem¨¢s, el acercamiento con Espa?a, cultivado por los gobiernos de Giuseppe Conte, ha quedado tambi¨¦n diluido con la llegada de Meloni. La semana pasada, de hecho, Espa?a evit¨® firmar la declaraci¨®n de los pa¨ªses del mediterr¨¢neo promovida por Italia (tambi¨¦n estaban Grecia, Chipre y Malta) contra la pol¨ªtica migratoria de la Uni¨®n Europea. Una ausencia que resalta todav¨ªa m¨¢s la posici¨®n fuera de foco en la que se encuentra ahora mismo Meloni en Europa. ¡°El peligro de estos movimientos¡±, se?alan fuentes diplom¨¢ticas, ¡°es que la presidenta encuentre una justificaci¨®n perfecta para acercarse a los pa¨ªses de Visegrado [alianza pol¨ªtica creada en 1991 e integrada por Polonia, Hungr¨ªa, Eslovaquia y la Rep¨²blica Checa]¡±. Otra fuente, en cambio, es menos pesimista ¡°Francia e Italia no pueden vivir de espaldas y la relaci¨®n se recompondr¨¢ m¨¢s pronto que tarde¡±.
La pregunta, precisamente, es si la tensi¨®n con Par¨ªs y el alejamiento de los otros dos socios se debe a una estrategia de confrontaci¨®n para satisfacer a determinado electorado o si fue un error de c¨¢lculo fruto de la inexperiencia. El europarlamentario Sandro Gozi (elegido en Francia por el grupo Renew, al que pertenece el partido de Macron), que fue ministro de Asuntos Europeos en el Gobierno de Matteo Renzi y conoce perfectamente la pol¨ªtica francesa, cree que ¡°es una falta de profesionalidad y experiencia absoluta¡±. ¡°Francia ha perdido la confianza en Italia. No tiene ning¨²n sentido hacerlo as¨ª. Macron estuvo en Roma, justo al d¨ªa siguiente de la investidura de Meloni, e hizo todo lo posible para verla y tender un puente a las relaciones, alabando enormemente al pa¨ªs¡±, apunta. Para Gozi no hay duda de que ¡°Italia se ha aislado con los ¨²ltimos movimientos, y m¨¢s viendo lo que ha hecho Espa?a [en referencia a la negativa a firmar la declaraci¨®n con el resto de pa¨ªses mediterr¨¢neos]¡±.
Meloni, sin embargo, ha compensado esos supuestos errores con una agenda bien construida en el ¨²ltimo G-20 de Bali. La primera ministra de Italia se ha visto en reuniones bilaterales con el presidente de EE UU, Joe Biden; con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan; y con el presidente de la Rep¨²blica Popular China, Xi Jinping. Tres encuentros clave para marcar el dise?o de alianzas de Italia y enfocar su pol¨ªtica de seguridad y comercial con el exterior. ¡°Es cierto que las reuniones fueron exitosas. Pero tambi¨¦n es verdad que forman parte de la actividad diplom¨¢tica normal de un pa¨ªs como Italia, miembro de pleno derecho del G-7¡å, apuntan las mismas fuentes diplom¨¢ticas.
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