Siria: 3.000 hombres contra un terremoto
La regi¨®n no controlada por Damasco, muy afectada por el terremoto, depende de la acci¨®n de los voluntarios de los Cascos Blancos, y la ayuda que llega por un solo paso fronterizo. Los camiones de la ONU vuelven a operar en el cruce, y la UE activa el mecanismo de asistencia para prestar ayuda
Dos discursos en cierta manera similares, o con un fondo parecido. Primero, el del portavoz de la organizaci¨®n de voluntarios Defensa Civil Siria ¡ªconocida como Cascos Blancos e integrada por unas 3.000 personas¡ª, el sirio-estadounidense Oubada Alwan: ¡°Tenemos las mismas expectativas que cualquier otro pa¨ªs que sufre un terremoto¡±, dice en conversaci¨®n telef¨®nica. Segundo, el del diplom¨¢tico esloveno Janez Lenarcic, comisario europeo de Gesti¨®n de Crisis, presente en la ciudad turca de Gaziantep, a unos 60 kil¨®metros de la frontera siria: ¡°Ayudar a los sirios es igual de importante que ayudar a los turcos¡±. Pero de un modo u otro, mientras la comunidad internacional se ha volcado en el env¨ªo de equipos estatales y organizaciones no gubernamentales al sudeste de Turqu¨ªa, azotada desde el lunes por dos fuertes terremotos y cientos de r¨¦plicas, al noroeste de Siria, tras 12 a?os de conflicto interno, no llega casi nada.
Bien porque muchas de las zonas afectadas est¨¢n gobernadas a¨²n por grupos armados; porque la frontera por donde podr¨ªa entrar la ayuda est¨¢ cerrada a cal y canto salvo un cruce, o bien, finalmente, porque Occidente no reconoce al Gobierno de Bachar el Asad. Y eso, sin duda, lo complica todo.
Seg¨²n los datos facilitados por los Cascos Blancos el jueves, 1.970 personas han perdido la vida en territorio sirio no controlado por el Gobierno de El Asad debido al se¨ªsmo ¨Da los que habr¨ªa que sumar 1.347 v¨ªctimas en zona bajo control de Damasco¨D, mientras que 2.950 han resultado heridas. Un total de 400 edificios han ca¨ªdo por completo en esa regi¨®n, y 1.300 est¨¢n da?ados. Datos sujetos siempre a revisi¨®n, pero que, si bien est¨¢n lejos de la cat¨¢strofe turca, con m¨¢s de 20.000 muertos, revelan una crisis que requiere asistencia del exterior. ¡°Estamos en un punto cr¨ªtico¡±, contin¨²a Alwan, ¡°es el cuarto d¨ªa y sigue habiendo cientos de personas enterradas, ?por qu¨¦ tarda tanto en llegar la ayuda?¡±. Eso mismo se pregunta sobre el terreno, en Sarmada, en la provincia siria de Idlib, uno de sus compa?eros, Ismail Alabdullah. ¡°Necesitamos material pesado para rescatar y provisiones para los hospitales de campa?a, pero no llega nada¡±.
El cruce desde Turqu¨ªa a Siria, por una frontera que se extiende algo m¨¢s de 900 kil¨®metros, es el paso entre dos mundos muy diferentes. El norte del pa¨ªs ¨¢rabe se ha convertido en un mosaico de actores armados, ¨¢rabes, turcos y kurdos, al mando de porciones del terreno. Esa ayuda que demanda el portavoz de los Cascos Blancos, en b¨²squeda de fondos y organizaciones que les puedan echar una mano en la provincia de Idlib y el sur de Alepo, ya se requer¨ªa anteriormente, aunque de otro modo. Alrededor de 800.000 sirios malviven en campos de desplazados por la guerra en la regi¨®n noroeste.
Para cualquier ayuda existe un primer obst¨¢culo log¨ªstico: la ruta que conduce desde la provincia turca de Hatay, en el sudeste del pa¨ªs, hacia el paso fronterizo de Bab el Hawa, el ¨²nico abierto para la entrada de asistencia internacional, se vio afectada por uno de los temblores. El mi¨¦rcoles, al fin, seis camiones de Naciones Unidas, que ya ten¨ªa planificado el viaje antes de los se¨ªsmos ¨Dcientos de veh¨ªculos enviados por la ONU atraviesan cada mes este punto de la frontera¨D, lograron, a trav¨¦s de v¨ªas alternativas, llegar al cruce para distribuir ayuda. Un terremoto de tal magnitud es imprevisible, pero s¨ª se puede disponer la apertura de m¨¢s cruces como el de Bab al Hawa. Aunque esto, por el momento, no parece que vaya a ocurrir. Casi 12 a?os despu¨¦s de las primeras revueltas prodemocr¨¢ticas y la posterior guerra civil, el ¨²nico acuerdo de m¨ªnimos que mantiene la comunidad internacional, bajo el sello del Consejo de Seguridad de la ONU y sujeto a renovaci¨®n cada seis meses, es la apertura de este paso.
Del lado sirio, grupos armados como Hayat Tahrir al Sham, herederos de la antigua Al Qaeda en Siria, controlan el terreno. Y para Damasco, que entre cargamento humanitario por all¨ª legitima su descontrol de la zona. Rusia, miembro permanente del Consejo y fiel aliado del r¨¦gimen sirio, ha dado su visto bueno al cruce, pero a rega?adientes.
¡°La autorizaci¨®n de un solo paso es el gran obst¨¢culo y desaf¨ªo¡±, expresa Lenarcic en una comparecencia ante los medios en Gaziantep, ¡°y hace mucho m¨¢s dif¨ªciles nuestros esfuerzos para ayudar a los sirios¡±. Eso y que Occidente desconf¨ªa de El Asad. O dicho de otro modo, como se?ala el diplom¨¢tico esloveno: existe el recelo a que el reparto sea ¡°equitativo¡±, que llegue de igual modo a zonas controladas y no controladas por Damasco. El Asad ha defendido que ¨¦l puede ser el que distribuya para todos, pero eso tampoco va a pasar porque la oposici¨®n occidental es clara. El jueves lo manifestaba Fran?ois Delmas, portavoz del Ministerio de Exteriores franc¨¦s: ¡°Nuestro enfoque pol¨ªtico no cambia y, contrariamente a Bachar el Asad, estamos trabajando a favor de la poblaci¨®n siria¡±.
Preguntado por EL PA?S, el comisario de Gesti¨®n de Crisis afirma que no existe relaci¨®n entre Bruselas y el Gobierno sirio, pero s¨ª un enlace operacional en Damasco.
El mi¨¦rcoles, Damasco, sujeto a sanciones por la represi¨®n de la oposici¨®n siria ¨Desta medida, que afecta a m¨¢s de 300 personas e instituciones, no incluye la provisi¨®n de asistencia internacional al pa¨ªs¨D, pidi¨® ayuda al Mecanismo de Protecci¨®n Civil de la UE, un sistema que cualquier pa¨ªs puede solicitar en caso de que no pueda hacer frente a una crisis por su magnitud. Italia y Rumania fueron los primeros en ofrecer tiendas, sacos de dormir, colchones, camas, alimentos, ropa de invierno... Seg¨²n el comisario europeo, Bruselas, que ha comprometido 3,5 millones de euros en fondos de emergencia para el pa¨ªs ¨¢rabe, ha llegado, adem¨¢s, a un acuerdo para que el Programa Mundial de Alimentos (PMA) empiece a distribuir comida y ayuda log¨ªstica por este cruce.
Pero, de nuevo, han pasado ya cuatro d¨ªas desde que tembl¨® la tierra. ¡°Necesitamos gente que venga a rescatar¡±, se?ala el portavoz de los Cascos Blancos, ¡°equipamiento, combustible y generadores. Somos 3.000 hombres para una poblaci¨®n de cuatro millones de personas¡±. Las organizaciones locales, con las que Naciones Unidas o la UE pueden trabajar para llegar al terreno, siguen actuando, pero lo que ahora requiere la emergencia es mover los escombros y buscar supervivientes.
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