Las vallas dividen a Europa: radiograf¨ªa de los muros con los que la UE trata de contener la migraci¨®n irregular
La financiaci¨®n de nuevas barreras f¨ªsicas en las fronteras externas de la Uni¨®n vuelve a tensar el debate migratorio
El viejo fantasma de los muros acecha de nuevo a Europa. Tres d¨¦cadas despu¨¦s de la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn, resurge un pol¨¦mico debate: ?Debe la Uni¨®n Europea levantar vallas y alambradas para proteger sus fronteras exteriores? La realidad es que ya lo est¨¢ haciendo ¡ªen los ¨²ltimos ocho a?os los Estados miembros han construido m¨¢s de 1.700 kil¨®metros de murallas¡ª aunque no para protegerse de tanques o soldados, sino de migrantes y refugiados. Pero la clave ahora es qui¨¦n lo paga, si los fondos europeos deben financiar las barreras de cemento, acero y cuchillas, como ya financian la compra de radares o drones. La discusi¨®n es agria, pero las conclusiones de la ¨²ltima cita del Consejo Europeo, el pasado 9 de febrero, sugieren que los partidarios de la mano dura tambi¨¦n ganan terreno en este debate.
La Comisi¨®n Europea, y pa¨ªses como Espa?a o Alemania, se resisten a que el dinero comunitario sirva para levantar m¨¢s muros, creen que hay herramientas m¨¢s efectivas para frenar la inmigraci¨®n irregular. Pero el bloque a favor, con el grupo de Visegrado a la cabeza ¡ªRep¨²blica Checa, Polonia, Eslovaquia y Hungr¨ªa¡ª y el respaldo de Italia, Grecia y Austria, recurre a la l¨®gica dom¨¦stica: hay que construir puertas para poder cerrarlas. En el fondo, el asunto es mucho m¨¢s trascendente. Se trata de hacia d¨®nde se dirige Europa ante el desaf¨ªo migratorio, presente y futuro, y de si va a seguir endureciendo sus pol¨ªticas para abordarlo. De momento, todo apunta a que s¨ª.
La tentaci¨®n de dividir el mundo en parcelas de tierra y mar nunca ha dejado de estar presente en la Uni¨®n Europea, que se ha construido eliminando fronteras internas mientras fortificaba las externas. El nerviosismo resurge con cierta frecuencia. Acaba de hacerlo, pero el anterior episodio fue tan solo poco m¨¢s de un a?o antes, cuando en octubre de 2021 los ministros del Interior de 12 pa¨ªses se dirigieron por carta a la Comisi¨®n Europea reclamando que deb¨ªa ser una ¡°prioridad¡± estudiar c¨®mo financiar ¡°barreras f¨ªsicas¡± para las fronteras exteriores.
Las barreras f¨ªsicas protegen parte de la frontera exterior europea desde hace d¨¦cadas. Las de Ceuta (1993) y Melilla (1996) fueron de las primeras, pero se han multiplicado hasta cubrir m¨¢s de 2.000 kil¨®metros. Bulgaria, por ejemplo, el pa¨ªs m¨¢s pobre de la Uni¨®n, mantiene una valla que cubre el 98% de su frontera con Turqu¨ªa. La crisis de los refugiados de 2015, con la llegada de m¨¢s de un mill¨®n de personas que hu¨ªan, sobre todo, de la guerra de Siria, justific¨® un nuevo ¨ªmpetu en construir muros para frenar a quien intentaba entrar en el continente. Las vallas se multiplicaron en Hungr¨ªa, Letonia, Eslovenia, Austria y hasta en Francia.
A?os despu¨¦s, con los flujos migratorios en cuotas relativamente bajas, Europa vio c¨®mo socios y vecinos explotaban la inmigraci¨®n como arma para desestabilizar el continente y reclamar concesiones. Ocurri¨® en 2020 cuando Turqu¨ªa abri¨® fronteras y amenaz¨® con la llegada de millones de refugiados o cuando Marruecos dej¨® que m¨¢s de 10.000 personas se colasen en Ceuta en mayo de 2021. El ¨²ltimo episodio, bautizado en t¨¦rminos b¨¦licos como ¡°amenaza h¨ªbrida¡±, se vivi¨® en el verano y oto?o de 2021, cuando Bielorrusia promovi¨® la entrada de decenas de miles de personas en Polonia, Lituania y Letonia. La respuesta fue construir o ampliar nuevos muros de cientos de kil¨®metros entre los tres pa¨ªses y Bielorrusia. Ahora, la guerra en Ucrania ha resucitado los temores de algunos pa¨ªses a que Mosc¨² a?ada la inmigraci¨®n como arma contra Europa. Finlandia, el pa¨ªs con la frontera m¨¢s extensa con Rusia, ya ha anunciado sus planes de construir una valla que lo separe del pa¨ªs sovi¨¦tico.
La Uni¨®n Europea no duda en invertir grandes sumas de dinero para frenar los flujos migratorios y sirven como ejemplo los 6.700 millones de euros que la Comisi¨®n ha destinado para la gesti¨®n de fronteras desde 2021 a 2027. Pero hasta ahora, pagar muros de acero coronados con concertinas era un tema tab¨².
La directiva europea es ambigua y, aunque varias fuentes comunitarias consideran que no habr¨ªa impedimento legal para hacerlo, la Comisi¨®n no quiere. El pasado 9 de febrero, la presidenta del Ejecutivo europeo, Ursula von der Leyen, volvi¨® a insistir en que lo que se necesita es un ¡°enfoque integrado¡± que implique la movilizaci¨®n ¡ªy refuerzo, ah¨ª donde sea necesario¡ª de Frontex, la agencia europea de fronteras, as¨ª como la financiaci¨®n de infraestructura m¨®vil y est¨¢tica como torres con equipo de vigilancia o veh¨ªculos. Habla de infraestructuras, pero no de ¡°muros¡± o ¡°vallas¡± y se le tuerce el gesto cada vez que se los mencionan, como se pudo ver durante el ¨²ltimo Consejo Europeo.
La Comisi¨®n no financia muros
Los muros, en cualquier caso, ya est¨¢n dividendo ideol¨®gicamente a Europa. Von der Leyen diverge de las tesis de su familia pol¨ªtica, el Partido Popular Europeo (PPE), uno de los principales partidarios de desempolvar el debate sobre las vallas. Pero el rechazo de la Comisi¨®n a destinar fondos europeos para erigir muros es tambi¨¦n una posici¨®n pragm¨¢tica, se?alan fuentes comunitarias. Levantar vallados de miles de kil¨®metros costar¨ªa una fortuna que se podr¨ªa dedicar a otros proyectos. Bruselas, cree, por ejemplo, que es mucho m¨¢s eficaz invertir en acuerdos con los pa¨ªses de origen para que acepten el retorno de sus nacionales que entraron irregularmente en la UE.
Las tesis de quienes se oponen a apostar por los muros son similares: son caros, dividen y no solo no impiden que las personas los traspasen, sino que promueven la creaci¨®n de nuevas rutas, m¨¢s largas, m¨¢s costosas y m¨¢s peligrosas, con dos claros ganadores, las empresas que los construyen y los traficantes que los sortean. ¡°Los muros y las barreras rara vez funcionan tan bien. Generan agravio e ira para los migrantes y brindan falsas esperanzas a las comunidades locales¡±, afirma Klaus Dodds, profesor de Geopol¨ªtica de la universidad londinense Royal Holloway. El experto cree que asumen ¡°una importancia simb¨®lica exagerada¡± y a?ade ¡°los Gobiernos quieren que se vea que est¨¢n haciendo algo, pero para las comunidades que viven a ambos lados de una frontera, como la zona fronteriza de EE UU y M¨¦xico, puede ser complicado, ya que las familias y las comunidades tienen v¨ªnculos con ambos lados y el muro act¨²a como una herida que no cicatriza¡±, mantiene Dodds, autor del libro Border Wars: The conflicts of tomorrow [Guerras fronterizas: los conflictos del futuro], a¨²n sin traducci¨®n al espa?ol.
Gil Arias, exdirector ejecutivo de Frontex, tambi¨¦n se declara un ¡°esc¨¦ptico¡± de las vallas. ¡°Los obst¨¢culos f¨ªsicos nunca han tenido un efecto disuasorio radical. Ya lo hemos visto en Ceuta y Melilla a lo largo de estos a?os; si tienen la necesidad de saltar, lo hacen aun a riesgo de morir como ocurri¨® el 24 de junio en Melilla¡±, mantiene. Arias apuesta por que las fronteras se defiendan con Inteligencia y no con concertinas.
Los muros tienen tambi¨¦n implicaciones directas en el respeto de los derechos y la dignidad de los migrantes y en su capacidad para pedir asilo cuando buscan protecci¨®n. ¡°Las vallas no distinguen entre personas que tienen derecho a pedir asilo o no¡±, lamenta Ainhoa Ruiz, investigadora del Centre Del¨¤s, una entidad de an¨¢lisis de paz, seguridad, defensa y armamentismo. ¡°Financiar muros es una contradicci¨®n entre los valores que dice defender la UE y lo que realmente acaba haciendo¡±. Las tragedias, de hecho, se han sucedido en esas vallas, varias de las m¨¢s trascendentes en las espa?olas. La ¨²ltima y m¨¢s grave, el pasado 24 de junio, cuando al menos 23 personas murieron en su intento de cruzar la frontera de Nador con Melilla.
Espa?a se mantiene del lado de la Comisi¨®n y defiende que los muros no resuelven el desaf¨ªo migratorio. Pero el discurso oficial espa?ol muestra, en la pr¨¢ctica, algunas de sus debilidades. A lo largo de los a?os, Espa?a no ha hecho m¨¢s que invertir en reforzar y modernizar los casi 21 kil¨®metros de valla construidos en Ceuta y Melilla. La ¨²ltima inversi¨®n en el vallado acab¨®, por fin, con las concertinas que desgarraban la piel de los inmigrantes y adopt¨® un dise?o que, seg¨²n fuentes del Ministerio del Interior, har¨ªa imposible saltarlo. Espa?a esgrimi¨® ante Europa que la nueva valla era m¨¢s segura y menos lesiva, pero en paralelo Marruecos sembr¨® de concertinas su lado de la frontera y cav¨® fosos de gran profundidad en los que los propios migrantes asumen que se romper¨¢n una pierna intentando traspasarlos. Aun con todo, en 2022, casi 2.300 personas sortearon irregularmente las fronteras terrestres de Ceuta y Melilla. La tendencia al alza dura ya dos a?os.
En cualquier caso, los argumentos de Bruselas no convencen a aquellos pa¨ªses que piden mano dura. Se vio claro en la cumbre informal de jefes de Estado y de Gobierno celebrada en Bruselas el pasado 9 de febrero. Liderados por Austria y Grecia, ocho pa¨ªses ¡ª incluidos Dinamarca, Eslovaquia, Estonia, Letonia, Lituania (que tiene la valla fronteriza m¨¢s larga de Europa, 550 kil¨®metros a lo largo de su l¨ªmite con Bielorrusia) y Malta¡ª reclamaron avances ¡°tangibles¡± para reforzar el control de la frontera com¨²n. Encima de la mesa estaba la petici¨®n, abanderada por Austria, de que la Comisi¨®n destinase 2.000 millones de euros de fondos de emergencia a reconstruir una valla m¨¢s segura para la frontera de Bulgaria con Turqu¨ªa. Y un contexto que genera nerviosismo: seg¨²n Frontex, casi la mitad de las 330.000 entradas ilegales en territorio europeo durante 2022 se produjeron a trav¨¦s de la v¨ªa de los Balcanes occidentales desde Albania, Bosnia-Herzegovina, Kosovo, Macedonia del Norte, Montenegro, y Serbia, un aumento del 136% respecto a 2022.
¡°No es l¨®gico que la UE financie drones, tecnolog¨ªa o equipos de vigilancia, pero se niegue a financiar medios para defendernos; necesitamos un enfoque integrado y las vallas deber¨ªan ser incluidas en el paquete financiero¡±, dijo el primer ministro griego, el conservador Kyriakos Mitsotakis. ¡°Austria es un pa¨ªs que considera que las barreras fronterizas son ¨²tiles¡±, apoy¨® el canciller Karl Nehammer.
El debate no se va a resolver f¨¢cilmente. Para el profesor Dodds el riesgo de esta discusi¨®n es que los muros y las vallas solo ¡°inflamen a¨²n m¨¢s las pasiones¡± y se sigan aplazando debates m¨¢s urgentes sobre el asentamiento a largo plazo de comunidades en todo el mundo afectadas por la guerra, los desastres naturales o el calentamiento global. Esa cuesti¨®n, que la Uni¨®n Europea deber¨ªa abordar en su nuevo Pacto de Migraci¨®n y Asilo, avanza a pasos mucho m¨¢s lentos, en gran medida por las resistencias de quienes se sienten m¨¢s seguros detr¨¢s de un muro.
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