Margaritis Schinas: ¡°Una Rusia democr¨¢tica ser¨ªa la garant¨ªa ¨²ltima de seguridad en Europa¡±
El vicepresidente de la Comisi¨®n Europea para la ¡°promoci¨®n del modo de vida europeo¡±, que gestiona tambi¨¦n la inmigraci¨®n, reclama m¨¢s ¡°incentivos¡± a los pa¨ªses de fuera de la UE para que incrementen las devoluciones de quienes no tienen derecho a asilo
Cumple 33 a?os en las instituciones comunitarias. Toda una vida. Margaritis Schinas (Sal¨®nica, 60 a?os) dice, en un espa?ol m¨¢s que fluido, que la Comisi¨®n Europea ha logrado unir en una cartera, la que encabeza como vicepresidente, la ¡°promoci¨®n del modo de vida europeo¡±. Es, dice, una combinaci¨®n de la ¡°Europa que protege¡± ¡ªcomo la esbozada por el presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, en su famoso discurso en la Sorbona, con seguridad, sanidad, gesti¨®n de la migraci¨®n¡ª, y otra familia de pol¨ªticas, las de la Europa de las oportunidades ¡ªla movilidad, los valores, la educaci¨®n, la juventud, la cultura¡ª.
Con nuevos desaf¨ªos globales que llegan desde China, la guerra imperialista de Rusia en Ucrania, una incipiente contienda comercial con Estados Unidos y el inacabable debate migratorio, que vuelve recurrentemente a si Europa se encamina a ser una fortaleza blindada con muros pagados con dinero de la UE, Schinas remarca que, pese al incremento de las amenazas, globales, h¨ªbridas, a ese estilo de vida, el modelo democr¨¢tico de la UE se terminar¨¢ extendiendo pese a los esfuerzos de las autocracias.
Pregunta. El presidente Volod¨ªmir Zelenski repite que los ucranios luchan por el modo de vida europeo, por los valores europeos. ?Es realidad o s¨ªmbolo?
Respuesta. Hay una cosa objetiva: lo que se llama democracia europea, hasta los a?os setenta ten¨ªa que ver con pocos pa¨ªses. Con la ca¨ªda de las dictaduras en el sur, se expandi¨®, y con la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn, este modelo ha sido dominante en Europa despu¨¦s de siglos, del B¨¢ltico hasta Bucarest. Y de ah¨ª se sigue exponiendo. Y esta expansi¨®n del modelo democr¨¢tico de la sociedad que representamos es una gran ventaja, una victoria hist¨®rica. Pero los de enfrente lo ven como una amenaza real, porque significa el final del autoritarismo. En Rusia, en Turqu¨ªa, en Teher¨¢n. Lo ven como una amenaza quiz¨¢s m¨¢s peligrosa que las armas.
P. Las autocracias reaccionan, pero, ?d¨®nde tiene el foco de seguridad la Uni¨®n Europea?
R. Por primera vez despu¨¦s de muchas d¨¦cadas, la Uni¨®n se convierte m¨¢s en proveedor de seguridad que en consumidor. Estamos haciendo cosas sin precedentes ayudando a Ucrania. Ya no reclamamos a otros que nos den ciberseguridad, la estamos construyendo. Lo mismo con la lucha contra el crimen organizado, la protecci¨®n de infraestructuras cr¨ªticas. Aunque hay que pasar a la siguiente etapa: ir de la Europa que protege a una Europa de defensa que protege. Que no pasemos semanas y meses discutiendo si mandamos tanques o no, que el dinero que tenemos para organizar nuestra industria de defensa no sea un ejercicio de investigaci¨®n, sino que conduzca a sistemas de armas, de munici¨®n, de helic¨®pteros, de tanques europeos.
P. ?No depende la UE demasiado tambi¨¦n de Estados Unidos, en seguridad o defensa?
R. En defensa m¨¢s, y en seguridad menos. En seguridad interior tenemos muy buenas capacidades industriales, operativas, estructuras, legislaci¨®n de cooperaci¨®n. Con los americanos hablamos en t¨¦rminos de socios, no de pedir, sino de trabajar juntos en defensa. Y la OTAN tambi¨¦n nos sirve para paliar esta dependencia.
P. Uno de los problemas de seguridad ha sido la dependencia de Rusia. ?No se est¨¢ sustituyendo por dependencia de Estados Unidos, que luego devuelve la jugada con legislaciones como la Ley para la Reducci¨®n de la Inflaci¨®n (IRA, en sus siglas en ingl¨¦s), que la UE considera competencia desleal?
R. Europa poco a poco ocupa este lugar estrat¨¦gico en el mundo como un ancla de estabilidad y de raz¨®n. Hay que preservar nuestra capacidad, nuestro umbral, respecto a la escena mundial. Y esto requiere mantener nuestras alianzas estrat¨¦gicas con Occidente, con Estados Unidos. Pero con Estados Unidos, con una base como las amistades, de hablar de todo y evitar zonas grises que nos puedan hacer da?o, como el tema de la IRA.
P. ?Y con China?
R. China es un competidor estrat¨¦gico, una fuerza mundial con la que hay que tratar a todos los niveles, a nivel de competici¨®n o pol¨ªtica y a nivel de cooperaci¨®n econ¨®mica, teniendo claro que esta cooperaci¨®n nunca toca nuestros intereses estrat¨¦gicos y nuestras industrias estrat¨¦gicas. Y con Rusia, que con la guerra ilegal en Ucrania ha destrozado los pocos puentes que hab¨ªa, nos obliga ahora a empezar, pero esto suceder¨¢ solo cuando la guerra termine.
P. ?Y eso significa que el futuro de las relaciones de la UE con Rusia pasan porque Putin no est¨¦?
R. El futuro de las relaciones de la UE con Rusia pasa por que la guerra termine y con un resultado que premie los derechos del agredido, no la ilegalidad del agresor. Espero que un d¨ªa no tan lejano, Rusia comparta el modo de vida europeo. Una Rusia democr¨¢tica ser¨ªa la garant¨ªa ¨²ltima de seguridad en Europa.
P. ?Ser¨ªa conveniente que se plantease una excepci¨®n de las reglas de gasto para que la compra de armamento no computase, por ejemplo, en el d¨¦ficit?
R. La revisi¨®n de las reglas del Pacto de Estabilidad en el Crecimiento est¨¢ en pleno debate en el Ecofin. Es ah¨ª donde se tiene que tratar. Pero ver las consecuencias de todas estas amenazas que hemos sufrido, de la pandemia de la guerra, nos ha hecho estar m¨¢s concentrados en c¨®mo reaccionar. Los europeos hemos dejado atr¨¢s la ¨¦poca de la inocencia. Estamos muy expuestos a amenazas globales, sim¨¦tricas e h¨ªbridas. Las hemos vivido, por ejemplo, con la instrumentalizaci¨®n de la migraci¨®n.
P. Esto va a llevar a revisar las reglas europeas sobre migraci¨®n. ?Se pueden seguir aplicando las reglas dise?adas tras la II Guerra Mundial, pensadas para un continente pac¨ªfico?
R. En la instrumentalizaci¨®n de la migraci¨®n y otras amenazas h¨ªbridas, hemos reaccionado bien, con claridad, rapidez y certeza, tanto en la frontera turca en febrero de 2020 como en la crisis bielorrusa en 2021. Hemos hecho lo que hac¨ªa falta para proteger las fronteras, hablar con pa¨ªses de origen y tr¨¢nsito que, de una forma u otra, contribu¨ªan a la instrumentalizaci¨®n, hemos amenazado a las compa?¨ªas a¨¦reas con sanciones. Mi ambici¨®n es que Europa sea igual de exitosa, no solo como bombero, tambi¨¦n como arquitecto. Hace falta construir una soluci¨®n global, un marco europeo para migraci¨®n anclado en el derecho europeo aplicable a todos que nos permita hacerlo de manera ordenada y no correr de una crisis a otra.
P. ?Cu¨¢l ser¨ªa la clave?
R. El nuevo pacto de inmigraci¨®n y asilo est¨¢ sobre la mesa desde 2020. Me gusta presentarlo como una casa de tres pisos. El primero, las relaciones con pa¨ªses terceros: nunca conseguiremos gestionar internamente si no gestionamos con nuestros vecinos, los pa¨ªses de origen y de tr¨¢nsito, m¨¢s inversi¨®n, m¨¢s oportunidades, pero tambi¨¦n m¨¢s cooperaci¨®n. El segundo es la gesti¨®n de las fronteras: es injusto confiar esta responsabilidad solo a los pa¨ªses que por geograf¨ªa est¨¢n en la frontera exterior. Y el tercer piso es la solidaridad, donde cada uno asume parte de la presi¨®n que corresponde a Europa.
P. El pacto a¨²n no ha despegado.
R. Tenemos un acuerdo sobre el 60% de este paquete. Espero que en la presidencia espa?ola [el semestre empieza en julio] tengamos el acuerdo final. No quiero que Europa vote en las elecciones europeas de mayo de 2024 sin este acuerdo, ser¨ªa un regalo para los populistas. No podemos permitir que digan que Europa no pudo solucionar un problema tan grande como la guerra.
P. Ahora ha vuelto a resucitar el debate de las vallas y los muros. ?Llegar¨¢ el momento en que se paguen con dinero europeo?
R. Prefiero quedarme en mi propuesta de la casa con tres pisos. Sucede que muchos quieren coger el ascensor e ir al piso que les interesa. Los que quieren muros dicen que con eso no hace falta ni solidaridad ni acuerdos con pa¨ªses terceros. Los que quieren solidaridad, que con eso lo dem¨¢s da igual. La clave es hacerlo todo a la vez.
P. Se han intentado muchas cosas y de momento no se ha conseguido que los pa¨ªses de origen cooperen m¨¢s con las pol¨ªticas de retorno.
R. S¨ª, pero no es solo un problema de esos pa¨ªses, es tambi¨¦n un problema nuestro, porque hay todav¨ªa muchos obst¨¢culos dentro de los Estados miembros que dificultan los retornos. Y hay que dar a los pa¨ªses terceros no solo obligaciones, tambi¨¦n incentivos. Europa tiene que movilizar todo lo que tenemos, preferencias comerciales, Erasmus, inversiones para hacer su vida mejor ¡ªno a las ¨¦lites, a la gente que podr¨¢ tener mejor vida en su pa¨ªs en vez de ponerse en manos de los traficantes¡ª, y a cambio les podemos pedir m¨¢s cooperaci¨®n en los retornos, fortalecer sus procedimientos de asilo, sus fronteras.
P. Zelenski dijo que su intenci¨®n era abrir las negociaciones de adhesi¨®n este a?o. ?Es esta ambici¨®n realista?
R. Ucrania ha ganado su derecho de ser miembro de la Uni¨®n Europea y lo ser¨¢. No se puede decir a los ucranios, el ¨²nico pa¨ªs donde la gente se mat¨® por tener banderas europeas, que despu¨¦s de la guerra que est¨¢n luchando como h¨¦roes, ¡°perd¨®n, ahora hay que hablar de tomates y pl¨¢tanos¡±. Tenemos siete millones de ucranios que son parte de nuestra vida, de nuestros hospitales, de nuestros colegios. As¨ª, Ucrania ya es miembro en algunos ¨¢mbitos como sanidad, educaci¨®n, vivienda. No s¨¦ si ser¨¢ este a?o, el a?o que viene, no hay un calendario espec¨ªfico, pero s¨ª un compromiso moral que hace este proceso irreversible.
P. Pero, tanto si se retrasa como si se acelera y eso crea rechazo en algunos Estados miembros, se puede generar frustraci¨®n en los Estados miembros y en Ucrania.
R. Sin lugar a dudas. Ya lo hemos visto en el pasado, las demoras crean decepci¨®n. Pero Europa ha pasado en el siglo pasado de ser el 10% o el 12% de la poblaci¨®n mundial a que en 2050 seamos el 5%. Es bueno para Europa tener un socio como Ucrania, europeo, un pa¨ªs de 40 millones de personas preparadas, que ya habr¨¢ beneficiado a nuestro mercado laboral. Esto es una ventaja tambi¨¦n para nosotros, no solo para ellos.
P. ?Cree que la corrupci¨®n se est¨¢ usando o se puede usar cada vez m¨¢s precisamente como un arma h¨ªbrida?
R. Seguramente. Tanto en su vertiente tradicional como en el que implica muchos actos de intentar influir. Estamos combati¨¦ndola en todos los aspectos. Pero tras el esc¨¢ndalo del Parlamento Europeo [con los sobornos por Marruecos y Qatar], que ha afectado a la UE en su conjunto, la Euroc¨¢mara tiene una oportunidad, yo dir¨ªa hist¨®rica, de aclarar sus procedimientos y ofrecer a la ciudadan¨ªa la imagen de que la casa de la democracia europea es impoluta.
P. Ha habido incluso informaciones que lo han puesto a usted en el foco por el esc¨¢ndalo de Qatar.
R. S¨ª, porque yo estoy en el deporte y represent¨¦ a la Comisi¨®n Europea en la apertura del Mundial, pero lo hice como representante de la Comisi¨®n, siempre defendiendo las posiciones de la Comisi¨®n y seg¨²n las reglas de la Comisi¨®n. No lo hice a t¨ªtulo personal.
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