Regreso a la era de la incertidumbre nuclear
La suspensi¨®n por parte de Rusia del tratado con EE UU para el control nuclear abre la puerta a una nueva ¨¦poca de disuasi¨®n militar, carrera armamentista e inestabilidad. EL PA?S consulta a cuatro expertos en pol¨ªticas de seguridad
Dmitri Medv¨¦dev ocupa hoy la vicejefatura del Consejo de Seguridad de la Federaci¨®n Rusa (CSFR), un ¨®rgano consultivo. Y lo hace por debajo del que manda, tanto ah¨ª como en el Gobierno de la naci¨®n, Vlad¨ªmir Putin. En abril de 2010, cuando Estados Unidos y Rusia firmaron en Praga el nuevo Acuerdo de Reducci¨®n de Armas Estrat¨¦gicas (conocido por su nombre en ingl¨¦s, New START), un tratado bilateral que limita su capacidad ofensiva nuclear, el que mandaba en Mosc¨², al menos sobre el papel, era Medv¨¦dev, jefe del Estado. ?l fue quien rubric¨® en la capital checa, junto a su entonces hom¨®logo estadounidense, Barack Obama, el acuerdo, declarado en suspenso desde el pasado martes por Putin. Acompa?¨® aquel acto con las siguientes palabras: ¡°Esta firma abrir¨¢ una nueva p¨¢gina para la cooperaci¨®n entre nuestros dos pa¨ªses y crear¨¢ condiciones m¨¢s seguras para la vida aqu¨ª y en todo el mundo¡±. Ya no.
Medv¨¦dev es hoy uno de los mejores ejemplos para entender el cambio de rumbo en el esquema de seguridad trazado desde la Guerra Fr¨ªa entre Mosc¨² y Washington. Ha sido uno de los m¨¢s obstinados defensores de la suspensi¨®n de aquello que firm¨® hace 13 a?os. El pasado mi¨¦rcoles, lo expresaba as¨ª: ¡°Si EE UU quiere derrotar a Rusia [por el apoyo militar de Washington a Ucrania], entonces estamos al borde de un conflicto mundial. Tenemos derecho a defendernos con cualquier arma, incluida la nuclear¡±.
EL PA?S ha consultado a cuatro expertos en el control de armas y pol¨ªticas de seguridad sobre las consecuencias de la suspensi¨®n del New START anunciada por Putin el martes. Coinciden en que los dos pa¨ªses estaban cumpliendo con los l¨ªmites de ojivas, misiles y sistemas de lanzamiento; que, a partir de ahora, se complica el control de estas armas, por lo que es posible una nueva carrera armament¨ªstica; que la decisi¨®n de Mosc¨² se enmarca en un intento disuasorio para frenar el apoyo occidental a Ucrania, y, finalmente, que sin el New START se abre la puerta a la incertidumbre, inestabilidad y posibles errores de c¨¢lculo en el frente nuclear. Escenarios todos estos que definieron la Guerra Fr¨ªa.
¡°Si el tratado no est¨¢ en vigor, [EE UU y Rusia] pueden hacer lo que quieran. Pueden construir las armas ofensivas estrat¨¦gicas que les apetezca y puedan permitirse¡±, se?ala en un intercambio de correos Olga Oliker, experta en pol¨ªticas de seguridad de Rusia y Ucrania para International Crisis Group. ¡°No podr¨¢n tener tanta certeza de lo que el otro est¨¢ o no est¨¢ haciendo. Seguir¨¢n teniendo medios de inteligencia para tratar de evaluar las acciones y los arsenales del otro pa¨ªs, pero no tendr¨¢n inspecciones ni intercambios de datos o consultas para asegurarse de que hacen las cosas bien. Podr¨ªan, en principio, enga?arse unos a otros m¨¢s f¨¢cilmente¡±, contin¨²a Olike, para quien el mayor riesgo de esta ruptura est¨¢ en las ¡°percepciones err¨®neas¡± que puede haber por falta de informaci¨®n.
Lo que firmaron Medv¨¦dev y Obama en aquella primavera de Praga de 2010 limitaba, grosso modo, la cantidad de armas nucleares listas para su uso inmediato. EE UU y Rusia, que acumulan el 90% del arsenal nuclear, pueden contar con un m¨¢ximo de 1.550 ojivas desplegadas, as¨ª como 700 sistemas de lanzamiento de misiles de largo alcance, repartidos como Mosc¨² y Washington quisieran, entre las lanzaderas terrestres, los submarinos y los bombarderos ¨Dseg¨²n los datos del Departamento de Estado norteamericano, a septiembre de 2022, los dos pa¨ªses estaban por debajo de esas cifras¨D. Era una reducci¨®n dr¨¢stica en relaci¨®n con el tratado firmado por Ronald Reagan y Mija¨ªl Gorbachov en 1991. Pero hay m¨¢s: se activ¨® un sistema de control mutuo que permit¨ªa hasta 18 inspecciones al a?o, intercambio peri¨®dico de informaci¨®n y una comisi¨®n de seguimiento. Todo esto ¨²ltimo es ya papel mojado.
Incumplimiento de inspecciones
Todd Sechser es profesor de la Universidad de Virginia y acad¨¦mico en el Carnegie Endowment for International Peace. ¡°El tratado es importante no solo porque limita la cantidad de ojivas nucleares estrat¨¦gicas¡±, dice este analista, ¡°sino porque proporciona un camino para que los dos pa¨ªses generen confianza. Este movimiento socava esa confianza¡±. Sechser, coautor del ensayo Armas nucleares y diplomacia coercitiva, matiza, no obstante, que el impacto del anuncio hecho por Putin es, en este momento, ¡°m¨¢s simb¨®lico que sustancial¡±, porque no ha habido inspecciones desde marzo de 2020, en un principio como efecto de la covid y luego por las reticencias de Mosc¨². ¡°Como resultado, el Departamento de Estado de EE UU inform¨® [en enero] de que ya no puede confirmar el cumplimiento del tratado por parte de Rusia¡±.
Mosc¨² ha manifestado en los ¨²ltimos d¨ªas que no tienen intenci¨®n de exceder los l¨ªmites pactados en el acuerdo ¨Daunque sin inspecciones o intercambio de datos, no hay verificaci¨®n posible¨D. S¨ª ha dejado claro que las ¡°circunstancias¡± han cambiado de forma ¡°radical¡±, una percepci¨®n nada balad¨ª. Seg¨²n expres¨® el mi¨¦rcoles Konstantin Kosachev, vicepresidente del Consejo de la Federaci¨®n, la C¨¢mara alta rusa, tras la ratificaci¨®n de la interrupci¨®n del New START, la decisi¨®n de Mosc¨² est¨¢ avalada por la Convenci¨®n de Viena de 1969 sobre los Tratados, que abre la puerta a una posible suspensi¨®n en caso de una modificaci¨®n fundamental de las circunstancias en las que se firm¨®.
Dicho de otro modo, desde Mosc¨² se considera que el apoyo de Washington a Ucrania para vencer a Rusia en el frente vuelve a convertirles en enemigos, por lo que el Kremlin se ver¨ªa obligado a incrementar sus capacidades defensivas. Tambi¨¦n en el apartado nuclear. El director de la publicaci¨®n rusa Defensa Nacional, Igor Korotchenko, entrevistado por la agencia Tass, va un poco m¨¢s all¨¢ al afirmar que la decisi¨®n de Putin despeja el camino para aumentar el arsenal ruso hasta los niveles de EE UU m¨¢s Francia y el Reino Unido, potencias nucleares estas dos ¨²ltimas no incluidas en el New START, pero aliadas hoy tambi¨¦n de Kiev.
El New START es el ¨²ltimo gran esfuerzo de control de armas nucleares entre EE UU y Rusia. El camino ha sido largo. Lo escenificado por Medv¨¦dev y Obama en el castillo de Praga requiri¨® el pl¨¢cet de sus respectivos Congresos. El tratado daba, adem¨¢s, siete a?os para que los dos pa¨ªses llegaran al l¨ªmite de armamento desplegado. Se logr¨® en febrero de 2018. Pero el acuerdo, en l¨ªneas generales exitoso y vital para mantener la estabilidad en la trinchera nuclear, tambi¨¦n cuenta con sus reparos: si Washington lleva un tiempo acusando a Mosc¨² de impedir las inspecciones, el Kremlin ha puesto en duda la conversi¨®n en sistema no nucleares del bombardero B-52H o la lanzadera submarina Trident II.
Carrera de armamento
En febrero de 2021, los gobiernos de Biden y Putin dieron luz verde a una pr¨®rroga de cinco a?os del New START. El tratado, ahora en suspenso por parte de Mosc¨², expira en 2026. Pero ya hay muchos analistas que alertan de que no queda tiempo para negociar algo nuevo a partir de esa fecha ¨Dse tard¨® una d¨¦cada en consensuar el actual acuerdo¨D. ¡°Si el tratado se anula o si expira en 2026 sin reemplazo¡±, avisa Shannon Bugos, analista de la Arms Control Association, ¡°Washington y Mosc¨² perder¨¢n una visi¨®n incomparable de los arsenales nucleares de cada uno, dar¨¢n paso a la inestabilidad y, en el peor de los casos, al despegue de la carrera armamentista¡±. Una carrera, sin embargo, que requiere inversi¨®n extra, algo que no parece al alcance de las dos potencias a corto plazo, seg¨²n coinciden los analistas, aunque con el tiempo y la incertidumbre, la presi¨®n del potente lobby de la industria armamentista puede hacerse m¨¢s pesada.
Monica Montgomery, del Center for Arms Control and Non-Proliferation, coincide con el an¨¢lisis de Bugos: ¡°La mayor comunicaci¨®n entre los dos arsenales nucleares m¨¢s grandes del mundo en virtud del tratado reduce el riesgo de errores de c¨¢lculo, carreras de armamentos y conflictos nucleares¡±. Pero eso se ha ido desvaneciendo hasta la estocada que le asest¨® el martes Putin. ¡°El New START vencer¨¢ en febrero de 2026¡å, contin¨²a Montgomery, ¡°y EE UU y Rusia a¨²n no se han reunido para trabajar en un marco para un futuro tratado, debido a la guerra en Ucrania. Si bien EE UU ha mostrado voluntad de aislar el control de armas de la guerra y otras consideraciones geopol¨ªticas, Rusia ha optado por no seguir su ejemplo¡±.
En efecto, el Kremlin ha puesto sobre la mesa, desde el inicio de la guerra, su arsenal de armas estrat¨¦gicas (armamento nuclear de largo alcance) como medida coercitiva frente a la resistencia ucrania y el apoyo de Occidente al Gobierno de Volod¨ªmir Zelenski. Aunque los resultados de este intento de disuasi¨®n de tiempos pasados, en opini¨®n del analista Todd Sechser, son muy limitados: ¡°Llama la atenci¨®n lo poco que han logrado las amenazas nucleares de Putin. Los ucranios no han retrocedido y Occidente est¨¢ aumentando, no disminuyendo, su apoyo al esfuerzo b¨¦lico ucranio¡±. Este s¨¢bado, el subsecretario general de la OTAN, el rumano Micea Geoana, ha se?alado que ¡°el Kremlin b¨¢sicamente est¨¢ tratando de intimidar a la opini¨®n p¨²blica occidental¡±.
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