Bukele exhibe a miles de presos como una demostraci¨®n de poder sobre?las?maras
El mandatario asegura que los prisioneros ¡°vivir¨¢n por d¨¦cadas¡± en el inmenso complejo creado dentro de su controvertida estrategia de seguridad, donde estar¨¢n ¡°mezclados, sin poder hacerle m¨¢s da?o a la poblaci¨®n¡±
La puesta en escena es impresionante. Las c¨¢maras enfocan a centenares de hombres que, vestidos solo con ropa interior blanca, abandonan las c¨¢rceles de El Salvador para ser trasladados en autobuses hasta el que es el proyecto insignia de la pol¨ªtica de seguridad del presidente Nayib Bukele: el Centro de Confinamiento del Terrorismo, un enorme complejo presidiario localizado a las afueras de San Salvador y anunciado por el mandatario como ¡°la c¨¢rcel m¨¢s grande de toda Am¨¦rica¡±.
Ha sido ¨¦l mismo quien ha compartido el v¨ªdeo que muestra c¨®mo en la madrugada del viernes integrantes de las pandillas que han sembrado el terror en el pa¨ªs centroamericano son sacados de sus celdas por oficiales penitenciarios, esposados y obligados a caminar con el cuerpo agachado, suben a los autobuses y llegan hasta la nueva prisi¨®n de m¨¢xima seguridad, donde han sido encerrados, en una demostraci¨®n de poder contra las llamadas maras. ¡°Esta ser¨¢ su nueva casa, donde vivir¨¢n por d¨¦cadas, mezclados, sin hacerle m¨¢s da?o a la poblaci¨®n¡±, ha afirmado el mandatario salvadore?o.
El v¨ªdeo comienza con los hombres corriendo con las manos en la nunca, los rostros desconcertados, escuchando las ¨®rdenes de sus carceleros. Los pandilleros se sientan en los enormes patios de las prisiones, uno pagado al otro, hasta que el pabell¨®n se llena y muestra una impactante imagen de hombres descamisados, una enorme masa humana de cuerpos, cabezas rapadas, brazos y espaldas tatuadas. Una vez que todos han bajado de sus celdas, la nueva orden es emprender la carrera en fila hasta los autobuses, ahora con las manos a la espalda, esposados.
Es sorprendente el n¨²mero de c¨¢maras usadas: est¨¢n en las viejas prisiones, dentro de los autobuses, en la carretera que conecta a la ciudad con el gigantesco centro de confinamiento. Hay tomas a¨¦reas y planos cercanos a los rostros de los prisioneros en la oscuridad de la noche. Y con la llegada del alba, la toma del penal, iluminado dram¨¢ticamente por los primeros rayos del sol, mostrado como el lugar donde se concentran las esperanzas de seguridad de un pa¨ªs golpeado por el crimen.
¡°Me dicen que soy valiente porque estamos enfrentando a los terroristas, al narco, a organismos internacionales, a grandes potencias mundiales, a la oligarqu¨ªa local¡±, ha dicho Bukele. ¡°Y tal vez soy valiente comparado con los par¨¢sitos que nos gobernaron antes, comparado con pol¨ªticos de otros pa¨ªses que han de ser igual de par¨¢sitos¡±, ha afirmado el mandatario en un v¨ªdeo que lo muestra ofreciendo un discurso a las fuerzas armadas. Y ha sido a los militares y a polic¨ªas a quienes el presidente les ha lanzado un gui?o: ¡°No soy valiente a la par de los soldados, de los polic¨ªas, a la par de los que arriesgan su vida d¨ªa con d¨ªa para traer paz al pueblo salvadore?o y que se enfrentan realmente cara a cara con el terrorismo, el crimen y la maldad¡±.
El traslado de 2.000 pandilleros a la c¨¢rcel de m¨¢xima seguridad construida por el Gobierno en tan solo siete meses ha generado una nueva ola de cr¨ªticas de organizaciones de derechos humanos, que cuestionan la legalidad de las medidas tomadas por el presidente desde que decret¨® el estado de excepci¨®n en El Salvador como parte de su estrategia de seguridad. El Ejecutivo ha capturado a m¨¢s de 60.000 pandilleros y cierra el cerco contra sus liderazgos, pero en el camino las autoridades han cometido fuertes violaciones a los derechos humanos. Un informe presentado a finales de enero por Human Rights Watch (HRW) revela que se han cometido ¡°abusos a gran escala¡±, que incluyen hacinamiento extremo, violaciones del debido proceso, falta de garant¨ªas, detenciones masivas y muertes bajo custodia. ¡°Miles de personas, incluidos cientos de menores, han sido detenidos y procesados por delitos definidos de manera amplia que violan las garant¨ªas b¨¢sicas del debido proceso y socavan las perspectivas de justicia para las v¨ªctimas de la violencia de las pandillas¡±, denuncia el organismo de derechos humanos.
La acci¨®n de trasladar a los pandilleros coincide con una acusaci¨®n presentada por la Fiscal¨ªa de Estados Unidos en una Corte Federal de Nueva York, que se?ala a dos altos funcionarios del Gobierno del presidente de haber negociado con la pandilla una reducci¨®n de las muertes a cambio de beneficios, entre los a?os 2019 a 2021. El documento, hecho p¨²blico el jueves por el Departamento de Justicia, revela que el Ejecutivo salvadore?o negoci¨® durante al menos dos a?os con las pandillas para lograr una reducci¨®n de los homicidios en El Salvador, con el fin de beneficiar a la popularidad de Bukele, que, en efecto, cuenta con altos ¨ªndices de aprobaci¨®n. El mandatario no se ha pronunciado sobre los se?alamientos de la justicia estadounidense, aunque s¨ª ha dedicado el fin de semana a retuitear mensajes que alaban el traslado de los pandilleros a la prisi¨®n contra el terrorismo.
¡°Este traslado tan cinematogr¨¢fico ocurre mientras el Departamento de Justicia dio a conocer una acusaci¨®n que se?ala al Gobierno de negociaciones con las pandillas. Este traslado tiene el prop¨®sito de intentar controlar la narrativa y de presentar una figura de mano dura¡±, explica Juan Pappier subdirector en funciones de la Divisi¨®n de las Am¨¦ricas de Human Rights Watch. ¡°Bukele ha desarrollado un modelo de represi¨®n y negociaciones oscuras con las pandillas a espaldas del pueblo salvadore?o¡±, agrega. Sobre el enorme complejo carcelario, Pappier dice que ¡°esta c¨¢rcel es un s¨ªmbolo de las pol¨ªticas de seguridad punitivas de Bukele que le van a permitir mantener sus ¨ªndices alt¨ªsimos de popularidad¡±. Y a?ade: ¡°Pero no tengo dudas de que a largo plazo no habr¨¢ m¨¢s seguridad para los salvadore?os. Las experiencias en El Salvador demuestran que estas medidas, si no van acompa?adas de buenas pol¨ªticas que enfrenten problemas estructurales, no logran frenar los ¨ªndices de violencia¡±.
El mandatario salvadore?o, sin embargo, se ufana de haber bajado en 10 meses los altos ¨ªndices de homicidios en su pa¨ªs. En su recuento de la cruzada personal que ha desatado contra las pandillas, Bukele ha celebrado un dr¨¢stico descenso de los cr¨ªmenes en enero y febrero, y ha bautizado a su pa¨ªs como ¡°el m¨¢s seguro de Am¨¦rica¡±. El domingo dijo que El Salvador cumpli¨® (¡°gracias a Dios¡±) otra semana completa sin homicidios. La estrategia es aplaudida por la mayor¨ªa de los salvadore?os y parece que la puesta en escena del traslado de prisiones ayuda a la imagen del mandatario. ¡°Se trata de un Gobierno que hace gala de sus violaciones a los derechos humanos. Por supuesto que quienes cometen delitos graves hay que llevarlos ante la justicia, pero lo que ocurre ac¨¢ es una pol¨ªtica de seguridad pensada para la popularidad de presidente y a costa a los derechos humanos¡±, sentencia Pappier.
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