Las grandes empresas de armamento recogen los dividendos de la guerra en Ucrania
Las ventas de los 10 gigantes de la industria militar occidental crecieron un 7,5% en el ¨²ltimo trimestre de 2022
El Gobierno espa?ol tiene sobre la mesa una oferta de la compa?¨ªa alemana Rheinmetall para quedarse con Expal, el principal fabricante nacional de munici¨®n. Expal produce bombas de aviaci¨®n, proyectiles navales, munici¨®n de mortero y obuses de artiller¨ªa de 155 mil¨ªmetros como los que Espa?a suministr¨® a Ucrania por valor de casi 120 millones el a?o pasado. La empresa forma parte del grupo Maxam, un gigante de los explosivos civiles al que el presidente u...
El Gobierno espa?ol tiene sobre la mesa una oferta de la compa?¨ªa alemana Rheinmetall para quedarse con Expal, el principal fabricante nacional de munici¨®n. Expal produce bombas de aviaci¨®n, proyectiles navales, munici¨®n de mortero y obuses de artiller¨ªa de 155 mil¨ªmetros como los que Espa?a suministr¨® a Ucrania por valor de casi 120 millones el a?o pasado. La empresa forma parte del grupo Maxam, un gigante de los explosivos civiles al que el presidente ucranio, Volod¨ªmir Zelenski, se?al¨® en abril pasado, durante su comparecencia virtual ante el Congreso espa?ol, por sus negocios en Rusia. Su propietario, el fondo de inversi¨®n estadounidense Rh?ne Capital, quiere hacer caja y el conflicto que estall¨® en febrero de 2022 en Europa le ha bridado la ocasi¨®n de oro. La oferta germana ronda los 1.200 millones, m¨¢s del doble de lo que Expal val¨ªa hace dos a?os, seg¨²n fuentes conocedoras de la compa?¨ªa.
Cumplido un a?o de la invasi¨®n de Ucrania, qui¨¦n ganar¨¢ la guerra es una inc¨®gnita, pero no qui¨¦n se est¨¢ beneficiando de ella. Las 10 mayores empresas de armamento de EE UU y Europa ¡ªlas principales del mundo, excluidas las chinas¡ª aumentaron su facturaci¨®n un 7,5% en el ¨²ltimo trimestre de 2022, un periodo en el que el impacto del conflicto ya se empez¨® a apreciar en la cuenta de resultados.
La operaci¨®n de la empresa alemana supondr¨ªa el desembarco en Espa?a de uno de los mayores fabricantes europeos de armamento y veh¨ªculos de combate terrestres, pero tambi¨¦n la desaparici¨®n de la ¨²ltima compa?¨ªa espa?ola de munici¨®n, ya que las f¨¢bricas de Granada y Palencia han sido adquiridas por el grupo eslovaco MSM y la firma noruega Nammo, respectivamente. Al Gobierno le resultar¨¢ muy dif¨ªcil dar portazo a la oferta alemana, pero deber¨¢ asegurarse de que, cuando pasen los a?os de las vacas gordas para la industria militar, el nuevo propietario no eche el cierre a sus plantas en Espa?a. Dos de ellas, las de Murcia y Trubia (Oviedo), ocupan instalaciones del Ministerio de Defensa.
De momento, las empresas de armamento tienen un futuro halag¨¹e?o. Ucrania consume m¨¢s de 10.000 proyectiles de artiller¨ªa diarios ¡ª400.000 al mes, seg¨²n su ministro de Defensa, Oleksii Reznikov¡ª y las f¨¢bricas occidentales no dan abasto. Cuando los ej¨¦rcitos de la OTAN acuden a sus empresas en busca de munici¨®n con la que reponer unos arsenales esquilmados por las entregas a Kiev, deben ponerse en cola porque ya est¨¢ vendido todo lo que saldr¨¢ de las l¨ªneas de producci¨®n a medio plazo. Los 900.000 disparos de 155 mil¨ªmetros entregados por Washington a Kiev equivalen a la producci¨®n de m¨¢s de cinco a?os.
Como las mascarillas en la pandemia
El mercado de munici¨®n se ha convertido en una jungla similar al de las mascarillas en los primeros meses de pandemia. Por eso, la Comisi¨®n Europea ha decidido repetir el esquema que aplic¨® con las vacunas: la compra conjunta de suministros por valor de 2.000 millones, evitando que los aliados compitan entre s¨ª y alienten a¨²n m¨¢s la escalada de precios. Los primeros 1.000 millones de euros servir¨¢n para financiar la entrega de los remanentes que quedan en los polvorines militares y el resto, para abordar compras mancomunadas.
La oferta sobre Expal responde al prop¨®sito de Rheinmetall de aumentar su capacidad de producci¨®n. La firma espa?ola a la que corteja la germana acabar¨¢ este a?o con unas ventas de 400 millones, pero tiene potencial para llegar al doble. Seg¨²n sus cuentas provisionales, la facturaci¨®n de Rheinmetall ascendi¨® el a?o pasado a 6.400 millones de euros, un 13% m¨¢s que en 2021. Armin Papperger, consejero delegado de la compa?¨ªa, ha anunciado que negocia construir una planta de montaje de tanques Panther en Ucrania. Otras empresas son m¨¢s cautas. Una cosa es multiplicar turnos y ampliar plantilla para producir a destajo, como ha hecho la f¨¢brica de munici¨®n de Granada, seg¨²n ha informado la web Infodefensa, y otra invertir en nuevas cadenas de producci¨®n cuya continuidad no est¨¢ asegurada cuando callen los ca?ones.
M¨¢s all¨¢ de los productos de consumo r¨¢pido, como la munici¨®n, los beneficios de la guerra ya se empiezan a anotar en la cuenta de resultados de la gran industria militar, la de los buques y aviones de combate, sat¨¦lites y radares, aunque con retraso, pues se trata de contratos de gestaci¨®n lenta y ejecuci¨®n prolongada.
R¨¦cords en la Bolsa
El a?o pasado, la facturaci¨®n de la estadounidense Lockheed Martin ascendi¨® a 66.000 millones de d¨®lares, un 1,5% menos que el a?o anterior. El primer fabricante de equipos militares del mundo fue de los pocos que retrocedi¨® respecto a 2021, ya que la mayor¨ªa de sus competidores vio crecer sus ventas en torno al 5%. La interrupci¨®n de las cadenas de suministro, debido a los coletazos de la pandemia explicar¨ªa, seg¨²n fuentes del sector, esta lenta recuperaci¨®n. Pero fue en el ¨²ltimo trimestre de 2022, transcurrido ya m¨¢s medio a?o del inicio de la invasi¨®n, cuando las ventas se dispararon, con subidas medias del 7,5% y en muchos casos de dos d¨ªgitos. En las Bolsas, la cotizaci¨®n de las empresas de armamento ha alcanzado cotas hist¨®ricas.
Algunas de las firmas del top ten de la industria militar se han beneficiado directamente de la guerra de Ucrania. La estadounidense Raytheon ha suministrado a Kiev misiles antia¨¦reos Stinger por 624 millones de d¨®lares y Nasams por 668; y, junto a Lockheed, misiles antitanque Javelin por 663 millones y lanzadores m¨²ltiples HIMARS por 95. Por su parte, la brit¨¢nica BAE Systems ha recibido un encargo suplementario de 100 veh¨ªculos blindados multiprop¨®sito (AMPV) del ej¨¦rcito estadounidense para reemplazar a los 200 blindados M-113 entregados a Zelenski. Desde el inicio de la invasi¨®n, la Administraci¨®n de Joe Biden ha facilitado a Kiev equipamiento militar por valor de m¨¢s de 30.000 millones de d¨®lares (unos 28.000 millones de euros) y, pr¨¢cticamente en su totalidad, son made in USA.
Pero el gran negocio est¨¢ en el efecto colateral del conflicto: el crecimiento generalizado de los presupuestos de defensa. La invasi¨®n de Ucrania ha provocado una carrera de armamentos en sus vecinos europeos, temerosos de correr la misma suerte. Destinar el 2% del PIB para defensa ha pasado de ser una meta a medio plazo a un punto de partida, de techo a suelo, seg¨²n el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg. Al menos 11 de los 30 pa¨ªses aliados rondan o superan ya ese 2%. Espa?a, pen¨²ltimo de la fila, ha aumentado su gasto militar en un 26%; y Alemania, al¨¦rgica a cualquier atisbo de militarismo debido a su pasado, ha aprobado un fondo especial de 100.000 millones de euros para modernizar la Bundeswehr. Fuera de la OTAN, el otro gran derrotado de la II Guerra Mundial, Jap¨®n, ha aumentado un 20% su gasto militar y prev¨¦ llegar al 2% en 2027.
F¨¦lix Arteaga, investigador del Real Instituto Elcano, el principal think tank espa?ol, cree que hay una ¡°crisis de oferta¡± y que la guerra ha puesto al descubierto que la industria europea no tiene capacidad para sostener un conflicto de alta intensidad y larga duraci¨®n como el de Ucrania. Tampoco se muestra optimista sobre la posibilidad de que las compras conjuntas consigan frenar la escalada de precios, ya que los pa¨ªses con empresas de armamento primar¨¢n la producci¨®n dom¨¦stica y, apelando a la seguridad nacional, se niegan a revelar el volumen de sus reservas estrat¨¦gicas que, en todo caso, se han demostrado muy inferiores a lo que ped¨ªa la OTAN.
Varios gobiernos, como el espa?ol, han creado impuestos temporales sobre los beneficios extraordinarios obtenidos por las compa?¨ªas energ¨¦ticas y financieras a causa de la guerra, pero ninguno se ha planteado imponerlo a las industrias de armamento, las beneficiarias m¨¢s directas del conflicto. Arteaga cree que no funcionar¨ªa. ¡°Lo acabar¨ªan repercutiendo sobre sus clientes, que son los Estados, los mismos que recaudan impuestos¡±, alega.
Para romper el cuello de botella, aboga por abrir el acceso de la industria militar a los cr¨¦ditos del Banco Europeo de Inversiones (BEI), lo que facilitar¨ªa nuevas inversiones que aumentasen la capacidad de producci¨®n; y defiende la necesidad de ahorrar en todo lo que no sea prioritario. ¡°No tiene sentido mantener los mismos proyectos que antes de la guerra como si nada hubiera cambiado, salvo que ahora hay dinero para comprarlos¡±, alega.
Tras la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn, en 1989, se habl¨® de los llamados dividendos de la paz, la aplicaci¨®n a fines sociales de los ingentes fondos dedicados a armamento. Tardaron en llegar y duraron poco, pues los ataques terroristas del 11-S abrieron un nuevo ciclo de conflictos en Afganist¨¢n e Irak. Un a?o despu¨¦s de la invasi¨®n de Ucrania, el complejo industrial-militar, como lo llam¨® el presidente estadounidense Ike Eisenhower (1953-1961), ya est¨¢ cobrando los dividendos de la guerra.
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