El vicepresidente boliviano desaf¨ªa a Evo Morales en su feudo pol¨ªtico y recrudece la guerra en el partido de Gobierno
David Choquehuanca visita la regi¨®n de El Chapare, la zona cocalera que controla el expresidente, a pesar de las amenazas de los fieles a Morales
La guerra interna del Movimiento al Socialismo (MAS) de Bolivia ha escalado a un nuevo nivel. El vicepresidente, David Choquehuanca, ha visitado este mi¨¦rcoles el municipio de Chimor¨¦, en El Chapare, la regi¨®n cocalera de Bolivia, donde se ha reunido con dirigentes de un sindicato que lo invitaron unos d¨ªas antes. Enfrentado con Evo Morales desde hace a?os, Choquehuanca lleg¨® a la zona a pesar de la oposici¨®n de los fieles del expresidente, que organizaron una ¡°vigilia¡± y un bloqueo temporal de carreteras en su contra. En medio de la guerra que divide al partido gobernante, los incondicionales de Morales consideran a Choquehuanca un ¡°divisionista¡±, y le exigieron que primero ¡°pida permiso¡± a la coordinadora cocalera, dirigida por el exmandatario, antes de viajar al lugar. La visita era todo un desaf¨ªo. El Chapare es la regi¨®n m¨¢s fiel a Morales: ah¨ª comenz¨® su carrera pol¨ªtica como dirigente sindical y all¨ª volvi¨® a finales de 2020 tras su exilio en M¨¦xico y Argentina.
Fundador del MAS e hist¨®rico dirigente aimara, Choquehuanca, de 62 a?os, fue ministro de Relaciones Exteriores de Morales durante 11 a?os y se le consideraba su sucesor natural hasta que fue despedido del cargo en 2017. Era el favorito de las bases del partido para las elecciones de 2020, pero Morales impuso su criterio y eligi¨® a Luis Arce, su exministro de Econom¨ªa. Choquehuanca le acompa?¨® como vicepresidente, y desde entonces es el principal animador de la corriente ¡°renovadora¡± dentro de las organizaciones sociales que constituyen la columna vertebral del MAS. Los seguidores de Morales creen que sus constantes viajes a ¨¢reas rurales y a las escuelas de capacitaci¨®n ind¨ªgena que ha impulsado en este tiempo sirven para montar la estructura pol¨ªtica con la que Arce competir¨¢ con Morales por la candidatura popular y de izquierda para las elecciones de 2025. Choquehuanca ha desafiado varias veces al jefe del que, hasta ahora, sigue siendo el partido de ambos, pero es la primera vez que lo hace en El Chapare, donde se considera que el dominio de Morales es incontestable.
D¨ªas atr¨¢s, la Federaci¨®n de Comunidades Interculturales del municipio de Chimor¨¦ aprob¨® la resoluci¨®n de ¡°no recibir a ninguna autoridad si no tiene autorizaci¨®n de las organizaciones matrices¡± o, de lo contrario, bloquear la carretera que comunica a las dos principales ciudades del pa¨ªs, La Paz y Santa Cruz. Los ¡°interculturales¡± son campesinos que provienen del lado monta?oso, pero viven en las zonas bajas del pa¨ªs.
La reuni¨®n sindical se realiz¨® inmediatamente despu¨¦s de que los campesinos se enteraran de que el vicepresidente ten¨ªa pensado viajar a Chimor¨¦. ¡°No garantizamos [su seguridad] ni confiamos de que tenga buenas intenciones; mas al contrario, son autoridades sin principios que buscan el divisionismo de un pueblo unido y organizado, buscando intereses personales pol¨ªticos¡±, advirti¨® el voto resolutivo. Al d¨ªa siguiente, el sindicato que hab¨ªa llamado al vicepresidente inform¨® de que la invitaci¨®n segu¨ªa en pie. Seg¨²n la radio local Kausachun Coca, que responde a la l¨ªnea de Morales, Choquehuanca lleg¨® por v¨ªa a¨¦rea, fue protegido por un fuerte contingente policial y la reuni¨®n se celebr¨® en un cuartel militar. Las fotos que difundi¨® el Gobierno lo muestran rodeado de dirigentes en una sala del aeropuerto de Chimor¨¦.
El periplo de Choquehuanca eleva a¨²n m¨¢s la temperatura interna dentro del oficialismo boliviano, que ya est¨¢ dividido en dos, aunque el cisma a¨²n no se haya formalizado. El domingo 2 de abril, Morales advirti¨® en un tuit que ¡°el MAS no est¨¢ en el Gobierno¡±. Desde el festejo del aniversario del partido, el 27 de marzo, ocasi¨®n en la que ¨¦l y el presidente, Luis Arce, libraron una dura batalla ret¨®rica, la distancia entre los dos l¨ªderes se ha profundizado hasta un punto que la mayor¨ªa de los analistas considera ¡°sin retorno¡±.
El intento del exvicepresidente de Morales, ?lvaro Garc¨ªa Linera, por llevarlos a una mesa de negociaci¨®n fue abruptamente rechazado por el antiguo presidente, que, en otro tuit, calific¨® a Garc¨ªa Linera como su ¡°nuevo enemigo¡±. En respuesta, Garc¨ªa Linera declar¨® a la prensa que ¨¦l era ¡°secundario¡± y que lo que de verdad importa es que Arce y Morales resuelvan sus diferencias. ¡°Evo y Luis¡ j¨²ntense, unan y reconstituyan la fuerza de este movimiento¡±, pidi¨®. El vicepresidente que acompa?¨® a Morales durante sus 13 a?os de Gobierno y al exilio les pidi¨® a ambos l¨ªderes que no sigan con ambig¨¹edades: ¡°Si de manera definitiva no hay reconciliaci¨®n, pues ya, d¨ªganle a la militancia, al pueblo¡±. Garc¨ªa Linera es el ¨²nico militante notorio del MAS que admite con claridad que el objeto de esta disputa es la candidatura presidencial en las elecciones de 2025.
Evo Morales ha dedicado los ¨²ltimos meses a criticar al gabinete de ministros de Arce, a los que llama ¡°derecha interna¡±, por supuestamente estar conspirando para desprestigiarlo ante la opini¨®n p¨²blica con investigaciones sobre presunto narcotr¨¢fico y corrupci¨®n en sus tres Gobiernos. Otra de sus quejas es el supuesto despido del Gobierno de quienes lo siguen, llamados evistas. Desde la otra vereda, los dirigentes cercanos a Morales exigen la renuncia de los ministros por fidelidad al ¡°verdadero proceso de cambio¡±, y atacan al Gobierno con toda clase de denuncias de corrupci¨®n.
El ¨²ltimo episodio indica que las bases de Morales intentan darle al Gobierno de Arce el mismo tratamiento que reservaban en los a?os noventa para los gobiernos neoliberales, que estaban comprometidos con la llamada guerra contra las drogas. Frente a ellos, el arma del bloqueo de caminos era particularmente poderosa. De esta lucha emergi¨®, a fines del siglo pasado, la figura de l¨ªder de Morales.
En su discurso en el acto de aniversario del MAS, Arce pidi¨® que el partido sea ¡°pluralista¡± y que las opiniones divergentes se permitan ¡°en el marco de la unidad ideol¨®gica¡±, lo que fue descartado, inmediatamente despu¨¦s, por Morales en su propio discurso. Este se?al¨® que el pluralismo se ha usado para ¡°destrozar al movimiento popular¡±. Tambi¨¦n cuestion¨®: ¡°?De qu¨¦ unidad estamos hablando? Hablan de unidad y por debajo est¨¢n dividiendo con prebendas¡±, en alusi¨®n a los esfuerzos de Arce y Choquehuanca por obtener apoyo propio dentro de los movimientos sociales, esfuerzos que ahora se intenta cortar de cuajo con esta prohibici¨®n de visitas que han aprobado los cocaleros del ala evista y que es probable que se extienda a otras zonas del pa¨ªs.
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