La sombra de la corrupci¨®n se cierne sobre Clarence Thomas, el juez m¨¢s conservador del Supremo de EE UU

El juez m¨¢s conservador del Tribunal Supremo de Estados Unidos, Clarence Thomas, se encuentra en el ojo del hurac¨¢n por no declarar ni rendir cuentas de los agasajos que ha recibido durante a?os de un entusiasta contribuyente a las campa?as republicanas, ¨ªntimo amigo suyo.

Thomas, contrario al aborto y a los derechos de los homosexuales y autor de algunos de los fallos m¨¢s conservadores del alto tribunal, se ha defendido este viernes restando importancia a las estancias en hoteles de lujo, los vuelos en avi¨®n privado y los cruceros que ¨¦l y su esposa, Victoria Ginni Thomas, han disfrutado durante 20 a?os gracias a la generosidad de su multimillonario ¡°amigo¡± Harlan Crow, un magnate inmobiliario que es asimismo un conocido donante republicano. El esc¨¢ndalo fue revelado el jueves por el medio de investigaci¨®n ProPublica.

¡°Harlan y Kathy Crow forman parte de nuestros mejores amigos¡±, ha justificado Thomas, de 74 a?os, en un comunicado divulgado hoy por el Tribunal Supremo. ¡°Como suelen hacer los amigos, nosotros [¨¦l y su esposa] los hemos acompa?ado en un cierto n¨²mero de viajes¡±. El decano del Supremo m¨¢s conservador de la historia de EE UU, gracias al giro a la derecha impreso por la presidencia de Donald Trump, ha asegurado tambi¨¦n que desconoc¨ªa las normas sobre la declaraci¨®n de este tipo de regalos, pese a la existencia de una ley anticorrupci¨®n, adoptada en los a?os setenta tras el esc¨¢ndalo del Watergate, que obliga a la transparencia.

¡°Cuando llegu¨¦ al Supremo [en 1991], pregunt¨¦ a mis colegas y a otros miembros del poder judicial y se me inform¨® de que no ten¨ªa que reportar este tipo de hospitalidades por parte de amigos personales no vinculados con el tribunal¡±, explica en el comunicado, subrayando que desde entonces se ha ¡°esforzado¡± en respetar las normas. No obstante, reconoce impl¨ªcitamente, despu¨¦s de modificarse el mes pasado el reglamento interno del poder judicial, su intenci¨®n es ¡°cumplir [sus requerimientos] de cara al futuro. La Conferencia Judicial de EE UU, el ¨®rgano de gobierno de los jueces, adopt¨® en marzo normas m¨¢s estrictas que exigen a los magistrados revelar los viajes en avi¨®n privado y las estancias en lugares como complejos tur¨ªsticos.

Seg¨²n ProPublica, Thomas disfrut¨® de traves¨ªas por todo el mundo en el yate de lujo de Crow, viajes en su avi¨®n privado y estancias en un exclusivo complejo solo para hombres en California, adem¨¢s de viajar al rancho del magnate en el este de Texas y pasar una semana todos los veranos en un complejo privado que Crow posee en las monta?as Adirondack, al noreste del Estado de Nueva York.

Otros conflictos de intereses

No es la primera vez que el nombre de Thomas se ve envuelto en una pol¨¦mica. Su esposa, Ginni, lobista y activista ultraconservadora, se vio involucrada en su d¨ªa en la campa?a de denuncia de Donald Trump del supuesto fraude electoral de 2020, con la que pretendi¨® demostrar -infundadamente- que las presidenciales le fueron robadas. Una vez revelados los mensajes de texto y correos electr¨®nicos que Ginni Thomas envi¨® para apoyar la causa de Trump, los dem¨®cratas denunciaron un supuesto conflicto de intereses y pidieron al juez que se recusara de cualquier litigio electoral.

Thomas fue nombrado para el Supremo en 1991 por el presidente republicano George Bush padre. Fue confirmado en el cargo pese a las acusaciones de acoso sexual por parte de Anita Hill, una antigua ayudante, que el juez siempre ha negado tild¨¢ndolas de ¡°linchamiento high tech¡±. El magistrado es tambi¨¦n un alcoh¨®lico rehabilitado.

La revelaci¨®n de los pagos en especie recibidos de Crow ha alimentado las peticiones de dimisi¨®n inmediata por parte de algunos dem¨®cratas electos. Pese al par¨®n de la vida p¨²blica por las vacaciones de primavera, coincidentes con la Semana Santa, y al pr¨¢ctico monopolio informativo del caso Trump durante estos d¨ªas, la controversia en torno a Thomas crece por momentos y amenaza con convertirse en una bola de nieve para los republicanos, adem¨¢s de atizar la polarizaci¨®n existente.

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