La persecuci¨®n del r¨¦gimen de Ortega y Murillo en Semana Santa deja 20 detenidos en Nicaragua
La represi¨®n religiosa se agrav¨® con la prohibici¨®n de procesiones y el asedio policial en templos en todo el territorio del pa¨ªs
La persecuci¨®n religiosa que el r¨¦gimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo recrudeci¨® durante los primeros d¨ªas de abril ha dejado al menos 20 nicarag¨¹enses detenidos, sobre todo en Semana Santa, cuando la polic¨ªa prohibi¨® procesiones y tradiciones cat¨®licas. El dato de las detenciones lo aportan organismos opositores, que las catalogan como ¡°secuestros¡±, y quienes registraron los asedios contra parroquias y la realizaci¨®n de los ritos intramuros de los templos.
La organizaci¨®n el Monitoreo Azul y Blanco reporta 35 incidentes a violaciones a los derechos humanos durante la Semana Santa, una de las m¨¢s veneradas y sentidas por el catolicismo. Entre ellas destacan cinco casos de hostigamiento policial y nueve incidentes de control territorial por parte de los oficiales para boicotear las procesiones. Adem¨¢s, resaltan la expulsi¨®n del pa¨ªs del sacerdote paname?o Donaciano Alarc¨®n. El p¨¢rroco fue capturado y las autoridades migratorias lo dejaron descalzo en la frontera con Honduras por pedir por la liberaci¨®n del obispo Rolando ?lvarez, condenado a 26 a?os de prisi¨®n.
¡°Entre los hechos a destacar est¨¢n tres incidentes y una detenci¨®n de un periodista. Al menos nueve detenciones de feligreses que participaron en festividades de Semana Santa¡±, expone el Monitoreo Azul y Blanco. El periodista detenido es V¨ªctor Ticay, colaborador de Canal 10 de se?al abierta, quien dio cobertura a la tradici¨®n de La Rese?a en el municipio de Nandaime, al sur de Nicaragua. El evento religioso cobr¨® relevancia porque los devotos burlaron el cerco de oficiales. Ticay public¨® todo en su p¨¢gina de Facebook y fue detenido por ello. Luego el video que transmiti¨® fue borrado de su p¨¢gina social.
La Organizaci¨®n Periodistas y Comunicadores Independientes de Nicaragua (PCIN), denunci¨® la detenci¨®n ¡°arbitraria e ilegal¡± del periodista y aseguran que fue trasladado a la Direcci¨®n de Auxilio Judicial, El Chipote, en Managua. Sin embargo, hasta ahora la polic¨ªa no ha informado sobre el arresto.
El r¨¦gimen de Ortega y Murillo prohibi¨® los viacrucis de cuaresma desde mediados de febrero y luego ampli¨® la restricci¨®n a todo evento de Semana Santa. La jerarqu¨ªa cat¨®lica en Nicaragua acat¨® la orden anunciada por la polic¨ªa y cancelaron las tradicionales peregrinaciones nacionales, celebradas antes de la Semana Santa. Los p¨¢rrocos ordenaron a sus fieles realizar sus actos de fe al interior de los templos, pero eso no evit¨® que el acoso policial amainara.
Sin embargo, no s¨®lo en la ciudad de Nandaime los devotos se rebelaron: En los departamentos de Masaya, Granada, y Chinandega j¨®venes ataviados con t¨²nicas y cargando cruces desafiaron a los oficiales al recrear la pasi¨®n, muerte y resurrecci¨®n de Jes¨²s en las calles. En el peque?o y caliente municipio de Rancher¨ªa, en el occidente del pa¨ªs, los fieles reclamaron de frente a los antimotines y rodearon la patrulla policial en reclamo por la prohibici¨®n de la salida tradicional de Los Jud¨ªos.
Fue tanta la persecuci¨®n que el papa Francisco mencion¨® a Nicaragua en su mensaje pascual en la misa del Domingo de Resurrecci¨®n, durante su tradicional bendici¨®n ¡°urbi et orbi¡± (¡°a la ciudad y el mundo¡±). El pont¨ªfice se refiri¨® a los conflictos que afectan al planeta y or¨® por todos aquellos a quienes se les impide profesar libre y p¨²blicamente su fe. ¡°Sostiene, Se?or, a las comunidades cristianas que hoy celebran la Pascua en circunstancias particulares, como en Nicaragua y en Eritrea, y acu¨¦rdate de todos aquellos a quienes se les impide profesar libre y p¨²blicamente su fe¡±, implor¨®.
La persecuci¨®n religiosa ha incluido cierres de medios de comunicaci¨®n cat¨®licos, la expulsi¨®n de sacerdotes y monjas hasta la suspensi¨®n de las relaciones diplom¨¢ticas de forma unilateral con la Santa Sede, luego de que Francisco catalogara al r¨¦gimen de Ortega y Murillo como una dictadura hitleriana.
Abril, mes caliente
La organizaci¨®n Urnas Abiertas sostuvo que la persecuci¨®n religiosa en Semana Santa trajo m¨¢s intimidaci¨®n y el asedio fue parejo en casi todo el territorio nacional. El organismo prev¨¦ que el acoso persista en Nicaragua a medida que el mes de abril transcurra, en especial a partir del d¨ªa 18, cuando se cumpla el quinto aniversario de las protestas sociales que arrinconaron a la pareja presidencial.
Desde 2018, el r¨¦gimen redobla el estado policial en el mes de abril para evitar cualquier tipo de conmemoraci¨®n o alusi¨®n al movimiento popular que fue aplacado con violencia letal por polic¨ªas y paramilitares sandinistas. Al menos 355 personas fueron ejecutadas, seg¨²n la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos. Miles fueron apresados y centenares condenados en juicios pol¨ªticos, mientras hasta la fecha unos 300.000 nicarag¨¹enses han huido o se han exiliado de la violencia pol¨ªtica y la crisis econ¨®mica, en un ¨¦xodo sin precedentes solo comparable al de la d¨¦cada del ochenta, cuando el pa¨ªs estaba sumido en una guerra civil.
Recientemente, el informe del Grupo de Expertos en Derechos Humanos sobre Nicaragua (Ghren, por sus siglas en ingl¨¦s) concluy¨® que Ortega y Murillo fueron responsables de la comisi¨®n de cr¨ªmenes de lesa humanidad desde 2018 hasta la fecha. Los expertos han exhortado a la comunidad internacional a activar la justicia internacional contra la pareja presidencial, mientras que el mandato del Ghren fue renovado por Naciones Unidas para profundizar en las cadenas de mando represivas, incluida una investigaci¨®n sobre el rol del Ej¨¦rcito de Nicaragua.
En el destierro en Miami, el obispo auxiliar de Managua, Silvio B¨¢ez, celebr¨® la misa de Resurrecci¨®n y record¨® que las piedras del sepulcro fueron removidas por Jes¨²s. ¡°En el camino hacia su liberaci¨®n los pueblos se ven bloqueados no solo por las enormes piedras de la crueldad de los tiranos, sino tambi¨¦n por las piedras de la indiferencia de los ego¨ªstas, las envidias entre los l¨ªderes y la desesperanza del pueblo cansado de sufrir. Pero todas esas piedras pueden ser removidas¡±, alent¨® el prelado.
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