Una ni?a marroqu¨ª reclama la justicia que no obtuvo tras ser violada en grupo durante meses
Un tribunal de Rabat revisa la condena a apenas dos a?os de c¨¢rcel a los tres hombres que forzaron sexualmente desde los 11 a?os a una chica, que dio a luz un ni?o tras quedarse embarazada
A Sanaa, que ya ha cumplido 13 a?os, la justicia de Marruecos le ha dado la espalda hasta ahora. Al mediod¨ªa de este jueves llegaba atemorizada y en silencio junto con su familia a la Sala Segunda del Tribunal de Apelaciones de Rabat, repleta de asistentes. Desde los 11 a?os fue violada en grupo durante meses por tres hombres de su aldea. La dejaron embarazada y tuvo un hijo que ya ha cumplido su primer a?o. Hace menos de un mes, un tribunal de la capital marroqu¨ª conden¨® a sus agresores a entre a?o y medio y dos a?os de c¨¢rcel por ¡°atentar contra el pudor de una menor¡±. En la revisi¨®n del caso, los magistrados se han negado ahora a aceptar la petici¨®n de sus abogados para calificar los hechos de violaci¨®n, pero acordaron a propuesta del fiscal que pueda testificar a puerta cerrada para proteger su intimidad, seg¨²n inform¨® la abogada F¨¢tima Chauri, tambi¨¦n presidenta de la Asociaci¨®n de Lucha contra la Violencia contra las Mujeres. ¡°Confiamos en que cambien de opini¨®n en el nuevo fallo¡±, aventuraba. En el primer juicio, Sanaa tuvo que mostrar la cara con su beb¨¦ en brazos.
Cinco a?os de prisi¨®n es la pena m¨ªnima por violaci¨®n en Marruecos, que puede llegar a sextuplicarse si se trata de una menor y virgen. Pero los jueces que examinaron el caso por primera vez aplicaron a los agresores circunstancias atenuantes, tales como ¡°condiciones sociales¡± de extrema pobreza, ¡°ausencia de antecedentes¡± o ¡°la excesiva severidad de la pena prevista a la vista de los cargos¡±. No tuvieron en cuenta que fue una violaci¨®n grupal, reiterada y prolongada, ni la corta edad de la v¨ªctima. La Corte de Apelaciones de Rabat est¨¢ revisando la sentencia de la primera instancia, que ha desatado una ola de indignaci¨®n social. Ha aprobado la comparecencia de una testigo clave, otra menor que presenci¨® los hechos y que tambi¨¦n presta declaraci¨®n a puerta cerrada.
Sanaa permanec¨ªa a menudo sola en su casa, una chabola en los alrededores de Tiflet (65 kil¨®metros al este de Rabat), mientras su padre pastoreaba ganado o acud¨ªa al mercado y su madre trabajaba en el campo. Nunca fue a la escuela: su familia ten¨ªa miedo de que fuera violada de camino al colegio, a m¨¢s de siete kil¨®metros de distancia. Su caso habr¨ªa quedado en el olvido, como el bled o territorio rural en el que vive, de no haber sido por la enconada protesta surgida desde algunos medios de comunicaci¨®n y ONG, en medio de la aparente ley del silencio que pesa sobre los delitos sexuales en Marruecos. En primera instancia, Karin A., de 36 a?os; su sobrino Yusef Z., de 22, y su vecino Abdelwahed B., de 29, fueron condenados por ¡°sustracci¨®n de un menor¡± y ¡°atentado con violencia contra el pudor de un menor¡±. El cargo de violaci¨®n no figuraba en la sentencia. Durante el proceso, una prueba de ADN estableci¨® la paternidad del m¨¢s joven de los agresores sobre el hijo de la ni?a, aunque no est¨¢ legalmente obligado a reconocer al beb¨¦ ni a contribuir a su manutenci¨®n.
Desde la sociedad civil de Marruecos, la asociaci¨®n Insaf ¨Dde ayuda a mujeres en situaci¨®n de vulnerabilidad, como las madres solteras¨D ampar¨® a Sanaa cuando se encontraba m¨¢s desvalida, cargando con un hijo al que apenas pod¨ªa sostener en brazos. ¡°Desde hace un a?o hemos intervenido para ayudar y apoyar a la menor y a su beb¨¦. Nos hemos hecho cargo de los gastos m¨¦dicos, de alimentaci¨®n infantil y de tratamiento psicol¨®gico, as¨ª como de la integraci¨®n de la ni?a por primera vez en un centro educativo¡±, explica Amina Jalid, secretaria general de Insaf, presente en el Tribunal de Apelaciones. La sala estaba repleta de abogados que se han sumado gratuitamente a la defensa y representantes de ONG, ante informadoras de la prensa local y extranjera, en medio de un discreto despliegue de seguridad.
La escritora y soci¨®loga Sumaya Naaman Guessu conoci¨® el caso de Sanaa a trav¨¦s de las responsables de Insaf. Su carta abierta al ministro de Justicia, Abdelatif Uahbi, publicada en el digital Le360 hace dos semanas, fue el aldabonazo que despert¨® a la opini¨®n p¨²blica marroqu¨ª de su letargo. ¡°Se?or ministro. Denuncio que ha habido un juicio inadmisible. Un caso escandaloso para una ni?ita de 11 a?os abyectamente violada¡±, rezaba su misiva. ¡°Estaba paralizada por el miedo a sus torturadores, por eso guardaba silencio¡±, detallaba esta profesora.
¡°Lo primero es que se haga justicia para esta chica con el C¨®digo Penal vigente en la mano, y aplicar las penas que corresponden a la gravedad del delito¡±, argumenta Amina Jalid, ¡°pero tambi¨¦n habr¨¢ que cambiar la legislaci¨®n. En caso de violaci¨®n de una menor con agresi¨®n y amenazas, los culpables deber¨ªan ser castigados con al menos 15 a?os de c¨¢rcel¡±. La responsable de Insaf se suma al coro de voces que ha emergido desde las ONG y la prensa para reclamar que los jueces dejen de tener tan amplia discrecionalidad para aplicar atenuantes.
Del contenido del fallo ha trascendido a trav¨¦s de la prensa marroqu¨ª que uno de los condenados se sirvi¨® de una sobrina, de la misma edad que Sanaa, para averiguar cu¨¢ndo se encontraba sola la menor, sin la presencia de sus familiares, para violarla en grupo bajo graves amenazas para ella y los suyos si denunciaba lo ocurrido. Esta otra ni?a, que presenci¨® algunas de las agresiones sexuales, tiene previsto testificar en el juicio de revisi¨®n de la primera sentencia, seg¨²n ha anunciado el abogado de la familia, Mohamed Essabar. Los padres no se percataron del embarazo de su hija hasta que se encontraba en el octavo mes de gestaci¨®n.
¡°No es el primer caso y tememos que tampoco ser¨¢ el ¨²ltimo en el que se impone una pena tan leve en una caso de esta gravedad¡±, advierte Jalid. Un estudio elaborado por el colectivo feminista Masaktach (No me callo), citado por la agencia Efe, se?alaba que las condenas por violaci¨®n en Marruecos en 2020 no superaron los cinco a?os de c¨¢rcel en el 80% de las sentencias en primera instancia analizadas, lo que en la pr¨¢ctica supone una permanencia en prisi¨®n de poco m¨¢s de tres a?os.
La ley ya prev¨¦ condenas de hasta 30 a?os de c¨¢rcel por violaci¨®n que no se suelen aplicar. ¡°Esperamos que el Tribunal de Apelaci¨®n de Rabat haga justicia a las v¨ªctimas de este crimen: los dos menores (madre e hijo) y la familia. Y que ello sirva como precedente para otros casos¡±, augura Jalid, secretaria general de la asociaci¨®n Insaf.
En 2012, Amina Filali, de 16 a?os, se suicid¨® tras haberse visto obligada a casarse con su violador, una opci¨®n de remisi¨®n de condena prohibida en Marruecos desde 2014. Ya en 2016, Jadiya Suidi, tambi¨¦n de 16 a?os, se quit¨® la vida despu¨¦s de que dos de sus violadores fueran excarcelados por las autoridades. Tras la conmoci¨®n nacional que suscit¨® su muerte, siete hombres fueron juzgados de nuevo acusados de su violaci¨®n y condenados a ocho a?os de prisi¨®n. Un octavo fue sentenciado a cumplir 20 a?os de privaci¨®n de libertad. Suidi fue violada y torturada por 12 hombres durante dos meses.
¡°Ella [Sanaa] vivir¨¢ toda su vida con una herida abierta. Tendr¨¢ que amar a un hijo fruto de la violencia inmunda y que ser¨¢ para siempre un ciudadano considerado ileg¨ªtimo, as¨ª como soportar las miradas de una sociedad, que no siempre es clemente. Se?or ministro de Justicia, me gustar¨ªa poder entender este veredicto¡±, remachaba su carta abierta la profesora Naaman Guessu. ¡°Este caso, que me ha impresionado, nos concierne a todos los marroqu¨ªes¡±, le replic¨® casi de inmediato el titular de Justicia, quien ha anunciado una reforma legal y la creaci¨®n de centros de ayuda para las v¨ªctimas de una violaci¨®n.
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