?Qu¨¦ est¨¢ pasando en Sud¨¢n? El conflicto, en 10 claves
El general Abdefat¨¢ al Burhan, enfrentado a las fuerzas paramilitares, gobierna desde hace tres a?os un pa¨ªs con una grave crisis econ¨®mica, altos niveles de violencia interna y fuerte aislamiento diplom¨¢tico
Desde la ma?ana del s¨¢bado 15 de abril, el ej¨¦rcito sudan¨¦s y la principal organizaci¨®n paramilitar del pa¨ªs, las Fuerzas de Apoyo R¨¢pido, se han enzarzado en intensos choques armados en distintos puntos de Sud¨¢n, incluida la capital, Jartum. Los enfrentamientos hacen temer por un conflicto civil m¨¢s generalizado, y representan el ¨²ltimo rev¨¦s a las aspiraciones populares de abrir una transici¨®n hacia la democracia y un Go...
Desde la ma?ana del s¨¢bado 15 de abril, el ej¨¦rcito sudan¨¦s y la principal organizaci¨®n paramilitar del pa¨ªs, las Fuerzas de Apoyo R¨¢pido, se han enzarzado en intensos choques armados en distintos puntos de Sud¨¢n, incluida la capital, Jartum. Los enfrentamientos hacen temer por un conflicto civil m¨¢s generalizado, y representan el ¨²ltimo rev¨¦s a las aspiraciones populares de abrir una transici¨®n hacia la democracia y un Gobierno civil.
A continuaci¨®n se exponen algunas claves necesarias para comprender la delicada situaci¨®n del pa¨ªs.
1. ?C¨®mo se ha llegado hasta aqu¨ª?
Sud¨¢n permanec¨ªa en una situaci¨®n de gran inestabilidad desde que en octubre de 2021 el ej¨¦rcito y las Fuerzas de Apoyo R¨¢pido ejecutaron un golpe de Estado. La asonada militar acab¨® con la transici¨®n democr¨¢tica iniciada poco despu¨¦s de que el dictador Omar al Bashir fuera derrocado en 2019 tras meses de masivas protestas sociales.
El l¨ªder del golpe y jefe del ej¨¦rcito, Abdefat¨¢ al Burhan, prometi¨® que nombrar¨ªa un Ejecutivo tecn¨®crata para dirigir el pa¨ªs hasta nuevas elecciones. Pero sus planes chocaron con una amplia oposici¨®n popular y ha tenido que hacer frente con pocos apoyos a una grave crisis econ¨®mica, altos niveles de violencia interna y un fuerte aislamiento diplom¨¢tico.
2. ?Por qu¨¦ han estallado ahora los enfrentamientos?
El ej¨¦rcito y las Fuerzas de Apoyo R¨¢pido siempre han mantenido una relaci¨®n dif¨ªcil, pero hab¨ªan sido capaces de mantener una fr¨¢gil alianza de conveniencia para evitar ceder el poder a una autoridad civil, hacer reformas internas y rendir cuentas por sus abusos. Sin embargo, la incapacidad para cimentar su poder y reconducir la situaci¨®n tras el golpe de Estado de 2021 contribuy¨® a hacer la relaci¨®n entre ambas fuerzas cada vez m¨¢s insostenible.
Las tensiones empezaron a aumentar de forma alarmante cuando, en el marco de nuevas negociaciones con la alianza civil a la que hab¨ªan apartado del poder con el golpe, fueron incapaces de acordar un proceso de reforma para integrar las fuerzas paramilitares en el ej¨¦rcito. En los d¨ªas previos a los combates, las Fuerzas de Apoyo R¨¢pido aumentaron su presencia en Jartum y en una base a¨¦rea en el norte del pa¨ªs, sin la aprobaci¨®n del ej¨¦rcito.
3. ?Qu¨¦ son las Fuerzas de Apoyo R¨¢pido?
Las Fuerzas de Apoyo R¨¢pido son el grupo paramilitar m¨¢s poderoso de Sud¨¢n. Fueron establecidas formalmente en 2013 a partir de la uni¨®n de milicias armadas y que hab¨ªan liderado el genocidio de minor¨ªas no ¨¢rabes en la regi¨®n occidental de Darfur a principios de este siglo. El dictador Omar al Bashir cre¨® el grupo para protegerse de posibles asonadas del ej¨¦rcito y de los servicios de inteligencia.
El grupo paramilitar est¨¢ al mando de Mohamed Hamdan Dagalo, conocido como Hemedti, y cuenta con decenas de miles de miembros, pero no es una fuerza regular, disciplinada ni jer¨¢rquica. Sobre todo en su feudo de Darfur, las Fuerzas de Apoyo R¨¢pido operan con cierta autonom¨ªa y sin un mando central claro.
4. ?En qu¨¦ situaci¨®n se encuentra el ej¨¦rcito?
Las Fuerzas Armadas de Sud¨¢n han sido la instituci¨®n con mayor poder e influencia en el pa¨ªs desde su independencia del Reino Unido y de Egipto, en 1956, y han protagonizado m¨²ltiples golpes de Estado. Existe un profundo recelo de su plana mayor hacia Dagalo y las Fuerzas de Apoyo R¨¢pido, en gran medida porque estos ¨²ltimos proceden de la perif¨¦rica Darfur, lo que desaf¨ªa la tradicional prominencia que han retenido los oficiales de las regiones centrales de Sud¨¢n. En sus filas, contin¨²a habiendo miembros que mantienen lazos con el movimiento islamista leal al antiguo r¨¦gimen de Al Bashir, que tambi¨¦n desconf¨ªan de Dagalo.
El ej¨¦rcito se encuentra actualmente bajo el mando de Abdelfat¨¢ al Burhan, un general que hab¨ªa servido en Darfur y que ascendi¨® al poder durante el convulso periodo que se abri¨® en el pa¨ªs tras el derrocamiento de Al Bashir. Al Burhan es particularmente cercano al r¨¦gimen militar de su vecino Egipto, donde se form¨® junto con otros oficiales.
5. ?Qui¨¦n se encuentra en una mejor posici¨®n?
La situaci¨®n sobre el terreno y el control de puntos estrat¨¦gicos del pa¨ªs sigue siendo en gran medida incierto y contin¨²a habiendo informaciones opuestas de ambos bandos. La principal ventaja con la que cuenta el ej¨¦rcito es la fuerza a¨¦rea. Esto podr¨ªa explicar que las Fuerzas de Apoyo R¨¢pido intentaran controlar desde la ma?ana del s¨¢bado una importante base a¨¦rea del norte del pa¨ªs, as¨ª como el aeropuerto de Jartum.
Las Fuerzas de Apoyo R¨¢pido est¨¢n bien armadas y analistas militares consideran que si los enfrentamientos se concentran en zonas urbanas como la capital les podr¨ªa beneficiar frente a unas fuerzas regulares menos preparadas para combates de este tipo, aunque a ¨²ltima hora del domingo medios locales y agencias apuntaban a que el ej¨¦rcito parec¨ªa estar imponi¨¦ndose en algunos puntos estrat¨¦gicos. El equilibrio de fuerzas fuera de la capital, feudo tradicional de las Fuerzas Armadas, es todav¨ªa m¨¢s incierto.
6. ?Cu¨¢les son las fuentes de riqueza de las partes enfrentadas?
El ej¨¦rcito y las Fuerzas de Apoyo R¨¢pido controlan o tienen participaciones en cientos de empresas activas en sectores tan diversos como el oro, las armas, la construcci¨®n, la banca, las telecomunicaciones, las importaciones, el turismo y los electrodom¨¦sticos.
Las Fuerzas Armadas usan, sobre todo, una red compleja y opaca de brazos de inversi¨®n vinculados a organizaciones nominalmente ben¨¦ficas a trav¨¦s de las que controlan, por ejemplo, el mayor banco de Sud¨¢n. Sin embargo, el paramilitar Dagalo conf¨ªa m¨¢s bien en su entorno cercano, particularmente en sus hermanos, para gestionar su imperio econ¨®mico.
Los intentos de los civiles de arrojar luz y reformar este poder econ¨®mico de los generales fue otro de los principales motivos que precipitaron el golpe de Estado conjunto en octubre del 2021.
7. ?D¨®nde queda el movimiento prodemocr¨¢tico?
Uno de los principales obst¨¢culos con los que se han topado los generales golpistas en sus intentos de cimentarse en el poder ha sido el amplio movimiento prodemocr¨¢tico sudan¨¦s. En el centro de este se encuentran los comit¨¦s de resistencia, grupos descentralizados de revolucionarios muy arraigados en muchos barrios del pa¨ªs que se han situado al frente de la lucha contra los militares y que han demostrado una gran habilidad para esquivar las t¨¢cticas represivas y de cooptaci¨®n del r¨¦gimen.
Por otro lado, las Fuerzas por la Libertad y el Cambio son una alianza elitista de grupos civiles, sobre todo procedentes de la capital, que son quienes compartieron el poder con el ej¨¦rcito antes del golpe de Estado y quienes estaban negociando de nuevo con ellos hasta ahora. Ambos grupos defienden un Gobierno civil y democr¨¢tico, un Estado de derecho y la formaci¨®n de un ¨²nico ej¨¦rcito, adem¨¢s de denunciar a ambos bandos enfrentados.
8. ?Qu¨¦ papel se reserva a la justicia?
Una de las principales demandas enarboladas por el movimiento prodemocr¨¢tico es la de la rendici¨®n de cuentas tanto del ej¨¦rcito como de las Fuerzas de Apoyo R¨¢pido, puesto que ambos cuentan con un largo historial de abusos y violaciones de derechos humanos. Desde el golpe de Estado de octubre de 2021, las fuerzas de seguridad han matado al menos a 125 civiles solo en Jartum, y las dos partes ahora enfrentadas estuvieron involucradas en el desalojo violento de una acampada civil en 2019, que se sald¨® con m¨¢s de 120 muertos y decenas de heridos y desaparecidos. El movimiento civil tambi¨¦n pide que se haga justicia por los cr¨ªmenes de guerra cometidos en Darfur.
Los enfrentamientos actuales entre unos y otros, que ya han causado la muerte a decenas de civiles, se suman, por lo tanto, a una dilatada lista de agravios y probablemente refuercen la demanda innegociable de la oposici¨®n prodemocr¨¢tica de hacer justicia.
9. ?Cu¨¢les son sus principales apoyos internacionales?
El alto mando del ej¨¦rcito y Dagalo cuentan con distintos aliados fuera del pa¨ªs, aunque las alianzas no son r¨ªgidas. El socio m¨¢s visible de las Fuerzas Armadas es Egipto, que est¨¢ gobernado por un r¨¦gimen militar con lazos hist¨®ricos con Sud¨¢n y que teme la falta de control en su frontera sur. Tambi¨¦n tiene relaciones con los servicios de seguridad de Israel.
Los paramilitares de Dagalo, en cambio, tienen buenas conexiones con Arabia Saud¨ª y con Emiratos ?rabes Unidos, as¨ª como con Rusia y el grupo paramilitar Wagner. De hecho, Dagalo se hallaba en Mosc¨² en la v¨ªspera del inicio de la invasi¨®n rusa de Ucrania, en febrero del 2022. A pesar de ello, el l¨ªder de las Fuerzas de Apoyo R¨¢pido ha querido evitar hasta ahora rivalizar p¨²blicamente con Egipto. Aun as¨ª, los gobernantes saud¨ªes, emirat¨ªes y rusos tambi¨¦n tienen puentes tendidos con los militares del Gobierno. De hecho, el Kremlin lleva a?os queriendo instalar una base naval en la estrat¨¦gica costa del mar Rojo y para ello ha estado meses negociando con las autoridades sudanesas de turno.
Mientras tanto, Estados Unidos prioriza el mantenimiento de la estabilidad y de la seguridad en el pa¨ªs, y ha promovido negociaciones entre los militares y la ¨¦lite civil, que tambi¨¦n comparte con Washington su animadversi¨®n por la rehabilitaci¨®n del antiguo r¨¦gimen islamista, que lleg¨® a albergar a Osama Bin Laden en los a?os noventa.
10. ?En qu¨¦ lugar se encuentran los afines al antiguo r¨¦gimen de Al Bashir?
El futuro de militares y funcionarios islamistas en la ¨®rbita de grupos afines al viejo r¨¦gimen de Al Bashir sigue siendo un punto de fricci¨®n entre el ej¨¦rcito, las Fuerzas de Apoyo R¨¢pido y el movimiento prodemocr¨¢tico. Sobre todo, a ra¨ªz de la reticencia de Al Burhan de depurar sus filas, entre las que todav¨ªa se cree que retienen una influencia significativa.
Despu¨¦s del golpe de Estado, y ante la incapacidad de tejer otras alianzas, Al Burhan rehabilit¨® y acerc¨® posiciones con grupos islamistas y figuras que hab¨ªan ocupado cargos destacados durante la ¨¦poca de Al Bashir. Pero el general acab¨® distanci¨¢ndose de ellos ¡ªsin llegar a enfrentarse directamente¡ª cuando intent¨® retomar las negociaciones con la ¨¦lite del movimiento civil despu¨¦s del verano.
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