El principal grupo paramilitar y el ej¨¦rcito de Sud¨¢n luchan por el control de la capital
Las poderosas Fuerzas de Apoyo R¨¢pido aseguran tener el dominio del palacio presidencial y el aeropuerto mientras los militares lo niegan. Al menos 27 personas han muerto y casi 400 han resultado heridas, seg¨²n el Ministerio de Salud
Intensos enfrentamientos armados entre el ej¨¦rcito de Sud¨¢n y las paramilitares Fuerzas de Apoyo R¨¢pido estallaron este s¨¢bado en la capital del pa¨ªs, Jartum, y en otros puntos del territorio, despu¨¦s de varios d¨ªas de escalada de tensi¨®n y en medio de temores de que los choques suman la naci¨®n africana en un conflicto fratricida m¨¢s generalizado. A ¨²ltima hora de la jornada la situaci¨®n sobre el terreno no estaba clara y ambos bandos segu¨ªan difundiendo informaciones contradictorias sobre el origen de los combates y el control de posiciones estrat¨¦gicas. El Ministerio de Salud sudan¨¦s cifra los muertos en al menos 27 y los heridos en casi 400, seg¨²n un documento interno al que ha tenido acceso El PA?S. La comunidad internacional denunci¨® la violencia y pidi¨® en bloque el cese de las hostilidades.
Las Fuerzas de Apoyo R¨¢pido, que cuentan con decenas de miles de efectivos, se?alaron en un comunicado que hab¨ªan sido blanco de un ¡°brutal ataque¡± inicial del ej¨¦rcito, y afirmaron que ellas han respondido al embate y que se hab¨ªan hecho con el control de puntos estrat¨¦gicos como el aeropuerto de Jartum y una base a¨¦rea en el norte del pa¨ªs, as¨ª como con el palacio presidencial. Tambi¨¦n acusaron a las Fuerzas Armadas de querer aferrarse al poder y de poner en peligro la estabilidad del pa¨ªs. El comandante del grupo, Mohamed Hamdan Dagalo, declar¨® que perseguir¨¢n al comandante del ej¨¦rcito y l¨ªder del golpe de 2021, que acab¨® con la fr¨¢gil transici¨®n democr¨¢tica del pa¨ªs, Abdefat¨¢ al Burhan, y lo entregar¨¢n a la justicia.
El ej¨¦rcito, a su vez, asegur¨® en un comunicado que ellos fueron atacados primero, acus¨® al grupo paramilitar de difundir mentiras y afirm¨® que siguen reteniendo el control de bases a¨¦reas, aeropuertos, y la capital. El comandante Al Burhan tambi¨¦n defendi¨® que el palacio presidencial y el cuartel general siguen bajo su dominio, y denunci¨® que las Fuerzas de Apoyo R¨¢pido hab¨ªan atacado su casa, y acus¨® a ¡°las fuerzas rebeldes¡± de Dagalo de forzar la situaci¨®n movidas por ¡°sus ambiciones personales¡±. Por la tarde las Fuerzas Armadas aseguraron que no negociar¨¢n ni dialogar¨¢n sin disolver antes ¡°la milicia¡± de Dagalo.
Los combates parece que estallaron inicialmente por la ma?ana en un suburbio del sur de Jartum, desde donde se extendieron a los puntos neur¨¢lgicos de la capital: el palacio presidencial, el cuartel general del ej¨¦rcito, bases militares de ambos bandos, la sede del Ministerio de Defensa, el aeropuerto internacional, y la oficina central de la televisi¨®n estatal. Tambi¨¦n se produjeron choques en al menos una base a¨¦rea del norte de Sud¨¢n y, seg¨²n las Fuerzas Armadas, en otros Estados del sur y oeste del pa¨ªs.
Sud¨¢n se ha visto sumida en una situaci¨®n de gran inestabilidad desde que en octubre de 2021 el ej¨¦rcito y las Fuerzas de Apoyo R¨¢pido, ahora enfrentados, ejecutaron un golpe de Estado que acab¨® con la transici¨®n iniciada en el pa¨ªs poco despu¨¦s de que el dictador Omar al Bashir fuera derrocado en 2019 tras meses de protestas. La asonada supuso un duro rev¨¦s a las aspiraciones populares de desmantelar el antiguo r¨¦gimen y sentar las bases de un Gobierno civil y democr¨¢tico. El l¨ªder del golpe, Abdefat¨¢ al Burhan, prometi¨® que nombrar¨ªa a un Ejecutivo tecn¨®crata para dirigir el pa¨ªs hasta unas elecciones en 2023. Pero sus planes toparon con una amplia oposici¨®n popular y ha tenido que hacer frente con muy pocos apoyos a una grave crisis econ¨®mica, niveles alarmantes de violencia interna y un fuerte aislamiento diplom¨¢tico.
El jefe de la misi¨®n de la ONU en Sud¨¢n, Volker Perthes, llam¨® este s¨¢bado al cese inmediato de los combates, y su oficina anunci¨® que se encuentra en contacto con ambas partes en un intento de mediar para poner fin a la violencia. Estados Unidos, Rusia, la Uni¨®n Africana, Egipto, y la Uni¨®n Europea tambi¨¦n reclamaron que se ponga fin a los combates.
La Coordinadora de los Comit¨¦s de Resistencia de Sud¨¢n, una red descentralizada de grupos que ha liderado la oposici¨®n civil al r¨¦gimen militar, pidi¨® en un comunicado que la gente se encierre en sus hogares y se mantenga lo m¨¢s alejada posible de las zonas de conflicto, y afirm¨® que el camino a la estabilidad pasa por cumplir con las demandas de derrocar a la junta golpista y unificar el ej¨¦rcito.
Agravios hist¨®ricos
Las Fuerzas de Apoyo R¨¢pido fueron establecidas hace una d¨¦cada a partir de la uni¨®n de grupos armados y respaldados por el Gobierno central que hab¨ªan liderado la campa?a de brutal represi¨®n desde 2003 en Darfur, en el oeste del pa¨ªs. Su relaci¨®n con el ej¨¦rcito ha estado marcada por una fuerte rivalidad, derivada en esencia de agravios hist¨®ricos, su lucha por el poder y la explotaci¨®n de la riqueza del pa¨ªs. Y aunque esta pugna se agrav¨® tras el derrocamiento de Al Bashir en 2019, ambos hab¨ªan sido capaces de mantener una fr¨¢gil alianza de conveniencia para evitar ceder el poder a una autoridad civil, realizar reformas del sector de la seguridad y exponerse a un proceso de rendici¨®n de cuentas.
Su incapacidad por reconducir la situaci¨®n desde el golpe de Estado conjunto en 2021, sin embargo, ha contribuido a hacer cada vez m¨¢s insostenible la asociaci¨®n. En diciembre, los generales golpistas acabaron por firmar un vago acuerdo inicial con la coalici¨®n civil a la que hab¨ªan apartado del poder en la asonada militar para allanar el camino para iniciar una nueva transici¨®n. Aquel pacto, rechazado por el movimiento prodemocr¨¢tico que ha liderado la sostenida movilizaci¨®n social de oposici¨®n al golpe, dej¨® para m¨¢s adelante abordar las principales demandas de la oposici¨®n, incluidas la rendici¨®n de cuentas y la reforma del ej¨¦rcito y de los servicios de seguridad, algo que no se ha logrado.
En febrero, las Fuerzas de Apoyo R¨¢pido empezaron a desplegarse en mayor n¨²mero en Jartum, mientras segu¨ªan produci¨¦ndose las negociaciones sobre su posible integraci¨®n en las fuerzas regulares. La tensi¨®n empez¨® a alcanzar niveles alarmantes a finales de esta semana, cuando el ej¨¦rcito denunci¨® algunos movimientos de tropas recientes del grupo paramilitar, y advirtieron de la posibilidad de que se produjeran enfrentamientos armados. Ambos bandos han sido acusados de agravar p¨²blicamente sus fricciones para infundir miedo y forzar concesiones por parte de la oposici¨®n civil, pero la escalada actual, tanto a nivel ret¨®rico como de hostilidades, no se hab¨ªa producido antes.
Sigue toda la informaci¨®n internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.